miércoles, 29 de febrero de 2012

Tiempo y conciencia II


El momento presente

…o la conciencia del ahora.



 Cada experiencia consciente es un momentos discreto (separado), que se encadena con el momento contiguo, forman un flujo en el tiempo, o más bien un collage de momentos organizados arbitrariamente, cuya continuidad es una ilusión de la memoria
Incluso esta "cadena" de pensamientos que crea una verdadera corriente de conocimiento, esta formada por información "residual" en la memoria, programas subconscientes y otras vibraciones que no registramos y ni siquiera nos pertenecen.

En cualquier caso, nos percibimos conscientemente como una continuidad, un "flujo" de tiempo, y este aparente flujo del tiempo además puede variar.
Todos experimentamos la “relatividad” del tiempo. Ante situaciones extremas o no ordinarias, la noción del tiempo cambia.
Durante zazen, la percepción del tiempo varía. La inmovilidad y el no pensamiento modifican drásticamente la geometría del espacio-tiempo (la realidad, en otras palabras), permitiendo que la conciencia se expanda y cambie de dimensión al no encontrar los límites de la percepción ordinaria ni del pensamiento consciente.

Si estamos con alguien que amamos el tiempo pasa más rápido que si estamos con alguien que no queremos. Si hacemos algo que nos gusta, el tiempo pasa “volando”, pero cuando hacemos algo que no nos agrada el tiempo pasa lento…muy lento…

Algunos deportistas de alto nivel, como el jugador de fútbol Lionel Messi o el atleta Usaín Bolt son capaces de sobresalir porque se mueven mucho más rápido que sus rivales, los cuales parecen reaccionar en cámara lenta.


Velocidad física a un lado, esta capacidad se relaciona con un aumento en la frecuencia de los eventos conscientes en las neuronas implicadas.


Por ejemplo, si Messi tiene 60 eventos conscientes por segundo, y los defensores sólo tienen 40 eventos conscientes por segundo (que es la media), Messi tiene 50% más de percepciones, decisiones y reacciones sobre cualquier intervalo de tiempo, dado que sus rivales parecerán moverse “más lentamente”. Es decir, su cerebro procesa mas información y más rápido. Como los procesadores actuales de 5ª generación (Pentium de doble núcleo) con respecto a los de hace más de 5 años (Pentium 4).

El caso contrario es, por ejemplo, alguien que ha bebido alcohol en exceso. El alcohol, que es un depresor del sistema nervioso provoca menos eventos conscientes por segundo, y por lo tanto su percepción consciente es que los acontecimientos en el resto del mundo se están produciendo con mayor rapidez que el ritmo de su propia percepción (por eso no es una buena idea conducir un coche en estas condiciones).

Esta modificación en el hardware cerebral es una característica de la evolución humana, las nuevas generaciones vienen con un sistema físico mejor adaptado y que rinde más, o sea, más inteligente. Algunos individuos se adelantan a su tiempo y pueden tomar el camino de la genialidad...o la locura, depende.

También dada la plasticidad del cerebro, con entrenamiento adecuado, una persona puede cambiar su programación, mejorar el procesador, aumentar el número de conexiones neuronales y optimizar el funcionamiento cerebral, lo que se traduce en una mayor inteligencia y expansión de su conciencia. Esto brinda un número mayor de posibilidades al gestionar el cerebro más cantidad de información simultáneamente.



Otra de las características extrañas de la conciencia es la sincronía temporal de los estímulos sensoriales.
Incluso los actos simples como caminar, involucran una cantidad enorme de estímulos sensoriales (que en esencia son energía e información) que son coordinados de manera compleja para darnos una sensación de percepción unificada.

Las sensaciones táctiles de los pies en contacto con el piso viajan a través de las vías nerviosas sensitivas en un recorrido bastante largo y lento, debido a los tiempos de conducción y los retrasos sinápticos, a través de las piernas y la médula espinal hasta el cerebro… pero la información visual de ver a nuestros pies en contacto con el piso llega a nuestro cerebro mucho más rápido a través de los nervios ópticos.
Sin embargo, percibimos la información visual y táctil como simultáneas.
Nuestra percepción consciente no es sincronizada (vemos a nuestros pies golpear el piso y una fracción de segundo más tarde los sentimos golpear el piso), pero los recordamos como sincronizados, el cerebro hace una revisión globalizada del suceso.
Esto implica que nuestra visión de la realidad es puramente una construcción, o sea, una ilusión.

