domingo, 29 de abril de 2012

Inteligencia colectiva



La experiencia consciente es el resultado de múltiples tareas realizadas en diferentes áreas del cerebro siguiendo un orden de jerarquías, y son unificadas para que la respuesta sea coherente y lógica. Cada momento de consciencia es la manifestación de la actividad colectiva de millones de neuronas y otras estructuras relacionadas.
La conciencia es un efecto colectivo de procesos más simples.

Pero antes de entrar de lleno en “la colectividad inteligente”, veamos que es un sistema.

Un sistema es un conjunto de partes o elementos que se organizan y se relacionan entre si para lograr un objetivo común. Los sistemas reciben información, energía o materia de su entorno (entrada o input) y proveen a este a su vez de información, energía o materia (salida o output).

Un sistema puede ser físico o concreto como una computadora, un televisor o un ser humano, o puede ser abstracto y conceptual, como un software o un sistema político y social.

Cada sistema existe dentro de otro más grande, por lo tanto un sistema puede estar formado por subsistemas y partes, y a la vez puede ser parte de un supersistema.
Tomemos el ejemplo del sistema nervioso que es parte de un conjunto de sistemas (circulatorio, inmunitario, locomotor, digestivo, etc.) que conforman a un ser humano, el cual es parte de otros sistemas y niveles de organización superiores.

Un sistema material o físico, es una cosa compuesta (por dos o más cosas relacionadas) que posee propiedades que no poseen sus componentes, llamadas propiedades emergentes; por ejemplo, la tensión superficial es una propiedad emergente que poseen los líquidos pero que no poseen sus moléculas componentes o la presión de un gas, que es el efecto colectivo de sus moléculas, ya que cada molécula por separado no presentan esta propiedad.

La dinámica característica de los sistemas es la misma en sistemas tan diversos como los físicos, biológicos, informáticos o sociales.  Los sistemas presentan características similares:

-El todo es mayor que la suma de las partes.
-Poseen una organización.
-Los elementos del sistema son interactivos e interconectados, no se suman, sino que se multiplican.

Un fenómeno colectivo es el resultado del producto de sus partes, más que la sumatoria.



Supongamos que ponemos dos moléculas en una caja, de vez en cuando chocan entre sí y resulta un evento muy emocionante. ... Si hubiéramos puesto diez o incluso miles de moléculas más en la caja, todo lo que conseguiríamos es más colisiones. Pero si ponemos un trillón de moléculas en la caja, hay un nuevo fenómeno: el sonido de la vibración.

Pero incluso el sonido de más de 50 trillones de moléculas vibrando, no nos sugiere que Mozart o Madonna puedan surgir de este movimiento molecular.

Otros ejemplos de fenómenos colectivos donde el producto final es mayor que la suma de las partes por separado, se puede ver en una colmena, una colonia de hormigas, un equipo de rugby o una orquesta de músicos, y también en diversos tipos de transiciones de fase de los materiales, por ejemplo: la superconductividad y el magnetismo son efectos colectivos que se producen en ciertos metales cuando sus átomos individuales se alinean. Por el enfriamiento de estos metales, las fluctuaciones térmicas cesan, los átomos se vuelven altamente alineados, y por debajo de una temperatura crítica emergen propiedades cualitativas totalmente diferentes y que son emergentes de la dinámica colectiva.



El equipo: la unión hace la fuerza

¿Cómo podría la conciencia estar vinculada a fenómenos colectivos?


Arquitectura neuronal

Las neuronas y sus sinapsis actúan a la manera de los nodos y switches (interruptores) de las computadoras.
Esta riqueza de cálculo se debe a los efectos colectivos de paralelismo y por la abundancia en interconexiones. El cerebro cuenta con unos 100 mil millones de neuronas y a su vez cada una de ellas puede conectarse con miles de otras neuronas.

Cada neurona, por simple que parezca, es en si misma un sofisticado sistema de procesamiento de la información.
Es probable que los grupos de neuronas altamente conectados, logren un comportamiento inteligente a través de la retroalimentación y la reverberación.

Algunos científicos sostienen que para producir un comportamiento inteligente hace falta una "masa crítica" de cerca de 100.000 neuronas. Esto parece no representar un problema para el caenorhabditis elegans, un gusano nematodo con varias habilidades, que tiene 1000 células y solo unas 300 neuronas. Además, los organismos unicelulares simples, como la ameba y el paramecio, realizan tareas complejas sin el beneficio de un cerebro o del sistema nervioso. 

C. elegans: un gusano inteligente

La inteligencia es una cualidad asociada con la conciencia y por lo tanto con la vida. 
Cualquier forma de vida, partiendo de una célula, posee un grado de inteligencia fundamental que le permite adaptarse a los cambios del medio, incluso improvisando.
Los diferentes niveles de inteligencia están relacionados con el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso, cada especie tiene sus propias características de acuerdo al grado de evolución.
El cerebro humano es el más evolucionado en la naturaleza.

En general, los modelos que describen la organización del cerebro solo toman en cuenta las conexiones neuronales (sinapsis) como las unidades fundamentales de procesamiento de la información. 
Sin embargo, dentro de las células nerviosas se producen actividades profundamente complejas e inteligentes.
Las actividades colectivas, de las estructuras del citoesqueleto, como los microtúbulos,  pueden explicar la organización biológica, el procesamiento de la información y la experiencia consciente, 
El citoesqueleto ubicado dentro de las neuronas (y también de todas las células vivas) es una red conectada en paralelo que puede utilizar sus propios fenómenos colectivos para organizar y procesar la información. 

Estos efectos cooperativos y colectivos de los estados de conformación de las proteínas de los microtúbulos, son el sustrato de la inteligencia biológica, que va desde los movimientos celulares de sondeo y exploración, hasta la conciencia humana. Incluso la conciencia humana tiene grados o niveles de manifestación (ignorancia, sabiduría, iluminación, estrechez o apertura de mente, etc), que evidentemente tienen relación con una base física y orgánica.

El citoesqueleto, puede hacer uso de los mismos atributos que se utilizan para describir el nivel de las redes neuronales.
Las redes neuronales modelan y controlan el funcionamiento cerebral y permiten tareas cognitivas complejas, optimizando el procesamiento de la información (velocidad, cantidad de datos, memoria, etc.).

Algunas propiedades de las redes neuronales como el paralelismo, el conexionismo, y cooperatividad coherente, pueden conducir a efectos colectivos, tanto entre las neuronas como entre las subunidades del citoesqueleto.

