lunes, 4 de agosto de 2014

Puntos de luz en la creación


Cada uno es un punto en la Creación.
Un punto formado a su vez por una infinidad de puntos.

Cada cosa creada en el universo es un punto con su propio centro y un campo de onda que lo rodea. Cada partícula es un punto, cada átomo es un punto, cada molécula es un punto, cada célula es un punto, con su propio centro, su propio campo y su propia conciencia.

Tu propio cuerpo, formado por millones y millones de células, tiene su propio centro,  con sus campos de onda y su conciencia. Al mismo tiempo, tu cuerpo es un punto que forma parte de un cuerpo mayor que también tiene su conciencia.

 

El universo es un solo cuerpo, una sola conciencia, que manifiesta infinitos puntos e infinitas conciencias. La multiplicidad de formas y conciencias es simplemente la Mente del Creador manifestándose en diferentes niveles.

Cada punto de la creación contiene el deseo del Creador. Cada punto es un punto de deseo.

La Creación expresa deseo y contiene en cada punto centrado este deseo

Y cada uno, como una unidad individual de la Creación, es un punto de deseo en el punto cero de este universo de la Mente.

  
Hijos del deseo

Alrededor de ese punto central, que es tu alma, se crea un registro de tu deseo, que se expresa en tu cuerpo y en el campo de ondas que lo rodea, un campo de ondas hecho a tu medida, que expresa la intensidad de tu deseo en el silencio cero del universo inmutable.

Nuestro cuerpo, al igual que todo en la creación, tiene dos mitades: una visible, manifestada, y la otra invisible, no manifestada. La mitad visible, es el cuerpo físico, material y palpable. Es el polo positivo.
La otra mitad es una onda extendida en los campos de energía que rodean al cuerpo físico. Es inmaterial y no se percibe con los sentidos físicos. Es el polo negativo.
  
La medida de tu campo de onda es la medida de la intensidad de tu deseo

 

El molde o patrón del cuerpo que se crea en el interior del campo es un registro eléctrico de tus deseos.
Tu cuerpo es el registro de la suma total de los deseos que se han expresado en los millones de años de su evolución.

Nunca perderás este registro modelado que es tu cuerpo. Cada molécula de ADN (de los billones que posees) contiene toda la información desde el inicio de la vida.
Durante tu gestación en el útero expresas todos estos estadios evolutivos: desde un simple unicelular hasta un ser humano complejo.

  
Cada célula de tu cuerpo contiene toda la información desde el inicio de la vida

Aunque tu cuerpo se desintegre y pierdas conciencia de él por un tiempo, tu alma nunca perderá conciencia de él.
Tu mente ordinaria, atada a tu cuerpo y a tus sentidos físicos, pierde la conciencia del yo individual y su realidad cuando estos desaparecen, igual que durante el sueño. Pero tu alma lo recuerda todo.

El deseo en su conciencia lo recuerda.

El propósito de la experiencia de cada alma en la materialidad del mundo físico es que el Libro de Memorias se pueda abrir y que el alma pueda conocer su relación con su Creador.

La información no se pierde.

Cada punto de experiencia, cada bit de pensamiento, cada molécula de tu cuerpo emocional, dejan un registro impreso en la sustancia del espacio tiempo. A esta sustancia se le ha llamado tradicionalmente éter.

El éter de los antiguos es nuestro actual mundo cuántico, poblado con una multitud de entidades cuánticas conocidas y desconocidas. Es el nivel por sobre el mundo físico, el reino de las partículas que aparecen y desaparecen y se encuentran entrelazadas.

El éter no es una sustancia simple, pero está compuesto de las diversas entidades cuánticas (electrones, fotones, etc) y sus diversas combinaciones ahora comenzando a ser conocido por la ciencia convencional.


Por lo tanto, hay diversos tipos de éter que tiene una gran cantidad de características.
Hasta no hace mucho, la ciencia sostenía la idea de que "el éter no existe" porque no se puede medir, lo cual se demostró es una tontería. La electricidad no era mesurable hace algún tiempo. Las ondas de radio tampoco eran mesurables hace algún tiempo.