Otra explicación es que las percepciones rápidas (visión) se retrasan para esperar a la percepción lenta (tacto).
Esto implica que estaríamos constantemente "viviendo en el pasado”.

Nuestra conciencia va retrasada con respecto a la realidad.

Hay otro hecho. La evidencia experimental sugiere que el cerebro refiere la información "hacia atrás en el tiempo".

De hecho esta referencia hacia atrás puede ser algo trivial, lo que nos permite vivir el momento presente a pesar de los retrasos finitos en nuestra experiencia sensorial. Este mecanismo nos permite actuar, y luego un poco más tarde decidir acerca de la acción.
En el reino cuántico el tiempo es incierto y los eventos se pueden ejecutar en el sentido inverso. De manera que la información puede provenir del futuro y a su vez del presente enviar información al pasado.

Hablamos de presente, pasado, futuro, pero en el nivel fundamental no hay separación.
Cada punto de la existencia contiene al pasado y al futuro.
Desde este "aquí y ahora" podemos enviar y recibir información de todas las direcciones del tiempo y el espacio.
Podemos modificar un recuerdo, embellecerlo, iluminarlo y ese hecho ya está iluminando nuestro presente.
Podemos enviar información al futuro, modelando sutilmente la geometría del espacio-tiempo con un propósito o una intención y al mismo tiempo recibir información de nuestro futuro.
Seguramente nuestro ser de mañana estará recordando este hoy de la misma forma que nuestro ser de hoy recuerda ayer.
Verdaderamente está más cercano a la magia que a la ciencia.
Es difícil comprender esto conscientemente ya que la experiencia consciente se mueve hacia adelante en el tiempo, de pasado a futuro y la mente inevitablemente tiende a hacer categorías y a darle forma a las cosas.

Pero en los niveles fundamentales todo es posible. Es cuestión de probabilidades. La intención es determinante. La intención es el propósito focalizado. Es la conciencia enfocada en algo. En el microscópico mundo cuántico la conciencia genera densidad de energía e información en cualquier punto y esto modifica (curva y modela) la geometría del espacio-tiempo, es decir el sustrato de la realidad.

Nuestro cerebro está acostumbrado a "particularizar" lo que percibe ya que el sistema de sensores (órganos de los sentidos) esta diseñado para captar partículas (forma, materia), pero, y esto es un hecho,
existen al mismo tiempo una infinidad de campos de energía e información que se condensan momentáneamente en materia, partículas, con información y existencia propia.
A esto la física lo llama dualidad onda-partícula.
En realidad lo que percibimos como sólido y "real" es el resultado de múltiples interconexiones y no existe por si mismo. La realidad fundamental es de interconexión, de interdependencia de todos los seres, cosas y fenómenos.
En el nivel cuántico se le llama entrelazamiento. Las partículas surgidas de la misma fuente comparten la información, permanecen entrelazadas (entangled) más allá del tiempo y el espacio. La información que recibe una la registra la otra (u otras) instantáneamente. La transferencia de información hacia atrás en el tiempo puede explicarse así por el entrelazamiento cuántico.

Este principio de la mecánica cuántica y que es uno de los fundamentos de la física moderna, es la base de la enseñanza de Buda y de otros maestros espirituales desde hace miles de años.
La realidad que percibimos (incluso cada uno de nosotros), es solo una manifestación, un fenómeno emergente y pasajero surgido del campo de infinitas posibilidades.

La esencia de nuestra vida no es la forma sino la interconexión con todos los seres y cosas.

One heart, one love...







lunes, 27 de febrero de 2012

Tiempo y conciencia



La conciencia crea el tiempo
                                                                                
¿Qué es el tiempo? ¿Qué relación tienen el tiempo y la conciencia? ¿Existe el tiempo fuera de la conciencia?

La idea de que el tiempo es un proceso que "fluye" en una sola dirección es ilusoria, ya que si el tiempo fluyera lo haría en un medio o por un vaso, como las radiaciones o un fluido, y no es así.
Pero además, ¿minutos de que? ¿Qué es una hora?

¿Por qué se producen los procesos de forma unidireccional en el tiempo?

Si consideramos que la conciencia es la que crea el espacio-tiempo, es más fácil comprender la “relatividad” del tiempo y del espacio. Dicho de otra forma: el tiempo no tiene existencia propia, no existe fuera del espacio y del observador (conciencia).
El concepto de tiempo “absoluto” corresponde a la física clásica donde el tiempo es el mismo para todos los observadores.