El cerebro multitareas

El cerebro es un órgano que procesa la información principalmente en paralelo. Puede realizar muchas tareas al mismo tiempo: podemos conducir el auto, escuchar y hablar al tiempo que reconocemos una cara en un cartel de publicidad, todo en menos de 1 segundo.

El cerebro está compuesto de múltiples unidades de procesamiento: miles de millones de neuronas, medio millón de columnas neocorticales y decenas de áreas cerebrales que actúan conjuntamente realizando tareas de una manera flexible (ya que pueden aprender y cambiar su programación) para llegar a una nueva cadena de procesos y a una nueva solución, siguiendo un orden de jerarquías.

Neuronas del neocórtex

En un nivel preconsciente, la información cuántica es procesada en paralelo, o sea simultáneamente, como es el caso de la información sensorial, pero el proceso de unificar la respuesta, es secuencial y ello ocurre, con un alto costo de tiempo (100 a 500 milisegundos por paso) y es el “cuello de botella” del sistema. Esto hace que solo podamos tomar una decisión en cada momento.

Se produce un procesamiento secuencial cuando una tarea se efectúa a continuación de la otra. Paso a paso. Es un proceso lento en el que si una tarea se retrasa, el sistema completo debe esperar, pero tiene la ventaja de que es fácil de entender y de implementar.

Los ordenadores van evolucionando del procesamiento secuencial al paralelo.

En el procesamiento paralelo, varios procesos ocurren al mismo tiempo mejorando el rendimiento general del sistema. Su contrapartida es la complejidad. No siempre se puede paralelizar una tarea, y aún pudiendo, no siempre es fácil hacerlo. En principio, cuantos más nodos actúen en paralelo, más rápido ira el sistema. Hasta cierto punto. Lo común es que haya un límite en que añadir más nodos no aumente la eficacia, sino que incluso la reduzca.

Normalmente las tareas en paralelo tienen una fase secuencial al principio en la que se dividen las tareas y otra al final en la que se consolidan los resultados, por ejemplo: el reconocimiento de una cara, los rasgos faciales, el movimiento, los gestos, la voz, la entonación se procesan en paralelo, simultáneamente. Pero cuando pensamos o  queremos comunicar con esa persona, el proceso es secuencial.


El cerebro es un órgano que procesa la información globalmente en paralelo. Miles de millones de neuronas actúan simultáneamente de forma coherente y unificada, optimizando el rendimiento y multiplicando los resultados, dándole sentido verdaderamente a la palabra “colectividad”.
Este modelo de organización se encuentra por todas partes en la naturaleza, excepto en la mayoría de las sociedades humanas, donde los fenómenos colectivos pueden ser disarmónicos, incoherentes e incluso caóticos.

Pero el cuerpo sabe. Por ejemplo: la retina tiene millones de conos y bastones que perciben la luz, la procesan y la envían a través del nervio óptico de forma simultánea. En el nivel subatómico, la información se encuentra en estado de coherencia y superposición cuántica, y cuanto más tiempo permanecen en este estado, mayor es la posibilidad de cálculo y procesamiento por parte del sistema. Hablamos de nanosegundos (1 ns = 0,0000000001 s).

La corteza visual procesa de forma paralela esta información para reconocer puntos, rayas, rayas orientadas, rayas orientadas en movimiento, objetos, caras… Sin perjuicio de que otras áreas y neuronas puedan seguir sus con sus funciones, por ejemplo:  mantener el medio interno, el equilibrio corporal, escuchar una conversación y cepillarse los dientes.

A medida que el proceso se centraliza se va ralentizando, ya que la experiencia particular es secuencial

El pensamiento consciente al que estamos habituados y en el que somos entrenados desde la infancia, es lento y está limitado por las dimensiones espacio-temporales en las que se mueve.
Este tipo de tareas (conscientes) deben ser procesadas en serie. Así, primero se percibe, luego se decide y luego se ejecuta. Es muy notable que somos conscientes algunos milisegundos después de haber tomado una decisión de modo que un observador con el debido aparataje puede conocer nuestra decisión antes que nosotros.
Los estudios de Benjamín Libet ponen de manifiesto que tomamos decisiones antes de que estas sean conscientes y esto quedó revelado en sus experimentos, en que el observador puede conocer lo que ha elegido el sujeto antes que el sujeto mismo.

Cuando llegamos al pensamiento lógico, este es estrictamente secuencial, convirtiéndose en un cuello de botella. 
En informática, un bottleneck o cuello de botella, es un límite en la capacidad de transferencia de información de un sistema o una conexión, que puede reducir el tráfico en condiciones de sobrecarga. Suele producir una baja del rendimiento y la velocidad general tanto en un sistema como en una conexión.

Por ejemplo al realizar una operación matemática: mientras podemos reconocer una cara en milisegundos, invertimos muchos segundos en realizar una multiplicación compleja e incluso podemos equivocarnos. En el procesamiento secuencial del cerebro una tarea dificulta o impide la realización de otra simultáneamente, de manera que solo podemos tomar una decisión a la vez. Esto tiene sentido en términos de adaptación porque permite tomar decisiones rápidas y únicas que es lo que garantiza la eficacia de la acción.

Cada tarea se puede descomponer en múltiples subtareas en un proceso sin fin. Las subtareas pueden además combinarse de nuevas formas para dar lugar a nuevos comportamientos que antes no existían.
La primera constatación de este hecho vino de mano de los test de inteligencia. Pronto los investigadores se dieron cuenta de que no existe "una" inteligencia.
El cerebro funciona como un multitareas, en el que miles de componentes deben de realizar distintas tareas que combinadas den lugar a un comportamiento aparentemente uniforme. Esto se ha comprobado a través de los múltiples estudios sobre daños cerebrales.

De acuerdo al área dañada se producen distintas alteraciones de comportamiento. Las neuroimágenes, como la resonancia magnética, amplían este conocimiento ya que nos muestran la activación de las distintas áreas cerebrales de acuerdo a las tareas que realicen.

Lo anterior lleva plantearse, ¿Qué es ver, pensar o sentir? En realidad son  tareas formadas por subtareas que a su vez se pueden dividir hasta atomizar por completo la conducta. La conducta es el resultado de múltiples taréas realizadas en áreas distantes del cerebro y luego unificadas dando una respuesta coherente…aunque no siempre.
Un estímulo llega a ser consciente después de haber tenido un alto grado de procesamiento previo (preconsciente).

