lunes, 11 de mayo de 2009

La sangre


La sangre tiene dos partes: una llamada plasma y otra, elementos figurados (denominada así porque tienen forma tridimensional: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas).
El plasma es la parte líquida, tiene una coloración amarilla paja, pero puede variar en función de la alimentación y otras condiciones.
Está formado principalmente por: agua, sales minerales, glucosa, aminoácidos y proteínas (como albúminas y globulinas), algunos lípidos como el colesterol y triglicéridos, enzimas, vitaminas y hormonas, además de gases disueltos.



¿Qué es el pH?

El pH mide la acidez o alcalinidad de una solución, en una escala que va de 0 (ácido) a 14 (alcalino), considerando 7 como pH neutro.

El PH de la sangre es aproximadamente de 7,4.

El dióxido de carbono (CO2) reacciona con el agua para formar ácido carbónico (H2CO3), por lo que el incremento de la concentración de CO2 aumenta la acidez de la sangre, lo que a su vez hace disminuir la capacidad de la hemoglobina para transportar el oxígeno, es decir, que la capacidad de la hemoglobina para combinarse con el oxígeno está regulada por la cantidad presente de dióxido de carbono.
De esto resulta un sistema de transporte de gran eficacia: en los capilares de los tejidos la concentración de dióxido de carbono es elevada, de modo que el oxígeno se libera de la hemoglobina por la acción conjunta de la tensión baja de oxígeno y alta de CO2.

En los capilares de los pulmones, la tensión de CO2 es baja, lo que permite que la hemoglobina se combine con el oxígeno, puesto que éste se encuentra en tensión elevada.

Entonces, el aumento de dióxido de carbono acidifica la sangre y la capacidad de la hemoglobina de llevar el oxígeno disminuye en un medio ácido.

Los contaminantes como el tabaco o la excesiva polución ambiental, o el aumento de los radicales libres, disminuyen la capacidad de transporte de O2 por parte de la sangre, al volverse esta sensiblemente más ácida, con lo que el sistema en general se ve perjudicado. Este fenómeno se observa también en condiciones de estrés.

Las funciones principales de la sangre son:

-Transporta a las células elementos nutritivos, agua y oxígeno, y extrae de las mismas los productos de desecho;

-Transporta hormonas, o sea las secreciones de las glándulas endocrinas (hipófisis, tiroides, suprarrenales, ovarios, testículos, etc.);

-Interviene en el equilibrio ácido-base, y en el flujo de sales y agua en el interior de las células;

-Participa en la regulación de la temperatura corporal y de ciertos órganos como el hígado y músculos, donde se produce exceso de calor, y ayuda a calentar y nutrir la piel. La vasodilatación propia del calor (verano) es un mecanismo para perder temperatura (junto con la transpiración que ayuda a bajarla);

-Inmunidad, los glóbulos blancos son un medio decisivo de defensa contra las bacterias, otros microorganismos y células patógenas (cáncer, mutaciones espontáneas, etc);

-Mediante la capacidad de coagulación, la sangre evita la pérdida en casos de hemorragias.

Para la medicina china además, la sangre tiene una relación estrecha con la energía vital o Chi, una depende de la otra, la energía mueve la sangre y esta nutre los órganos que producen energía. También la sangre se vincula con el espíritu y las actividades mentales.

Elementos formes o figurados

Los glóbulos rojos o eritrocitos, se forman en la médula ósea a partir de células llamadas eritroblastos. Tienen forma de discos bicóncavos aplanados de 7 a 8 micrones de diámetro, la cantidad en un adulto normal es en promedio de 4.5 millones por cada mm. cúbico de sangre, (un poco más en el hombre y menos en la mujer)
Su función es el transporte de oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2); esto lo realiza gracias a una proteína, la hemoglobina, que está constituida por núcleos o anillos pirrólicos y su centro está unido por un átomo de hierro. La hemoglobina tiene la notable propiedad de formar una unión química poco estrecha con el oxígeno; el oxígeno está unido al hierro en la molécula de la hemoglobina.

El hierro es fundamental para el transporte del oxígeno. Por supuesto al no producirse en el cuerpo hay que incorporarlo con la alimentación.

Algo similar ocurre en el sistema solar, ya que el hierro que contiene no es autóctono (al ser el sol una estrella pequeña y joven), sino que proviene de la explosión de alguna supernova vecina. Podemos decir que nuestra sangre está formada por elementos cósmicos.

Los glóbulos rojos se forman en la médula ósea, maduran y luego expulsan su núcleo y se convierten en eritrocitos (glóbulos rojos) para circular en el torrente sanguíneo. Cuando el glóbulo rojo está cargado de oxígeno se ve rojo; si está lleno de dióxido de carbono se ve azul. Por eso la sangre arterial es bien roja a diferencia de la sangre venosa que es más azulada.

Viven alrededor de 120 días, al envejecer son desechados y reemplazados por nuevos.

