lunes, 27 de febrero de 2012

Tiempo y conciencia



La conciencia crea el tiempo
                                                                                
¿Qué es el tiempo? ¿Qué relación tienen el tiempo y la conciencia? ¿Existe el tiempo fuera de la conciencia?

La idea de que el tiempo es un proceso que "fluye" en una sola dirección es ilusoria, ya que si el tiempo fluyera lo haría en un medio o por un vaso, como las radiaciones o un fluido, y no es así.
Pero además, ¿minutos de que? ¿Qué es una hora?

¿Por qué se producen los procesos de forma unidireccional en el tiempo?

Si consideramos que la conciencia es la que crea el espacio-tiempo, es más fácil comprender la “relatividad” del tiempo y del espacio. Dicho de otra forma: el tiempo no tiene existencia propia, no existe fuera del espacio y del observador (conciencia).
El concepto de tiempo “absoluto” corresponde a la física clásica donde el tiempo es el mismo para todos los observadores.

En física relativista la medida del transcurso del tiempo depende del sistema de referencia donde esté situado el observador y de su estado de movimiento, es decir, diferentes observadores miden diferentes tiempos transcurridos entre dos eventos que se encuentran causalmente conectados. Por tanto, la duración de un proceso depende del sistema de referencia donde se encuentre el observador.

¿Pero que pasa con el tiempo en si mismo?



Si bien en la vida cotidiana dependemos de la hora, podemos decir que es más bien un arreglo humano para organizar la actividad y el trabajo, y aunque una hora es una hora en cualquier parte, la duración del tiempo es relativa.
El tiempo solo puede ser comprendido por el conocimiento interior al cual pertenece.

Cada momento o evento consciente corresponde a una nueva organización de la geometría del espacio-tiempo, que se selecciona a nivel de la escala de Planck de manera irreversible. 
Cada momento tiene su propia realidad con su propio tiempo y espacio.

La escala de Planck (ℓP) es la distancia o longitud por debajo de la cual el espacio deja de tener una geometría clásica (formas geométricas, etc.). No es posible tratar una medida de esta magnitud en los modelos actuales de la física.
La geometría euclidiana es aquella que estudia las propiedades del plano, la recta y el espacio tridimensional. Con frecuencia, geometría euclidiana es sinónimo de geometría clásica.

En todo el dominio de la física clásica que abarca desde las leyes de Newton hasta la teoría de la relatividad general de Einstein, se considera que el espacio es un continuum infinitamente divisible y que visto al microscopio es localmente como el espacio euclídeo.
Sin embargo a escalas de longitud tan increíblemente pequeñas como la longitud de Planck la concepción clásica del espacio como un continuum con rectas y planos, deja de ser válida, ya que a esas escalas el espacio (y el tiempo) de hecho tienen un comportamiento cuántico. Es decir, probabilístico e indeterminado. En otras palabras, en los niveles fundamentales, más allá del átomo, las partículas se comportan de manera imprevisible y no determinada, solo podemos referirnos a ellas en términos de probabilidades.

En los niveles esenciales, todo es posible.

Una vez producida la reducción o el colapso de la función de probabilidades en una determinada, la información sigue la vía clásica, donde no hay vuelta atrás a lo largo del mismo camino, que no sigue un algoritmo. El proceso es irreversible y no computable.

En los niveles cuánticos no manifestados,  los estados existen de manera superpuesta y coherente, pero una vez elegido uno de los tantos estados posibles (reducción o colapso), ya no hay vuelta atrás, la materia, el tiempo y el espacio se comportan como los conocemos.

La superposición cuántica es la aplicación del principio de superposición a la mecánica cuántica. Ocurre cuando un objeto "posee simultáneamente" dos o más valores de una cantidad observable (por ej. la posición, velocidad o la energía de una partícula).

Los eventos de reducción objetiva (colapsos de la función de onda) "se incrementan" hacia adelante en la geometría del espacio-tiempo.
Con frecuencia decimos: “el tiempo pasa”, pero es la conciencia, como una secuencia de eventos conscientes (al igual que fotogramas), la que pasa  y reorganiza la geometría fundamental del espacio-tiempo, o sea, la realidad.
El flujo unidireccional y ordenado del tiempo es una función de nuestra conciencia.
La conciencia es una "corriente" de eventos discretos y no un estado continuo.

La conciencia crea el tiempo y por lo tanto el espacio

Cada evento discreto, o sea, cada instante consciente, representa un estado de reducción en una de las tantas posibilidades, es el resultado del colapso o caída de la onda de posibilidades no manifestadas, en una partícula de conocimiento. La palabra discreto proviene del latín discretus, que significa "separado". En matemáticas y física, una función, variable o sistema se considerarán discretos, en contraposición a continuos, si son divisibles un número finito de veces. Así, el conjunto de los números naturales (1, 2, 3, 4, etc.) es un conjunto discreto, así como también lo es la energía de los estados cuánticos.