El poder del inconsciente

Podemos concluir que nuestro verdadero potencial es inconsciente. La experiencia consciente es un collage de agregados que surge de la activación de ciertas áreas del cerebro y por lo tanto no tiene existencia propia, es el resultado de la actividad conjunta de la colectividad de células inteligentes.
El océano de infinitas posibilidades se encuentra más allá de los límites del nivel consciente y accedemos a el atravesando las palabras y las categorías, los miedos y el egoísmo.
La práctica de la meditación nos permite trascender la existencia individual y armonizarnos con la vida cósmica.
Inconscientemente y de forma natural.


martes, 24 de abril de 2012

La inteligencia de las células madre


células madre: inteligentes y bellas

En el ser humano (y también en mamíferos superiores), la mayoría de las células de un individuo adulto no suelen multiplicarse, salvo para mantenimiento de algunos tejidos como la sangre y la piel. También este aumento del número de células, llamado hiperplasia, ocurre en forma fisiológica en las glándulas mamarias durante la lactancia y también en el ciclo menstrual: la FSH y los estrógenos ováricos hacen crecer el endometrio y el día14º, la progesterona detiene este crecimiento. Pero este aumento en el número de células puede ser anormal, como en la hiperplasia benigna de la próstata en el anciano, la hiperplasia en el bocio tiroideo o la proliferación de células malignas en el cáncer.

En condiciones normales, las células del tejido muscular y adiposo no se dividen. Si engordamos, no es porque tengamos más células, en realidad tenemos la misma cantidad de células, solo que éstas aumentaron de tamaño (hipertrofia). 
Si una lagartija pierde la cola, le vuelve a crecer.
En los mamíferos no ocurre así. Si un individuo pierde un miembro, no le crece de nuevo. Su capacidad de regeneración está limitada a la cicatrización.

Sin embargo, en prácticamente todos los tejidos hay un tipo de células que, aunque habitualmente no se dividen, en condiciones particulares pueden proliferar y regenerar ese tejido.

Experimentalmente se ha visto que estas células tienen la capacidad de reproducirse y generar diferentes tejidos, y reciben el nombre de células madre.


¿Qué es una célula madre?

Una célula madre (stem cell) es una célula que puede transformarse en varios tipos de células diferentes a través de un proceso denominado "diferenciación". Además de ser indiferenciada tiene la capacidad de auto renovarse, es decir, puede mantenerse indefinidamente mediante divisiones celulares o bien puede continuar la especialización para la que está programada y, por lo tanto, producir uno o más tejidos maduros, funcionales y plenamente diferenciados como por ejemplo: piel, músculo, hueso, células de la sangre (glóbulos rojos, células del sistema inmunitario, plaquetas)

Veamos ahora el desarrollo de un embrión para entender mejor qué son las células madre.

La madre de todas las células

El cigoto formado a partir de la fecundación de un óvulo por un espermatozoide es una célula capaz de generar un nuevo individuo completo con todos sus tejidos.
Es la madre de todas las células.

El huevo o cigoto es totipotente, es decir, puede dar lugar a todas las células del feto y a la parte embrionaria de la placenta (la parte materna de la placenta obviamente la aporta la madre).


células madre en un embrión de 3 días (mórula)

A medida que el embrión se va desarrollando, sus células van perdiendo de manera progresiva esta propiedad totipotente. Las primeras divisiones del cigoto (2, 4, 8, 16, 32, 64 células) lo van convirtiendo en una bola compacta, la mórula (del latín morum, mora, ya que tiene ese aspecto). 

Hay muchas referencias en la naturaleza con el número 64:
-Las primeras 64 células, al igual que la 1ª célula original -el cigoto-, son totipotentes. 
-En el código genético, cada aminoácido está codificado por un codón o varios codones. En total hay 64 codones que codifican para 22 aminoácidos y 3 señales de parada de la traducción.
-64 es el número de hexagramas del I ching.
-64 bits, en arquitectura de computadoras.


Luego de la fase de 64 células (blastómeros) , empieza a evolucionar hacia un balón hueco, la blástula. En el caso de los humanos, este proceso de desarrollo del embrión se produce a las 70 horas después de la fecundación del óvulo. Se llega así a la fase de blástula o blastocisto en la que sus células (células madre embrionarias) ahora son pluripotentes, capaces de diferenciarse en cualquier célula del organismo excepto las de la parte embrionaria de la placenta, es decir, no pueden hacer un individuo completo.

Una característica fundamental de las células madre embrionarias es que pueden mantenerse (en el cuerpo o en una placa de cultivo) de forma indefinida. Puesto que al dividirse siempre forman una célula idéntica a ellas mismas, siempre se mantiene una población estable de células madre.

A medida que el embrión se va desarrollando, se forman poblaciones de células madre con una potencialidad de regenerar tejidos cada vez más restringida y que en la edad adulta se encuentran en "nichos" diseminadas por todo el organismo.

¿Como saben las células madre en que tipo de tejido deben diferenciarse?

Mediante señales externas e internas: múltiples mecanismos de retroalimentación y de interacciones recíprocas entre células, dentro del nicho o “hábitat” que ocupan en el organismo. Este proceso de "señalización" está mediado por moléculas que se envían unas células a otras, estos “mensajes desde el exterior” ponen en marcha una serie de factores de transcripción para activar genes que ejercen una serie de efectos: reorganización de orgánulos y macromoléculas, la forma en la que se divide la célula (simétrica y asimétrica), el tipo de diferenciación, etc.

Se ha detectado un complejo juego de señales de corto y largo alcance entre células madre, sus hijas, y las células vecinas.

Estas Interacciones entre células se realiza a través de receptores (proteínas) ubicados en la membrana celular. Estos receptores de membrana, como las integrinas, interactuan además con la matriz extracelular.

La señal externa que llega al receptor de membrana se “transduce” (reemite) al interior de la célula mediante una cascada de reacciones químicas, que finalmente van a activar o desactivar un gen o un grupo de genes. 
Por lo tanto, la célula puede cambiar su patrón de expresión, lo que en determinados casos significa un paso más en su ruta de diferenciación, su proliferación, o incluso puede significar la muerte celular programada (apoptosis).

Las células madre poseen también controles intrínsecos: disponen de “relojes internos” que de alguna manera les indican el número de veces que deben dividirse antes de diferenciarse totalmente.

