domingo, 17 de abril de 2011

La realidad es una proyección de la mente


La función de la mente es la de crear una coherencia entre la realidad que percibes y tus creencias. Por lo tanto si existe en tu mente la creencia que no eres capaz o eres susceptible o vulnerable a algo, la mente se encarga de que eso se vuelva coherente y se manifieste esa creencia en la realidad, es decir en el mundo físico.

El caso opuesto lo representa la autoestima, la confianza en si mismo y el pensamiento positivo, que también generan una realidad acorde. La realidad es una materialización de un pensamiento previo.

Es una cuestión de vibración: simplemente variaciones de frecuencia y longitud de onda.


Los pensamientos impactan en el mundo físico

Un antiguo proverbio dice: “cuidado con lo que deseas, por que se puede cumplir”, Entonces, si crees que puedes o si crees que no puedes, en ambos casos: ¡tienes razón! El diálogo interno es el que hace la diferencia.

Las curaciones espontáneas no tienen ninguna explicación por parte de la ciencia, obviamente ya que la mayoría de los médicos no consideran que alguien pueda curarse por si mismo. No se considera al cuerpo como un organismo conciente de si mismo, dotado de inteligencia propia.

Sin embargo hay toneladas de evidencias de gente que se cura, a pesar de la opinión y del tratamiento médico, de enfermedades “incurables” como el cáncer, trastornos de la inmunidad, enfermedades degenerativas, artritis reumatoide, etc.

Y el común denominador de estas personas es que dejaron la antigua forma de pensar y decidieron cambiar la manera de percibir su propia vida. Cambiaron su percepción del mundo pensando de otra forma. Lo que cura la enfermedad es un cambio en la mentalidad.

Los sabios taoístas de la antigüedad sabían, de forma empírica y por intuición, que la mente mueve la energía y la energía mueve a la materia.

Donde va la mente, la materia se organiza. Pero, sin materia la mente no se puede manifestar. Se necesitan mutuamente. El pensamiento es energía e información, así que correctamente enfocado puede modificar el sustrato mismo de la materia.


Las células son reprogramables


El destino de las células no depende exclusivamente de los genes, si no que también es el medio ambiente el que lo determina.

En esencia todo es información.

Crecemos con la idea que somos entidades individuales, cuando en realidad somos una gran comunidad, compuesta por 50 trillones de células (más o menos), cada una consciente y altamente capacitada para nutrirse, reproducirse, regenerarse, adaptarse y realizar intercambios con el medio externo e interno.

La célula es un microcosmos hecho a imagen y semejanza del Cosmos, (además de ser una auténtica farmacia natural). Si tomamos algunas células o un tejido del cuerpo y lo colocamos en un medio de cultivo desfavorable, las células sufren, enferman y si no se cambia la situación, mueren.

Pero si las sacamos de este medio y las colocamos en otro más favorable, comienzan a sanar inmediatamente. Esto está probado. El entorno influye en el medio interno, a su vez el entorno, es creado y moldeado por los pensamientos. Pero en esencia no hay adentro ni afuera. Los límites entre el “adentro” y el “afuera” son relativos.

¿Cuáles son los límites de nuestra persona? ¿La piel, la ropa, el campo electromagnético? Si en esencia hay una sola conciencia y estamos todos interconectados ¿Cual es el límite de un pensamiento o de un sentimiento? ¿Verdaderamente nos pertenecen nuestros pensamientos?

La conexión entre el medio interno y el externo se hace por medio de una retroalimentación. Información que viaja en ambas direcciones. Tomamos y damos al medio constantemente energía e información. Creamos al medio y el medio nos crea.

Un reciclaje cotidiano de partículas, átomos y moléculas. Cuerpo y espíritu en permanente transformación.

¿Qué parte de nuestro cuerpo podemos considerar verdaderamente propia? ¿Si cuerpo y mente en esencia son lo mismo: porque nos identificamos con lo que ni siquiera nos pertenece verdaderamente?.

No es que pertenezcamos a alguien más, simplemente es la comprobación de que lo que creemos tan sólido y real, es solo una ilusión, un error perceptual.

Nuestro verdadero ser es ilimitado

Esto solo puede aceptarse en un estado de equilibrio y normalidad. Desde el punto de vista ordinario del ser humano moderno y civilizado es impensable la vida sin los límites y adicciones de la materia (el mundo físico de los sentidos) y las obligaciones impuestas por otros, Muchas personas pasan la totalidad de sus vidas, sin saberlo, en una prisión construida con la mente, son prisioneras de sus pensamientos. Identificarse con la individualidad sin considerar la totalidad del ser, es tan ridículo como considerar a una hoja como algo separado del resto del árbol.

La realidad que percibimos es una proyección de nuestra mente

Con la mente podemos, además comunicar con cualquier órgano interno, con cualquier parte del cuerpo. Cada célula piensa y siente.

Los pensamientos modelan el medio interno.

Visto así, es sencillo, sin embargo, cambiar la programación a veces no lo es. Sobretodo porque desde niños estamos condicionados por la educación en la familia y en las escuelas, a creer más en lo que nos dicen que en lo que pensamos o sentimos. Somos educados para ser controlados más que para ser controladores o creadores. Por eso parece difícil poder controlar los pensamientos o crear una nueva manera de pensar.


La práctica de la meditación (zazen) le permite a uno trascender los límites del pensamiento consciente y volverse íntimo consigo mismo, de está forma se descubre el ser universal, su naturaleza esencial, que entonces puede expresarse espontaneamente en la vida diaria.


La mente que se observa a si misma gana en energía e información

A esto se le llama: “expansión de la conciencia”

La mente tiene 2 aspectos. Uno consciente y otro subconsciente. Y aunque son parte de una totalidad, son diferentes.

El consciente es la parte visible y por lo tanto la más pequeña (como un iceberg). La parte consciente de la mente es con lo que pensamos, incluye nuestros deseos y anhelos, las aspiraciones. Es la actividad mental que aparentemente nos conecta con todo lo demás.

El subconsciente es como una máquina. Graba y reproduce. Si te acostumbras a un programa y lo repites suficientes veces queda grabado en el subconsciente y cuando tocas el “play” continúa reproduciendo esto el resto de tu vida, a menos que lo programes de nuevo.

Incluso a nivel cerebral, las neuronas forman redes dinámicas de intercomunicación que modulan la entrada y salída de información y pueden cambiar la configuración del hardware, esta capacidad del tejido nervioso es llamada neuroplasticidad (ver también sinapsis).

Existe la creencia que dirigimos nuestras vidas con la mente consciente. Sin embargo la neurociencia actualmente ha comprobado que esto no es así. La mente conciente como mucho funciona un 5% del día y generalmente solo un 1%.

Increíble, ¿no?

Esto significa que en realidad tu vida está siendo dirigida por la mente subconsciente, y los programas primarios o básicos que se graban en este nivel los adquieres generalmente de otras personas y en épocas tempranas de la vida.

Ya en el estado fetal, en el útero, comenzamos a descargar programas, a adquirir conductas de nuestros padres, de manera que cuando nacemos, una buena parte de la personalidad ya está establecida y a los 2 años de edad, podría decirse que gran parte de la programación ya fue hecha.. Y estos programas, de los que no somos concientes, porque fueron instalados desde que eramos muy pequeños, van generando y controlando nuestro vida cotidiana.


Como ya vimos, hay una tendencia establecida a quitarnos el poder sobre nosotros mismos, por medio de la cultura, la educación, la religión, los medios de comunicación e incluso la medicina.

Entonces a la pregunta: ¿Porqué me pasa siempre esto?, ¿Porque no puedo ser feliz?. ¡Porqué no tengo dinero, o salud? La respuesta es: ¡“Porque solo una pequeñita parte de tu mente consciente controla tu vida”!, dicho de otra forma; “solo el 5% de tu vida procede de lo que tu quieres” y el 95% restante son programas y conductas provenientes del subconsciente que han sido programadas previamente por otros. Y esto es lo que nos limita y modifica la percepción de lo que en verdad somos.

Lo que cambia el modo de percibir el entorno y a uno mismo es creer en el poder para solucionar algo, o cambiar aspectos de su vida, o mejorar, sentirse bien, encontrar una nueva forma de pensamiento u otras emociones e incluso…curarse.


Este cambio de mentalidad es lo que nos permitirá percibir y actuar desde la profundidad de nuestro ser. Nuestras células guardan el recuerdo y la información de la esencia misma del universo. Son el universo.

La respiración celular es la respiración del universo. La inteligencia celular es la inteligencia del universo.

En el inconsciente profundo se encuentra guardada toda la información.


El verdadero poder está en el inconsciente

Einstein decía. “Una decisión muy importante que deberás tomar en tu vida, es decidir si vives en un universo que te sustenta, te apoya y te quiere o en un universo que no te sostiene, que te ignora y que te es hostil.”

Es evidente que no es lo mismo andar por la vida sintiéndose aislado y cortado del resto, como un individuo perdido, amenazado y sin muchas posibilidades, que sentirse íntegros y confiados, siempre y en cualquier parte en “casa” y sin conflictos con todo lo demás.


3 comentarios:

Julián dijo...

Hola Mariano, cómo estás?

Te cuento un caso real:

Ayer por la tarde en una pelea madre-hija, la madre se baja del auto dando un portazo.
Horas más tarde, escuchamos sonar una alarma, nos asomamos por la ventana y estaban robando el auto. Después de unos gritos el ladrón se va, habiendo sólo llegado a romper el vidrio del asiento del acompañanante, de la misma puerta en que se había dado el portazo.

Para vos estos dos hechos están conectados directamente?

Saludos,

Julián

Seiki Giacobone dijo...

no sé
saludos

Julián dijo...

gracias igual

saludos