jueves, 27 de marzo de 2014

El principio de polaridad

El principio de polaridad encierra la verdad de que todas las cosas manifestadas tienen "dos caras", "dos aspectos", "dos polos"; un "par de opuestos", con múltiples grados entre los dos extremos.


Por la comprensión de este principio podemos trascender las contradicciones de nuestra vida.

La diferencia entre aspectos o cosas aparentemente opuestas entre sí, no es más que una cuestión de grado. Sin embargo "los pares de opuestos pueden reconciliarse", ya que son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado, y esta reconciliación se efectúa mediante un reconocimiento de este principio de Polaridad.

Este principio es válido para cualquier creación o manifestación de la naturaleza.

El espíritu y la materia no son más que los dos polos de la misma cosa, los planos intermedios son simplemente grados de vibración

La Conciencia creadora y cada creación son en esencia lo mismo, la diferencia es meramente una cuestión de grado de la manifestación de la  mente.
Asimismo la Mente Infinita y las mentes finitas solo varían en grado.

El calor y el frío son idénticos en naturaleza, las diferencias se deben a una cuestión de grados.
Un termómetro muestra muchos grados de temperatura, el extremo más se conoce como "frío" y el más alto como "calor". Entre estos dos polos hay muchos grados de "calor " o "frío".
El grado más alto es siempre el "más cálido", mientras que el inferior es siempre el “más frío". No existe una norma absoluta, todo es una cuestión de grado. No hay lugar en el termómetro en donde termina el calor y empieza el frío. Es solo una cuestión de vibraciones, más altas o más bajas.
Los propios términos "alto" y "bajo", los cuales nos vemos obligados a usar, no son más que polos de la misma cosa: los términos son relativos.

Veamos otro ejemplo de esta relatividad, con los puntos cardinales.

Si viajas alrededor del mundo en dirección hacia el Este, llegarás a un punto llamado Oeste en tu punto de partida, y si vas hacia el Oeste, desde ese mismo punto, retornar a ese punto que será entonces el Este. Viaja bastante lejos hacia el Norte, y te encontrarás viajando hacia el Sur, o viceversa.

Como vemos, este principio que muestra la relatividad de los opuestos, es aplicable a todas las cosas.

Luz y oscuridad son polos de la misma cosa, con muchos grados entre ellos.
Con las escalas musicales es lo mismo. La diferencia entre un Do y otro de una octava superior o inferior solo varía en grado, pero sigue siendo la misma nota.
La radiación ultravioleta y la infrarroja son lo mismo, solo que vibrando de manera diferente.

Grande y pequeño son relativos. También lo son la agitación y la calma; el sonido y el silencio, duro y blando, todos siguen la regla.
Del mismo modo positivo y negativo son los dos polos de la misma cosa, con innumerables grados entre ellos.

Bueno y malo no son absolutos, lo llamamos bueno es un extremo de la escala y el opuesto es malo, o un extremo bien y el otro mal, de acuerdo con el uso de los términos.



Una cosa es "menos bueno" que la cosa más elevada en la escala, pero esa cosa "menos bueno", a su vez, es "más buena" que la siguiente cosa por debajo de ella, y así sucesivamente, el "más o menos" está regulado por la posición en la escala.

En esencia, las cosas no son ni buenas ni malas, ni mejores o peores (podríamos ampliar la lista de opuestos casi hasta el infinito), lo importante es realizar que lo que valoramos son las consecuencias. Solo podemos medir el efecto y no la causa, (esto lo ampliaremos más en el principio de causa y efecto).

Ilustremos un poco más con un ejemplo en el plano mental. Lo que llamamos amor y odio son generalmente considerados como cosas diferentes y opuestas entre sí, incluso hasta parecen irreconciliables.

Pero si aplicamos el principio de polaridad encontraremos con que no hay tal cosa como amor absoluto u odio absoluto, no son algo fijo e inmutable.

Los dos no son más que términos aplicados a los dos polos de la misma cosa. Empezando en un punto alto de la escala encontramos más amor o menos odio, si subimos el odio desaparece. Pero a medida que descendemos en la escala (en la vibración), aumenta el sentimiento de odio y el amor mengua.
Así realizamos que hay grados de amor y odio, y hay un punto medio donde la diferencia entre gusto y disgusto pasa a ser tan sutil que es difícil distinguir entre ellos. El coraje y el miedo están bajo la misma regla.

