domingo, 29 de abril de 2012

Inteligencia colectiva



La experiencia consciente es el resultado de múltiples tareas realizadas en diferentes áreas del cerebro siguiendo un orden de jerarquías, y son unificadas para que la respuesta sea coherente y lógica. Cada momento de consciencia es la manifestación de la actividad colectiva de millones de neuronas y otras estructuras relacionadas.
La conciencia es un efecto colectivo de procesos más simples.

Pero antes de entrar de lleno en “la colectividad inteligente”, veamos que es un sistema.

Un sistema es un conjunto de partes o elementos que se organizan y se relacionan entre si para lograr un objetivo común. Los sistemas reciben información, energía o materia de su entorno (entrada o input) y proveen a este a su vez de información, energía o materia (salida o output).

Un sistema puede ser físico o concreto como una computadora, un televisor o un ser humano, o puede ser abstracto y conceptual, como un software o un sistema político y social.

Cada sistema existe dentro de otro más grande, por lo tanto un sistema puede estar formado por subsistemas y partes, y a la vez puede ser parte de un supersistema.
Tomemos el ejemplo del sistema nervioso que es parte de un conjunto de sistemas (circulatorio, inmunitario, locomotor, digestivo, etc.) que conforman a un ser humano, el cual es parte de otros sistemas y niveles de organización superiores.

Un sistema material o físico, es una cosa compuesta (por dos o más cosas relacionadas) que posee propiedades que no poseen sus componentes, llamadas propiedades emergentes; por ejemplo, la tensión superficial es una propiedad emergente que poseen los líquidos pero que no poseen sus moléculas componentes o la presión de un gas, que es el efecto colectivo de sus moléculas, ya que cada molécula por separado no presentan esta propiedad.

La dinámica característica de los sistemas es la misma en sistemas tan diversos como los físicos, biológicos, informáticos o sociales.  Los sistemas presentan características similares:

-El todo es mayor que la suma de las partes.
-Poseen una organización.
-Los elementos del sistema son interactivos e interconectados, no se suman, sino que se multiplican.

Un fenómeno colectivo es el resultado del producto de sus partes, más que la sumatoria.



Supongamos que ponemos dos moléculas en una caja, de vez en cuando chocan entre sí y resulta un evento muy emocionante. ... Si hubiéramos puesto diez o incluso miles de moléculas más en la caja, todo lo que conseguiríamos es más colisiones. Pero si ponemos un trillón de moléculas en la caja, hay un nuevo fenómeno: el sonido de la vibración.

Pero incluso el sonido de más de 50 trillones de moléculas vibrando, no nos sugiere que Mozart o Madonna puedan surgir de este movimiento molecular.

Otros ejemplos de fenómenos colectivos donde el producto final es mayor que la suma de las partes por separado, se puede ver en una colmena, una colonia de hormigas, un equipo de rugby o una orquesta de músicos, y también en diversos tipos de transiciones de fase de los materiales, por ejemplo: la superconductividad y el magnetismo son efectos colectivos que se producen en ciertos metales cuando sus átomos individuales se alinean. Por el enfriamiento de estos metales, las fluctuaciones térmicas cesan, los átomos se vuelven altamente alineados, y por debajo de una temperatura crítica emergen propiedades cualitativas totalmente diferentes y que son emergentes de la dinámica colectiva.



El equipo: la unión hace la fuerza

¿Cómo podría la conciencia estar vinculada a fenómenos colectivos?


Arquitectura neuronal

Las neuronas y sus sinapsis actúan a la manera de los nodos y switches (interruptores) de las computadoras.
Esta riqueza de cálculo se debe a los efectos colectivos de paralelismo y por la abundancia en interconexiones. El cerebro cuenta con unos 100 mil millones de neuronas y a su vez cada una de ellas puede conectarse con miles de otras neuronas.

Cada neurona, por simple que parezca, es en si misma un sofisticado sistema de procesamiento de la información.
Es probable que los grupos de neuronas altamente conectados, logren un comportamiento inteligente a través de la retroalimentación y la reverberación.

Algunos científicos sostienen que para producir un comportamiento inteligente hace falta una "masa crítica" de cerca de 100.000 neuronas. Esto parece no representar un problema para el caenorhabditis elegans, un gusano nematodo con varias habilidades, que tiene 1000 células y solo unas 300 neuronas. Además, los organismos unicelulares simples, como la ameba y el paramecio, realizan tareas complejas sin el beneficio de un cerebro o del sistema nervioso. 

