sábado, 21 de junio de 2014

La Matriz y los usurpadores


Instrucciones para participar en el juego de la vida


Parte 1

La matriz de la realidad 

La matriz es el campo holográfico y metafísico a través del cual experimentamos nuestra realidad física.

Se dice holográfico, porque es comparable con un holograma, creado por medio de luz y donde cada parte contiene la información de la totalidad.
Metafísico porque es de naturaleza espiritual o mental y por lo tanto inmaterial.

El mecanismo por medio del cual la matriz proyecta la realidad es parecido a un aparato de TV,  el cual sintoniza en forma selectiva un canal dentro de una amplia gama de frecuencias.

De acuerdo a la intensidad, la frecuencia de la luz y al nivel de conciencia, es decir, la posición o el ángulo de la observación, se crea una imagen 3D, con la particularidad que tiene una densidad física (debido a la percepción de los sentidos y a la interpretación que hace el cerebro de la misma), que la hace aparecer real.



Lo que percibimos como realidad física es una proyección electromagnética proveniente de una fuente dimensional más alta e inmaterial

Pero a diferencia de la estación de televisión, que solamente transmite una serie limitada de frecuencias hacia el entorno tridimensional, esta fuente multidimensional irradia todas las frecuencias hacia todas las dimensiones.

Esta fuente original es la Conciencia Creadora, la mente de Dios, que se mueve manifestándose en múltiples niveles o planos de correspondencia.
La matriz que crea nuestro universo físico es solo uno de esos niveles.

La matriz sirve para limitar el ancho de banda y el número de dimensiones que percibimos con la finalidad de crear un “programa” coherente y útil, que no solamente miramos, sino uno con el que podemos interactuar, de acuerdo a nuestras posibilidades humanas. Nos brinda un contexto físico y un marco tridimensional de referencia. Pero en esencia es una proyección luminosa que podemos tocar y sentir.

Creemos que es real porque no consideramos que nosotros también somos una proyección luminosa

De ahí nuestra confusión.



La matriz coordina, regula y mantiene en funcionamiento un espacio o escenario común por medio del cual nosotros, como seres conscientes individuales o unidades de experiencia, participamos en el juego de la vida y enfrentamos las consecuencias de nuestras propias acciones y decisiones.

Es la matriz la que suministra un substrato físico a través del cual podemos aprender. La aparente solidez de la materia sirve de vehículo y herramienta para que el espíritu pueda expresarse y hacer experiencia. Este es el valor de la vida individual. Ninguna forma individual, ninguna forma de conciencia, existe por si misma ni para si misma.

Con la finalidad de acelerar el ritmo de nuestro progreso espiritual, la matriz conecta nuestras realidades en una sola realidad consensual y aparentemente objetiva: nuestro conocido mundo físico.

En las densidades superiores (sutiles y no físicas), correspondientes al cuerpo mental y al espiritual, y en aquellos estados que experimentamos durante el sueño o la proyección astral, cada uno puede crear su propia realidad subjetiva, más allá de las restricciones del espacio tiempo al que estamos habituados.

Sin esta matriz, la naturaleza física “aparentemente” objetiva y la opacidad aparente de las formas que percibimos y de los otros seres, serían inexistentes; y sin este marco de referencia no habría objeto de percepción y no habría nada que experimentar.
Aquellos que sienten que este mundo es una prisión están justificados en su sentir, ya que somos todos parte de la misma cuadrilla espiritual de individuos entrelazados unos con otros y confinados en un espacio físico.

De hecho, somos prisioneros de nuestra percepción física, ya que son los sentidos y nuestro nivel de conciencia los que marcan los límites de nuestra realidad

El proceso de generación de la materia física por parte de la matriz ocurre a nivel cuántico.
Una vez que la energía y la información provenientes de una dimensión superior son filtradas a través de la matriz, surge vibrando en nuestro universo con la apariencia de una partícula de luz, el conocido fotón y el resto de las partículas (electrones, protones…), que formaran átomos y toda la materia del universo físico.

De hecho todos los fotones que forman el universo son fragmentos holográficos de la fuente original y por eso contienen la información del Todo.

Así, de la fuente original, de la única luz, se generan las múltiples versiones propias de dimensiones inferiores que llamamos fotones.Siguiendo los planos de correspondencia, podemos comprender que la materia física está formada por estos fotones, es decir, luz.

Nuestra naturaleza fundamental es luminosa
La iluminación es aceptar nuestra verdadera naturaleza

Cuando la luz no interactúa con la conciencia del observador se presenta como una onda difundida en el espacio, en estado de superposición, como un océano de infinitas posibilidades no manifestadas. En este estado no tiene sentido hablar de partículas o de velocidad de la luz, ya que la luz es todo, no viaja, no hay separación, es unidad.