Aquí interviene una enzima, la telomerasa.

La telomerasa es un enzima que está presente en células de la línea germinal, en tejidos fetales y en ciertas células madre poco diferenciadas, y que permite el alargamiento de los telómeros.

Los telómeros (del griego telos, "final" y meros, "parte") son los extremos de los cromosomas. Son regiones de ADN no codificante, altamente repetitivas, cuya función principal es la estabilidad estructural de los cromosomas en las células. Además están involucradas en enfermedades como el cáncer.

La telomerasa es inhibida en las células somáticas maduras después del nacimiento, produciéndose un acortamiento del telómero después de cada división celular hasta que finalmente llega a la senescencia
De hecho, en la mayor parte de los tejidos adultos no se puede detectar actividad de telomerasa. Este mecanismo tiene sentido, los organismos tienen un ciclo de vida limitado, esto no solo garantiza la transferencia de información genética a la descendencia sino también que las generaciones viejas no compitan con las nuevas.


Por el contrario, las células madre poseen telómeros largos y actividad permanente de esta enzima, por eso no envejecen, son una reserva del organismo que garantizan la capacidad de regeneración de este y el reemplazo de los tejidos dañados.

Algunas células madre adultas son capaces de diferenciarse en más de un tipo celular como las células madre mesenquimales y las células madre hematopoyéticas, mientras que otras se cree que son precursoras directas de las células del tejido en el que se encuentran, como las células madre de la piel o las células madre germinales. Son células pluripotentes.

Las células madre hematopoyéticas de la médula ósea (encargadas de la formación de las células sanguíneas: glóbulos rojos, blancos y plaquetas) son las más conocidas y empleadas en la clínica desde hace tiempo. 


Linaje de las células sanguíneas

En la misma médula ósea se ha encontrado otro tipo de célula madre, denominada mesenquimal que puede diferenciarse en numerosos tipos de células de las 3 capas del embrión (ectodermo, mesodermo y endodermo) como las células musculares, vasculares, nerviosas, sanguíneas, óseas, etc. Se están realizando abundantes ensayos clínicos para sustituir tejidos dañados (por ejemplo en el corazón) por derivados de estas células.


Células madre mesenquimales

La población y la actividad de las células madre van decreciendo con la edad. La médula ósea roja va tornándose amarillenta, reemplazando con grasa el tejido funcional, pero su capacidad, es decir su información, no se pierde. Se puede recuperar e incrementar.


La energía (chi) de los riñones origina y mantiene a las médulas. La disminución de esta energía fundamental genera envejecimiento, pérdida de la vitalidad y empobrecimiento de la médulas, lo que disminuye funciones del sistema nervioso, así como la formación de células sanguíneas, del sistema inmunitario, del tejido conectivo (cicatrización) y la capacidad de regeneración tisular.

Existen disciplinas como el chi kung que desarrolan técnicas específicas para fortalecer el chi de los órganos internos, los huesos y regenerar la médula ósea, aumentando la capacidad de regeneración y la resistencia a las enfermedades, esto conlleva salud y longevidad y evidentemente rejuvenece todo el organismo.


Las células pueden modificar su programación


En los años ´60, el biólogo Bruce Lipton tomó células madre que eran el producto de la división de una única célula madre, o sea, compartían exactamente la misma información genética y las dividió en tres grupos. Cada grupo fue puesto en un medio diferente, es decir, cambiando los componentes de su ambiente.

El resultado fue que el primer grupo formó células óseas (osteocitos), el segundo células musculares (miocitos) y el tercero, células grasas (adipocitos). O sea: hueso, músculo y tejido adiposo.

¿Qué fue lo que controló el destino de cada célula si eran genéticamente idénticas?, lo único diferente era el medio en el que crecieron.
Las propias células controlaron sus cambios, adaptándose al entorno.

célula madre adulta

Una célula comprende como cambiar, y es capaz de evolucionar para poder sobrevivir y evitar la extinción.

En 1988 John Karat y su equipo hicieron el siguiente experimento: pusieron células intolerantes a la lactosa rodeadas solo de este azúcar como alimento. 
Si las células no fueran inteligentes, habrían estado condenadas a morir, sin embargo todas sobrevivieron. 
Cada una comprendió el problema al que se enfrentaban y reemplazaron la enzima defectuosa por otra enzima funcional y así pudieron alimentarse.

No hay leyes inmutables en la naturaleza.

Vivimos en un universo participativo, vivo y consciente. Sin separaciones.
La materia obedece las directivas de la conciencia.
La materia es conciencia.
La conciencia es información y energía.

En los niveles fundamentales de la vida todo es posible.



lunes, 16 de abril de 2012

La luz del autoconocimiento

Alegoría de la caverna (Diálogos de Platón)

Sombras nada más

…”A ellos, les digo, la verdad no sería literalmente nada más que las sombras de las imágenes”. -Platón, La República (Libro VII)


Platón escribió una serie de “Diálogos” en los que resumía gran parte del conocimiento transmitido por su maestro Sócrates
Uno de estos Diálogos es la “alegoría de la caverna”. 
En esta alegoría, la gente vive encadenada en una caverna, por lo que solo pueden ver las sombras que se proyectan en las paredes por la luz del fuego. Para esta gente, esa es su realidad y las sombras representan la totalidad de su existencia, su realidad consiste en sombras difusas proyectadas sobre los muros de la cueva por la luz del fuego, y no es posible para ellos imaginar otra cosa.
Tanto es así, que si algunos prisioneros escaparan de la cueva y lograran salir a la luz del sol, contemplando una nueva realidad, cuando intentaran volver a la caverna y contar la verdad a los otros cautivos, serían tratados como locos.


Por supuesto, para Platón esta historia solo simbolizaba la búsqueda del ser humano para alcanzar la luz y el conocimiento a través de la apertura de la mente y la observación reflexiva de las cosas. 
En cierta manera todos nosotros somos prisioneros (de los sentidos) y el mundo "real" y concreto es nuestra caverna. Así como algunos prisioneros pueden escapar a la luz del sol y percibir otra realidad, si acumulas energía y conocimiento podrás trascender la percepción ordinaria y así iluminar las sombras de la ignorancia. 

La luz del autoconocimiento disipa la oscuridad y aclara la percepción confusa.
Esta iluminación natural y espontánea nos permite conocer, de una mirada, la auténtica naturaleza de todas las cosas.