Como se ve, las células rojas contienen el pigmento hemoglobina, que puede combinarse fácilmente y en forma reversible con el oxígeno. El oxígeno combinado como oxihemoglobina es transportado a las células de todo el cuerpo por la sangre arterial.

Glóbulos blancos o leucocitos, algunos se forman en la médula ósea y otros en el tejido linfático, esto hace que posean diferentes formas y tipos.

Hay en la sangre cinco tipos de leucocitos, que ante todo, están provistos de núcleo (a diferencia de los glóbulos rojos); y al carecer de hemoglobina son incoloros.

Estos elementos pueden moverse incluso contra la corriente sanguínea, y atravesar los intersticios de la pared vascular penetrando en los tejidos.

Son menos numerosos que los glóbulos rojos.

Dos de los tipos de glóbulos blancos, linfocitos y monocitos son producidos en el tejido linfoide del bazo, el timo y los ganglios linfáticos. Los otros tres, neutrófilos, eosinófilos y basófilos, son producidos en la médula ósea junto con los glóbulos rojos. Los tres contienen gránulos en su citoplasma (por eso se los denomina “granulocitos”) que difieren en tamaño y características:

NEOTRÓFILOS TEÑIDOS DE ROJO…60-70%
BASÓFILOS TEÑIDOS DE AZUL….5%
EOSINÓFILOS TEÑIDOS DE R y A …3 - 4%

La principal función de los glóbulos blancos es proteger al individuo contra los microorganismos patógenos por medio del fenómeno de fagocitosis.

Los neutrófilos y monocitos destruyen las bacterias invasoras ingiriéndolas. Las bacterias fagocitadas son disueltas gracias a la acción de enzimas secretadas por el mismo glóbulo. El leucocito sigue ingiriendo partículas hasta que sucumbe por el acúmulo de los productos desintegrados. Se ha visto, sin embargo que los neutrófilos pueden englobar de 5 a 25 bacterias , y monocitos hasta 100 antes de morir.

Los linfocitos se producen en el tejido linfático, son esféricos, núcleo grande, una membrana con muchas salientes, rugosa. Hay de 3 tipos: B (estas son las fábricas productoras de anticuerpos), T (detectan al invasor) y NK (células asesinas). Los linfocitos representan el 25-30% del total de los glóbulos blancos circulantes.

La cantidad normal de leucocitos es de 7 500 - 10 000/mm3 de sangre.

Las plaquetas o trombocitos, son pedazos de células, originadas también en la médula ósea a partir de células más grandes llamadas megacariocitos. Se forman y pasan a la sangre.

Intervienen en la coagulación sanguínea formando el tapón plaquetal.
La cantidad normal es de 150.000 a 400.000 por mm cúbico de sangre.

¿Porqué coagula la sangre?

Los animales han puesto en función mecanismos complejos para evitar la pérdida accidental de la sangre.

En el ser humano la salida de sangre se evita mediante una cascáda de reacciones químicas por las cuales se forma un coágulo sólido, con el fin de obturar la solución de continuidad.

La coagulación esencialmente función del plasma y no de los elemento formes, comprende la transformación de una de las proteínas plasmáticas, el fibrinógeno, en fibrina insoluble.

El coágulo sucesivamente se contrae y segrega al exterior un líquido amarillento llamado suero, similar al plasma en muchos aspectos, pero sin la capacidad de coagulación por faltarle el fibrinógeno.

El mecanismo de la coagulación es muy complejo, por la intervención de diferentes sustancias del plasma, de influencia mútua en tres series de reacciones. En cada una de las dos primeras se produce una enzima, necesaria para la sucesiva.

El primer paso, la producción de tromboplastina, se inicia cundo se corta un vaso sanguíneo. Los tejidos traumatizados liberan una lipoproteína llamada tromboplastina, que actúa recíprocamente con los iones de calcio y varios factores proteínicos del plasma sanguíneo (proacelerina, proconvertina), produciendo una enzima: protrombinasa, que cataliza el segundo paso.

La protrombinasa puede sintetizarse también por interacciónde factores liberados por las plaquetas, iones de calcio y otras proteínas del plasma.
Uno de estos, denominado factor antihemofílico, se encuentra en el plasma normal, pero está ausente en el plasma de individuos que padecen hemofilia.

Volviendo a la enzima, la protrombinasa, cataliza una reacción en la que la protrombina, que es una proteína plasmática producida por el hígado, se transforma en trombina. Esta reacción requiere también de iones de calcio. Finalmente la trombina actúa como una enzima proteoílica desdoblando los péptidos de fibrinógeno y formando fibrina activa, que se polimeriza formando largos filamentos de fibrina insolubles.
La red de filamentos de fibrina atrapa glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, formando un coágulo.

Este mecanismo que incluye una serie en cascada de reacciones enzimáticas, está admirablemente adaptado para proporcionar rápida coagulación cuando se lesiona un vaso sanguíneo.

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