Lo que decidimos creer hoy es lo que dará forma a nuestro futuro.
Los pensamientos de hoy son como semillas y las creencias, el suelo fértil.
Una vez plantadas las semillas en el suelo de las creencias, inevitablemente darán frutos determinados. Nadie planta un ciruelo y espera que broten tomates.
Esto parece broma, pero así funcionamos, nos quejamos del presente y tememos por el futuro, pero somos nosotros los que lo creamos!
Es decir: el incesante diálogo interno.
Esto parece broma, pero así funcionamos, nos quejamos del presente y tememos por el futuro, pero somos nosotros los que lo creamos!
Es decir: el incesante diálogo interno.
El diálogo es lenguaje y el lenguaje es vibración (ver post: "La vibración del lenguaje").
Esta vibración envía a las células y al ADN un mensaje determinado que es interpretado y generará un respuesta en consecuencia.
Las células no diferencian el origen de la señal.
Podemos imaginar algo o percibirlo, da igual, el cerebro solo decodifica la señal y proyecta una respuesta.
Si pensamos en una situación de peligro, las células interpretarán el mensaje y comenzarán a segregar hormonas y sustancias químicas para asegurar la protección (lucha o huida). Si esta condición se repite, se instalará un programa (software) que hará que vivamos continuamente en peligro, generando en forma recurrente una química determinada que por retroalimentación (feedback) hará que la situación tienda a repetirse.
Esto se ve en los ataques de pánico, en el estrés, en algunas enfermedades autoinmunes e incluso en el cáncer.
El cuerpo lee e interpreta un mensaje erróneo, creándose las condiciones para la aparición de la enfermedad.
Observando los pensamientos de ahora podemos saber como será nuestro futuro, y los pensamientos surgen de acuerdo a las pautas mentales establecidas, es decir, las creencias que tenemos, dicho de otra manera: depende de los programas instalados en nuestro cerebro.
Es muy simple.
Es muy simple.
El secreto es conocerse a si mismo.
Si no sabemos como somos ni lo que en verdad nos pasa, ¿como vamos a cambiar alguna vez?
Hemos sido educados y condicionados para mirar hacía afuera. Crecemos con programas instalados que solo nos permiten percibir y funcionar en una banda estrecha y limitada de la “realidad”. Limitada por los sentidos, por las creencias y que corresponde a dimensiones muy básicas del ser.
Luego funciona solo, el programa se autoinstala y repite lo mismo indefinidamente, y crea la misma realidad una y otra vez.
Pero los programas se pueden cambiar.
Luego funciona solo, el programa se autoinstala y repite lo mismo indefinidamente, y crea la misma realidad una y otra vez.
Pero los programas se pueden cambiar.
Un pensamiento se puede cambiar, no tiene existencia propia, es solo actividad electroquímica en el cerebro. Un flujo de información y energía que es interpretado y proyectado hacía afuera, como un holograma.
Por eso las creencias son fundamentales. Lo que une cree se hace realidad.
Por eso las creencias son fundamentales. Lo que une cree se hace realidad.
Si creemos que la vida es sufrimiento, lo más probable es que percibamos solo ese aspecto de la vida y proyectemos todo el tiempo infelicidad, insatisfacción, dolor, frustración, etc.
Si creemos que la realidad que percibimos se pasa afuera de nosotros y tiene existencia real, todo lo que se perciba será sólido e inmutable y no tendremos ninguna posibilidad de cambiar nada ni de crear nuestra salud y felicidad.
Pero si creemos, si nos percibimos como lo que realmente somos: seres creadores, hechos de materia cósmica, espíritus encarnados en un condensado momentáneo de energía e información indestructible (solo transformable) y con la capacidad de influir incluso en la organización del mundo físico, entonces así será.
La autocuración se basa en esta creencia.
“Así como soy capaz de autoenfermarme, soy capaz de autocurarme”
Y esto da lugar a otro ingrediente fundamental en la autocuración: “amarse a si mismo”.
