domingo, 17 de abril de 2011

La realidad es una proyección de la mente


La función de la mente es la de crear una coherencia entre la realidad que percibes y tus creencias. Por lo tanto si existe en tu mente la creencia que no eres capaz o eres susceptible o vulnerable a algo, la mente se encarga de que eso se vuelva coherente y se manifieste esa creencia en la realidad, es decir en el mundo físico.

El caso opuesto lo representa la autoestima, la confianza en si mismo y el pensamiento positivo, que también generan una realidad acorde. La realidad es una materialización de un pensamiento previo.

Es una cuestión de vibración: simplemente variaciones de frecuencia y longitud de onda.


Los pensamientos impactan en el mundo físico

Un antiguo proverbio dice: “cuidado con lo que deseas, por que se puede cumplir”, Entonces, si crees que puedes o si crees que no puedes, en ambos casos: ¡tienes razón! El diálogo interno es el que hace la diferencia.

Las curaciones espontáneas no tienen ninguna explicación por parte de la ciencia, obviamente ya que la mayoría de los médicos no consideran que alguien pueda curarse por si mismo. No se considera al cuerpo como un organismo conciente de si mismo, dotado de inteligencia propia.

Sin embargo hay toneladas de evidencias de gente que se cura, a pesar de la opinión y del tratamiento médico, de enfermedades “incurables” como el cáncer, trastornos de la inmunidad, enfermedades degenerativas, artritis reumatoide, etc.

Y el común denominador de estas personas es que dejaron la antigua forma de pensar y decidieron cambiar la manera de percibir su propia vida. Cambiaron su percepción del mundo pensando de otra forma. Lo que cura la enfermedad es un cambio en la mentalidad.

Los sabios taoístas de la antigüedad sabían, de forma empírica y por intuición, que la mente mueve la energía y la energía mueve a la materia.

Donde va la mente, la materia se organiza. Pero, sin materia la mente no se puede manifestar. Se necesitan mutuamente. El pensamiento es energía e información, así que correctamente enfocado puede modificar el sustrato mismo de la materia.


Las células son reprogramables


El destino de las células no depende exclusivamente de los genes, si no que también es el medio ambiente el que lo determina.

En esencia todo es información.

Crecemos con la idea que somos entidades individuales, cuando en realidad somos una gran comunidad, compuesta por 50 trillones de células (más o menos), cada una consciente y altamente capacitada para nutrirse, reproducirse, regenerarse, adaptarse y realizar intercambios con el medio externo e interno.

La célula es un microcosmos hecho a imagen y semejanza del Cosmos, (además de ser una auténtica farmacia natural). Si tomamos algunas células o un tejido del cuerpo y lo colocamos en un medio de cultivo desfavorable, las células sufren, enferman y si no se cambia la situación, mueren.

Pero si las sacamos de este medio y las colocamos en otro más favorable, comienzan a sanar inmediatamente. Esto está probado. El entorno influye en el medio interno, a su vez el entorno, es creado y moldeado por los pensamientos. Pero en esencia no hay adentro ni afuera. Los límites entre el “adentro” y el “afuera” son relativos.

¿Cuáles son los límites de nuestra persona? ¿La piel, la ropa, el campo electromagnético? Si en esencia hay una sola conciencia y estamos todos interconectados ¿Cual es el límite de un pensamiento o de un sentimiento? ¿Verdaderamente nos pertenecen nuestros pensamientos?

La conexión entre el medio interno y el externo se hace por medio de una retroalimentación. Información que viaja en ambas direcciones. Tomamos y damos al medio constantemente energía e información. Creamos al medio y el medio nos crea.

Un reciclaje cotidiano de partículas, átomos y moléculas. Cuerpo y espíritu en permanente transformación.

¿Qué parte de nuestro cuerpo podemos considerar verdaderamente propia? ¿Si cuerpo y mente en esencia son lo mismo: porque nos identificamos con lo que ni siquiera nos pertenece verdaderamente?.

No es que pertenezcamos a alguien más, simplemente es la comprobación de que lo que creemos tan sólido y real, es solo una ilusión, un error perceptual.

Nuestro verdadero ser es ilimitado

Esto solo puede aceptarse en un estado de equilibrio y normalidad. Desde el punto de vista ordinario del ser humano moderno y civilizado es impensable la vida sin los límites y adicciones de la materia (el mundo físico de los sentidos) y las obligaciones impuestas por otros, Muchas personas pasan la totalidad de sus vidas, sin saberlo, en una prisión construida con la mente, son prisioneras de sus pensamientos. Identificarse con la individualidad sin considerar la totalidad del ser, es tan ridículo como considerar a una hoja como algo separado del resto del árbol.

La realidad que percibimos es una proyección de nuestra mente

Con la mente podemos, además comunicar con cualquier órgano interno, con cualquier parte del cuerpo. Cada célula piensa y siente.

Los pensamientos modelan el medio interno.

Visto así, es sencillo, sin embargo, cambiar la programación a veces no lo es. Sobretodo porque desde niños estamos condicionados por la educación en la familia y en las escuelas, a creer más en lo que nos dicen que en lo que pensamos o sentimos. Somos educados para ser controlados más que para ser controladores o creadores. Por eso parece difícil poder controlar los pensamientos o crear una nueva manera de pensar.


La práctica de la meditación (zazen) le permite a uno trascender los límites del pensamiento consciente y volverse íntimo consigo mismo, de está forma se descubre el ser universal, su naturaleza esencial, que entonces puede expresarse espontaneamente en la vida diaria.


La mente que se observa a si misma gana en energía e información

A esto se le llama: “expansión de la conciencia”

La mente tiene 2 aspectos. Uno consciente y otro subconsciente. Y aunque son parte de una totalidad, son diferentes.

El consciente es la parte visible y por lo tanto la más pequeña (como un iceberg). La parte consciente de la mente es con lo que pensamos, incluye nuestros deseos y anhelos, las aspiraciones. Es la actividad mental que aparentemente nos conecta con todo lo demás.

El subconsciente es como una máquina. Graba y reproduce. Si te acostumbras a un programa y lo repites suficientes veces queda grabado en el subconsciente y cuando tocas el “play” continúa reproduciendo esto el resto de tu vida, a menos que lo programes de nuevo.

Incluso a nivel cerebral, las neuronas forman redes dinámicas de intercomunicación que modulan la entrada y salída de información y pueden cambiar la configuración del hardware, esta capacidad del tejido nervioso es llamada neuroplasticidad (ver también sinapsis).

Existe la creencia que dirigimos nuestras vidas con la mente consciente. Sin embargo la neurociencia actualmente ha comprobado que esto no es así. La mente conciente como mucho funciona un 5% del día y generalmente solo un 1%.

Increíble, ¿no?

Esto significa que en realidad tu vida está siendo dirigida por la mente subconsciente, y los programas primarios o básicos que se graban en este nivel los adquieres generalmente de otras personas y en épocas tempranas de la vida.

Ya en el estado fetal, en el útero, comenzamos a descargar programas, a adquirir conductas de nuestros padres, de manera que cuando nacemos, una buena parte de la personalidad ya está establecida y a los 2 años de edad, podría decirse que gran parte de la programación ya fue hecha.. Y estos programas, de los que no somos concientes, porque fueron instalados desde que eramos muy pequeños, van generando y controlando nuestro vida cotidiana.


Como ya vimos, hay una tendencia establecida a quitarnos el poder sobre nosotros mismos, por medio de la cultura, la educación, la religión, los medios de comunicación e incluso la medicina.

Entonces a la pregunta: ¿Porqué me pasa siempre esto?, ¿Porque no puedo ser feliz?. ¡Porqué no tengo dinero, o salud? La respuesta es: ¡“Porque solo una pequeñita parte de tu mente consciente controla tu vida”!, dicho de otra forma; “solo el 5% de tu vida procede de lo que tu quieres” y el 95% restante son programas y conductas provenientes del subconsciente que han sido programadas previamente por otros. Y esto es lo que nos limita y modifica la percepción de lo que en verdad somos.

Lo que cambia el modo de percibir el entorno y a uno mismo es creer en el poder para solucionar algo, o cambiar aspectos de su vida, o mejorar, sentirse bien, encontrar una nueva forma de pensamiento u otras emociones e incluso…curarse.


Este cambio de mentalidad es lo que nos permitirá percibir y actuar desde la profundidad de nuestro ser. Nuestras células guardan el recuerdo y la información de la esencia misma del universo. Son el universo.

La respiración celular es la respiración del universo. La inteligencia celular es la inteligencia del universo.

En el inconsciente profundo se encuentra guardada toda la información.


El verdadero poder está en el inconsciente

Einstein decía. “Una decisión muy importante que deberás tomar en tu vida, es decidir si vives en un universo que te sustenta, te apoya y te quiere o en un universo que no te sostiene, que te ignora y que te es hostil.”

