Cada
uno es un punto en la
Creación.
Un
punto formado a su vez por una infinidad de puntos.
Cada cosa
creada en el universo es un punto con su propio centro y un campo de onda que
lo rodea. Cada partícula es un punto, cada átomo es un punto, cada molécula es
un punto, cada célula es un punto, con su propio centro, su propio campo y su
propia conciencia.
Tu
propio cuerpo, formado por millones y millones de células, tiene su propio
centro, con sus campos de onda y su
conciencia. Al mismo tiempo, tu cuerpo es un punto que forma parte de un cuerpo
mayor que también tiene su conciencia.
El
universo es un solo cuerpo, una sola conciencia, que manifiesta infinitos
puntos e infinitas conciencias. La multiplicidad de formas y conciencias es
simplemente la Mente
del Creador manifestándose en diferentes niveles.
Cada
punto de la creación contiene el deseo del Creador. Cada punto es un punto de
deseo.
Y cada
uno, como una unidad individual de la Creación , es un punto de deseo en el punto cero
de este universo de la Mente.
Hijos del deseo
Alrededor
de ese punto central, que es tu alma, se crea un registro de tu deseo, que se
expresa en tu cuerpo y en el campo de ondas que lo rodea, un campo de ondas hecho
a tu medida, que expresa la intensidad de tu deseo en el silencio cero del
universo inmutable.
Nuestro
cuerpo, al igual que todo en la creación, tiene dos mitades: una visible,
manifestada, y la otra invisible, no manifestada. La mitad visible, es el
cuerpo físico, material y palpable. Es el polo positivo.
La otra
mitad es una onda extendida en los campos de energía que rodean al cuerpo
físico. Es inmaterial y no se percibe con los sentidos físicos. Es el polo
negativo.
La medida de tu
campo de onda es la medida de la intensidad de tu deseo
El
molde o patrón del cuerpo que se crea en el interior del campo es un registro
eléctrico de tus deseos.
Tu
cuerpo es el registro de la suma total de los deseos que se han expresado en
los millones de años de su evolución.
Nunca
perderás este registro modelado que es tu cuerpo. Cada molécula de ADN (de los
billones que posees) contiene toda la información desde el inicio de la vida.
Durante
tu gestación en el útero expresas todos estos estadios evolutivos: desde un
simple unicelular hasta un ser humano complejo.
Cada célula de tu
cuerpo contiene toda la información desde el inicio de la vida
Aunque
tu cuerpo se desintegre y pierdas conciencia de él por un tiempo, tu alma nunca
perderá conciencia de él.
Tu
mente ordinaria, atada a tu cuerpo y a tus sentidos físicos, pierde la
conciencia del yo individual y su realidad cuando estos desaparecen, igual que
durante el sueño. Pero tu alma lo recuerda todo.
El deseo
en su conciencia lo recuerda.
El
propósito de la experiencia de cada alma en la materialidad del mundo físico es
que el Libro de Memorias se pueda abrir y que el alma pueda conocer su relación
con su Creador.
La
información no se pierde.
Cada punto de experiencia, cada bit de pensamiento,
cada molécula de tu cuerpo emocional, dejan un registro impreso en la sustancia
del espacio tiempo. A esta sustancia se le ha llamado tradicionalmente éter.
El éter
de los antiguos es nuestro actual mundo cuántico, poblado con una multitud de
entidades cuánticas conocidas y desconocidas. Es el nivel por sobre el mundo
físico, el reino de las partículas que aparecen y desaparecen y se encuentran
entrelazadas.
El éter
no es una sustancia simple, pero está compuesto de las diversas entidades
cuánticas (electrones, fotones, etc) y sus diversas combinaciones ahora comenzando
a ser conocido por la ciencia convencional.
Por lo
tanto, hay diversos tipos de éter que tiene una gran cantidad de
características.
Hasta
no hace mucho, la ciencia sostenía la idea de que "el éter no existe"
porque no se puede medir, lo cual se demostró es una tontería. La electricidad
no era mesurable hace algún tiempo. Las ondas de radio tampoco eran mesurables
hace algún tiempo.