Proyecciones en 3D

La idea de Platón, que la realidad podría ser representada completamente como “sombras” en las paredes, concuerda con la actual descripción del universo holográfico que hace la física.

La realidad objetiva no existe, a pesar de su aparente solidez el universo es un inmenso holograma espléndidamente detallado.
Es una proyección de otros planos.
Para comprender esta afirmación, veamos primero algo sobre hologramas.

Un holograma es una imagen tridimensional hecha con la ayuda de un láser.
El holograma se produce cuando un único haz de luz coherente (láser), es dividido en dos haces separados. El primero rebota sobre el objeto cuya imagen va a ser grabada. El segundo es reflejado por un espejo que lo lleva a colisionar contra la luz reflejada por el primero de los haces. Cuando sucede esto, ambas partes del haz crean un patrón de interferencia que queda grabado en una película sensible llamada placa holográfica.

El patrón que queda grabado en la placa holográfica no se parece en nada al objeto que se usó para realizar la grabación. El resultado es un conjunto caótico de remolinos y anillos concéntricos, lleno de puntos claros y oscuros. Sin embargo, al usar otro haz láser para iluminar la película, aparece ahora una imagen tridimensional del objeto original. Se puede caminar alrededor de la imagen y contemplarla desde ángulos diferentes, pero cuando se la intenta agarrar, se ve que en realidad allí no hay nada.
La propiedad más interesante de los hologramas es que la imagen entera está contenida en cada parte de la película. 
Si se toma la placa original sobre la que se grabó el patrón de interferencia y se la corta por la mitad, se verá que puede proyectarse la imagen entera iluminando sólo la mitad del conjunto. De hecho, se puede cortar la placa holográfica en tantos fragmentos como se quiera, que siempre se encontrará que cualquiera de los pedazos, al ser iluminado, produce versiones más pequeñas de la imagen entera.



Este fenómeno de interferencia es lo que hace posible la holografía. La interferencia no es más que un patrón que se genera cuando las ondas, en su movimiento, chocan entre sí. Es como cuando arrojamos dos piedras en un estanque. Cada piedra producirá un conjunto de ondas en la superficie del agua formando círculos concéntricos que se irradian hacia el exterior a partir del punto de impacto. Las ondas procedentes de cada uno de las piedras arrojadas se expanden hasta que de cruzan y chocan en algún punto, y el patrón resultante es conocido como patrón de interferencia.

En el modelo holográfico, se dice que la información del conjunto está contenida en cada una de sus partes. Es lo mismo decir que la información se distribuye de manera no localizada.
Como veíamos con los fractales, que son la explicación matemática de cómo el universo se estructura, en cualquiera de sus niveles, las partes reflejan la totalidad, dicho de otro modo: cada parte contiene la información del todo.



En un nivel profundo de la realidad, todo lo que existe en el universo está infinitamente interconectado.
Hay que tener en cuenta lo que estamos observando realmente cuando percibimos un objeto físico.

Consideremos esto mismo que estamos leyendo y las palabras que hay en la página. Lo que se ve desde el exterior no es lo que parece ni está donde aparenta estar. Lo que se percibe en realidad es un borrón holográfico de patrones de frecuencias, bits de información que están siendo traducidos a un patrón de estimulación neuronal que, a su vez, al ser proyectado se percibe como el objeto externo. O sea, ondas electromagnéticas que provocan una reacción electro-química en el cerebro, que las traduce e interpreta según su programación, como lo que es: un “superordenador biológico”.

El proceso de determinar que el objeto existe exteriormente sólo se produce a partir de la interpretación que hace la mente por la estimulación de los sentidos.




En definitiva, todo lo que se ve, se oye, se degusta, se toca y se huele son patrones de estimulación neuronal que corresponden de manera parcial y limitada con lo que está "ahí", pero que sigue sin ser realmente “eso”. Las frecuencias electromagnéticas que causan la estimulación neuronal carecen completamente de color, gusto o textura. 
Las cualidades que experimentamos a través de la percepción sensorial son creadas por la mente.


"El verdadero carácter de las cosas es su ausencia de carácter" (maestro Sawaki)


Podemos considerar al universo como un holograma hecho a partir de rayos de luz, o como una proyección luminosa, que es lo mismo.
Pero no es una entidad material. Es la refracción de una entidad material.
El universo es una imagen en 3D del universo.

A pesar de su aparente solidez, el universo es en realidad una proyección, una ilusión, un enorme holograma magníficamente detallado y ¡consciente!

Hace miles de años que el ser humano conoce la naturaleza ilusoria de la realidad. Los maestros espirituales lo han comprendido y transmitido a los demás. No es un nuevo descubrimiento de la ciencia, aunque esta, comprueba cada vez más a través de teorías y experimentos, que todo en este universo esta profundamente interconectado y que cada parte es una representación de la totalidad.


Nuestra realidad material no es más que una versión filtrada, una interpretación, de un “orden implícito” que lo conecta todo.

Esta versión filtrada crea separación porque sólo percibe secuencias de bits de información y fragmentos del conjunto. El cerebro es modelado y manipulado desde que nacemos para captar e interpretar una realidad determinada, un mundo físico “real y concreto” dependiente de nuestros sentidos y separado del resto. 
Esto, evidentemente, genera una mentalidad aislada e insegura que lleva a una estrechez de conciencia y más aislamiento. Luego las personas con este nivel de comprensión son fácilmente controlables e influenciables y sus posibilidades de adaptación a los cambios disminuye.

Si podemos trascender el filtro de los sentidos y olvidamos la educación recibida hasta el presente, podremos percibir las cosas tal como son y conocer nuestra verdadera naturaleza.

Energía e información, esto es lo más sólido y real que podemos encontrar en nuestro ser.

Pero somos esa energía y ese patrón de interferencia. Somos estas letras que leemos, el teclado de la computadora, los árboles que se ven por la ventana, nuestro sistema solar, todo el universo; todo es una extensión de todo lo demás sin separación. 
Es una sola cosa. La misma conciencia.

Así que la realidad objetiva es una ilusión. Este mundo físico de objetos y personas, de formas y sensaciones, tal como lo percibimos: es una ilusión, porque el observador, el proceso de observar y lo observado son en esencia la misma cosa.


Existencia absoluta y relativa


Veamos el modo en el que la totalidad fundamental y esencial de la realidad se convierte en la realidad diferenciada de nuestra experiencia individual.

