domingo, 14 de febrero de 2010

La eternidad en un instante


¿El mundo que percibimos es en verdad real y concreto?

Primero habría que definir que es real y que es concreto.

Según el diccionario, real es un adjetivo y significa que algo tiene existencia verdadera y efectiva. Por su parte, concreto es otro adjetivo e indica que algo es sólido, compacto, material, preciso y determinado. Lo opuesto a lo abstracto.
Pero como ya está demostrado, la materia no es tan concreta ni inmutable como aparenta, de hecho en sus niveles fundamentales no se puede encontrar nada sólido, ni que se corresponda con las definiciones anteriores.

Entonces, ¿que es lo “real”?, dicho de otro modo ¿Qué tan real es la realidad?

La física moderna se plantea actualmente las mismas preguntas que los maestros espirituales se hacen desde hace miles de años: ¿Qué es la realidad? ¿Solo existe lo que percibo? ¿Si no soy conciente de algo, “eso” existe? ¿Lo que percibo como realidad, es real?

Estas son preguntas muy profundas que van más allá del intelecto y que no pueden ser respondidas con la mente lógica y razonable. El conocimiento científico solo ofrece especulaciones.
Einstein en 1930 escribía: “No cabe esperar ninguna definición mínimamente razonable de la realidad que nos rodea".

El rol de la conciencia del observador en la creación de la realidad a nivel cuántico, se presenta como uno de los grandes retos de la ciencia en la actualidad, ya que este observador al encontrarse aparentemente fuera del sistema cuántico que es abierto e impredecible, es incapaz de definir tal realidad y mucho menos, formularla, por lo que su interpretación no sólo no puede ser objetiva, sino que queda siempre en el campo de la subjetividad.

La física cuántica establece que las partículas elementales, constituyentes del átomo, no son elementos esencialmente reales dada su imprecisión existencial. Se pueden comportar como partículas en un momento dado y como ondas en el siguiente o en el anterior. Existen en un espacio y un tiempo que no reconoce el presente, saltan del pasado al futuro, y a la inversa.
El presente material sólo es reconocido como una necesidad y una arbitrariedad de la observación humana. No obstante, contradictoriamente, las partículas elementales y las ondas forman parte del fundamento de la materia.

Paradigma complejo y de difícil solución. Lo interesante es que tanto la física relativista es decir la física de lo “grande”, como la cuántica, la física de lo “pequeño” resuelven problemas siempre que no sea simultáneamente. Esta disyuntiva generó el Principio de Incertidumbre propuesto por Heisenberg, que expresa que no se puede saber con presición la ubicación y la velocidad de una partícula al mismo tiempo. Por lo tanto, la velocidad y situación de una partícula elemental solamente se puede fijar en un instante dado pero nunca se sabrá que sucederá en el instante siguiente, y tampoco si actuará como partícula o como función de onda.

A partir de aquí se plantea otra cuestión. ¿Qué poder tiene el observador en la creación de la realidad?.

El conocimiento de los elementos que nos rodean, parece ser el eslabón entre el mundo cuántico y la realidad cotidiana. Es decir, la conciencia del observador es la que hace realidad lo observado. Por este motivo la ciencia no puede responder a estas preguntas fundamentales del ser humano, quedando corta en sus objetivos, ya que su campo de acción no incluye a la conciencia.

En los planos fundamentales de la materia, la realidad cuántica es diferente según se perciba o no, según se observe o no.

Imaginemos la infinidad de trayectorias de partículas elementales y ondas que se han ordenado en el instante dinámico de la interferencia del observador, Es el cerebro el que se encarga de traducir todas estas señales potenciales, caóticas y desordenadas y proyectar una imagen coherente que conforma nuestra realidad cotidiana. Y para esto el cerebro es un experto, incluso si le falta información o esta no concuerda con lo que conoce o no es coherente, la inventa y rellena agujeros de manera que la realidad se nos manifiesta como un continuo secuencial que mantiene una coherencia ( y nuestra aparente "cordura") y esto nos da la impresión de un tiempo que corre de manera lineal y una realidad sólida e inmutable.

