¿La vida es un fenómeno especial o es la consecuencia inevitable de una rica sopa química disponible en todas partes en el cosmos?
Algunos científicos han comprobado que los aminoácidos, los "bloques de construcción" de la vida, pueden formarse no sólo en los cometas y asteroides, sino también en el espacio interestelar.
Esto concuerda con la teoría de que los ingredientes principales para la vida vinieron del espacio exterior, de hecho, parece que el agua (H2O) en el planeta fué aportada por cometas.
Por lo tanto, los procesos químicos que produjeron la vida pueden haber ocurrido en otras partes, incluso en otros momentos.
Los aminoácidos son los "ladrillos" de construcción de las proteínas, y las proteínas son un tipo de compuesto que está presente en todos los organismos vivos. Se han encontrado aminoácidos en meteoritos que han caído en la Tierra, y hay evidencias de que también se pueden formar en el espacio.
El número de estrellas en nuestra galaxia, la Vía Láctea, de cerca de 100.000 millones, es un número tan grande que casi queda más allá de nuestra imaginación. Cierto número de estas estrellas probablemente tiene planetas que son potencialmente hospitalarios para el desarrollo de la vida.
La variedad increíble de vida (biodiversidad) que convive aquí en la Tierra, desde los microorganismos al musgo y de los árboles a los humanos, sugiere una fuerte tendencia natural a que se origine la vida y luego se diferencie.
Es muy probable que en el universo se encuentren tendencias y procesos similares, al igual que elementos químicos similares e iguales principios biológicos.
Las leyes de la naturaleza son universales y la naturaleza es, por lo general, uniforme. No hay razón para suponer que nuestro planeta es el único lugar conveniente para la vida en todo el universo. Dadas las condiciones apropiadas, la vida se desarrollará en cualquier planeta propicio, o en sus satélites. Por lo tanto, es probable que la vida se haya presentado en varios lugares en nuestra galaxia.
La comunicación rudimentaria, la organización social, las herramientas y la inteligencia han aparecido independientemente en varias especies en la Tierra.
Al menos uno de estos logros aparece entre los chimpancés, gorilas, delfines, ballenas, perros, gatos y caballos, por ejemplo. Podemos presumir, entonces, que tales características se han presentado en otros planetas a lo largo del tiempo.
La vida es más abundante de lo que suponemos.
La vida inteligente, es otra cosa.
También es interesante considerar que en términos de evolución, los seres humanos constituímos un eslabón más en la cadena.
A nosotros nos parece que estamos en el top, ya que consideramos el universo a partir del ser humano. Por eso tenemos la impresión que somos lo máximo. Vivimos en un universo "humanizado".
Pero como está visto, la vida, puede aparecer en cualquier sitio y evolucionar de formas diversas, si están dadas las condiciones.
En 1996 se descubrieron fósiles de bacterias en un meteorito de origen marciano localizado en la Antártida.
El satélite natural de Júpiter, Europa, tiene un océano bajo su suelo congelado el cual si se presentaran temperaturas y otras condiciones, podrían evolucionar formas de vida rudimentarias.
Por otra parte, el reciente descubrimiento de posibles mantos acuíferos en el planeta Marte también alienta la posibilidad de vida en nuestro vecino.
Lo que podríamos llamar vida inteligente, más o menos evolucionada que la nuestra, es mucho menos común. Esto es por el cúmulo de condiciones que se requieren para que ésta evolucione.
Los seres humanos somos un raro fenómeno, pero no el único.
Estamos aprendiendo a conocer el universo y la vida, expandiendo nuestras posibilidades, integrando nuevas verdades y conocimientos, comprendiendo que no estamos solos ni aislados; y al hacerlo, avanzamos un poco más en el conocimiento de sí mismo.
El camino de la armonía y la felicidad.
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