En física relativista la medida del transcurso del tiempo depende del sistema de referencia donde esté situado el observador y de su estado de movimiento, es decir, diferentes observadores miden diferentes tiempos transcurridos entre dos eventos que se encuentran causalmente conectados. Por tanto, la duración de un proceso depende del sistema de referencia donde se encuentre el observador.

¿Pero que pasa con el tiempo en si mismo?



Si bien en la vida cotidiana dependemos de la hora, podemos decir que es más bien un arreglo humano para organizar la actividad y el trabajo, y aunque una hora es una hora en cualquier parte, la duración del tiempo es relativa.
El tiempo solo puede ser comprendido por el conocimiento interior al cual pertenece.

Cada momento o evento consciente corresponde a una nueva organización de la geometría del espacio-tiempo, que se selecciona a nivel de la escala de Planck de manera irreversible. 
Cada momento tiene su propia realidad con su propio tiempo y espacio.

La escala de Planck (ℓP) es la distancia o longitud por debajo de la cual el espacio deja de tener una geometría clásica (formas geométricas, etc.). No es posible tratar una medida de esta magnitud en los modelos actuales de la física.
La geometría euclidiana es aquella que estudia las propiedades del plano, la recta y el espacio tridimensional. Con frecuencia, geometría euclidiana es sinónimo de geometría clásica.

En todo el dominio de la física clásica que abarca desde las leyes de Newton hasta la teoría de la relatividad general de Einstein, se considera que el espacio es un continuum infinitamente divisible y que visto al microscopio es localmente como el espacio euclídeo.
Sin embargo a escalas de longitud tan increíblemente pequeñas como la longitud de Planck la concepción clásica del espacio como un continuum con rectas y planos, deja de ser válida, ya que a esas escalas el espacio (y el tiempo) de hecho tienen un comportamiento cuántico. Es decir, probabilístico e indeterminado. En otras palabras, en los niveles fundamentales, más allá del átomo, las partículas se comportan de manera imprevisible y no determinada, solo podemos referirnos a ellas en términos de probabilidades.

En los niveles esenciales, todo es posible.

Una vez producida la reducción o el colapso de la función de probabilidades en una determinada, la información sigue la vía clásica, donde no hay vuelta atrás a lo largo del mismo camino, que no sigue un algoritmo. El proceso es irreversible y no computable.

En los niveles cuánticos no manifestados,  los estados existen de manera superpuesta y coherente, pero una vez elegido uno de los tantos estados posibles (reducción o colapso), ya no hay vuelta atrás, la materia, el tiempo y el espacio se comportan como los conocemos.

La superposición cuántica es la aplicación del principio de superposición a la mecánica cuántica. Ocurre cuando un objeto "posee simultáneamente" dos o más valores de una cantidad observable (por ej. la posición, velocidad o la energía de una partícula).

Los eventos de reducción objetiva (colapsos de la función de onda) "se incrementan" hacia adelante en la geometría del espacio-tiempo.
Con frecuencia decimos: “el tiempo pasa”, pero es la conciencia, como una secuencia de eventos conscientes (al igual que fotogramas), la que pasa  y reorganiza la geometría fundamental del espacio-tiempo, o sea, la realidad.
El flujo unidireccional y ordenado del tiempo es una función de nuestra conciencia.
La conciencia es una "corriente" de eventos discretos y no un estado continuo.

La conciencia crea el tiempo y por lo tanto el espacio

Cada evento discreto, o sea, cada instante consciente, representa un estado de reducción en una de las tantas posibilidades, es el resultado del colapso o caída de la onda de posibilidades no manifestadas, en una partícula de conocimiento. La palabra discreto proviene del latín discretus, que significa "separado". En matemáticas y física, una función, variable o sistema se considerarán discretos, en contraposición a continuos, si son divisibles un número finito de veces. Así, el conjunto de los números naturales (1, 2, 3, 4, etc.) es un conjunto discreto, así como también lo es la energía de los estados cuánticos.

La “continuidad” es una ilusión creada por el cerebro para brindar coherencia y esta relacionada con la memoria y el pensamiento consciente de tipo secuencial (encadenado), vinculado a la actividad del neocórtex (particularmente en el lóbulo frontal).
Es como un film, vemos el movimiento, la acción, incluso “vivimos” la historia, los protagonistas, el significado, los efectos especiales, etc., sin embargo todos sabemos que son fotogramas que al ser pasados a una determinada velocidad crean la ilusión de continuidad.

