sábado, 8 de febrero de 2014

Despierta tu genio


A finales del siglo 19 y comienzos del 20 florecían la ciencia y las artes, hubo una gran cantidad de genios como PlanckTesla, Russell, Keely, Cayce y el mismo Einstein, Heisenberg o Schroedinger entre otros físicos destacados. 

Nikola Tesla
Walter Russell
En esa época había disponible una educación más amplia y profunda y menos trabas del sistema. La ciencia en sus albores no estaba sujeta a intereses corporativos ni comprometida en el desarrollo tecnológico casi exclusivamente como lo es hoy en día.

La gente realmente buscaba sobresalir, aprender y experimentar. No había tanta prisa ni la multitud de estímulos superfluos que hay actualmente. La sociedad no estaba organizada en función del consumo y la acumulación de bienes. La confianza y la responsabilidad eran valores fundamentales. Los individuos aprendían a aspirar a sus más grandes ideales, desarrollando ideas y herramientas para alcanzar ese objetivo.

Y si bien la mentalidad en muchos aspectos era más estrecha que hoy en día (la época victoriana, la moral, los valores tradicionales, la Iglesia, etc), en otros, se gozaba de libertad de pensamiento e ideales.

La perseverancia en la realización de ideales y metas elevadas lleva inevitablemente al logro y lo conduce a uno a un nuevo nivel de conciencia 

La aspiración última de un ser humano es la auto-realización, es decir, el logro de la conciencia cósmica, la iluminación o simplemente despertar del sueño ilusorio tejido por el propio intelecto o ego.

Estos estados superiores de la mente son lo que han mostrado y enseñado todos los verdaderos maestros espirituales a lo largo de la historia. Es por esto que el propósito o ideal superior es elevar a la humanidad mediante la elevación de la persona.

Cada persona puede tener acceso al más alto nivel de conciencia

Lamentablemente nos manejamos con los niveles más bajos de conciencia en nuestra experiencia diaria, ya que resonamos constantemente con frecuencias bajas y nocivas que desorganizan y paralizan nuestros sistemas fundamentales y distorsionan nuestra percepción.


Controla el celular y las radiaciones nocivas

¿Quieres saber lo que significa estar despierto o estar dormido? Ya tienes ese conocimiento. Es muy simple, se trata de aceptar lo que eres en verdad (lo que has sido y lo que siempre serás).
Y obviamente no hay nada que hacer para lograr esto, excepto creer, porque ya tienes esa naturaleza. Ya eres eso.
Así que cualquier cosa que hagas o inventes para conocerte a ti mismo, es un proceso que tiene solo un objetivo, hacerte creer lo que en verdad ya sabes y permitirte manifestar lo que en esencia ya eres.

Los genios del pasado son considerados grandes a causa de sus logros. Estos logros se realizaron debido a la habilidad de acceder a los niveles más altos de su conciencia. Este “poder personal” o mayor capacidad de acceso a la conciencia cósmica, puede ser aprendido y desarrollado por cualquiera que lo desee suficientemente como para involucrarse con dedicación y persistencia.

Una vez que se trascienden los límites del nivel consciente, es decir, del intelecto, el ego o yo individual; la conciencia se expande naturalmente. “Expandirse” es una manera figurativa de expresarlo, más bien es una unificación o resonancia de la vibración de los planos inferiores con los superiores, desde el nivel físico hasta el éter sutil.

Este estado de unificación o resonancia genera una condición de equilibrio y coherencia en el cuerpo y en los campos de energía,  lo que permite un mayor acceso a información y eficacia en el procesamiento de la misma.

En principio, no hay nada en el mundo que el más grande genio pueda hacer que tú no puedas 

Tienes la misma herencia y compartes la misma información, además estás hecho de la misma sustancia y con el  mismo molde.

Para que tu genio se manifieste, primero debes ser consciente de ello, es decir, asumir que ya tienes esa capacidad y que solo debes desarrollarla. Es una especie de fe, de confianza implícita en si mismo. Este movimiento sutil y armonioso de la conciencia permite el acceso a información contenida en el inconsciente y en los planos sutiles (registros akáshicos).

El impulso para este movimiento lo da la energía del corazón. Por eso creer es fundamental. La intención o propósito es determinante.
El movimiento del corazón es doble, es una bomba, se expande y se contrae; en una parte del ciclo se llena de energía (luz y sangre), se organiza y autoreferencia. En la otra fase expulsa su contenido y se vacía para nutrir y comunicar el cuerpo entero, su radiación expansiva afecta al éter (campos, espacio) y por ende a los demás en virtud del entrelazamiento cuántico.

Si no te tomas en serio este asunto es porque aún no te has descubierto a ti mismo ni percibes tu naturaleza.

La vida es un viaje de conocimiento

La verdadera riqueza es el maravilloso descubrimiento de tu Ser, el poder cósmico que se encuentra dentro de ti y el conocimiento ilimitado, que sin saberlo tienes, y que nunca podrías adquirir ni por medio de libros ni estudiando en universidades durante un millar de años. No es algo que venga de afuera ni que se consiga con sudor y lágrimas. Eso un malentendido.