Que la ciencia excluya aquello que no pueda comprobar según sus cánones y modelos convencionales, no significa que eso no exista.

Hoy en día no utilizamos el término "éter", ya que se le ha dado una mala reputación. El nuevo término para la misma cosa es plasma, el cual presenta ciertamente muchas variedades o niveles de energía.


Esta sustancia que va desde la tenuidad extrema hasta la densidad de la materia, no es otra cosa que la sustancia de la mente, la vibración de la conciencia en diferentes niveles y planos de correspondencia, pero en esencia se trata de la misma cosa.


Para acceder a la información contenida en estos registros, es decir, para poder abrir el Libro de Memorias (también conocido como registros akáshicos), hace falta energía y dedicación. Acumular energía y concentrar la intención.

Sin estas condiciones solo navegaras en la superficie de tu nivel físico. Pero esta información no se encuentra en el plano material sino en la profundidad de tus niveles esenciales.

Es como una semilla que contiene toda la información para repetir un cuerpo, aunque busques dentro de ella con el  microscopio más potente no encontrarías ni el menor indicio de un cuerpo ¿Dónde se guarda el molde y los elementos para repetir un mismo cuerpo?
La información se guarda en el espacio, en los campos de onda que pertenecen a cada cuerpo. La semilla contiene la esencia y el material genético con las instrucciones para ensamblar ese cuerpo. Los elementos materiales los toma del medio.

No hay nada que se parezca a un cuerpo en el interior de la semilla. Las instrucciones para el ensamblado de las partes y la energía potencial, se encuentran en el ADN dentro de ella, pero sin la contraparte invisible, sin la información presente en los campos de energía que la rodean es imposible la forma y el crecimiento.

Hablamos de campos de energía e información, éter, plasma o simplemente de sustancia de la Mente pero también puedes llamarlo luz. Esta luz es el movimiento de la conciencia, su vibración. Y esta luz puede ser muy tenue y vibrar a altísima frecuencia o desacelerar y materializarse, es decir, densificarse al punto de presentarse sólida al tacto..

Todos los cuerpos están hechos de luz

Recuerda siempre que tu único cuerpo tiene dos mitades opuestas y complementarias, al igual que tu mente tiene dos polos opuestos que se alternan y balancean como un péndulo: pensamiento y no pensamiento. Uno genera y el otro controla. El pensamiento es electricidad, mueve y genera, produciendo trabajo y creación. El no pensamiento es magnetismo, controla, modela, dirige y permite la renovación.


La mitad física y visible de tu cuerpo es la que efectúa el "trabajo" de colectar experiencias, es el vehículo material del cual se sirve el espíritu para aprender y manifestarse, esta parte es la que  conocemos como vida. Es luz cristalizada que sigue las instrucciones de la conciencia.
Mientras que la otra mitad invisible y no manifestada, es el mar de potencialidad  infinita, la sustancia invisible de la Mente, conectada con el Todo.

Luego de un tiempo, debes dejar el cuerpo físico, tu conciencia individual se funde con los campos de energía, vuelve a la sustancia original volcando toda la experiencia colectada y permitiendo la renovación completa del cuerpo físico.

A esto le llamamos muerte, porque no tenemos en cuenta la naturaleza cíclica de la creación e ignoramos que cuando las condiciones sean propicias la semilla dará una nueva forma. La mitad física se manifestará nuevamente para expresar el deseo del Creador y permitir la experiencia y el registro de información.

La luz volverá a materializarse de acuerdo a la información contenida en dichos campos de onda.

Aparición y desaparición, puntos que se prenden, se apagan y se vuelven a prender, esa es nuestra naturaleza.

Somos puntos luminosos que titilan en la inmensidad del cosmos inmutable



1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad que tenés un punto de vista muy coherente de acerca del renacimiento budista.
Seguí así!!, te mando un abrazo