Podríamos describir nuestro flujo de conciencia como una serie de "engañosos” presentes de corta duración de los que somos inmediatamente sensibles sin cesar.
Cada momento o evento consciente es un fotograma.


La conciencia es sólo momentánea... lo que consideramos como conciencia es una secuencia de momentos, que se encadenan unos a otros... cada momento de la conciencia sólo dura un período muy corto de tiempo, tan solo un 1/64 del chasquido de dos dedos.

Con la practica regular de zazen es posible detectar el paso de un momento a otro, de un pensamiento a otro…pensamiento…no pensamiento…pensamiento…Es lo que se llama pensar sin pensar o pensar desde el fondo del no pensamiento. Se puede observar el origen y el final de un pensamiento, sin hacer que se encadene con ningún otro. Es decir, sin que en el cerebro haya una reacción generalizada de ondas de alta frecuencia ni flujo de pensamientos que “encienda”  la actividad del neocórtex.

Lo que consideramos comopresente” es en realidad el "pasado", esto es debido a que funciona lo que se describe como memoria de trabajo.
Podemos considerar el momento presente, pero cuando lo hacemos ya pasó, por eso tenemos la impresión de que el tiempo transcurre. El hecho es que vamos de ahora en ahora, y cada ahora tiene su existencia única y definitiva y su propia geometría espacio-temporal.

La memoria de trabajo es la memoria temporal, “on line”, que los seres humanos utilizamos para realizar ciertas tareas y resolver determinados problemas. Las operaciones cognitivas están relacionadas de esa forma con esta memoria activa llamada también memoria operativa o memoria a corto plazo.
La memoria de trabajo se refiere a la capacidad de almacenamiento temporal y a la forma de manipulación de la información guardada.
A nivel neurofisiológico, consiste en la activación de un grupo de neuronas neocorticales que se mantienen activas en la corteza prefrontal (lóbulofrontal) por la información contenida en esa red y para ser usada para una acción anticipada. El rol de la corteza prefrontal en la memoria de trabajo es fundamental.
La memoria de trabajo requiere la activación de un circuito de neuronas, el cual activa en sí la memoria propiamente dicha. Esta memoria, si bien es activada desde la corteza prefrontal, requiere a su vez la activación del resto de estructuras cerebrales implicadas, como el lóbulo temporal para el significado y la audición, el lóbulo parietal relacionado con la comprensión, la asociación y la sensibilidad (dolor, tacto) y el lóbulo occipital para la imagen visual.
Podemos compararla con la memoria RAM en las computadoras.

La memoria de trabajo es fundamental para realizar un análisis y síntesis de la información y retener datos necesarios para la consecución de un determinado proceso mental.
Si se afecta este tipo de memoria operativa afectará a un gran número de procesos de aprendizaje, provocando una disminución de la atención, dificultad para inhibir estímulos irrelevantes, problemas en el reconocimiento de prioridades, en la resolución de un problema y en la planificación y ejecución de un plan.

De todas formas, la memoria no es un dispositivo ubicado solamente en alguna o en varias partes del cerebro, y si bien depende de la integridad de ciertas estructuras cerebrales (como el hipocampo y la corteza frontal) según investigaciones actuales, el cerebro gestiona esta actividad en su conjunto y en interdependencia con los campos de información (como una verdadera red informática). 

continúa...





jueves, 23 de febrero de 2012

La química del pensamiento



Existe una vía química de comunicación entre conciencia y partículas, muy compleja y extremadamente eficaz, que no esta confinada únicamente al sistema nervioso, también el sistema inmunitario tiene una comunicación intima con la mente.
Un dato relevante: el incesante diálogo interno no pasa desapercibido para el cuerpo.

Cada célula lo escucha, y particularmente los linfocitos y otros componentes del sistema de defensa. Estas células especializadas en proteger al cuerpo se ven afectadas directamente por los pensamientos y las emociones. Esto tiene un rol fundamental en el origen de muchas enfermedades y por otra parte en la capacidad curativa y de regeneración del organismo.


Las creencias generan una determinada química que afecta directamente a cada célula del cuerpo. Lo que creemos impacta profundamente en la organización de la materia, es decir, en el cuerpo físico y por lo tanto en la realidad que se genera.

Cada evento consciente tiene su propia geometría espacio-temporal, es decir, su propia realidad. Cada pensamiento produce un impacto en la realidad física. 
La mente y la realidad material están íntimamente conectadas.

Por eso hay que estar atentos a lo que se piensa y saber apagar la “radio”. 
Desarrollar la atención y la no conciencia, es fundamental. 
La atención nos sirve de filtro, eliminando estímulos e información irrelevantes. 
La no conciencia, es el silencio interior, el espacio entre dos pensamientos. No se trata de un estado especial de la conciencia, aparece naturalmente cuando se interrumpe el flujo, la secuencia del pensamiento ordinario, personal. Lo que se denomina: la pequeña mente o mente individual.

Para esto la práctica de zazen es la clave.

Si vamos a mantener la radio interna prendida, reproduciendo su incesante y monótono diálogo, hay que saber que además de consumir recursos y generar “interferencias”,  la escucha el universo entero.
Cuando cesa el “parloteo” mental y se calma la mente, podemos ser sensibles al lenguaje del cuerpo. 
Las células se expresan de muchas formas incluso mediante el dolor y la incapacidad. Desde esta perspectiva, la enfermedad puede ser vista como un mecanismo del cuerpo para poder eliminar, purificar, regenerar y reestablecer las condiciones de equilibrio.

La salud y la enfermedad no son conceptos absolutos. Cada persona manifiesta un modelo de desequilibrio propio y una necesidad particular. No se puede generalizar, es un error.

Hay que aprender a observar y escuchar que es lo que pasa en  nuestro ser, con nuestro cuerpo, con las emociones, con los sentimientos...  Para esto debemos cambiar la dirección de la mirada hacia el interior. Un giro de 180º.

En el silencio y la inmovilidad de la meditación podemos comprender el lenguaje de cada célula, de cada órgano, de cada parte del cuerpo. Podemos poner el pensamiento en cualquier punto, y donde va el pensamiento, acude la energía, ya que la conciencia es energía e información, que naturalmente se condensan y cristalizan formando materia. La densidad de información y energía aumenta la masa, que curva y modifica la geometría del espacio-tiempo en sus niveles fundamentales y en consecuencia transforma la realidad física.



A cada pensamiento le corresponde una sustancia química específica que generará un efecto determinado. Cada célula tiene receptores en su membrana, los cuales captan y traducen toda esta información. De esta forma la célula interpreta lo que pasa.
Una forma negativa de pensar genera un medio interno y una química acorde.
Si nos identificamos con la enfermedad, con un defecto o una debilidad será muy difícil generar un cambio, porque el campo y las células reciben esta señal y mantienen siempre las causas que generan malestar e infelicidad, y así se perpetua la misma realidad.

Pero si modificamos nuestra percepción y comprendemos que estamos sumergidos en un océano vivo de energía e información, todo es posible.

Somos seres creadores por naturaleza. Usamos la palabra "crear", pero visto que la energía no se puede crear ni destruir, es más correcto hablar de transformación.
Tenemos este poder, solo hay que desarrollarlo, y el primer paso es la confianza en si mismo y el conocimiento de su verdadera naturaleza.





martes, 21 de febrero de 2012

10 principios para la sanación



 
Estas premisas también son válidas para curar cualquier enfermedad crónica, incluso el cáncer, adicciones, desequilibrios y para mantener la salud del cuerpo-mente.

1) Perdonar y perdonarse
Hay que poder perdonar a los que nos hicieron mal y también a nosotros mismos por el mal que nos hemos hecho y por todo el sufrimiento que aceptamos vivir, por egoísmo e ignorancia y considerando que en el pasado estuvimos en el error. Esta observación origina un vector de equilibrio y su influencia es de carácter expansivo.

El perdón es un acto de cancelación. Una vuelta a cero. Genera un movimiento de energía e información que elimina los bloqueos y los sentimientos negativos y de frustración enquistados en lo más profundo del ser. Es un movimiento liberador que nace en el corazón pero que esta acompañado por la comprensión que otorga la sabiduría profunda. Esto amplifica las señales electromagnéticas del corazón (al liberarse de un bloqueo) y esta energía expansiva se traduce en felicidad y en un aumento de la capacidad curativa (resistencia + regeneración).
El campo recibe esta ondulación generándose un feedback que incrementa la información y la energía que recibe cada célula.
Como se dice: “es preferible ser feliz que tener la razón”.
Perdonar es inteligente. El cuerpo sabe.