La “continuidad” es una ilusión creada por el cerebro para brindar coherencia y esta relacionada con la memoria y el pensamiento consciente de tipo secuencial (encadenado), vinculado a la actividad del neocórtex (particularmente en el lóbulo frontal).
Es como un film, vemos el movimiento, la acción, incluso “vivimos” la historia, los protagonistas, el significado, los efectos especiales, etc., sin embargo todos sabemos que son fotogramas que al ser pasados a una determinada velocidad crean la ilusión de continuidad.

Podríamos describir nuestro flujo de conciencia como una serie de "engañosos” presentes de corta duración de los que somos inmediatamente sensibles sin cesar.
Cada momento o evento consciente es un fotograma.


La conciencia es sólo momentánea... lo que consideramos como conciencia es una secuencia de momentos, que se encadenan unos a otros... cada momento de la conciencia sólo dura un período muy corto de tiempo, tan solo un 1/64 del chasquido de dos dedos.

Con la practica regular de zazen es posible detectar el paso de un momento a otro, de un pensamiento a otro…pensamiento…no pensamiento…pensamiento…Es lo que se llama pensar sin pensar o pensar desde el fondo del no pensamiento. Se puede observar el origen y el final de un pensamiento, sin hacer que se encadene con ningún otro. Es decir, sin que en el cerebro haya una reacción generalizada de ondas de alta frecuencia ni flujo de pensamientos que “encienda”  la actividad del neocórtex.

Lo que consideramos comopresente” es en realidad el "pasado", esto es debido a que funciona lo que se describe como memoria de trabajo.
Podemos considerar el momento presente, pero cuando lo hacemos ya pasó, por eso tenemos la impresión de que el tiempo transcurre. El hecho es que vamos de ahora en ahora, y cada ahora tiene su existencia única y definitiva y su propia geometría espacio-temporal.

La memoria de trabajo es la memoria temporal, “on line”, que los seres humanos utilizamos para realizar ciertas tareas y resolver determinados problemas. Las operaciones cognitivas están relacionadas de esa forma con esta memoria activa llamada también memoria operativa o memoria a corto plazo.
La memoria de trabajo se refiere a la capacidad de almacenamiento temporal y a la forma de manipulación de la información guardada.
A nivel neurofisiológico, consiste en la activación de un grupo de neuronas neocorticales que se mantienen activas en la corteza prefrontal (lóbulofrontal) por la información contenida en esa red y para ser usada para una acción anticipada. El rol de la corteza prefrontal en la memoria de trabajo es fundamental.
La memoria de trabajo requiere la activación de un circuito de neuronas, el cual activa en sí la memoria propiamente dicha. Esta memoria, si bien es activada desde la corteza prefrontal, requiere a su vez la activación del resto de estructuras cerebrales implicadas, como el lóbulo temporal para el significado y la audición, el lóbulo parietal relacionado con la comprensión, la asociación y la sensibilidad (dolor, tacto) y el lóbulo occipital para la imagen visual.
Podemos compararla con la memoria RAM en las computadoras.

La memoria de trabajo es fundamental para realizar un análisis y síntesis de la información y retener datos necesarios para la consecución de un determinado proceso mental.
Si se afecta este tipo de memoria operativa afectará a un gran número de procesos de aprendizaje, provocando una disminución de la atención, dificultad para inhibir estímulos irrelevantes, problemas en el reconocimiento de prioridades, en la resolución de un problema y en la planificación y ejecución de un plan.

De todas formas, la memoria no es un dispositivo ubicado solamente en alguna o en varias partes del cerebro, y si bien depende de la integridad de ciertas estructuras cerebrales (como el hipocampo y la corteza frontal) según investigaciones actuales, el cerebro gestiona esta actividad en su conjunto y en interdependencia con los campos de información (como una verdadera red informática). 

continúa...





1 comentario:

teresa dijo...

me gusta mucho la vision de el tiempo,de su relatividad y que esta ligado en gran manera a la conciencia.El tiempo puede ser efimero o infinito depende del ppensador y su espacio,.cuantas veces noi hemos oido aqui esto se magnifica,es decir si se mete a un individuo en una casa aislado,sin nada que le indique ,el transcurrir sin nada que lo mida,su vision sera distinta que si tuviera un reloj, o la salida del sol...,EN definitiva el espacio y el tiempo es relativo