sábado, 25 de octubre de 2014

Los niños aprenden lo que viven



Si los niños viven con la crítica, aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenden a pelear.
Si los niños viven con miedo, aprenden a ser aprensivos.
Si los niños viven con pena, aprenden a sentir lástima de si mismos.
Si los niños viven con el ridículo, aprenden a ser tímidos.
Si los niños viven con celos, aprenden a ser envidiosos.
Si los niños viven con vergüenza, aprenden a sentirse culpables.



Si los niños viven con aliento, aprenden a tener confianza en si mismos.
Si los niños viven con tolerancia, aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con elogios, aprenden a ser agradecidos.
Si los niños viven con aceptación, aprenden a amar.
Si los niños viven con aprobación, aprenden a quererse a si mismos.
Si los niños viven con reconocimiento, aprenden lo bueno de tener metas.
Si los niños viven con generosidad, aprenden a compartir.




Si los niños viven con honestidad, aprenden a ser sinceros.
Si los niños viven con rectitud, aprenden a ser justos.
Si los niños viven con amabilidad y consideración, aprenden el respeto.
Si los niños viven con seguridad, aprenden a no temer.
Si los niños viven con verdadero afecto, aprenden que el mundo es un lugar hermoso para vivir.





A la memoria de Dorothy Law Nolte (1024-2005)



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