Es evidente que no es lo mismo andar por la vida sintiéndose aislado y cortado del resto, como un individuo perdido, amenazado y sin muchas posibilidades, que sentirse íntegros y confiados, siempre y en cualquier parte en “casa” y sin conflictos con todo lo demás.


lunes, 11 de abril de 2011

Partículas inteligentes


Como se ve en el post anterior, el cerebro es capaz de producir sus propias sustancias alucinógenas, narcóticas o analgésicas con determinados propósitos, pero la variedad es enorme. El cerebro es una verdadera fábrica de químicos. En realidad es más bien como un sofisticado sistema biológico de comunicación.


Los neurotransmisores son mensajeros químicos que hacen mucho más fluida la interacción entre la mente y el cuerpo. Transportan información de una neurona a otra. Conectan los diferentes planos del ser: la mente y el cuerpo (y obviamente el sistema energético).


Las posibilidades de un neurotransmisor son muchas. Esta sustancia es capaz de estimular o inhibir rápida o lentamente (desde milésimas de segundo hasta horas o días), puede liberarse hacia la sangre (en lugar de hacia otra neurona, glándula o músculo) para actuar sobre varias células y a distancia del sitio de liberación (como una hormona), puede permitir, facilitar o antagonizar los efectos de otros neurotransmisores. O también puede activar otras sustancias del interior de la célula, (estos son los llamados segundos mensajeros), para producir efectos biológicos (por ejemplo:. activar enzimas como las fosforilasas o las cinasas).


Por esta amplitud de posibilidades también se utilizan términos como el de neuromodulador, neurorregulador, neurohormona o neuromediador.

Aunque el uso de términos diferentes puede ayudar a definir acciones y contextos de comunicación intercelular, aquí utilizaremos el de neurotransmisor, pues hablamos simplemente de intercambio de información, de transmisión de señales, de uniones funcionales entre células.


Esto está ampliamente investigado desde hace años por la ciencia. Lo que hasta ahora estaba faltando en la descripción, era un ingrediente fundamental: la inteligencia (o sea la conciencia). Detrás de cada molécula, de cada partícula hay información, conciencia. Esta mente, o inteligencia propia del cuerpo (visto que mente y cuerpo son la mismo), es la que mueve, coordina y dirige. Sabe que hacer, como y cuando, para adaptarse, sobrevivir y evolucionar., ¿y como lo sabe?

Si todas las células pueden funcionar como una gran orquesta, ¿Quién dirige la orquesta?.


Está claro que sin una estructura física, no es posible ni viable, queda en lo abstracto. El espíritu necesita materializarse para experimentar. El que dirige es el espíritu.

Y una orquesta, además de un director, necesita de músicos e instrumentos. Aquí es donde aparecen los neurotransmisores, materializando un efecto deseado o pensado previamente por la misma conciencia o inteligencia del cuerpo, de acuerdo a sus necesidades y requerimientos.


El sustrato de la materia es energía e información.

Pero incluso antes que esto está la conciencia misma del universo, la inteligencia fundamental que impregna y anima todo.


La mente, cualquiera sea su definición, es no material, sin embargo la unidad con estas moléculas es tan íntima, que no podría proyectarse ni manifestarse en el cuerpo sin utilizar estas sustancias químicas.

Pero estas sustancias químicas no son la mente, ¿o si?


Cuando observamos que mente y cuerpo no son diferentes, que comparten la misma esencia y el mismo origen, entonces, podemos asumir que los neurotransmisores son la mente. Cada partícula es inteligente. El pensamiento es la actividad de la mente. Como sabemos un pensamiento es energía e información. La energía y la materia son lo mismo. La energía se materializa y la materia se transforma en energía (E=MC²).


Los pensamientos se materializan


La materia, es decir el mundo físico que conocemos, esta hecho de pensamientos.

Un eminente neurólogo inglés y premio Nobel, sir John Eccles, lo resumía así: “Si uno quiere ser testigo de una verdadera experiencia de psicoquinesis, basta con admirar las hazañas de la mente sobre la materia en el interior del cerebro. No deja de ser sorprendente el que para cada pensamiento la mente consiga mover átomos de hidrógeno, oxígeno, carbono y otras partículas de las células cerebrales. Como la mente insustancial y la materia gris del cerebro, tan diferentes una de la otra, interactúan entre sí es un misterio”.


