Sabemos ahora que las emociones y los pensamientos, tienen su expresión química en el cuerpo. Cada célula del organismo escucha y participa del “diálogo interno”.
El cerebro responde a cada pensamiento con una química determinada, ya sea de alegría, de placer, de miedo, de alarma o de dolor.
Ya hemos visto el rol de los neuropéptidos cerebrales en la comunicación de información a distancia en el organismo.
Un neuropéptido es una cadena de aminoácidos, unidos por puentes peptídicos que se diferencian de otras proteínas sólo por la longitud de su cadena. Se han identificado hasta el momento alrededor de 100 neuropéptidos.
Su tamaño puede variar desde 2 aminoácidos, como ejemplo la carnocina, hasta más de 40 aminoácidos, como la CRH (hormona liberadora de corticotrofina).
Tienen función tanto excitatoria como inhibidora.
Los neuropéptidos, que también se llaman neuromoduladores, se pueden agrupar en varios grupos.
Los neuropéptidos, que también se llaman neuromoduladores, se pueden agrupar en varios grupos.
También se conocen bien otros transmisores de información como la Adrenalina y Noradrenalina, la Dopamina, la Serotonina, la Histamina, etc.
Estas sustancias químicas son las responsables que sintamos por ejemplo placer, miedo, sueño, hambre o motivación, entre otras funciones.
Lo notable es que según el tipo de pensamiento que tengamos, según el área del cerebro, o dicho de otra forma, el grupo de neuronas que se active, habrá un tipo de química correspondiente.
Un ejemplo claro lo constituye el estrés.
El exceso de “máquina”, de problemas, de pensamientos, de obligaciones, enciende todo el tiempo los mecanismos de alarma (sistema neurovegetativo simpático: prepara para la lucha y la huida) del cuerpo y por consiguiente este produce una química acorde a la situación, es como prender todas las luces de la casa todo el tiempo cuando no hace falta. Resultado: el sistema se desgasta, se quema rápido, y en el caso del organismo se pierde eficacia y se vive mal y poco.
La preocupación y la frustración generan un tipo de química, la calma y la aceptación otra. Un pensamiento positivo tiene una química. Uno negativo, otra.
A su vez, está química generará pensamientos y emociones positivas o negativas, en un sistema de retroalimentación permanente.
Aunque creamos que nadie escucha lo que pensamos, las células de todo el cuerpo si lo hacen, perciben todo, ya que cuerpo y mente son diferentes expresiones de una misma realidad.
El sistema inmune es otro ejemplo. Se han descubierto en la membrana de los linfocitos y otras células de defensa receptores para estos neuropéptidos, de manera que el estado emocional de la persona influye directamente sobre su sistema defensivo, es decir, sobre la capacidad de resistencia a las enfermedades y el control y eliminación de células y microorganismos nocivos.
Por eso la higiene emocional es tan importante como la higiene corporal.
Limpiar y eliminar cotidianamente los viejos sentimientos, los miedos, las preocupaciones, la ansiedad y los pensamientos negativos, y reemplazarlos por una nueva manera de percibir al entorno y a nosotros mismos. Con motivación y de manera positiva.
Este simple y monumental acto, generará un torrente de sustancias químicas y energía, que no solo fortalecerá el sistema inmune, si no que será fuente de salud y felicidad.
Amar es inteligente.
Un solo pensamiento positivo tiene el poder de cambiar la realidad y transformar nuestra vida. Y esto es un hecho científico.
El no pensamiento, es la fuente de la creatividad y la sabiduría profunda y constituye la mejor manera de hacer “higiene mental”, de resetear el ordenador y volver a "0".
El verdadero poder se encuentra en el inconsciente, el océano de pura potencialidad y a este se accede de manera natural a través de la calma, el silencio y la práctica de la concentración, como en la neditación (ver zazen).
6 comentarios:
Hola Mariano, estaba a punto de sugerirte que abordaras el tema de la química corporal, mas específicamente sobre el cortisol, y ahora leo esta descripción, me gustó porque amplió mi conocimiento al respecto, muchas gracias.
Por otra parte quiero invitarte a escuchar este audio relacionado con el post anterior, ojala te agrade.
http://www.ivoox.com/espuma-cuantica-audios-mp3_rf_268969_1.html
Y otro sobre la antimateria.
http://www.ivoox.com/antimateria-audios-mp3_rf_268968_1.html
Un abrazo y te deseo fructíferos ratos de meditación para un excelente cóctel químico interior.
salud! y gracias jose angel. Seguiremos profundizando sobre la química entonces.
La antimateria es otro tema interesante para abordar. En fin, hay muchas cosas, asi que..."vamos por partes"...dijo Jack el destripador, ja ja
un abrazo para ti
mariano
clarísimo !
como diría don juan, el viejo indio amigote de castaneda, hay que animarse a dar el salto al vacío !!
mucha luz mariano, gracias
Es verdad Alexis, el vacío siempre da miedo, es más, creo que es la raiz profunda de todos los miedos, hasta que descubris que es también parte de tu naturaleza, ahi se puede aceptar mejor.
Igual no hay nada que perder, y si hay algo que perder, mejor perderlo rápido y después te quedás libre y tranquilo, y sin miedo.
un abrazo y gracias por los buenos deseos
mariano
Felicidades Mariano por tu blog, siempre con post tan edificantes y reflexivos. Comparto contigo la idea de integrar ciencia y espíritu. Desde hace tiempo me vengo preguntando, si en un futuro no muy lejano devendrá una nueva estructura orgánico-funcional en el cerebro, o quizás ya exista y no esté educada, desarrollada u operativa, que reconcilie e integre la sabiduría del corazón con la creatividad y emotividad de la razón permitiéndonos el acceso, disfrute y conocimiento de nuevas dimensiones. Porque como reza el sutra del corazón "la forma está vacía, el vacío es forma, así vivió Bodisattva, sin mente..." En fin, si el vacío es una fuente de creatividad potencial in-fi-nita (en un nido de Phi = 1.618...)todo es posible.
Creo que es una cuestión de evolución, y también de educación. Tendemos a percibir la realidad de una manera dualista, la razón por un lado, la emoción por el otro, el espiritu y la materia, etc, etc,
Pero poseemos todas estas dimensiones, la manera directa de acceder a ellas y redimensionar la existencia es trascendiendo los límites del pensamiento conciente, ordinario y contradictorio, a través del silencio interior y la meditación, es decir, tomando contacto con el vacio creador.
Estas son solo palabras, lo interesante es la experiencia que puede hacer y realizar cada uno.
un abrazo y gracias por el comentario.
Mariano
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