La realidad física es la realidad de los objetos, la realidad de las cosas y de los acontecimientos. Nosotros escuchamos cosas, vemos cosas, sentimos cosas, degustamos cosas, olemos cosas. A lo largo de la vida vamos asumiendo que todas las cosas existen por si mismas, como algo definido, independientemente de nuestra experiencia acerca de ellas.
Sin embargo, como vemos, esto es una ilusión. No hay nada que exista fuera de nuestra mente. Es el cerebro que decodifica la información, la analiza, la integra, la proyecta y crea un holograma en consecuencia.
Otro punto importante, cualquier cosa que pueda ser experimentada existe sólo en relación a alguna otra cosa.

Podemos experimentar y pensar que el placer existe de manera independiente; sin embargo, el placer sólo puede existir en relación con el dolor. De manera análoga, cuando experimentamos calor, creemos que el calor es un calor independiente, sin darnos cuenta de que lo caliente sólo puede estar caliente en relación a lo frío. “Lo mismo es cierto para todo lo que experimentamos, en tanto en cuanto cualquier cosa que experimentemos como algo que existe, sólo puede existir con respecto a algún otro aspecto de la existencia que no sea ese algo”.




Esta forma de existencia puede denominarse existencia relativa o polarizada: la existencia que solo puede existir en relación a algún otro aspecto de la existencia.
Mientras que la existencia absoluta carece de estructura ya que es vacío, es lo no manifestado, es no existencia. Podríamos considerarla el punto cero: el punto donde todas las líneas o vectores convergen y se cancelan entre sí (no totalmente)

La existencia relativa tiene estructura, límites. Para que este “absoluto” se manifieste, debe sufrir una transformación, un desequilibrio, un vector debe sobresalir del resto. Este desequilibrio es lo que captan nuestros sentidos y lo interpretamos como sólido y real, pero no es más que flujo de energía e información momentánea.
La existencia individual representa un desequilibrio (que tiende al equilibrio).


La realidad subyacente siempre será una realidad de unidad e interconexión. Pese a que experimentemos la realidad como fragmentos aparentemente separados, la forma de la realidad fundamental, de la cual surge la percepción, es la de la unidad, a partir de la cual nada puede separarse de ninguna otra cosa. Cada parte de la estructura, cada fragmento de realidad, contiene algo de la existencia de los demás fragmentos de realidad. Por lo tanto, cada parte de la estructura es un reflejo del todo.


Nuestra existencia tiene un aspecto localizado y otro no localizado.

Dado que todo aspecto o zona localizada de la existencia tiene la cualidad de existir en alguna parte, una zona no localizada de la existencia que estuviese en todas partes no existiría en alguna parte determinada, sino que tendría la cualidad de existir en todas partes y en ninguna al mismo tiempo.

Esta existencia sin límites, que existe en todas partes y en ninguna, es la conciencia.

La conciencia existe más allá del tiempo y el espacio (de hecho los genera).

La existencia absoluta, existe en todas partes y en ninguna a la vez, ya que existe pero carece de los límites que definen a una cosa. Es nada pero existe, y no está en ninguna parte porque está en todas. Esa existencia absoluta es la conciencia.


Para poder trascender la dualidad y las contradicciones de la existencia relativa, hay que realizar con la totalidad de nuestro ser, que somos parte inseparable de cualquier cosa que exista. Por lo tanto, podemos acceder directamente a cualquier cosa que exista debido al hecho de que nosotros también somos implícitamente ella.
En el nivel “implícito” más profundo de la realidad, estamos infinitamente conectados con todo lo demás que existe. Estamos conectados con cualquier otra persona, organismo y átomo del universo; por consiguiente, somos todas esas cosas.

De manera similar, nuestros pensamientos están infinitamente conectados con todos los pensamientos. Como en un holograma o en un fractal, la imagen del conjunto está contenida en cada parte, todo el universo está contenido en cada una de nuestras células, de nuestros átomos y sus partículas. 
Somos el universo.
La totalidad de la información está distribuida de manera no localizada y, por esta razón, tenemos acceso directo a todo lo que hay en el universo. Tu mente es la Mente Universal.

En esencia somos conciencia libre e ilimitada.


Toda realidad relativa es creada por la conciencia y existe en relación a sí misma. “Nosotros somos esa conciencia. Nosotros somos esa conciencia que existe en relación a sí misma e interactúa consigo misma.” No hay nada más. Ninguna de las cosas que percibimos como separadas tiene una existencia independiente, porque todas ellas son, en realidad, extensiones de esta conciencia subyacente.
La realidad física es producto de la conciencia. La conciencia no es un producto de la realidad física. La realidad física no interactúa consigo misma ni es independiente del observador.




Hemos visto que no podemos experimentar directamente la verdadera textura de la realidad a partir de la percepción de los sentidos, porque todo lo que miramos se materializa según nuestra experiencia y nuestro estado de conciencia.
Por la misma razón, nunca podemos experimentar la conciencia como conciencia. Cuando la conciencia infinita y carente de límites intenta contemplarse a sí misma, debe crear una estructura relativa, una forma o un marco de referencia, como un espejo, donde poder reflejarse, observarse y aprender (de si misma).

En la práctica de zazen se le llama pensamiento absoluto: cuando se trascienden los límites del pensamiento consciente y se olvida la mente individual, la conciencia se expande de manera natural e inconsciente, ya que se "sintoniza" con frecuencias superiores. El consciente se vuelve uno con el no consciente…, casi uno. 
En realidad queda una pequeña separación que es lo que permite justamente que seamos conscientes, pero es una actividad tan sutil, concentrada y coherente, que no genera una reacción masiva que active una secuencia de pensamientos y haga colapsar nuevamente la conciencia individual. 
Es el pensamiento que lo incluye todo, sin discriminación ni juicios, más allá de las categorías y la palabras. Verdadera pureza.




La conciencia sólo puede experimentarse a sí misma mediante sus creaciones.

Por eso encarnamos en un cuerpo físico, somos una experiencia espiritual. De ahí la importancia de que nuestro cuerpo adopte posturas y hábitos que permitan al espíritu manifestarse, y comprender con la reflexión y la contemplación que en esencia somos una sola conciencia y que el estado de separación es una ilusión.
Una vez comprendido esto, podemos volver a la forma individual y realizar la vida que cada uno debe vivir, en plenitud y libertad, sin miedo ni egoísmo, sabiendo que nuestro verdadero ser es universal e ilimitado, más allá de las apariencias y de las restricciones.