Una ilusión...

Electrones que antes de la percepción del observador eran partículas u ondas indefinidas e impredecibles, se transforman, como consecuencia de esa misma observación, en partículas y ondas de carácter formal, mediante unos fotones invisibles que responden a la llamada del observador.

La conciencia está en estado latente en la materia, por lo que no es extraña ni ajena al mundo cuántico: las partículas elementales asocian los cambios en su medio a la interferencia del observador.

Existe un diálogo inexplicable entre el hombre y la partícula.

La conciencia brota a partir de una relación de fotones virtuales coherentemente ordenados a nivel cuántico en el cerebro.

Desde la física cuántica se puede afirmar que la realidad no es más que un holograma constituido por partículas elementales ordenadas en nuestro cerebro.

¿Pero que pasa realmente? Que procesos ocurren en la neurona para que todos estos sucesos se traduzcan en una realidad concreta.

Por supuesto hay teorías y distintos puntos de vista. Penrose y Hameroff (conciencia cuántica) piensan que la conciencia emerge de la actividad en los microtúbulos de las neuronas, que reunirían las condiciones para que en su interior ocurran fenómenos cuánticos. En fin, es una explicación inteligente con fundamentos neurofisiológicos, pero no llega a explicar desde el punto de vista científico la naturaleza de la conciencia.

Nuestra conciencia individual, es decir, la percepción subjetiva que tenemos del mundo y de nosotros mismos, se encuentra inevitablemente conectada a una conciencia previa o protoconciencia, la que llamamos conciencia universal.

Por eso cuanto más seamos concientes de esta conexión, más tendremos el poder para influir en la materia y la percepción de la “realidad” será diferente: más profunda y más equilibrada.

Podemos cambiar nuestra percepción del mundo y de nuestra vida si comprendemos y realizamos la verdadera naturaleza de la "realidad".

Si vemos nuestra vida con perspectiva, podremos entender y aceptar la impermanencia y la fugacidad de la existencia e ir más allá de los límites de la individualidad.
Como decía Einstein: “Lo importante es conocer el pensamiento de Dios, lo demás son detalles…”. Pero este pensamiento no es ajeno a nuestra naturaleza, es nuestra esencia, pura y original.

El observador que cambia de lugar y observa ( y se observa) desde una perspectiva universal. Es la gran mente, el pensamiento cósmico que lo abarca todo. Un despertar a nuestra auténtica naturaleza

Un cambio de dimensión... la eternidad en un instante.

4 comentarios:

jose angel dijo...

Hola Mariano,

inmensamente interesante, cada vez encuentro mas información sobre fisica cuantica pero en momentos se me vuelve algo dificil de entender,aunque tal vez no sea esencial entender todo para ESTAR BIEN,

me gustaria relacionar estas ideas con lo que nos sucede dia a dia, en la simpleza de la vida, y como usar esa información con intención,
aunque intuyo que la respuesta podria estar en muchos de los post anteriores.


saludos

Griselda dijo...

Hola Mariano,
espero haber acertado tu nombre que deduje por el comentario anterior.
Solo quería darte las gracias por tus artículos, son super-interesantes.

Seiki Giacobone dijo...

Hola Jose Angel, para estar bien, como tu dices, creo que no hace falta gran cosa, sino más bien estar en armonía consigo mismo en todos los planos de la vida.
Es verdad que es difícil a veces, si fuera fácil estaríamos hablando de otra cosa... El conocimiento nos ayuda a mejorar, a ser más inteligentes al disponer de mayor información, pero no hay que confundir el mapa con el destino, ademas hay muchas formas de conocimiento. No hay que dejarse confundir por las palabras. Lo más importante es el conocimiento de si mismo.
En este caso la Física cuántica nos muestra una visión diferente de como ocurren las cosas en los niveles subatómicos, y bueno, también estamos hechos de eso.
Así tenemos una idea más universal y dinámica de lo que somos en realidad.
saludos
Mariano

Seiki Giacobone dijo...

Gracias Griselda por tu comentario, espero que encuentres temas interesantes en el blog.
saludos
Mariano