El misterio del poder de la mente sobre la materia no tiene explicación para muchos científicos porque parten de modelos equivocados. Hay quienes prefieren seguir indagando en estructuras químicas más y más complejas, operando en niveles de fisiología cada vez más sutiles, o como los físicos de partículas, que construyen aceleradores cada vez mas gigantes para fragmentar la materia en pedacitos cada vez mas pequeños tratando de encontrar la última verdad y resumirla en una ecuación.

Pero la verdad es escurridiza e inatrapable, porque para encontrar la esencia de la materia no hay que buscar en la materia si no en el espíritu.


Otra cosa que podemos asumir es que nuestro cuerpo físico fue diseñado con inteligencia como un elemento constitutivo, ya viene así de fábrica.

La inteligencia a la que hago referencia es una actividad emergente del mar de potencialidad infinita. Es algo implícito en la creación, en la naturaleza.


Se dice que la célula es la menor unidad biológica con conciencia, ya que sabe nutrirse, protegerse, reproducirse, sabe lo que necesita y lo que le hace mal y sobretodo: sabe lo que tiene que hacer.

Pero, ¿Cómo aprendió? ¿Es que hay una inteligencia detrás de la inteligencia?

La respuesta es que el espíritu, la conciencia, lo impregna todo.


Hay una sola conciencia


En esencia somos uno con todo, somos diferentes manifestaciones de la misma conciencia. En el nivel esencial solo existe la no separación, es decir, la no diferenciación.


Ya vimos que la mente utiliza el lenguaje químico para que el cuerpo ejecute sus órdenes, y el maestro de la química en el cuerpo es el ADN.

Incluso la molécula de ADN esta compuesto por partículas más pequeñas unidas químicamente. Podemos también aceptar que el ADN, con sus miles de millones de bytes de información, y un complejo código genético, es una molécula inteligente, por lo menos más inteligente que la sencilla molécula del azúcar, por ejemplo.

Es difícil de imaginar que en el azúcar haya algún tipo de inteligencia. Pero al fin y al cabo el ADN esta compuesto por cadenas de azucares (desoxirribosa), bases nitrogenadas, (simplemente nitrógeno e hidrógeno) y otros componentes sencillos. Si estos no son inteligentes, ¿Cómo hace el ADN para volverse listo solo con unir unos con otros?


Siguiendo este razonamiento ¿porque no serían inteligentes los átomos de nitrógeno o de carbono que forman el azúcar, o el hidrógeno, que esta en todas partes?

Quizás lo sean.


Si nuestro cuerpo tiene una conciencia, una inteligencia fundamental, ¿porque no sus componentes?, y los componentes de los componentes y así hasta el infinito.


Empezamos a intuir y comprender el verdadero poder de la mente y a comprobar por medios científicos, antiguas enseñanzas espirituales: "La mente organiza la materia, le da forma, a su vez, la materia contiene a la mente y le permite expresarse".

Pero en esencia son lo mismo: vacuidad.


Veremos que esta vía química de comunicación, altamente sofisticada y eficaz, no solo esta limitada al sistema nervioso, también el sistema inmunitario tiene una comunicación intima con la mente.

Otro dato: el incesante diálogo interno no pasa desapercibido. Cada célula del cuerpo lo escucha, en especial, los linfocitos y otros componentes del sistema de defensa se ven afectados.

Las creencias generan una determinada química que afecta directamente a cada célula del cuerpo. Lo que creemos impacta profundamente en la organización de la materia, es decir, en el cuerpo físico y por lo tanto en la realidad que se genera.


Por eso hay que estar atentos a lo que se piensa y saber parar el motor. Desarrollar la atención es fundamental. Para esto la práctica de la meditación –zazen-, es la clave.

Si vamos a mantener la radio interna prendida, hay que saber que además de consumir recursos, la escucha todo el universo.



lunes, 4 de abril de 2011

La química de la conciencia


La glándula Pineal y la molécula de DMT


Entre las múltiples funciones endógenas de la glándula pineal, (ver post anterior): como la de controlar los centros hipotalámicos, el biorritmo, presentar además un efecto antioxidante y protector contra radicales libres, producir melatonina, etc. Esta estructura del cerebro produce una molécula: la DMT o Dimetiltriptamina.


La N,N-dimetiltriptamina (DMT) es una forma natural de sustancia alucinógena de la familia de la triptamina.


Muchas culturas, indígenas y modernas, ingieren DMT como psicodélico, en extractos naturales o en forma sintética.

