Cuando cambias el campo magnético de tu cuerpo, también cambia el átomo que está adentro.
Y nosotros estamos hechos de esos átomos.
Y nosotros estamos hechos de esos átomos.
El campo magnético de nuestro corazón cambia de acuerdo a nuestras emociones, por lo tanto los sentimientos que tenemos en el corazón, cambian el campo magnético que mantiene unido todo aquello de lo que estamos hechos. Literalmente estamos alterando nuestra realidad física.
Pero no solo se trata de sentimientos o emociones.
Pero no solo se trata de sentimientos o emociones.
Si tienes la conciencia del tamaño de un huevo, cuando observas el mundo, tu comprensión de él no es más grande que un huevo, cuando escuchas algo tu entendimiento tiene el tamaño de un huevo y cuando despiertas por la mañana la dimensión de tu vigilia es aproximadamente la misma que la de un huevo.
Pero si puedes expandir tu conciencia, es decir, si puedes ir más allá de las fronteras de tu percepción ordinaria y salir del cascarón, cuando observes el mundo, tu comprensión será mayor, cuando escuches algo tendrás mayor entendimiento y durante el día estarás más despierto.
La respuesta se encuentra en cada uno.
La respuesta se encuentra en cada uno.
La conciencia se expande a partir del vacío.
La fuente inagotable de amor y sabiduría, de energía e información, está en el interior del ser. Es la esencia misma del ser.
Incluso lo que creemos más sólido, tiene la misma consistencia que un pensamiento.
A medida que observamos vamos creando la realidad.
A medida que observamos vamos creando la realidad.
No existe la realidad sin un observador. El observador es la conciencia. Sin conciencia no hay realidad, ni siquiera existiría el universo.
Vamos creando este mundo a medida que lo recorremos.
El universo no está hecho de materia, si no de pensamientos, es pura conciencia, organizada en diferentes niveles de vibración.
Para expandir la conciencia y trascender la percepción ordinaria, hay que dar un salto hacía el vacío interior, en el silencio y la inmovilidad, y confiar plenamente en nuestra auténtica naturaleza universal. Trascender los límites y contradicciones, sin miedo, sin culpa, sin dudar.
Después de todo somos el universo experimentándose a si mismo.
El universo no está hecho de materia, si no de pensamientos, es pura conciencia, organizada en diferentes niveles de vibración.
Para expandir la conciencia y trascender la percepción ordinaria, hay que dar un salto hacía el vacío interior, en el silencio y la inmovilidad, y confiar plenamente en nuestra auténtica naturaleza universal. Trascender los límites y contradicciones, sin miedo, sin culpa, sin dudar.
Después de todo somos el universo experimentándose a si mismo.
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