lunes, 7 de julio de 2014

El camino del conocimiento


Lo único de valor para un ser humano es el camino del conocimiento.

Y esto es porque en esencia somos conciencia y la conciencia es conocimiento, experiencia, memoria y realización. Podemos ser conscientes de esto, de nuestra verdadera naturaleza. Este es el don que nos fue otorgado.

El conocimiento es información, la información es energía y la energía es materia.
El conocimiento es poder.

Tu poder personal depende de la cantidad de energía e información que posees

¿Qué sentido tiene conocer cosas inútiles?

Eso no desarrolla tu poder ni expande tu conciencia, ni tampoco te prepara para el inevitable encuentro con lo desconocido.

El conocimiento no es un regalo. Lo que ha de aprenderse debe aprenderse arduamente.

Pero que a veces sea difícil no significa que no deba hacerse.
Que algo sea fácil no implica que sea verdadero.

Gastamos nuestro tiempo limitado y nuestras energías ocupándonos de nuestra persona y de la vida ordinaria a la cual esta sujeta.

Ocuparse demasiado de uno mismo produce una terrible fatiga. Un ser humano en esa posición está ciego y sordo a todo lo demás. La fatiga misma le impide ver las maravillas que lo rodean.

La idea que tenemos del mundo y de nosotros mismos es debida a nuestra educación y somos educados como los caballos con orejeras, solo percibimos lo que nos enseñaron a ver.

Pero el conocimiento no es algo abstracto ni algo ajeno a tu ser.

Una enseñanza Zen dice: "conocerse a si mismo es olvidarse de si mismo, olvidarse de si mismo es estar en unidad con el cosmos entero"

Cada vez que te propongas aprender debes esforzarte como el que más, y los limites de tu aprendizaje estarán determinados por tu propia naturaleza y la determinación de tu búsqueda. Por eso, no tiene sentido hablar del conocimiento como si fuera algo separado, o algo que existe por si mismo.

El miedo al conocimiento es natural; todos lo experimentamos, y no podemos hacer nada al respecto. Porque el conocimiento es luz y nuestra mente ordinaria está demasiado acostumbrada a funcionar en la oscuridad, por eso andamos a tientas, inseguros y sin confianza.

Pero por temible que sea el aprendizaje, es más terrible la idea de un hombre sin conocimiento.

Hablamos de camino, pero tampoco se trata de un camino fijo, trazado de antemano por otro, como una vía o una autopista.

Cualquier cosa es un camino entre un millón de caminos. Por eso debes tener presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes permanecer en él bajo ninguna circunstancia, pero tu decisión de mantenerte en ese camino o de abandonarlo debe estar libre de miedo o ambición.

Debes observar cada camino de cerca y de manera deliberada. Y hay una pregunta fundamental que debes hacerte: ¿Tiene corazón este camino?

Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte porque tampoco vienen de ninguna parte.
Sin embargo, un camino sin corazón nunca es agradable y si no hay agrado no hay aprendizaje.

La memoria depende de la energía del corazón

Pero un camino con corazón resulta sencillo y no te costará esfuerzo tomarle gusto; el viaje se te hará más fácil y gozoso y mientras lo sigas, serás uno con él.

Existe un mundo de felicidad donde no hay diferencia entre los seres y las cosas porque en él no hay nadie que pregunte por las diferencias.

Sin embargo ése no es el mundo actual del ser humano. Algunos  tienen la arrogancia de creer que pueden vivir en dos mundos, pero eso es pura ilusión.
Hay un único mundo para nosotros. Somos seres humanos, y debemos transitar con alegría el mundo de los seres humanos.

Los límites y la apariencia de ese mundo lo determina tu nivel de conciencia

Lo importante es no confundirse, puedes hacer tu camino en esta vida con tu ser ordinario o con tu ser luminoso.


La diferencia está en el conocimiento.


miércoles, 2 de julio de 2014

Tu mejor amigo


No es tu perro, no es alguien que conoces de hace mucho y te cae bien. No es tampoco tu pareja, ni tu padre ni tu camarada de la juventud, mucho menos tu analista o tu cura confesor.


Tu único y verdadero amigo es tu corazón.

Tu corazón nunca va a traicionarte, ni fallarte, si lo hace es el fin de ambos.

Tu  corazón te nutre, te apoya, te da calor y alegría.

Te enseña lo que es el amor incondicional, trabaja todo el día y todos los días para mantenerte vivo y no pide nada a cambio, como todo en la naturaleza.

Al igual que el sol, que te da la vida y te ilumina, el corazón hace lo mismo, de hecho son de la misma naturaleza: fuego.



El corazón es la morada del espíritu y el director de la orquesta, es tu verdadero maestro y tienes que escucharlo, seguirlo, cuidarlo.

La manera de escucharlo es mediante el silencio, apagando el dialogo interno, calmando la mente, volviendo a tu ser interior.

Para seguirlo, seguí su ritmo, su armonía. Su latido sigue el ritmo de la naturaleza, su armonía es la música del cosmos y si la aprendes, conocerás los secretos mismos del universo, porque tu corazón sabe lo que tus pensamientos dispersos y confusos ni siquiera imaginan.



La mejor forma de cuidarlo no es tomando aspirina (como te lo vende Bayer para hacerte consumidor y enfermo potencial), tampoco es haciéndote chequeos médicos o estudios sofisticados, porque todo eso ya sabemos como termina.


Lo que tu corazón necesita es alegría, confianza y motivación.

Seguro que es importante cuidar tu salud, hacer ejercicios, comer sano y natural, pero lo primero es el espíritu, y el espíritu vive en el corazón.

El corazón no solo es la sede de la compasión y la generosidad, es la fuente de la intuición y las corazonadas.

Su campo electromagnético es el más grande que genera tu cuerpo, y no solo modela el espacio tiempo que te rodea sino que además esta influyendo (y siendo influido) por los campos de energía de los seres que te rodean.



El corazón genera coherencia molecular, en el agua de tu cuerpo, en el ADN y en todos los procesos bioquímicos fundamentales de tu organismo. Esta propiedad es esencial porque va a afectar la forma y la dinámica del ADN y su información genética, y todas sus funciones se verán potenciadas (o disminuidas y bloqueadas sino lo cuidas).

Ya ves porque es tu verdadero amigo, porque en realidad eres tú mismo, por eso debes volverte unidad con tu corazón, porque significa volver a casa, al palacio celestial donde reina la paz, el amor, la música y la armonía.

Llenalo de luz, de buenas vibraciones. Alimentalo con sentimientos positivos. Descarta el miedo y la preocupación. Cultiva la alegría de vivir. Practica meditación, es el mejor momento para estar en silencio y en equilibrio con tu corazón.


Si te haces amigo de tu corazón conocerás el valor de la verdadera amistad y el afecto por todos los seres.