Está considerada como uno de los neurotransmisores alucinógenos más poderosos para el ser humano.


La DMT (N,N-dimetiltriptamina) es un alcaloide derivado de la triptamina y se encuentra en numerosas plantas y seres vivos. Está intimamente relacionada con el triptófano, un aminoácido presente en toda la naturaleza, y es muy fácil convertir triptófano en DMT.


Su uso oral entre humanos es posible gracias a la sinergia entre un IMAO (inhibidor de la monoaminoxidasa) y plantas ricas en dimetiltriptamina como la Mimosa Hostilis o la Psychotria viridis. Este brebaje se conoce con el nombre de ayahuasca o yajé.


"Los chamanes conocen desde hace muchísimo tiempo esta combinación química generadora de estados alucinógenos. La bebida ritual, conocida como Ayahuasca, es el claro exponente de esta combinación y se realiza mediante la mezcla de plantas: una que contendrá el agente psicoactivo N, N-DMT, como por ejemplo la Mimosa hostilis y la otra que contendrá el agente que permita que se dé el efecto alucinógeno deseado (IMAO) como por ejemplo la Peganum harmala o la Banisteriopsis caapi."


La DMT se metaboliza de forma muy rápida, volviéndose inactiva por vía oral, debido a la monoaminoxidasa.


Lo notable es que nuestro cuerpo produce naturalmente DMT.


La DMT, producida en pequeñas cantidades por humanos, mamíferos, y por lo que se ve también, en la mayoría de los seres vivos, participe en los efectos visuales del sueño natural e incluso en las experiencias cercanas a la muerte y otros estados místicos.


Cuando sueñas produces DMT


Está comprobado que durante el sueño los niveles de DMT en el cerebro son periódicamente aumentados, evidentemente para generar alucinaciones oníricas visuales y posiblemente otros estados alterados de la conciencia.


La DMT actúa como un portal interdimensional, un vehículo que transporta el espíritu fuera del cuerpo, creando otra realidad.


Afecta directamente a la conciencia.


DMT es una expresión química de la conciencia, que permite una diferente modalidad de percepción, es decir, ayuda a percibir una realidad diferente u otras dimensiones de la misma realidad.


Es otra prueba de que estamos capacitados, equipados, para crear realidades y cambiar de dimensiones de la existencia, de manera natural. Como si la naturaleza nos diera la posibilidad de conocer y experimentar distintas dimensiones y estados del ser.

Y también es otra comprobación de que la realidad que vivimos y consideramos sólida e inmutable es simplemente el resultado de una serie de estímulos y percepciones.

Información que se procesa.


La realidad es información


La percepción de la realidad y la neuroquímica del cerebro son una misma cosa.


Si cambia la química, cambia la percepción y la realidad se altera. Si cambia la percepción, cambia la química y por consiguiente el cerebro percibe otra realidad.



La química no solo está referida al uso de drogas. El lenguaje de las células es químico.

El pensamiento y la respiración influyen directamente en la química celular.


La meditación (zazen) al mejorar el metabolismo en el cerebro profundo, aumenta la producción de neurotransmisores, hormonas y otras sustancias, lo que modifica la química celular, generando las condiciones para que podamos trascender los límites del conciente y percibir una realidad diferente, más amplia y equilibrada.


Todos estos no son más que mecanismos de adaptación, es parte de la dinámica de la evolución.


La adaptación a la realidad implica un cambio de realidad.

En el cambio está la evolución.




sábado, 2 de abril de 2011

La glándula pineal


La glandula pineal o epífisis se encuentra ubicada en el centro del cerebro, a la altura del entrecejo, mide apenas 5 mm de ancho y 10 mm de largo.


Mientras que en Oriente, ya en la antigüedad, esta pequeña estructura cerebral era relacionada con la apertura de la conciencia y la elevación del espíritu, en occidente muy poco se conocía aún.

Galeno en el siglo II estudió esta glándula, concluyendo que la pineal tenía la función reguladora del flujo del pensamiento. Mucho más tarde, Descartes, en el siglo 17, expresó que las sensaciones percibidas por los ojos son captadas por la pineal y de ahí parten hacia los músculos y otros órganos para producir respuestas adecuadas, un conocimiento que actualmente es aceptado.


Por medio de vías nerviosas, la glándula pineal esta unida a la retina, tan pronto como la luz penetra a través de los párpados, o cuando la luz llega en forma directa a la retina, se produce serotonina, sin luz (noche), la glándula produce melatonina.