Ya eres un ser luminoso.

Despierta tu conciencia cósmica

La conciencia cósmica es un modo transpersonal de conciencia, es decir, es la mente que trasciende los límites de la percepción ordinaria basada en los sentidos y en la actividad de la corteza frontal.
Es la conciencia de la mente universal y la meta es volverse uno con ella.

La característica principal de la conciencia cósmica es la conciencia de la vida y del orden en el universo.
Hay vida en cada cosa creada, en cada partícula, en el espacio, en el aire que respiras.
Todo está vivo porque todo es conciencia.

La sustancia del universo es la conciencia. El universo físico es vibración. Lo que vibra es el movimiento de la mente, que es luz y que utiliza la electricidad para cristalizarse (materializarse).


Si comprendes esto es porque tu conciencia individual comienza a resonar con la conciencia universal. No es que sea algo diferente, es una cuestión de sintonía, como una antena que emite y recibe y que además puede almacenar información y energía.

No se trata de un estado mental alterado, por el contrario, es una condición superior del ser.

La conciencia cósmica lleva al equilibrio y al orden en el sistema.

Este estado de coherencia aporta:

-Comprensión intuitiva. Clarividencia.
-Compasión y sentido moral.
-Ausencia del sentimiento de culpa y pecado. Autoconfianza.
-Iluminación intelectual y sabiduría (el estado de coherencia permite el acceso a un mayor caudal de información, potenciando el procesamiento de la misma)
-Sentido de inmortalidad, y comprensión profunda de la naturaleza de la vida.
-Sin miedo al cambio ni a la muerte.

Este estado de conciencia es la siguiente etapa en la evolución humana.

Cada partícula que forma tu cuerpo contiene la misma información que todo el universo y puedes tener acceso a ella instantáneamente. Es un proceso natural, es tu esencia divina.

Es suficiente con apagar un momento la radio cotidiana y girar la mirada hacia tu propio ser, enderezar la espalda y trascender el ruido y las influencias externas.

Cuesta asumir nuestra naturaleza cósmica porque estamos domesticados o hipnotizados a creer otra cosa, a percibirnos de una manera falsa y a renunciar a nuestro poder personal que nos permite crear nuestra propia vida y sabiduría.

Si la mayoría de los seres humanos permanecen ignorantes del poder de sus mentes se debe a la falta de pensamiento crítico y a estar programados, por la educación y los medios de comunicación, a creer ciegamente en la realidad creada por el sistema y a aceptar la mentira y las verdades ajenas.

Para desarrollar tu poder personal y expresar tu ser en plenitud necesitas que tu cuerpo y tu mente se unifiquen: es decir que los diferentes planos que componen tu ser vibren en armonía. En principio es muy simple, ya que comparten la misma esencia. El cuerpo y la mente son expresiones del mismo espíritu.
Pero en la práctica es difícil debido a la falta de una verdadera educación, a los malos hábitos, bloqueos y carencias, y a la cantidad de programas nocivos que son instalados desde la niñez, como el miedo, la falta de confianza en si mismo y el egoísmo.

Para volver al equilibrio y cultivar tu poder es necesaria una disciplina, ejecitarte constantemente, con alegría determinación. Encontrar un camino conveniente y seguirlo con corazón.
Esa es la clave.
De esta manera comenzarás a escuchar en tu interior la voz de la conciencia que se expresa como conocimiento, intuición, deseo de aprender y comunicar, propósito.

Este conocimiento es real, proviene directo de la fuente, no es pensamiento cerebral reactivo, ni intelecto, es sabiduría intuitiva, es acción y no reacción, es la conciencia pura y original, nuestra esencia inmóvil, que busca manifestarse y aprender.

Reactiva tu vínculo con el espíritu

Cuando estas demasiado ocupado con las cosas materiales y no te queda tiempo para escuchar esa voz ni para unificarte en silencio con tu espíritu, te encadenas a las emociones de tu cuerpo y a las demandas del mundo físico y te transformas en un prisionero de tus propios miedos y prejuicios. Te vuelves adicto a tu forma de vida y a tu visión material de las cosas y terminas esclavizado por ellas.

En el momento que calmas los pensamientos y cesas la actividad de tu ego, empiezas a escuchar tu voz interior, en ese momento, comienzas a ser libre de la esclavitud del cuerpo y de los programas mentales adictivos y parásitos.

Tu mente se vuelve cósmica

Luego esa información debe fluir, enriqueciendo nuestra vida cotidiana y el entorno, es la fase de la experiencia, de la creatividad, del movimiento expansivo y luminoso.

Así puede surgir el genio, y despertar otros genios, y mutuamente, aprender y seguir evolucionando.

Esta es la naturaleza del genio, servir de vehículo para que se exprese el espíritu de la manera más bella y creativa para beneficio de todos.



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