C. elegans: un gusano inteligente

La inteligencia es una cualidad asociada con la conciencia y por lo tanto con la vida. 
Cualquier forma de vida, partiendo de una célula, posee un grado de inteligencia fundamental que le permite adaptarse a los cambios del medio, incluso improvisando.
Los diferentes niveles de inteligencia están relacionados con el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso, cada especie tiene sus propias características de acuerdo al grado de evolución.
El cerebro humano es el más evolucionado en la naturaleza.

En general, los modelos que describen la organización del cerebro solo toman en cuenta las conexiones neuronales (sinapsis) como las unidades fundamentales de procesamiento de la información. 
Sin embargo, dentro de las células nerviosas se producen actividades profundamente complejas e inteligentes.
Las actividades colectivas, de las estructuras del citoesqueleto, como los microtúbulos,  pueden explicar la organización biológica, el procesamiento de la información y la experiencia consciente, 
El citoesqueleto ubicado dentro de las neuronas (y también de todas las células vivas) es una red conectada en paralelo que puede utilizar sus propios fenómenos colectivos para organizar y procesar la información. 

Estos efectos cooperativos y colectivos de los estados de conformación de las proteínas de los microtúbulos, son el sustrato de la inteligencia biológica, que va desde los movimientos celulares de sondeo y exploración, hasta la conciencia humana. Incluso la conciencia humana tiene grados o niveles de manifestación (ignorancia, sabiduría, iluminación, estrechez o apertura de mente, etc), que evidentemente tienen relación con una base física y orgánica.

El citoesqueleto, puede hacer uso de los mismos atributos que se utilizan para describir el nivel de las redes neuronales.
Las redes neuronales modelan y controlan el funcionamiento cerebral y permiten tareas cognitivas complejas, optimizando el procesamiento de la información (velocidad, cantidad de datos, memoria, etc.).

Algunas propiedades de las redes neuronales como el paralelismo, el conexionismo, y cooperatividad coherente, pueden conducir a efectos colectivos, tanto entre las neuronas como entre las subunidades del citoesqueleto.

El cerebro multitareas

El cerebro es un órgano que procesa la información principalmente en paralelo. Puede realizar muchas tareas al mismo tiempo: podemos conducir el auto, escuchar y hablar al tiempo que reconocemos una cara en un cartel de publicidad, todo en menos de 1 segundo.

El cerebro está compuesto de múltiples unidades de procesamiento: miles de millones de neuronas, medio millón de columnas neocorticales y decenas de áreas cerebrales que actúan conjuntamente realizando tareas de una manera flexible (ya que pueden aprender y cambiar su programación) para llegar a una nueva cadena de procesos y a una nueva solución, siguiendo un orden de jerarquías.

Neuronas del neocórtex

En un nivel preconsciente, la información cuántica es procesada en paralelo, o sea simultáneamente, como es el caso de la información sensorial, pero el proceso de unificar la respuesta, es secuencial y ello ocurre, con un alto costo de tiempo (100 a 500 milisegundos por paso) y es el “cuello de botella” del sistema. Esto hace que solo podamos tomar una decisión en cada momento.

Se produce un procesamiento secuencial cuando una tarea se efectúa a continuación de la otra. Paso a paso. Es un proceso lento en el que si una tarea se retrasa, el sistema completo debe esperar, pero tiene la ventaja de que es fácil de entender y de implementar.

Los ordenadores van evolucionando del procesamiento secuencial al paralelo.

En el procesamiento paralelo, varios procesos ocurren al mismo tiempo mejorando el rendimiento general del sistema. Su contrapartida es la complejidad. No siempre se puede paralelizar una tarea, y aún pudiendo, no siempre es fácil hacerlo. En principio, cuantos más nodos actúen en paralelo, más rápido ira el sistema. Hasta cierto punto. Lo común es que haya un límite en que añadir más nodos no aumente la eficacia, sino que incluso la reduzca.

Normalmente las tareas en paralelo tienen una fase secuencial al principio en la que se dividen las tareas y otra al final en la que se consolidan los resultados, por ejemplo: el reconocimiento de una cara, los rasgos faciales, el movimiento, los gestos, la voz, la entonación se procesan en paralelo, simultáneamente. Pero cuando pensamos o  queremos comunicar con esa persona, el proceso es secuencial.


El cerebro es un órgano que procesa la información globalmente en paralelo. Miles de millones de neuronas actúan simultáneamente de forma coherente y unificada, optimizando el rendimiento y multiplicando los resultados, dándole sentido verdaderamente a la palabra “colectividad”.
Este modelo de organización se encuentra por todas partes en la naturaleza, excepto en la mayoría de las sociedades humanas, donde los fenómenos colectivos pueden ser disarmónicos, incoherentes e incluso caóticos.