La pineal convierte la información lumínica en secreción hormonal.


No solo es capaz de percibir estados lumínicos externos, sino que su estructura molecular en su parte anterior se asemeja a un ojo en el estado más primitivo.


El incremento de la actividad pineal se encuentra estrechamente relacionado con cierto tipo de actividades mentales y perceptuales, como por ejemplo visiones o incluso visualizaciones.


También se relaciona con la meditación.

En la India, para los yoguis la glándula pineal es la ventana de Brahma, el ojo de diamante, es donde se halla la conexión al loto de los mil pétalos situado en el séptimo chacra en la coronilla. Los monjes tibetanos la asocian con el centro de la clarividencia y de la intuición, de sabiduría y de creatividad, cualidades superiores las cuales el ser humano moderno no ha desarrollado y por eso en la mayoría de la gente estas capacidades se encuentran dormidas o latentes.


La pineal es una glándula con funciones biológicas muy interesantes.

Esta íntimamente relacionada con los órganos sexuales pues secreta ciertas hormonas que regulan el crecimiento y desarrollo de dichos órganos.

Una vez que se ha logrado el total desarrollo y maduración de estos órganos, la glándula pineal comienza a involucionar y secretar cada vez menos hormonas.


Esta glándula también es la encargada de secretar melatonina, como vimos, en ausencia de luz. Esta hormona influye en el sueño nocturno y en el despertar por la mañana (está relacionada con los ciclos de vigilia y sueño).

La secreción de melatonina alcanza su pico en la mitad de la noche, y gradualmente cae durante la segunda mitad de la noche. La melatonina es, además, una hormona antioxidante, aunque en cantidades excesivas en el cuerpo aparentemente puede resultar cancerigena.

Aumenta la síntesis de proteínas en el cerebro y por lo tanto, también de algunos neuropéptidos como la dopamina y de ciertas hormonas como la somatotropina (hormona del crecimiento).

La melatonina modula el sistema inmune.


Funciones de la glandula Pineal (las que se conocen)

• Está relacionada con el inicio de la pubertad.

• Es un interruptor que sirve para modular la fisiología de todos los centros neuroendocrinos hipotalámicos

• Armoniza el sistema neurovegetativo con el entorno por medio de la vista y de los otros sentidos.

• Relacionada con los ritmos de vigilia y sueño. Induce al sueño.

• Regula los ritmos circadianos.

• Previene una calcificación prematura en la infancia.


Pero hay más….


La glándula pineal y la conciencia


La pineal también se asocia con él 6º chakra (el de la visión). Éste es el chakra del dominio, dónde se alcanza la integración de la personalidad, es aquí donde se desarrolla el sentido de la intuición y donde uno conecta con su dimensión divina.

Se le llama tercer ojo porque este chakra ve más que los dos ojos.

Este “ojo” está protegido por el tálamo que es una estructura neuronal del cerebro profundo, la cual posee una serie de interruptores y switches (como una central de control), regulando el flujo de información que llega al córtex (conciente) y otras partes.


La práctica regular de zazen optimiza la actividad de la glándula pineal, es decir, ayuda a que madure, al incrementar el flujo de sangre y energía en todas las células y favorecer la apertura de los respectivos chakras.

Cuando la pineal comienza a abrirse, es como si floreciera, los interruptores del talamose encienden” (turn on) y permiten que el subconciente fluya hacia el lóbulo frontal, la sede de la individualidad y la mente conciente.

Es una sintonía. Un aumento en el flujo de energía e información.

Como cuando sintonizamos una radio, luego del ruido empezamos a captar con claridad. En el ser humano funciona igual, cuando determinados centros energéticos se activan y se sintonizan con la energía universal, se produce una expansión inevitable de la conciencia y del campo energético. Esto se traduce en iluminación, no solo en términos espirituales, sino también físicos.

La práctica de la meditación es fundamental, ya que es la mejor forma de acceder a los niveles profundos del ser y de tomar contacto con la esencia.

La pineal puede ser considerada como un verdadero dispositivo natural, una antena, capaz de conectar nuestra mente y cuerpo con el universo. Al estar vinculada también al 7º chakra (chakra de la coronilla o de los mil pétalos), su apertura permite el acceso a planos superiores de la conciencia y a otras dimensiones de la existencia.


La pineal es la glándula del sueño y paradojicamente también del "despertar"



continúa