Solo cuando la conciencia del observador se entremezcla, esta energía potencial desacelera y queda confinada en un espacio físico creado para tal fin, y así aparece la forma, el movimiento y la miríada de colores de nuestro universo holográfico.

La fuente original no solamente es un proyector de la realidad física, sino también de la conciencia individual

En esencia la materia es conciencia, si bien a un nivel básico. Así, se puede denominar conciencia de nivel básico al tipo de conciencia que forma la materia inerte, para distinguirla de la conciencia individual que solamente los seres vivos poseen. Pero es importante asimilar que todo es conciencia, por eso podemos interactuar con todos los seres y cosas. Todo está vivo a su manera.

El universo es vida y conciencia

Como seres conscientes, filtramos nuestras percepciones del mundo físico cuando estamos despiertos y creamos realidades virtuales cuando soñamos, de la misma forma en que la matriz filtra la fuente original y crea nuestra realidad física.
Esto nos sugiere que la matriz es una entidad consciente fundamental dentro de cuyo “sueño” vivimos y soñamos. La matriz nos suministra el sueño, programa o juego, que nosotros luego nos damos a la tarea de jugar. Lo podemos llamar el juego de la vida, o un sueño dentro de otro sueño.

Somos soñadores que estamos siendo soñados
Somos el sueño del Creador

Al conectar nuestras realidades dentro de la matriz, se obtiene como resultado un método de aprendizaje novedoso y creativo, así, los planos superiores aprenden de los inferiores y estos últimos tiene la posibilidad de evolucionar, pasar de nivel  y continuar aprendiendo…y jugando, o soñando (como prefieras).

Sin embargo nuestra matriz no es la única. La realidad que estamos experimentando no es más que una entre muchas, reflejando cada una de ellas ligeras variaciones en lo referente a las reglas básicas y los objetivos del programa.
Cuando completamos este programa, al cabo de muchas vidas, pasamos a otro diferente.
Adicionalmente a la matriz principal responsable de sustentar la estructura física de nuestro universo, existen también otras matrices secundarias.

La Tierra misma es hogar de numerosos programas de matrices secundarias o accesorias, y otros planetas seguramente tienen las suyas propias.

Estas matrices secundarias se encuentran separadas unas de otras, y para su existencia dependen de la red energética que es suministrada por acción de los campos electromagnéticos locales, de la misma forma que un film necesita de una pantalla donde proyectarse, de manera que sobre esta red energética se manifiestan o proyectan determinadas realidades.

Si bien existe una gran matriz que abarca la realidad física, hay también otras matrices o campos de energía menores que se proyectan en diversos puntos del planeta, originados ya sea de manera artificial por medio de tecnologías metafísicas, o bien a partir de la conciencia colectiva de las seres que viven allí.

Las estructuras megalíticas antiguas tales como las de Stonehenge o las pirámides son ejemplos de tecnología metafísica utilizada para mantener o modificar la estructura de la red energética local con la finalidad de facilitar , atenuar o amplificar los cambios en el programa de la matriz que afecta al planeta entero.


Puesto que la matriz sirve para filtrar la realidad y la percepción que uno tiene de ella, al ingresar dentro de ciertas áreas que se encuentran bajo fuerte influencia de una matriz secundaria, se opera una alteración de la conciencia individual.


Estas zonas o centros de energía, funcionan como puertas dimensionales. Este no es un diseño solamente humano, existe en todo el universo, en las estrellas, los planetas y también en nuestro propio cuerpo. Los chakras, por ejemplo, son centros energéticos que actúan como puertas dimensionales, puntos donde el espíritu cambia su nivel de vibración y en consecuencia su plano de correspondencia, afectando obviamente la realidad física.


El campo electromagnético de la Tierra funciona como una interfaz entre la realidad física y las matrices secundarias a las que se encuentra conectada la conciencia individual.

La conciencia conectada a un cuerpo físico, está además conectada a una matriz. Al haber un cambio en la matriz, ocurre también un cambio en la conciencia y en el cuerpo físico, y recíprocamente, al haber un cambio en la conciencia, ocurre también un cambio en la matriz.
Este es un punto crucial al tratar de encontrar una solución para la siguiente cuestión.


En el pasado, la matriz de este planeta funcionaba de manera autoregulada, o al menos, era regulada por sus mismos usuarios, de manera natural, siguiendo al orden cósmico y las leyes naturales. Recientemente, sin embargo, esta situación ha cambiado: ya que la matriz natural de la Tierra ha sido usurpada

Continúa...


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