Dicho de otra manera, somos más de lo que aparentamos. Nuestro cuerpo es el cuerpo del universo. Nuestra conciencia es la conciencia del universo. 
Somos el universo.
La comprensión de esta verdad abre paso a la experiencia de la compasión por todas las existencias porque todas ellas existen dentro de cada uno.


Al igual que el universo físico, el cuerpo físico, es una proyección fractal y holográfica de la misma luz universal. 
Es una ilusión creada por los sentidos (¡una ilusión densa, duradera y a veces dolorosa!). Por eso si trascendemos la realidad física y vamos más allá de la percepción ordinaria, la realidad se muestra tal cual es. 


Sin velos ni errores de percepción.
Las cosas como son.

La luz que da forma al universo, también incluye a cada uno de nosotros y a todos los seres.





miércoles, 11 de abril de 2012

La danza de la conciencia



citoesqueleto 

La conciencia necesita del universo físico para manifestarse, o mejor dicho, el universo físico es una materialización de la conciencia.

Dentro de las neuronas, más precisamente en los microtúbulos del citoesqueleto, se encuentra la base física para la aparición de la experiencia consciente, que está relacionada con procesos de computación cuántica vinculados a la conformación y al movimiento de las proteínas. Estas proteínas, llamadas tubulinas, representan la materia (masa) que curva y modela el espacio-tiempo, y esta curvatura a su vez, dirige el movimiento de la materia.

La tubulina puede sufrir varios tipos de cambios en su forma. 
Las transiciones conformacionales en las que las proteínas se mueven o se pliegan y sobre las cuales depende su función en general, ocurren en el orden de los nanosegundos (10-9 s) a 10 picosegundos (10-11 s) en la escala de tiempo. 1 nanosegundo es la mil millonésima parte de 1 segundo. Se mueve rápido, no?


Tubulina

Estos sistemas de partículas, que en la diminuta escala subatómica se encuentran en superposición y coherencia cuántica, no se manifiestan hasta que se separan y se "reducen" o colapsan en una realidad "particular" y determinada. 
Una partícula de conocimiento que representa un instante de conciencia o evento consciente.

Los patrones de conformación de la tubulina en los microtúbulos representan información.

A medida que la conciencia se expande, el cerebro evoluciona, cambia, se reconfigura.

Mencionamos la computación cuántica y un montón de conceptos científicos, pero esta es solo una descripción "objetiva" - y por lo tanto incompleta-, de la experiencia consciente, le falta el componente fundamental que es la experiencia subjetiva en si misma. 
Es la conciencia la que le da sentido a las cosas y la materia le sirve de instrumento y vehículo.

Por otra parte es muy probable que los microtúbulos en el cerebro, no eviten completamente la decoherencia ambiental, de manera que los procesos preconscientes pueden estar influenciados por el entorno. Con lo que se puede concluir que el pensamiento consciente es el resultado de un collage de información y emerge (un instante después) bajo la forma de experiencia individual. 
El cerebro hábilmente proyecta una imagen coherente y unificada que permite la adaptación al medio y la supervivencia. Aunque siempre con un poco de retraso. Lo que aparece como conciencia del "ahora" ya fue gestionado antes en los niveles subconscientes. Nuestro inatrapable presente generalmente es una reverberación del pasado. 




El espejo de la sabiduría

La conciencia aprende de si misma, pero necesita de un espejo para poder observarse. El espejo somos nosotros. Cada uno es vehículo de esta experiencia única e irrepetible. 


Cuando la partícula comprende que también es una onda interconectada de múltiples posibilidades y que está entrelazada con todo lo que existe, aumentan su inteligencia y sus posibilidades y ya no se hace tantas ilusiones sobre si misma.


Cuando te miras en un espejo, forma y reflejo están frente a frente,
tu no eres el reflejo, pero el reflejo eres tu 
(maestro Tozan 807-869)

Para que un evento atraviese el umbral de la conciencia hacen falta un número determinado de tubulinas, estas luego activarán a otras de la red en una verdadera reacción en cadena. Es decir, hace falta una cantidad suficiente de energía E para que la conciencia se "particularice" en un estado determinado. A mayor energía E, menor tiempo T para la aparición del fenómeno consciente, de acuerdo a la fórmula: 

E = h/T

Donde h es la constante de Planckque es una constante física que representa al cuanto elemental de acción. Es la relación entre la cantidad de energía y de frecuencia asociadas a un cuanto o a una partícula
El valor de la constante de Planck es: 6,6260 x 10-34 J/s

Desempeña un papel central en la teoría de la mecánica cuántica y se llama así por su descubridor, Max Planck, uno de los padres de dicha teoría.

Esto tiene varias implicancias:

1)     Cuanto mayor es el estímulo que registran los sentidos, mayor número de neuronas (masa=energía E) serán activadas, disminuyendo el tiempo T de procesamiento de la información en el subconsciente, con lo que se incrementará el número de reducciones o eventos conscientes, y también en consecuencia, la actividad perceptual y el flujo de pensamientos.

Esto se ve en la sociedad actual, donde hay una sobrecarga sostenida de estímulos (visuales, auditivos, olfativos, corporales, mentales, etc,) que producen una hiperactividad de los microtúbulos neuronales, fundamentalmente de las áreas corticales del hemisferio izquierdo, sede de la palabra y del pensamiento conceptual y dualista. Esta hiperestimulación disminuye el umbral para los eventos conscientes, de manera que el consciente está activo todo el tiempo, por lo que se generan con más facilidad pensamientos desordenados y fragmentados, incrementándose los errores de juicio, el gasto metabólico y la fatiga mental. 

2)     A menor estimulación perceptual, menor cantidad de neuronas son activadas (disminuye el movimiento de masa/energía E en los microtúbulos), por lo tanto hay un mayor tiempo T hasta la aparición del pensamiento, se registra una menor actividad consciente, por lo tanto el flujo del pensamiento disminuye, y se vuelve coherente y ordenado, elevándose el umbral para la experiencia consciente. Se desfragmenta la información.

Es el caso de la meditación. Durante zazen se reducen los estímulos exteriores, los sentidos reposan, las ondas cerebrales se vuelven más lentas, regulares y el flujo del pensamiento decrece. La mente se calma y el cerebro puede equilibrar su actividad. 