2) Ayunar: Regularmente purificarse física y emocionalmente
El ayuno es uno de los métodos curativos más antiguos y uno de los mejores remedios para los dolores de cualquier origen y para las enfermedades crónicas. Incluso los animales se curan ayunando. Tiene sentido.
El ayuno es como un tiempo de vacaciones en el que uno descansa y se ocupa de lo que nunca tiene tiempo de hacer. Al no tener otras demandas ni trabajos extras uno puede dedicarse a otras cosas necesarias que, por falta de tiempo o disposición, no se hacen habitualmente: reposar, ordenar asuntos pendientes, limpiar la casa, cortar el césped, sacar la basura o los trastos acumulados, atender a los afectos y recuperarse del intenso trabajo cotidiano.
Nuestro organismo funciona igual. Al no tener que gastar energía ni recursos en digerir y asimilar alimentos, el cuerpo dispone de un plus de energía y recursos que puede utilizar para los procesos curativos y de purificación. Esto le permite acelerar la curación y eliminar los residuos acumulados.
Hay variadas maneras de hacer un ayuno. Cada uno debe encontrar su método, acorde a su necesidad y posibilidades.

3) Visualizar la curación y el buen estado de cada órgano
Sabemos que el pensamiento es una onda que transporta energía e información. La visualización crea imágenes que el cerebro interpreta como reales. Más intensa (vívida) es la imagen o representación, más intenso será el efecto (químicamente hablando).
Como ya vimos, el cerebro no hace diferencia con la información que le llega. Gestiona de la misma manera una información real que una imaginaria.
Esta onda de información tiene el poder de eliminar los programas nocivos y regenerar los tejidos.



4) Profundizar la respiración
La respiración es esencial. Está directamente ligada a la vida y a la muerte. Es lo primero que hacemos al nacer y lo último que haremos al morir. Podemos estar sin comer, incluso sin beber varios días, pero no podemos dejar de respirar ni unos minutos.

El maestro Deshimaru hizo el siguiente comentario al respecto:
“…Existe, y muy exactamente una relación entre la respiración y el espíritu, podemos dirigir nuestro espíritu mediante la respiración. Si ustedes montan en cólera o están tristes, insatisfechos o enfermos, y si buscan calmarse o aliviarse, concéntrense en la expiración suave y profunda, imperceptible, por debajo del ombligo y de inmediato encontrarán la calma y vuestro cuerpo y espíritu se volverán apacibles y recobrarán la condición normal.
Esto es muy importante. Cuerpo y corazón se tranquilizan. Si les duele el estómago es inútil pensar en esto, sino se vuelve más doloroso. Igual con el dolor de cabeza. Lo mejor es concentrarse en la expiración y así calmarse. Es el mejor método. Pero es necesario que la expiración sea larga, suave y profunda. Los que continúan zazen cada día toman la costumbre de esta respiración, inconcientemente, automáticamente, naturalmente. Sus caras cambian, se vuelven luminosos, abiertos; en cambio los que dejan zazen cambian de cara también, pero a la inversa.
En un kusen dije: “Ahí donde el pensamiento surge, el espíritu aparece”.
Pero ¿desde donde pensamos?, ¿qué trayectoria sigue el pensamiento en nuestro cuerpo? Surge de los nervios y centros autónomos (vegetativos) para ir al hipotálamo, luego al tálamo, después al córtex antiguo y al final al neocórtex.
Es así como funciona el pensamiento.
El hipotálamo es muy importante. Es la raíz del pensamiento, es el punto de unión entre el cuerpo y el espíritu, entre el cerebro y los órganos del cuerpo. En casi todas las personas de esta “civilización moderna”, el hipotálamo es débil. Si lo volvemos fuerte, evitamos las enfermedades.
Practicando zazen vuestro hipotálamo se vuelve automáticamente fuerte.
Los médicos lo certifican. Esos que van seguido al médico están condenados a volver más y más. Es un fenómeno psicosomático. A veces es necesario consultar un buen médico, si sentimos el cuerpo enfermo. Pero hay que consultar a uno que tenga una visión global de ustedes mismos. Los especialistas a menudo no ven más que una parte del cuerpo y además en los hospitales no tienen en cuenta vuestra personalidad ni vuestro temperamento. Nosotros podemos controlar nuestro cuerpo y nuestro espíritu por nosotros mismos. Controlar el espíritu con el espíritu es muy difícil. Pero podemos controlar nuestro espíritu con nuestra respiración. Es muy fácil.
Querer controlar el espíritu mediante el espíritu es como querer apagar el fuego con fuego. Se produce más fuego. Para apagar el fuego el agua es lo más indicado.
De la misma forma para curar enfermedades y alejar la tristeza, los sufrimientos, la ansiedad, lo mejor es concentrarse en la expiración. Así nos volvemos calmos. Pero es necesario realizar una expiración muy larga y profunda, sin cortarla antes de la inspiración.
Además para respirar largamente es necesario respirar suavemente, imperceptiblemente, profundamente. Si nos concentramos de ésta manera, nuestro cerebro se vuelve fresco, la circulación de la sangre y energía se renueva, el intercambio gaseoso en los pulmones es activado, la tos se calma, se mitiga el dolor, los síntomas desaparecen”.

