miércoles, 6 de octubre de 2010

La maquinaria y los repetidores


Una buena parte de la sociedad actual se mueve en una dirección peligrosa.
Mucha gente se ha vuelto esclava, sin saber que lo es.

La manipulación tendenciosa de la información, de la educación, de la religión, de los gobiernos, del sistema de salud, del sistema financiero, incluso de los alimentos, ha generado (y genera), seres completamente dependientes y condicionados.

Individuos programados para producir y consumir, para hacer siempre lo que les dicen, y tolerar cualquier cosa que les impongan. Sin cuestionar, sin preguntarse verdaderamente a si mismos: ¿Qué estoy haciendo de mi vida? ¿Por qué participo de esta mentira?.

Para algunos es habitual mirar para otro lado y aceptar el engaño, prefieren oír una buena mentira que aceptar una verdad desagradable.

Otros están tan condicionados que perciben una falsa realidad, confunden la enfermedad con la salud, la locura con la inteligencia, creen que ganan bien sus vidas, cuando en realidad lo que hacen de la mañana a la noche es gastar su preciosa energía vital y su tiempo trabajando para beneficio de otros, simplemente “sobreviviendo” y corriendo detrás de la zanahoria, como el burro que mueve la rueda del molino de su amo.

Todo por dinero, para poder pagar las necesidades, obligaciones y adicciones, que en su mayoría además, fueron impuestas por terceros. Incapaces de cambiar un ápice de su vida, incluso si esta es complicada, poco feliz y carente de sentido.

Creen que son libres cuando en realidad son parte de una maquinaria, que abusa, que aleja a las personas de su verdadera esencia, anulando su potencial creativo y todas sus posibilidades, a cambio de “espejitos de colores” y una falsa sensación de bienestar, mediante la adquisición de bienes, servicios o tecnología cada vez más cara. Pero este bienestar ilusorio se acaba cuando se corta la luz, nos suspenden algún servicio por falta de pago o no podemos adquirir el nuevo "modelo" que acaba de salir a la venta.

Hay quienes están tan hipnotizados que repiten lo que escuchan, sin filtrarlo, sin reflexionar, sin “negarlo”. Son los “repetidores”.

Hay repetidores en todos los niveles.

Hay maestros y profesores repetidores, que repiten como loros los programas aprendidos, enseñando de una forma rutinaria ideas y conceptos generalmente desactualizados, equivocados y tendenciosos.

Luego están los médicos repetidores, que repiten en forma automática lo que les cuentan los laboratorios, un laboratorio le dice lo que tiene su paciente y otro laboratorio que medicamento debe tomar.

Los medios de comunicación están repletos de “periodistas” que repiten lo que les dicen sin verificar si la información es correcta (muchos incluso la deforman).
Hay religiosos repetidores, profesionales repetidores, políticos repetidores...

Pero creo que lo peor son los “padres repetidores”, los que enseñan y guían a sus hijos, seguramente con buenas intenciones, repitiendo lo que escucharon, ya sea por moda, miedo, ignorancia o una mezcla de ellos.
Crían a sus hijos a su vez como individuos que “repetirán” lo mismo. Desde la más tierna edad se encargan de condicionarlos, de modelarlos, de limitarlos mediante una educación convencional, incluso algunos se encargan de “cortarles las alas” para que no vuelen muy lejos y sirvan incondicionalmente, al igual que ellos, a la maquinaria; no sea cosa que “fracasen” en la vida.

De esta manera, no es raro hoy en día encontrar cantidad de gente con problemas por falta de confianza, de autoestima, de adaptación, por el sentimiento de frustración e insatisfacción que se vuelve cotidiano.

Y no es solo en nuestro medio.
Según un estudio realizado en Gran Bretaña y publicado por el diario de Psiquiatría y Psicología infantil, reveló que el número de adolescentes de 15 años con problemas de ansiedad y depresión había aumentado en un 70% en los últimos 20 años, concluyendo que la principal causa es la presión para tener “éxito” y la perspectiva de un futuro incierto. En fin, para tener éxito en los términos antes mencionados.

Esto es aplicable a toda la sociedad industrializada, computarizada y tecnificada. Al igual que los adultos son presionados para producir y ganar dinero, los jóvenes son presionados en los colegios, mediante los exámenes, mayor cantidad de horas de estudio, programas anticuados y carentes de interés, etc.
Y la mayoría de los padres confía a sus hijos a esta educación, los entregan sin cuestionarse e incluso luego están orgullosos de los logros de sus hijos.. Increíble pero cierto!

Albert Einstein dijo.”La única cosa que interfiere con mi aprendizaje es mi educación” y también dijo: “la verdadera educación es lo que queda cuando uno olvida todo lo que aprendió en la escuela”.
El conocimiento es lo más importante, pero en libertad y sin restricciones.

Se debe respetar la esencia de cada uno. La “originalidad” de la vida que se expresa en cada persona.

Es evidente que es más fácil controlar a un rebaño adiestrado de ovejas temerosas que a individuos fuertes, libres, inteligentes y solidarios.

El conocimiento debe permitir que se manifieste lo mejor de cada persona, su naturaleza intrínseca, universal y permitirle que viva y experimente plenamente.

El conocimiento, que es información y la experiencia de vida, se convierten en sabiduría.

El verdadero conocimiento debe generar sabiduría y no “quemar” el cerebro.

La mejor manera de salir de la maquinaria, es dándole un sentido a la vida, conocerse en profundidad, sin mentiras ni caretas, sin concesiones. Y esta es una dirección espiritual.
Parar la máquina y hacerse preguntas fundamentales. Sin miedo, sin egoísmo.
Confiar en nuestras posibilidades y sobretodo, escuchar al corazón.
El futuro es negativo solo si uno lo cree así, y si se identifica con el mensaje de los medios y de la maquinaria.

La duda es como un virus y la comodidad un parásito.

Hay que reencontrarse con la serenidad y el silencio interior y percibir una realidad de mayor dimensión.

Practicar la relajación, la respiración, la actitud justa.

Hay algunas disciplinas que favorecen la expansión de la conciencia y fortalecen la energía, como el chi kung, taichichuan, aikido o yoga, pero la práctica de la meditación Zen ( zazen ) es un método directo y eficaz que además permite encontrar el equilibrio y trascender las contradicciones.

Explora lo mejor de ti mismo y déjalo salir.

Experimenta la vida a fondo, sin reservas.

Te vas a sorprender.

Ahora y aquí somos uno con el universo entero.

3 comentarios:

Alexis dijo...

babylon trap them...

y a veces me too...

hay vamos el sábado rumbeando pa´l otro lado !

un abrazo

alexis

nubeaguablog dijo...

Totalmente de acuerdo. Preferimos siempre la comodidad a la libertad. El gragarismo a la verdad. Hacemos de las opiniones, las tradiciones,la cultura que tenemos una proyección de nuestro enooooorme yo y pensamos que si descubrimos la fatuidad en que se asientan perdemos nuestra identidad.¡Que piensen otros!
Un abrazo

WEN dijo...

No se podría explicar mejor! Chapó :-)