domingo, 5 de julio de 2020

Como dirigir tu espíritu


Dr. Mariano Giacobone

En el post precedente vimos la importancia de tomar posesión del propio espíritu y aprender a dirigirlo para cualquier meta o propósito en la vida.

Pero, ¿Cómo realizarlo?

Lo primero que debes hacer es olvidar los conceptos y las ideas que tienes sobre las cosas y sobre ti mismo.

Desde el nacimiento somos condicionados a percibir y creer en el mundo físico, hecho de objetos materiales, de seres que funcionan por separado y de sucesos aislados. Nos cuesta comprender el principio de causa y efecto y de que todo lo que existe está conectado entre si.

Sin embargo, las evidencias científicas son abrumadoras: las cosas no son cosas y la materia es energía e información cristalizada por un cierto tiempo. En otras palabras, la esencia de nuestro mundo físico tan “particular”, rígido y determinado, es vibración.

Ondas de información y energía que por interacción con la conciencia del observador le dan forma y sustancia a la miríada de seres y cosas que aparecen en la realidad física.

Es el espíritu el creador de todo. Vivimos en un universo espiritual que crea una realidad física para experimentar y guardar memoria.

El universo está vivo y consciente, debes aceptarlo. No hay nada vacío, todo está interconectado, todo surge de la misma fuente. Podemos llamarlo “el mar de la potencialidad infinita”. Que no lo veas ni comprendas, es otra cosa.

Así que lo segundo, es abrirse a una realidad espiritual más amplia, flexible y creativa. Cambiar la manera de pensar y empezar a ver a las cosas y sucesos más bien como posibilidades y a las personas como parte de nuestro espíritu (y viceversa).

Percibir el movimiento y la trasformación aumenta la dimensión de tu conciencia y al mismo tiempo tu mente, como una función de la conciencia, incrementará su nivel de energía y sus capacidades. O sea, vibrará más y mejor.

A partir de aquí, puedes pasar al tercer paso que es conectar tu mente con lo que quieras, enviando y recibiendo información y por lo tanto energía, para cualquier propósito.

¿Cómo funciona esto?

El pensamiento es una onda de energía que transporta información. Es electricidad, y por lo tanto se comporta como tal. Podemos medir su voltaje, su intensidad, su campo electromagnético. Veamos ejemplos: El impulso nervioso es un fenómeno bioeléctrico. El EEG (electroencefalograma), con su diferente trazado de ondas, mide la actividad eléctrica del cerebro. La actividad del corazón y la de los músculos también se mide eléctricamente. Inclusos la respiración es un intercambio de cargas eléctricas.

 Elon Musk quiere convertir a los humanos en cyborgs y busca ...

La actividad del universo es electricidad. El movimiento es electricidad, y magnetismo, ya que la corriente eléctrica produce campos magnéticos, y los campos magnéticos variables en el tiempo generan corriente eléctrica.

La electricidad genera y el magnetismo controla.

Sin control no hay movimiento (sería caótico) y a su vez el movimiento genera espontáneamente su control. Movimiento y no movimiento. Como una rueda que se mueve alrededor de su centro inmóvil.

En sentido inverso, la electricidad, como energía que es, se transforma: en luz, en movimiento y actividad, en calor, en materia, en posibilidades!

Volviendo al pensamiento. Al ser una onda de información y energía presenta características tales como: ritmo y armonía, frecuencia y amplitud, intensidad, etc.

Los pensamientos pueden ser caóticos y desordenados, recurrentes e incluso negativos, en un sentido psíquico y físico. O todo lo contrario, dependiendo de su calidad.

Y como son de naturaleza eléctrica, conectan un polo con el otro y circulan por diferencia de potencial.

Por eso es necesario controlar la actividad mental, porque los pensamientos buscan conectarse con lo que sea y es así que se crea constantemente una realidad determinada. Luego te identificas con ella, le das una valoración y crees que eso es algo en si mismo, sin considerar que en realidad fue tu espíritu el que lo creo.

Por lo tanto, para dirigir tu mente (espíritu) debes saber a que conectarla y reforzar esta conexión según tu voluntad, luego puedes desconectar y conectar con otra fuente o reconectar, etc.

Los dispositivos que usamos cotidianamente son un buen ejemplo.

Por eso hay formas de pensar que te descargan de energía, es decir, te vacían. Hay pensamientos parásitos, recurrentes, etc. que están permanentemente creando una realidad que se ajusta a ese estado mental.

Hay vibraciones que te desconfiguran y fragmentan y otras que generan calma y orden.

Cuanto más clara sea la imagen de lo que deseas, cuanto más ordenada esté la información y cuanto más intenso sea ese deseo en tu espíritu, más probabilidades de éxito tendrás.

Cuanto más pienses en algo, más reforzarás la imagen, eso genera densidad de carga eléctrica que indefectiblemente actúa modificando la gravedad y por ende el mundo físico.

Puedes conectar tu mente y dirigir tu espíritu a lo que quieras y necesites. El espíritu manda, la energía y la materia lo siguen y eso es un hecho.

Debes tener confianza y entrenarte todos los días con disciplina, aprender a poner el espíritu en todo lo que haces, incluso en las acciones más simples y cotidianas.

Debes aprender a pensar y a controlar tu mente.

La clave está ahí: cuerpo y mente en unidad. La capacidad de foco y la atención son fundamentales. Ejercitarte en respirar correctamente también.

Pero sobre todo debes evitar los pensamientos negativos y controlar las emociones tales como el miedo, la angustia y la preocupación, ya que fragmentan tu mente y dispersan tu energía.

Adelante!, con confianza y determinación, la verdadera felicidad surge del conocimiento de uno mismo y la fortaleza de espíritu emerge de nuestras debilidades.


No hay comentarios: