El tiempo y el espacio son relativos.
Ello significa que dos observadores ordenarán los acontecimientos en el tiempo de forma distinta si se mueven con velocidades diferentes en relación con los acontecimientos observados. En consecuencia, todas las mediciones que impliquen espacio y tiempo pierden su carácter de absolutas. Tanto tiempo como espacio se convierten simplemente en elementos de referencia para describir los fenómenos, delimitando coordenadas temporoespaciales.
El tiempo y el espacio son conciencia.
Estamos habituados a funcionar en un mundo de objetos sólidos, separados entre si y con un tiempo al que consideramos "real" y que transcurre de forma lineal. Nuestros cerebros están condicionados, por evolución y por educación, a percibir una realidad material dependiente de la percepción de los sentidos.
El espacio es emergente y no fundamental, esto quiere decir que el continuo del espacio (y del tiempo) es una ilusión, la descripción de esta matriz fundamental debe ser discreta y no continua.
El mundo no es lo que parece.
La realidad depende del punto de vista del observador.
Según Louis de Broglie:
"En la dimensión espacio-temporal, todo lo que para cada uno de nosotros constituye el pasado, el presente y el futuro, se da en bloque... Cada observador, a medida que su tiempo va pasando, descubre nuevas porciones de espacio-tiempo que aparecen ante él como aspectos sucesivos del mundo material, aunque en realidad, el conjunto de sucesos que constituyen el espacio-tiempo, existe con prioridad a su conocimiento de ellos".
La reducción de la probabilidad (colapso de la función de onda) y su transformación en una realidad material, se encuentra asociada a la actividad y "actitud" de los fotones, por lo que podemos considerarlos como ligados estrechamente a la conciencia, es decir, al observador.
En general relacionamos nuestra vida presente con el pasado y trazamos una línea imaginaria que nos ata a esos recuerdos. Sin embargo, no consideramos el hecho que nuestra vida futura pueda estar afectando a la que estamos experimentando justamente aquí y ahora.
Algunos consideran las vidas pasadas como vidas físicas literales que han sucedido en el pasado en un escenario físico como éste. Pero nuestra vida pasada, al igual que la futura pueden estar sucediendo ahora mismo en un continuo espacio-tiempo diferente.
Al vivir el momento presente, por lo tanto, en un nivel fundamental enviamos información en todas las direcciones del espacio-tiempo, a nuestro futuro y también a nuestro pasado.
El aquí y ahora está conectado con el futuro y también con el pasado.
En el plano fundamental de la realidad, o sea en el nivel de la conciencla, la información puede viajar en cualquier dirección del tiempo (del pasado al futuro y del futuro al pasado) (ver)
En el Zen se dice que durante zazen se actualiza la práctica y el despertar de los Budas del pasado, del presente y también del futuro.
La conciencia modela el espacio-tiempo
Sabemos por la teoría de la relatividad que ante la presencia de una masa el espacio-tiempo se curva. Esta ondulación del espacio dirige a su vez el movimiento de la materia.
¿Cómo afecta en el nivel cuántico, el movimiento de las masas de las proteínas en los microtúbulos de las neuronas?
La tubulina forma cadenas de millones de subunidades, cuyo cambio conformacional produce procesos computacionales que determinan la dinámica de las neuronas y la experiencia consciente.
En este caso, la masa se refiere a la cantidad de moléculas de proteína.
Cada estado conformacional de las proteínas corresponde a una deterrminada geometría espacio-tiempo, o sea, cada configuración representa una realidad propia. Y las posibilidades de combinación son enormes.
Estas geometrías o "posibles" realidades existen en una multitud superpuesta de estados cuánticos coherentes.
La pérdida de la coherencia y la elección por uno de los tantos estados está determinada por la información que en el nivel fundamental afecta a la gravedad y por lo tanto al movimiento de la materia.
El espín se refiere a una propiedad física de las partículas subatómicas, por la cual toda partícula tiene un momento angular intrínseco de valor fijo (la creencia de que el spin corresponde al momento angular debido a la rotación de la partícula en torno a su propio eje sólo debe tenerse como una imagen mental útil, puesto que el spin no tiene una representación en términos de coordenadas, de modo que no puede referir ningún tipo de movimiento). Se trata de una propiedad intrínseca de la partícula como lo es la masa o la carga eléctrica.
La cantidad de información posible en las redes de espines (spin network) es enorme, cada volumen de la escala de Planck, o "pixel de la realidad" puede estar conformado por una inmensa variabilidad y por interacciones no locales (entrelazamiento cuántico).
Además su cantidad total es enorme, hay aproximadamente 10107 volúmenes de Planck (1) en el volumen de un cerebro humano, y esto es una cantidad mayor que el número de partículas en el universo.
(1) volumen de Planck: lp x lp x lp = lp3 = 10-35 m3
Por lo tanto la realidad que percibimos depende de la realidad particular de cada geometría del espacio-tiempo y cada geometría depende de la percepción del observador.
Sin conciencia no hay realidad, simplemente porque no hay "nadie" que la experimente.
Múltiples posibilidades y una realidad
¿Qué significa que un objeto pueda estar en varios lugares o estados al mismo tiempo?
El misterio de la superposición cuántica ha desconcertado desde el principio a la ciencia.
Hugh Everett, un físico estadounidense, para responder a este interrogante desarrolló la teoría de los múltiples universos.
La propuesta de Everett es que cada medida (observación) "desdobla" nuestro universo en una serie de posibilidades (o tal vez existían ya los universos paralelos mutuamente inobservables y en cada uno de ellos se da una realización diferente de los posibles resultados de la medida).
Por ejemplo: Una persona que se salva por un pelo de ser atropellada por un auto, podría sentirse afortunada de haber escapado. Pero en un universo paralelo, otra versión de la misma persona habría muerto. Y en otro universo más veríamos a esa persona recuperarse en el hospital. El número posibilidades es infinito.
Según esta idea, la superposición es una separación de la realidad subyacente, el universo en su nivel fundamental se divide o se separa, y cada posibilidad se abre a formar un nuevo universo, una nueva realidad. Una geometría particular del espacio-tiempo.
Volviendo al problema de la medida, esta es una de las principales dificultades que presenta la mecánica cuántica.
De acuerdo a la teoría cuántica, en el mundo microscópico de las partículas elementales no se puede decir que algo existe hasta que no es observado. Hasta entonces, las partículas ocupan una nebulosa de estados superpuestos, en la que estas pueden tener simultáneamente espines “arriba” y “abajo”, o aparecer en lugares diferentes al mismo tiempo.
Electrones que antes de la percepción del observador eran algo indefinido e impredecible, se transforman, como consecuencia de esa misma observación, en partículas y ondas de carácter real, mediante fotones que responden a la llamada del observador como consecuencia de su experiencia.
La observación lleva a la partícula a adoptar un estado "particular" de realidad, en un modo similar a lo que sucede a una moneda que esté girando por el aire, y de la que solo se podrá afirmar que muestra “cara” o “seca” una vez que se la atrape y se la mire, hasta tanto, estará en una superposición de dos posibilidades.
Desde un punto de vista cuántico, las partículas no observadas se describen como “función de onda”, y representan a un conjunto de múltiples estados posibles. Cuando un observador realiza una medición, la partícula es forzada a adoptar una de esas varias opciones. Es decir se “particulariza”.
La conciencia crea la realidad.
Efectos gravitatorios de la información
¿Qué relación tiene la fuerza de gravedad con el colapso de la función de onda y la experiencia consciente?
De acuerdo a la teoría de la relatividad general de Einstein, la fuerza de gravedad puede considerarse como una manifestación de la curvatura del espacio-tiempo. La masa le indica al espacio-tiempo como curvarse y éste le dicta a la masa cómo moverse.
Es el contenido material el que modela la geometría del espacio-tiempo, aunque es la conciencia la directora de este movimiento.
La conciencia tiene la capacidad de provocar autocolapsos de la función de onda, este tipo de reducción depende de fenómenos gravitatorios a nivel cuántico (gravedad cuántica) que hacen que la masa al desplazarse en una dirección cause una reducción en un estado particular, es decir, en una determinada geometría espacio-tiempo de la experiencia o realidad particular.
El movimiento de la conciencia genera información que afecta a la energía y a la materia.
Las creencias, es decir la mentalidad, establecen una determinada tendencia que provoca un aumento de la masa/energía/información en una determinada zona del cerebro. Esto establece conexiones neuronales duraderas y la tendencia a pensar y a sentir siempre lo mismo (por más que imaginemos lo contrario).
De acuerdo a como pensamos generamos una realidad acorde.
La conciencia impacta en el cuerpo físico, la transferencia de energía e información es discreta, es decir, está cuantizada.
Podemos entender cada espacio-tiempo cuántico como una secuencia de espacios posibles que se suceden los unos a los otros, igual que los tic-tacs de un reloj cósmico. La coordenada temporal es arbitraria.
La historia del mundo pueda ser vista como una serie de geometrías que se continúan unas a otras, como los puntos que forman una línea y dan una sensación de continuidad. Vamos de momento en momento.
Cada momento es un aquí y ahora.
La conciencia es un flujo de eventos discretos, y no un estado continuo. Partículas de experiencia que el cerebro se encarga de editar proyectando una imagen coherente y continua: la película de la vida. Pero ese continuo es una ilusión.
La conciencia se mueve de a saltos cuánticos.
Cada aquí y ahora tiene su propia geometría espacio-tiempo.
De todas formas las descripciones son siempre relativas. Lo importante es realizar cada uno su propia naturaleza con la totalidad del ser, o sea cuerpo y mente en unidad.
Para esto es fundamental encontrar el equilibrio. Aprender a apagar alternativamente el pensamiento consciente y permitir que la conciencia profunda se manifieste y exprese.
La esencia del ser solo puede ser experimentada por si mismo.
Experiencia subjetiva, conocimiento directo.
Este aspecto lo aporta la práctica de la meditación. El maestro Kosen enseña: “zazen es simplemente apagar el motor”.
De todas formas, el conocimiento científico es una importante fuente de información.
Podemos comenzar a considerar a la gravedad básicamente como un fenómeno vinculado con la información.
La gravedad sería el resultado de la organización de la información de los objetos materiales en el espacio.
La conciencia es información.
El espacio no es más que el campo de conciencia del cual surgimos (y surgen todos los seres y cosas) y al cual estamos conectados, de la misma forma que un pez lo está con el agua, inconscientemente y naturalmente.
Nuestra observación modela la trama del espacio-tiempo que moldea en cada momento al cuerpo y a la mente.
El mundo no es lo que parece.
La realidad depende del punto de vista del observador.
Según Louis de Broglie:
"En la dimensión espacio-temporal, todo lo que para cada uno de nosotros constituye el pasado, el presente y el futuro, se da en bloque... Cada observador, a medida que su tiempo va pasando, descubre nuevas porciones de espacio-tiempo que aparecen ante él como aspectos sucesivos del mundo material, aunque en realidad, el conjunto de sucesos que constituyen el espacio-tiempo, existe con prioridad a su conocimiento de ellos".
La reducción de la probabilidad (colapso de la función de onda) y su transformación en una realidad material, se encuentra asociada a la actividad y "actitud" de los fotones, por lo que podemos considerarlos como ligados estrechamente a la conciencia, es decir, al observador.
En general relacionamos nuestra vida presente con el pasado y trazamos una línea imaginaria que nos ata a esos recuerdos. Sin embargo, no consideramos el hecho que nuestra vida futura pueda estar afectando a la que estamos experimentando justamente aquí y ahora.
Algunos consideran las vidas pasadas como vidas físicas literales que han sucedido en el pasado en un escenario físico como éste. Pero nuestra vida pasada, al igual que la futura pueden estar sucediendo ahora mismo en un continuo espacio-tiempo diferente.
Al vivir el momento presente, por lo tanto, en un nivel fundamental enviamos información en todas las direcciones del espacio-tiempo, a nuestro futuro y también a nuestro pasado.
El aquí y ahora está conectado con el futuro y también con el pasado.
En el plano fundamental de la realidad, o sea en el nivel de la conciencla, la información puede viajar en cualquier dirección del tiempo (del pasado al futuro y del futuro al pasado) (ver)
En el Zen se dice que durante zazen se actualiza la práctica y el despertar de los Budas del pasado, del presente y también del futuro.
La conciencia modela el espacio-tiempo
Sabemos por la teoría de la relatividad que ante la presencia de una masa el espacio-tiempo se curva. Esta ondulación del espacio dirige a su vez el movimiento de la materia.
¿Cómo afecta en el nivel cuántico, el movimiento de las masas de las proteínas en los microtúbulos de las neuronas?
La tubulina forma cadenas de millones de subunidades, cuyo cambio conformacional produce procesos computacionales que determinan la dinámica de las neuronas y la experiencia consciente.
En este caso, la masa se refiere a la cantidad de moléculas de proteína.
Cada estado conformacional de las proteínas corresponde a una deterrminada geometría espacio-tiempo, o sea, cada configuración representa una realidad propia. Y las posibilidades de combinación son enormes.
Estas geometrías o "posibles" realidades existen en una multitud superpuesta de estados cuánticos coherentes.
La pérdida de la coherencia y la elección por uno de los tantos estados está determinada por la información que en el nivel fundamental afecta a la gravedad y por lo tanto al movimiento de la materia.
Como la masa es equivalente a la curvatura del espacio-tiempo, el desplazamiento de las masas de los sistemas que están en superposición cuántica modela verdaderamente la realidad. Esta condición es inestable y rápidamente se reduce en una de las tantas posibilidades, lo que se denomina: colapso de la función de onda.
La función de onda describe los posibles estados del sistema, en este caso aporta información acerca de los sistemas de partículas que forman las moléculas de las proteínas.
La experiencia consciente tiene sus raíces en la escala de Planck.
El evento o momento de conciencia se corresponde con la reducción o colapso de la onda de posibilidades y la decoherencia (pérdida de la coherencia cuántica).
Cada evento puede expandirse como una reacción en cadena por todo el cerebro, a través de un campo de experiencia mediado por ondas Gamma de alta frecuencia, que unifican y sincronizan la respuesta.
Según Penrose, podemos interpretar esta composición básica del universo como una red dinámica de geometrías que forman una matriz evolutiva en la escala de Planck y que determinan las cuatro dimensiones del espacio-tiempo.
En la ultramicroscópica escala de Planck, más allá del átomo, la realidad es otra:
-Longitud de Planck (lp): equivale a la distancia que recorre un fotón, viajando a la velocidad de la luz, en el tiempo de Planck.(10-35 metros)
-Tiempo de Planck (tp): representa el tiempo que tarda un fotón viajando a la velocidad de la luz en atravesar una distancia igual a la longitud de Planck. (10-44 segundos)
Hay varios tipos de descripciones de la escala de Planck: la teoría de cuerdas, la espuma cuántica y la gravedad cuántica de bucles.
La función de onda describe los posibles estados del sistema, en este caso aporta información acerca de los sistemas de partículas que forman las moléculas de las proteínas.
La experiencia consciente tiene sus raíces en la escala de Planck.
El evento o momento de conciencia se corresponde con la reducción o colapso de la onda de posibilidades y la decoherencia (pérdida de la coherencia cuántica).
Cada evento puede expandirse como una reacción en cadena por todo el cerebro, a través de un campo de experiencia mediado por ondas Gamma de alta frecuencia, que unifican y sincronizan la respuesta.
Según Penrose, podemos interpretar esta composición básica del universo como una red dinámica de geometrías que forman una matriz evolutiva en la escala de Planck y que determinan las cuatro dimensiones del espacio-tiempo.
En la ultramicroscópica escala de Planck, más allá del átomo, la realidad es otra:
-Longitud de Planck (lp): equivale a la distancia que recorre un fotón, viajando a la velocidad de la luz, en el tiempo de Planck.(10-35 metros)
-Tiempo de Planck (tp): representa el tiempo que tarda un fotón viajando a la velocidad de la luz en atravesar una distancia igual a la longitud de Planck. (10-44 segundos)
Hay varios tipos de descripciones de la escala de Planck: la teoría de cuerdas, la espuma cuántica y la gravedad cuántica de bucles.
En el contexto de la gravedad cuántica, Penrose describe a la escala de Planck como una dinámica tela de araña de espines (dynamical spider-web of spin). Estas redes de espines definen volúmenes discretos en la escala de Planck y crean configuraciones que dinámicamente evolucionan y modelan la geometría del espacio-tiempo.
El espín se refiere a una propiedad física de las partículas subatómicas, por la cual toda partícula tiene un momento angular intrínseco de valor fijo (la creencia de que el spin corresponde al momento angular debido a la rotación de la partícula en torno a su propio eje sólo debe tenerse como una imagen mental útil, puesto que el spin no tiene una representación en términos de coordenadas, de modo que no puede referir ningún tipo de movimiento). Se trata de una propiedad intrínseca de la partícula como lo es la masa o la carga eléctrica.
red de espines |
Además su cantidad total es enorme, hay aproximadamente 10107 volúmenes de Planck (1) en el volumen de un cerebro humano, y esto es una cantidad mayor que el número de partículas en el universo.
(1) volumen de Planck: lp x lp x lp = lp3 = 10-35 m3
Por lo tanto la realidad que percibimos depende de la realidad particular de cada geometría del espacio-tiempo y cada geometría depende de la percepción del observador.
Sin conciencia no hay realidad, simplemente porque no hay "nadie" que la experimente.
Cuerdas en la escala de Planck |
Múltiples posibilidades y una realidad
¿Qué significa que un objeto pueda estar en varios lugares o estados al mismo tiempo?
El misterio de la superposición cuántica ha desconcertado desde el principio a la ciencia.
Hugh Everett, un físico estadounidense, para responder a este interrogante desarrolló la teoría de los múltiples universos.
La propuesta de Everett es que cada medida (observación) "desdobla" nuestro universo en una serie de posibilidades (o tal vez existían ya los universos paralelos mutuamente inobservables y en cada uno de ellos se da una realización diferente de los posibles resultados de la medida).
Por ejemplo: Una persona que se salva por un pelo de ser atropellada por un auto, podría sentirse afortunada de haber escapado. Pero en un universo paralelo, otra versión de la misma persona habría muerto. Y en otro universo más veríamos a esa persona recuperarse en el hospital. El número posibilidades es infinito.
Según esta idea, la superposición es una separación de la realidad subyacente, el universo en su nivel fundamental se divide o se separa, y cada posibilidad se abre a formar un nuevo universo, una nueva realidad. Una geometría particular del espacio-tiempo.
Volviendo al problema de la medida, esta es una de las principales dificultades que presenta la mecánica cuántica.
De acuerdo a la teoría cuántica, en el mundo microscópico de las partículas elementales no se puede decir que algo existe hasta que no es observado. Hasta entonces, las partículas ocupan una nebulosa de estados superpuestos, en la que estas pueden tener simultáneamente espines “arriba” y “abajo”, o aparecer en lugares diferentes al mismo tiempo.
Electrones que antes de la percepción del observador eran algo indefinido e impredecible, se transforman, como consecuencia de esa misma observación, en partículas y ondas de carácter real, mediante fotones que responden a la llamada del observador como consecuencia de su experiencia.
La observación lleva a la partícula a adoptar un estado "particular" de realidad, en un modo similar a lo que sucede a una moneda que esté girando por el aire, y de la que solo se podrá afirmar que muestra “cara” o “seca” una vez que se la atrape y se la mire, hasta tanto, estará en una superposición de dos posibilidades.
Desde un punto de vista cuántico, las partículas no observadas se describen como “función de onda”, y representan a un conjunto de múltiples estados posibles. Cuando un observador realiza una medición, la partícula es forzada a adoptar una de esas varias opciones. Es decir se “particulariza”.
La conciencia crea la realidad.
Efectos gravitatorios de la información
¿Qué relación tiene la fuerza de gravedad con el colapso de la función de onda y la experiencia consciente?
De acuerdo a la teoría de la relatividad general de Einstein, la fuerza de gravedad puede considerarse como una manifestación de la curvatura del espacio-tiempo. La masa le indica al espacio-tiempo como curvarse y éste le dicta a la masa cómo moverse.
Es el contenido material el que modela la geometría del espacio-tiempo, aunque es la conciencia la directora de este movimiento.
La conciencia tiene la capacidad de provocar autocolapsos de la función de onda, este tipo de reducción depende de fenómenos gravitatorios a nivel cuántico (gravedad cuántica) que hacen que la masa al desplazarse en una dirección cause una reducción en un estado particular, es decir, en una determinada geometría espacio-tiempo de la experiencia o realidad particular.
El movimiento de la conciencia genera información que afecta a la energía y a la materia.
Las creencias, es decir la mentalidad, establecen una determinada tendencia que provoca un aumento de la masa/energía/información en una determinada zona del cerebro. Esto establece conexiones neuronales duraderas y la tendencia a pensar y a sentir siempre lo mismo (por más que imaginemos lo contrario).
De acuerdo a como pensamos generamos una realidad acorde.
La conciencia impacta en el cuerpo físico, la transferencia de energía e información es discreta, es decir, está cuantizada.
Podemos entender cada espacio-tiempo cuántico como una secuencia de espacios posibles que se suceden los unos a los otros, igual que los tic-tacs de un reloj cósmico. La coordenada temporal es arbitraria.
La historia del mundo pueda ser vista como una serie de geometrías que se continúan unas a otras, como los puntos que forman una línea y dan una sensación de continuidad. Vamos de momento en momento.
Cada momento es un aquí y ahora.
La conciencia es un flujo de eventos discretos, y no un estado continuo. Partículas de experiencia que el cerebro se encarga de editar proyectando una imagen coherente y continua: la película de la vida. Pero ese continuo es una ilusión.
La conciencia se mueve de a saltos cuánticos.
Cada aquí y ahora tiene su propia geometría espacio-tiempo.
De todas formas las descripciones son siempre relativas. Lo importante es realizar cada uno su propia naturaleza con la totalidad del ser, o sea cuerpo y mente en unidad.
Para esto es fundamental encontrar el equilibrio. Aprender a apagar alternativamente el pensamiento consciente y permitir que la conciencia profunda se manifieste y exprese.
La esencia del ser solo puede ser experimentada por si mismo.
Experiencia subjetiva, conocimiento directo.
Este aspecto lo aporta la práctica de la meditación. El maestro Kosen enseña: “zazen es simplemente apagar el motor”.
De todas formas, el conocimiento científico es una importante fuente de información.
Podemos comenzar a considerar a la gravedad básicamente como un fenómeno vinculado con la información.
La gravedad sería el resultado de la organización de la información de los objetos materiales en el espacio.
La conciencia es información.
La información es la esencia misma de la conciencia.
El aumento de información en un sistema es un efecto de entropía.
Esta entropía se manifiesta en un sistema que evoluciona de forma que cada vez necesita un mayor número de bits de información para describir todas sus características.
De manera que la interacción gravitatoria se relaciona con el aumento de la información necesaria para describir el sistema.
Comparémoslo con el concepto de fluidez del agua. Sus moléculas individualmente consideradas no tienen fluidez, pero colectivamente si. O las moléculas de un gas que individualmente no tienen presión pero en conjunto si. De forma análoga, la fuerza de la gravedad no es algo inherente a la propia materia, sino que es un efecto físico que surge de la interacción de la masa, el tiempo, el espacio... y la conciencia.
El papel que desempeña la información cuántica en la gravedad influye de manera determinista en los procesos de reducción de las ondas de posibilidades superpuestas en una experiencia particular. Dicho de otra forma: los movimientos de masa/energía que corresponden a los cambios conformacionales en las proteínas de los microtúbulos de las neuronas, seleccionan una particular geometría del espacio-tiempo.
Este movimiento continuo determina la configuración de las redes neuronales y otorga al cerebro una gran flexibilidad de conexiones (neuroplasticidad).
Un sistema que evoluciona necesita cada vez un mayor número de bits de información para describir todas sus características. Por eso podemos considerar a la gravedad como consecuencia de la información.
La propia información es la matriz sobre la que se construye el universo.
La gravedad es un fenómeno que surge de las propiedades fundamentales del espacio-tiempo.
La información depositada en la conciencia âlaya, que es la conciencia almacén, modela la geometría espacio-tiempo de la experiencia. Incluso en los niveles no conscientes esta información afecta a la gravedad cuántica y al movimiento de los sistemas en superposición.
También podemos considerar al universo como una memoria gigante compuesta por una incalculable cantidad de bits con una tendencia natural a aumentar.
Lo que llamamos fuerza de gravedad sería más bien una característica intrínseca de la conciencia. Es la propia naturaleza del universo que está relacionada con la información.
Se manifiesta como una dinámica bipolar de fuerzas opuestas que trabajan juntas (contracción-expansión). La gravedad es la fuerza que lleva hacia el colapso.
Podríamos decir también que el potencial gravitatorio surge de la tendencia natural (entrópica) de los sistemas a saturar con información todo el espacio disponible.