Mediante la respiración podemos calmar la mente y hacer que las vibraciones del cerebro se vuelvan coherentes y por lo tanto más eficaces a la hora de procesar datos y gestionar información.
Las neuronas son devoradoras de oxígeno. No necesitan gran cosa, pero sin O2, disminuye su rendimiento y finalmente mueren.


5) Calmar la mente y pensar positivo
El control mental es un mecanismo esencial en todo proceso curativo. Es fundamental para una correcta adaptación a las circunstancias y para elaborar una respuesta adecuada.

La felicidad es la concentración que no solamente evita el desorden mental, sino que organiza nuestro espíritu y pone orden interiormente.
La concentración aumenta la coherencia de las ondas cerebrales.
Concentrar nuestro espíritu en alguna cosa o acción, genera una gran influencia en la esfera interna y en el entorno.
En la vida cotidiana, la mayor parte de las personas no pueden concentrarse. Pasan todo el día parloteando sin sentido y mirando hacia el exterior sin ser capaces de concentrarse en una cosa. Su espíritu vagabundea. Algunos incluso toman la forma de un fantasma, sin raíces y arrastrados por cualquier viento.
Por el contrario, si desarrollamos la concentración y adquirimos el hábito de observar profundamente en nuestro espíritu, aparece la verdadera felicidad y la sabiduría, fuentes de energía e información.
Para este propósito es importante disciplinarse y ordenar la actividad psicofísica, para que no sea caótica y favorezca la curación. Un cambio se hábitos se impone.
El pensamiento positivo genera por su propia naturaleza, un flujo coherente de energía e información que no solo estimula la curación sino que ayuda a prevenir cualquier enfermedad.
Se trata de información que gestiona el cerebro creando una realidad en consecuencia: en este caso, positiva y favorable, que afecta a todos los niveles del ser: físico, energético y espiritual.
El pensamiento positivo siempre genera un buen sentimiento, las células responden a este estímulo produciendo señales y todo el organismo escucha y lee este mensaje.

Se dice pensamiento positivo, pero más correcto es decir: sentimiento positivo. El sentimiento incluye a la emoción y las emociones tienen una fuerte conexión con el cuerpo físico.


6) Desarrollar un sentimiento de empatía por todos los seres
En el nivel fundamental estamos entrelazados. En física cuántica esta propiedad se la llama entanglement: partículas que surgen de una misma fuente comparten la información instantáneamente, los cambios que experimenta una los registran las otras aunque estén separadas por distancias siderales, a tal punto que no puede considerárselas sistemas separados.
Lo que sentimos por los otros lo sentimos por nosotros mismos.
Percibimos un universo de partes separadas e individuales debido a una limitación de la percepción.
Esta es una reflexión de Albert Einstein al respecto:
“Un ser humano es parte de un todo que llamamos "el universo", y está limitado en el espacio y el tiempo.
Él hace la experiencia de su ser, sus pensamientos y sentimientos como algo separado del resto - una especie de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es una prisión para nosotros, que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto reservado para nuestra familia.
Nuestra tarea es liberarnos de esta cárcel ampliando nuestro círculo de compasión para que abrace a todos los seres vivos y a la naturaleza en todo su esplendor.”

7) Ser agradecido y aprender a aceptar las cosas como son.
 Lo que nos toca vivir debemos tomarlo como una posibilidad de transformación y aprendizaje.
Dar gracias genera una reacción positiva en el medio interno y en el entorno. Es un movimiento armonioso y expansivo que surge del corazón y afecta incluso la química corporal y los campos electromagnéticos a nuestro alrededor.
Significa también abrir las manos y dejar partir.
El agradecimiento es el mejor remedio para los apegos y mezquindades.