Pero el cuerpo sabe. Por ejemplo: la retina tiene millones de conos y bastones que perciben la luz, la procesan y la envían a través del nervio óptico de forma simultánea. En el nivel subatómico, la información se encuentra en estado de coherencia y superposición cuántica, y cuanto más tiempo permanecen en este estado, mayor es la posibilidad de cálculo y procesamiento por parte del sistema. Hablamos de nanosegundos (1 ns = 0,0000000001 s).

La corteza visual procesa de forma paralela esta información para reconocer puntos, rayas, rayas orientadas, rayas orientadas en movimiento, objetos, caras… Sin perjuicio de que otras áreas y neuronas puedan seguir sus con sus funciones, por ejemplo:  mantener el medio interno, el equilibrio corporal, escuchar una conversación y cepillarse los dientes.

A medida que el proceso se centraliza se va ralentizando, ya que la experiencia particular es secuencial

El pensamiento consciente al que estamos habituados y en el que somos entrenados desde la infancia, es lento y está limitado por las dimensiones espacio-temporales en las que se mueve.
Este tipo de tareas (conscientes) deben ser procesadas en serie. Así, primero se percibe, luego se decide y luego se ejecuta. Es muy notable que somos conscientes algunos milisegundos después de haber tomado una decisión de modo que un observador con el debido aparataje puede conocer nuestra decisión antes que nosotros.
Los estudios de Benjamín Libet ponen de manifiesto que tomamos decisiones antes de que estas sean conscientes y esto quedó revelado en sus experimentos, en que el observador puede conocer lo que ha elegido el sujeto antes que el sujeto mismo.

Cuando llegamos al pensamiento lógico, este es estrictamente secuencial, convirtiéndose en un cuello de botella. 
En informática, un bottleneck o cuello de botella, es un límite en la capacidad de transferencia de información de un sistema o una conexión, que puede reducir el tráfico en condiciones de sobrecarga. Suele producir una baja del rendimiento y la velocidad general tanto en un sistema como en una conexión.

Por ejemplo al realizar una operación matemática: mientras podemos reconocer una cara en milisegundos, invertimos muchos segundos en realizar una multiplicación compleja e incluso podemos equivocarnos. En el procesamiento secuencial del cerebro una tarea dificulta o impide la realización de otra simultáneamente, de manera que solo podemos tomar una decisión a la vez. Esto tiene sentido en términos de adaptación porque permite tomar decisiones rápidas y únicas que es lo que garantiza la eficacia de la acción.

Cada tarea se puede descomponer en múltiples subtareas en un proceso sin fin. Las subtareas pueden además combinarse de nuevas formas para dar lugar a nuevos comportamientos que antes no existían.
La primera constatación de este hecho vino de mano de los test de inteligencia. Pronto los investigadores se dieron cuenta de que no existe "una" inteligencia.
El cerebro funciona como un multitareas, en el que miles de componentes deben de realizar distintas tareas que combinadas den lugar a un comportamiento aparentemente uniforme. Esto se ha comprobado a través de los múltiples estudios sobre daños cerebrales.

De acuerdo al área dañada se producen distintas alteraciones de comportamiento. Las neuroimágenes, como la resonancia magnética, amplían este conocimiento ya que nos muestran la activación de las distintas áreas cerebrales de acuerdo a las tareas que realicen.

Lo anterior lleva plantearse, ¿Qué es ver, pensar o sentir? En realidad son  tareas formadas por subtareas que a su vez se pueden dividir hasta atomizar por completo la conducta. La conducta es el resultado de múltiples taréas realizadas en áreas distantes del cerebro y luego unificadas dando una respuesta coherente…aunque no siempre.
Un estímulo llega a ser consciente después de haber tenido un alto grado de procesamiento previo (preconsciente).

El poder del inconsciente

Podemos concluir que nuestro verdadero potencial es inconsciente. La experiencia consciente es un collage de agregados que surge de la activación de ciertas áreas del cerebro y por lo tanto no tiene existencia propia, es el resultado de la actividad conjunta de la colectividad de células inteligentes.
El océano de infinitas posibilidades se encuentra más allá de los límites del nivel consciente y accedemos a el atravesando las palabras y las categorías, los miedos y el egoísmo.
La práctica de la meditación nos permite trascender la existencia individual y armonizarnos con la vida cósmica.
Inconscientemente y de forma natural.


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