En términos informáticos sería la tendencia natural a llenar de información todo el espacio disponible en el disco duro, independientemente de lo grande que este sea.
La conciencia es información, de ahí su tendencia natural a expandirse y evolucionar.
El aumento de información en un sistema es un efecto de entropía.
Esta entropía se manifiesta en un sistema que evoluciona de forma que cada vez necesita un mayor número de bits de información para describir todas sus características.
De manera que la interacción gravitatoria se relaciona con el aumento de la información necesaria para describir el sistema.
Comparémoslo con el concepto de fluidez del agua. Sus moléculas individualmente consideradas no tienen fluidez, pero colectivamente si. O las moléculas de un gas que individualmente no tienen presión pero en conjunto si. De forma análoga, la fuerza de la gravedad no es algo inherente a la propia materia, sino que es un efecto físico que surge de la interacción de la masa, el tiempo, el espacio... y la conciencia.
El papel que desempeña la información cuántica en la gravedad influye de manera determinista en los procesos de reducción de las ondas de posibilidades superpuestas en una experiencia particular. Dicho de otra forma: los movimientos de masa/energía que corresponden a los cambios conformacionales en las proteínas de los microtúbulos de las neuronas, seleccionan una particular geometría del espacio-tiempo.
Este movimiento continuo determina la configuración de las redes neuronales y otorga al cerebro una gran flexibilidad de conexiones (neuroplasticidad).
red de microtúbulos en la neurona |
Un sistema que evoluciona necesita cada vez un mayor número de bits de información para describir todas sus características. Por eso podemos considerar a la gravedad como consecuencia de la información.
La propia información es la matriz sobre la que se construye el universo.
La gravedad es un fenómeno que surge de las propiedades fundamentales del espacio-tiempo.
La información depositada en la conciencia âlaya, que es la conciencia almacén, modela la geometría espacio-tiempo de la experiencia. Incluso en los niveles no conscientes esta información afecta a la gravedad cuántica y al movimiento de los sistemas en superposición.
También podemos considerar al universo como una memoria gigante compuesta por una incalculable cantidad de bits con una tendencia natural a aumentar.
Lo que llamamos fuerza de gravedad sería más bien una característica intrínseca de la conciencia. Es la propia naturaleza del universo que está relacionada con la información.
Se manifiesta como una dinámica bipolar de fuerzas opuestas que trabajan juntas (contracción-expansión). La gravedad es la fuerza que lleva hacia el colapso.
Podríamos decir también que el potencial gravitatorio surge de la tendencia natural (entrópica) de los sistemas a saturar con información todo el espacio disponible.
En términos informáticos sería la tendencia natural a llenar de información todo el espacio disponible en el disco duro, independientemente de lo grande que este sea.
La conciencia es información, de ahí su tendencia natural a expandirse y evolucionar.
El espacio no es más que el campo de conciencia del cual surgimos (y surgen todos los seres y cosas) y al cual estamos conectados, de la misma forma que un pez lo está con el agua, inconscientemente y naturalmente.
Nuestra observación modela la trama del espacio-tiempo que moldea en cada momento al cuerpo y a la mente.
2 comentarios:
¿Cuántos bits de información, experiencias de vidas precisa nuestra consciencia para colapsar en un estallido cuántico y habitar en el aquí y ahora no dual de la iluminación sin quedar atrapada, de nuevo, en el origen condicional de las cosas "paticca samuppada"?
Excelentes reflexiones, gracias por compartir.
No es algo que se pueda cuantificar en cantidad de bits y dar una respuesta general, depende de cada uno.
El estado del sistema físico-energético del cerebro es determinante, Hay casos en que solo unos pocos bits alcanzan para un despertar de la conciencia, y en otros casos, cuando el sistema no esta coherente y unificado sino fragmentado: puedes tener la enciclopedia británica delante tuyo y ni enterarte, que es lo que le pasa a la mayoría.
La práctica de zazen y el cultivo de la mente generan las condiciones para que la conciencia se expanda al ganar en información y energía. El resto se hace solo, no es algo que dependa exclusivamente de la voluntad consciente.
El despertar, en realidad es cuando la conciencia se despierta del sueño y se reconoce a si misma en todo lo que observa.
Ahí desaparece la dualidad.
Saludos
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