De esta manera surge un pensamiento ecuánime, que es equilibrado por que incluye al no pensamiento y amplio porque es el resultado de la actividad sincrónica y simultánea de diversas áreas del cerebro. Es un tipo de pensamiento muy lúcido que surge de lo profundidad de los niveles no conscientes, pero no viene ni va a ninguna parte. No es el resultado de una secuencia de ideas arbitrarias ni el efecto de una serie de causalidades (como lo es el pensamiento consciente ordinario). Es absoluto. Aparece cuando la conciencia individual se funde con la conciencia universal, pero no completamente, de manera que aún puede tener conciencia de la experiencia.

Hay otra cuestión interesante. ¿Cómo puede la coherencia cuántica en los microtúbulos estar aislada del entrelazamiento (entanglement) con el medio ambiente?

A primera vista, el interior de las células vivas parece un sitio poco probable para efectos cuánticos. Además de la elevada temperatura, están los ruidos provocados por los movimientos térmicos del agua de la célula, lo que produciría decoherencia causando un colapso o reducción aleatoria. Sin embargo, nuestro organismo ha evolucionado y se las arregla para evitar la decoherencia aleatoria. Aunque no del todo. Nuestros pensamientos contienen información entrelazada de manera aleatoria con el ambiente.


Por otro lado, los sistemas cuánticos aislados que evitan la decoherencia ambiental,  por ejemplo en el cerebro, al final colapsan ya que fácilmente atraviesan este umbral crítico debido a una característica intrínseca de la geometría del espacio-tiempo fundamental, que a este nivel es muy inestable.
Es la propia naturaleza de la conciencia la que provoca el colapso y la experiencia consciente.
La conciencia busca manifestarse.
El sustrato de tal transformación es la información.




El movimiento del espíritu

La conciencia se mueve y se materializa siguiendo patrones fundamentales, como una matriz
Esta danza de polaridades y fuerzas opuestas que se complementan podemos reproducirla en todos los planos y escalas de la existencia. Este movimiento es causal, regido por la causa y el efecto, pero también es acausal, aleatorio e indeterminado, sin corresponderse con una causa determinada.
En el nivel cuántico, la naturaleza entabla una danza abstracta. 
Todas las partículas y cuantos elementales de energía, es decir, los ladrillos de la realidad, se pueden dividir en dos grupos según el tipo de danza que realizan.


Los electrones, protones, neutrones y neutrinos, junto con otras partículas, forman un grupo y efectúan una danza asimétrica: la danza de los fermiones, mientras el otro grupo, formado por fotones (cuantos de luz) y otros bosones, mantienen una danza simétrica: la danza de los bosones.




En el primer caso, la naturaleza de este movimiento o danza abstracta tiene el efecto de mantener las partículas, por ejemplo electrones, con la misma energía siempre y apartadas las unas de las otras. "Dos electrones en la corteza de un átomo no pueden tener al mismo tiempo los mismos números cuánticos", es decir, el mismo estado cuántico de partícula individual. Esta característica es descrita por el principio de exclusión de Pauli.


Sin embargo, esta exclusión de partículas de su espacio de energía no es el resultado de ninguna fuerza que actúe entre ellas ni es un acto de causalidad, sino que se origina en la asimetría del movimiento abstracto de las partículas como conjunto. Por lo tanto, el patrón fundamental de la danza entera ejerce un profundo efecto sobre el comportamiento de exclusión, lo que provoca que los electrones en un átomo se amontonen en una serie de niveles o capas de energía y hace que un átomo sea químicamente distinguible de otro. 
Es este principio de exclusión lo que le da sus características a la materia y provoca la riqueza química de la naturaleza y, sin esta asimetría no existiríamos ni habría un plano físico y el universo entero tendría una simetría monótona.


En cambio, la danza simétrica de los bosones es lo que permite que la información viaje de un lado al otro. Los fotones no tienen masa y una multitud de ellos pueden permanecer superpuestos en en el mismo estado cuántico, es lo que se llama coherencia cuántica: las partículas renuncian a su individualidad pero no pierden su información. 
Esta danza geométrica característica es lo que origina la luz coherente del láser, al igual que los superfluidos y los superconductores.
Los fotones son portadores de información y son los responsables de producir todos los campos eléctricos y magnéticos, y a su vez son el resultado de que las leyes físicas tengan cierta simetría en todos los puntos del espacio-tiempo.


También esta simetría y coherencia de los fotones es la que permite que cada célula pueda tener unas 100.000 reacciones químicas por segundo y que el cerebro pueda simultáneamente procesar e integrar información de áreas alejadas.


Existe un patrón fundamental abstracto que se oculta debajo de la superficie de la materia y que determina su comportamiento de un modo acausal.


Cada evento consciente resulta de una fase de computación cuántica aislada, relacionada con procesos preconscientes implícitos, que culminan en la reducción instantánea correspondiente con una conciencia discreta del "ahora", o sea, del momento presente. 


La onda de múltiples posibilidades no manifestadas colapsa en un evento consciente. Se genera el proceso cognitivo, que se expande en el cerebro de manera global y sincrónica como un flujo de conocimiento.
Cada uno de estos acontecimientos selecciona las configuraciones propias (particulares), en la diminuta escala de Planck (10-34 cm), de la geometría del espacio-tiempo de la experiencia, y determina el movimiento y la configuración de las proteínas en los microtúbulos, que a su vez regularán la dinámica de las neuronas y sus conexiones. 
Esta característica dinámica del cerebro explica la plasticidad neuronal.

La conciencia en su nivel más fundamental elige una geometría particular del espacio-tiempo que se corresponderá con una experiencia consciente.




Finalmente, la experiencia consciente es un proceso no computable, esto implica un proceso no algorítmico que no es ni determinista ni al azar, es decir, la elección del estado resultante no es ni completamente causal ni tampoco aleatoria, porque hay un elemento no computable integrado en la estructura del espacio-tiempo. ¡La conciencia misma!.



El universo entero es conciencia viva y respira, se expande y se contrae, alternando forma y vacío, materia y energía, aparición y desaparición. 
Las partículas conocen este lenguaje.

Despertar a la condición normal del cuerpo y del espíritu es el resultado del autoconocimiento.

En este nivel de realidad consciente, nos movemos de un pasado determinado y conocido hacia un futuro indefinido. 
El futuro presenta siempre una multitud de posibilidades. A mayor desorden (entropía) más información disponible. 

Lo mejor está por venir.

Solo hay que saber elegir y aprender la danza de la conciencia.