Que la
ciencia excluya aquello que no pueda comprobar según sus cánones y modelos
convencionales, no significa que eso no exista.
Hoy en
día no utilizamos el término "éter", ya que se le ha dado una mala
reputación. El nuevo término para la misma cosa es plasma, el cual presenta ciertamente
muchas variedades o niveles de energía.
Esta
sustancia que va desde la tenuidad extrema hasta la densidad de la materia, no
es otra cosa que la sustancia de la mente, la vibración de la conciencia en
diferentes niveles y planos de correspondencia, pero en esencia se trata de la
misma cosa.
Para
acceder a la información contenida en estos registros, es decir, para poder
abrir el Libro de Memorias (también conocido como registros akáshicos), hace
falta energía y dedicación. Acumular energía y concentrar la intención.
Sin
estas condiciones solo navegaras en la superficie de tu nivel físico. Pero esta
información no se encuentra en el plano material sino en la profundidad de tus
niveles esenciales.
Es como
una semilla que contiene toda la información para repetir un cuerpo, aunque
busques dentro de ella con el
microscopio más potente no encontrarías ni el menor indicio de un cuerpo
¿Dónde se guarda el molde y los elementos para repetir un mismo cuerpo?
La
información se guarda en el espacio, en los campos de onda que pertenecen a
cada cuerpo. La semilla contiene la esencia y el material genético con las
instrucciones para ensamblar ese cuerpo. Los elementos materiales los toma del
medio.
No hay
nada que se parezca a un cuerpo en el interior de la semilla. Las instrucciones
para el ensamblado de las partes y la energía potencial, se encuentran en el
ADN dentro de ella, pero sin la contraparte invisible, sin la información
presente en los campos de energía que la rodean es imposible la forma y el
crecimiento.
Hablamos
de campos de energía e información, éter, plasma o simplemente de sustancia de la Mente pero también puedes
llamarlo luz. Esta luz es el movimiento de la conciencia, su vibración. Y esta
luz puede ser muy tenue y vibrar a altísima frecuencia o desacelerar y
materializarse, es decir, densificarse al punto de presentarse sólida al tacto..
Todos los cuerpos
están hechos de luz
Recuerda
siempre que tu único cuerpo tiene dos mitades opuestas y complementarias, al
igual que tu mente tiene dos polos opuestos que se alternan y balancean como un
péndulo: pensamiento y no pensamiento. Uno genera y el otro controla. El
pensamiento es electricidad, mueve y genera, produciendo trabajo y creación. El
no pensamiento es magnetismo, controla, modela, dirige y permite la renovación.
La
mitad física y visible de tu cuerpo es la que efectúa el "trabajo" de
colectar experiencias, es el vehículo material del cual se sirve el espíritu
para aprender y manifestarse, esta parte es la que conocemos como vida. Es luz cristalizada que
sigue las instrucciones de la conciencia.
Mientras
que la otra mitad invisible y no manifestada, es el mar de potencialidad infinita, la sustancia invisible de la Mente , conectada con el
Todo.
Luego
de un tiempo, debes dejar el cuerpo físico, tu conciencia individual se funde
con los campos de energía, vuelve a la sustancia original volcando toda la
experiencia colectada y permitiendo la renovación completa del cuerpo físico.
A esto
le llamamos muerte, porque no tenemos en cuenta la naturaleza cíclica de la
creación e ignoramos que cuando las condiciones sean propicias la semilla dará
una nueva forma. La mitad física se manifestará nuevamente para expresar el
deseo del Creador y permitir la experiencia y el registro de información.
La luz
volverá a materializarse de acuerdo a la información contenida en dichos campos
de onda.
Aparición
y desaparición, puntos que se prenden, se apagan y se vuelven a prender, esa es
nuestra naturaleza.
Somos puntos
luminosos que titilan en la inmensidad del cosmos inmutable
1 comentario:
La verdad que tenés un punto de vista muy coherente de acerca del renacimiento budista.
Seguí así!!, te mando un abrazo
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