Esto significa, aceptarse, perdonarse, motivarse, desarrollar la autoconfianza, creer en su propia naturaleza y posibilidades…y sobre tener una visión positiva de si mismo.
Pero si creemos, si nos percibimos como lo que realmente somos: seres creadores, hechos de materia cósmica, espíritus encarnados en un condensado momentáneo de energía e información indestructible (solo transformable) y con la capacidad de influir incluso en la organización del mundo físico, entonces así será.
La autocuración se basa en esta creencia.
“Así como soy capaz de autoenfermarme, soy capaz de autocurarme”
Y esto da lugar a otro ingrediente fundamental en la autocuración: “amarse a si mismo”.
Esto significa, aceptarse, perdonarse, motivarse, desarrollar la autoconfianza, creer en su propia naturaleza y posibilidades…y sobre tener una visión positiva de si mismo.
Tenerse en la más alta estima.
Esto no significa egoísmo, el egoísmo es estar cortado, aislado del resto.
El egoísmo es desconocer nuestra propia esencia y creer que poseemos un ego que tiene existencia propia y “real”.
Si nos amamos podemos expandir este sentimiento hacia todas las existencias.
Si nos amamos podemos expandir este sentimiento hacia todas las existencias.
El miedo es egoísmo. Correr detrás de los objetos y de los deseos es egoísmo. Mentir es egoísmo...
Pero tener un pensamiento positivo que lo incluya todo y vibre en todas las direcciones, eso es amor incondicional.
Cuando esto ocurre, el proceso curativo ya está en marcha. Están dadas las condiciones para que las células puedan regenerarse y sanar.
El diálogo interno que se establece entonces puede ser inteligente y creativo.
La energía vital debe fluir y no estancarse ni bloquearse. Esta es otra condición para la autocuración.
Para esto hay que llevar una vida equilibrada.
Eliminar los hábitos nocivos, el trabajo en exceso (cualquier exceso en realidad), controlar las emociones, los pensamientos negativos y tener una vida afectiva sin sobresaltos, incluyendo en la fórmula el descanso y la contemplación.
Parece más bien un desafío hoy en día.
Parece más bien un desafío hoy en día.
Pero no se trata de incorporar más cosas a la ya cargada máquina, si no más bien de eliminar lo que no nos sirve, de transformar lo negativo en positivo.
Descubrir una nueva manera.
Pasa más por relajarse, aprender a pensar y a percibir la vida de otra forma.
Cambiar la dirección de la mirada y dirigirla al interior de cada uno. Es la única manera de tocar la raíz de nuestra existencia y de descubrir en verdad quienes somos.
Practicar la meditación (zazen). Fortalecer el cuerpo y la energía vital, sentir que uno es parte de un universo vivo y conciente. Una parte que refleja el todo.
Vivimos en un universo que nos apoya, nos nutre y nos brinda todo lo necesario para estar en salud y felicidad y si lo necesitamos: para curarnos a nosotros mismos.
La autocuración es un hecho.
Si llegas a comprender esto, ya estás curado.
4 comentarios:
Excelente.
Gracias por estos profundos y verdaderos mensajes.
Es una buena información para compartir. El conocimiento nos beneficia a todos y además hay muchos mitos, tendencias, temores y malos entendidos que se deben aclarar, sobre todo en lo que respecta a la salud y al conocimiento de si mismo.
un abrazo
Hola
Me agradan tus publicaciones, pues rescatan un conocimiento que permanece bajo la sombra del actual conocimiento occidental.
Retomar, investigar y adentrarse en el conocimiento prehispánico, pagano, oriental, etc. es una tarea que tiene pendiente nuestra sociedad moderna.
El ZhiNeng QiGong profundiza sobre esta publicación:
http:www.fuerzaintegral.com/
Es verdad Luis Miguel, hay muchos conocimientos antiguos que se han olvidado, pero están resurgiendo, corresponde a ciclos que se van cumpliendo, la conciencia se vuelve a expandir, nos vamos despertando de nuevo. Es la Tierra y el sol, el universo entero que cambia y nosotros con él. Es una época interesante que nos toca vivir.
un abrazo
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