8) Comer solo lo necesario, optando por alimentos naturales y frescos (no procesados).
No solo es importante el valor calórico y nutricional de un alimento, sino también su poder organizador, y esto está dado por las características de su cultivo, crianza y manufactura.
El poder organizador se refiere a la capacidad de los alimentos de aportar orden en nuestro complejo organismo y esto es fundamental para el desarrollo de la vida y por supuesto de la salud.
Esta capacidad está relacionada con el sol y los fotones. Los alimentos almacenan la luz del sol y nuestro cuerpo se sirve de esos fotones para obtener orden e información.
Los alimentos procesados pierden estas condiciones ni que decir de los alimentos artificiales o los producidos sin luz solar (cultivos indoor, aves de criadero). Además están los conservantes, saborizantes y colorantes que disminuyen la calidad del alimento y lo hacen potencialmente nocivo.
Por eso siempre que se pueda hay que optar por alimentos naturales de la región en donde uno vive y evitar la comida chatarra.

9) Hacer ejercicios físicos y energéticos adecuados.
Es la mejor manera de mantenerse en buena salud.
Mens sana in corpore sano. Esto es muy antiguo y muy trillado pero su significado es siempre válido. El ejercicio fortalece el cuerpo e incrementa la resistencia a las enfermedades, estimula los procesos fisiológicos y el sistema inmunitario, aumenta el flujo de sangre y energía favoreciendo la oxigenación de tejidos y órganos y los mecanismos de purificación, se evita el estancamiento y la acumulación de elementos que normalmente deben ser eliminados. La mente se calma y se relaja. La actividad física y energética retroalimenta la motivación y la vitalidad y potencia los mecanismos de adaptación.
Adecuado hace referencia a que cada persona debe adaptar la actividad física a sus necesidades y posibilidades (edad, condición, época del año, etc) y no al revés.
Hay disciplinas más completas y profundas que otras: chi kung, taichi, yoga o las artes marciales, están entre las mejores prácticas tradicionales ya que además de optimizar el cuerpo físico, permiten armonizar y desarrollar la energía y armonizar las emociones.

La clave está en la perseverancia y la regularidad. De esta manera se pueden apreciar los beneficios.
Lo contrario del ejercicio es la vida sedentaria: poco movimiento, mucho tiempo sentado en malas posiciones, poco contacto con la naturaleza, deficiente oxigenación, excesiva actividad mental y tendencia al estancamiento (físico y emocional).
El ejercicio es salud porque  para poder realizarlo hace falta un mínimo de salud.
El ejercicio es cosa de sanos.

10) Practicar zazen
La postura de meditación zen es una actitud fundamental del ser humano. Significa el retorno a la condición normal y equilibrada del cuerpo-mente.
La forma adulta y evolucionada de nuestra vida.
Si bien zazen no es un método de salud, como método de salud es el mejor.
Sus beneficios en el área de la fisiología y la psicología han sido demostrados por la experiencia tradicional de miles de años de transmisión directa de maestros espirituales y en la actualidad también por el aporte de la ciencia. Representa una ayuda inestimable y un tesoro de la humanidad.
Hay muchas formas de meditación, pero zazen es la forma directa para hacer la experiencia de su verdadera naturaleza, del espíritu original y universal, trascendiendo la mente individual.

En la calma inmóvil de la concentración y la atención sutil, se puede acceder con la conciencia a estados de coherencia cuántica, es decir podemos naturalmente ser conscientes del inconsciente. Pensar sin pensar. Acceder a información contenida en la profundidad del cerebro y en cada célula. Esta observación desapegada y libre de juicios, es la conciencia que se observa  a si misma y zazen es el espejo.
Finalmente todo se trasciende, se deja pasar y se vuelve al punto cero de la no conciencia. Sujeto y objeto se vuelven uno. Desaparece el espejo.

Tal es el mérito de esta práctica.

La expansión de la conciencia aumenta la cantidad de energía e información, esto se traduce en vitalidad, sabiduría y compasión.
Este cambio de actitud y de postura, no solo previene enfermedades y cura sino que también ilumina con su radiación en todas las direcciones, más allá del espacio-tiempo. 

Zazen es la forma evolucionada de nuestra vida