Todo lo que percibes está hecho con pares de opuestos. Dónde encuentras una cosa encuentras su opuesto.

Todo lo que existe tiene dos polos
Todo existe en relación a su opuesto


Y es este hecho el que nos permite transmutar un estado mental en otro, siguiendo las líneas de polarización.
Las cosas que pertenecen a diferentes clases no pueden transmutarse entre si, pero las cosas de la misma clase si se pueden cambiar, es decir, pueden cambiar su polaridad.
Así, el amor nunca se convierte en denso o sutil, rojo o violeta, sano o enfermo, pero puede, y a menudo lo hace, convertirse en odio, y del mismo modo el odio puede ser transformado en amor, cambiando su polaridad.

El coraje puede ser transmutado en miedo, y al revés. Las cosas duras pueden volverse blandas. Las cosas calientes se enfrían. Y así sucesivamente, la transmutación puede siempre realizarse entre los diferentes grados de las cosas de una misma clase.

Tomemos el caso de alguien temeroso.
Al elevar sus vibraciones mentales a lo largo de la línea (o la escala) del miedo-valor, puede ser llenado con el más alto grado de coraje y valentía. Del mismo modo, el perezoso puede cambiarse a sí mismo en una, persona activa y enérgica, simplemente mediante la polarización en la línea de la calidad deseada.


La transmutación no es la transformación de una cosa en otra cosa totalmente diferente en naturaleza, simplemente no es más que un cambio de grado en las mismas cosas, y esta es una diferencia muy importante. Diferencia la sabiduría del simple saber intelectual.

Por ejemplo, llevándolo al plano físico, es imposible cambiar el calor en agudeza, sonoridad, altura, etc , pero el calor puede ser fácilmente transmutado en frío, simplemente bajando las vibraciones. De la misma manera el odio y el amor son mutuamente transmutables; también lo son el miedo y el coraje . Pero miedo no puede ser transformado en amor, ni puede el coraje puede ser transmutado en odio .

Los estados mentales pertenecen a innumerables clases, cada clase tiene sus polos opuestos, a lo largo de una línea o escala en la cual es posible la transmutación.

Este es el secreto de la alquimia interior.

De esta forma podrás reconocer fácilmente que los estados mentales, así como los fenómenos del plano físico, los dos polos pueden ser clasificados como positivo y negativo, respectivamente.
Así, el amor es positivo con respecto al odio; el coraje lo es para el miedo; actividad e inactividad, etc, etc, y también te vas a dar cuenta que está relacionado con el principio de vibración.
El polo positivo es de un grado más alto que el negativo y fácilmente lo domina.
La tendencia de la naturaleza es en la dirección de la actividad dominante del polo positivo.

Un pensamiento positivo es más potente que uno negativo, y si bien  un pensamiento negativo puede generar caos, desorden e infelicidad, el pensamiento positivo tiene un poder mucho mayor para generar orden, armonía y felicidad. Es muy simple, es una cuestión de energía, o sea, carga.
                         
Este arte de la transmutación de un estado mental en otro, es extensible, es decir, se puede utilizar para influir en la mente de los otros

Cuando se entiende que la inducción mental es posible, es decir que los estados mentales pueden producirse por "inducción" o resonancia, a los demás; entonces podemos ver fácilmente cómo un cierto grado de vibración, o la polarización de un cierto estado mental, puede ser comunicada a otra o a otras personas, y su polaridad en lo que refiere a ese estado mental por lo tanto cambia.

Nos servimos de esta capacidad para curar o equilibrar estados mentales o emocionales desequilibrados.

Por ejemplo, si una persona está triste, deprimida y con miedo y queremos ayudarla, debemos primero elevar la frecuencia de nuestros pensamientos, cosa que hacemos con nuestro entrenamiento y entonces esta energía positiva, generará ciertamente un cambio en las vibraciones de la mente de esa persona.

Esta es la razón por la que el coraje y la motivación se contagian, y también el miedo y la apatía.

El conocimiento de este principio fundamental te capacitará para entender mejor tus propios estados mentales y los de otras personas

Verá que estos estados son cuestiones de grado, y de este modo podrás subir o bajar la vibración a voluntad, para cambiarla polaridad de tus pensamientos, y por lo tanto ser dueño de tus estados mentales, en vez de ser su siervo y esclavo.


Y mediante tu conocimiento y realización vas a ser capaz de ayudar a los demás de manera inteligente, y por medio de los métodos apropiados cambiar la polaridad cuando la desees.