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miércoles, 3 de marzo de 2021

Las funciones creativas de la mente

Dr. Seiki Giacobone


La función de la mente es la de crear una coherencia entre la realidad que percibes y tus creencias. Por lo tanto si existe en tu mente la creencia que no eres capaz o eres susceptible o vulnerable a algo, la mente se encarga de que eso se vuelva coherente y se manifieste esa creencia en la realidad, es decir en el mundo físico.

El caso opuesto lo representa la autoestima, la confianza en si mismo y el pensamiento positivo, que también generan una realidad acorde. La realidad es una materialización de un pensamiento previo.

Es una cuestión de vibración: simplemente variaciones de frecuencia y longitud de onda.

Por eso atención con las frecuencias a las que te conectas!

Los pensamientos impactan en el mundo físico

Un antiguo proverbio dice: “cuidado con lo que deseas, por que se puede cumplir”, Entonces, si crees que puedes o si crees que no puedes, en ambos casos: ¡tienes razón! El diálogo interno es el que hace la diferencia.

Las curaciones espontáneas no tienen ninguna explicación por parte de la ciencia, obviamente ya que la mayoría de los médicos no consideran que alguien pueda curarse por si mismo. No se considera al cuerpo como un organismo consciente de si mismo, dotado de inteligencia propia.

Sin embargo hay toneladas de evidencias de gente que se cura, a pesar de la opinión y del tratamiento médico, de enfermedades “incurables” como el cáncer, trastornos de la inmunidad, enfermedades degenerativas, artritis reumatoide, etc.

Y el común denominador de estas personas es que dejaron la antigua forma de pensar y decidieron cambiar la manera de percibir su propia vida. Cambiaron su percepción del mundo pensando de otra forma, y lo que curó la enfermedad fue un cambio en la mentalidad.

Los sabios taoístas de la antigüedad sabían, de forma empírica y por intuición, que la mente mueve la energía y la energía mueve a la materia.

Donde va la mente, la materia se organiza. Pero, sin materia la mente no se puede manifestar. Se necesitan mutuamente. El pensamiento es energía e información, así que correctamente enfocado puede modificar el sustrato mismo de la materia.

Todo es conciencia, Vivimos sumergidos en un mar de conciencia infinita. No hay forma de separarnos porque somos esa conciencia experimentándose a si misma, bajo una expresión física individual. Una misma conciencia que se divide para experimentar, expresando así su naturaleza.

Finalmente, ¿Qué es la vida sino una expresión de esa conciencia viva? Y si aceptamos que todo es conciencia, debemos asumir que todo está vivo, de una u otra forma. Vivimos en un universo vivo y consciente y cada uno de nosotros lo es, porque somos eso mismo.

Piensa. ¿Cómo algo podría nacer si no hubiera vida previa? ¿De donde sale la vida, de algo muerto o inerte? Eso no es posible.

Dando vuelta la cuestión, ¿Cómo podría morir lo que ya estaba vivo?

Solo hay transformación. Aparición y desaparición, para volver a aparecer bajo otra forma.

La individualidad está destinada a desaparecer, es solo el soporte físico de experiencia, pero la esencia de tu ser siempre permanecerá porque es inmutable.

Considera que tenemos dos partes. Una descartable, reciclable atada a la conciencia individual y la otra eterna, inconsciente, que es el soporte y la esencia de la expresión individual.

La primera desaparecerá, junto con su memoria, su existencia y su aspecto físico.

La segunda permanecerá siempre, sin modificarse, porque es esencia, porque es lo que es en si mismo.

La memoria individual, es como la memoria RAM, (memoria de trabajo en un ordenador), que luego se borra.

Pero hay una memoria más profunda, que guarda programas e información fundamental, memoria de almacenamiento, (como la memoria ROM). Aquí es donde se guardan nuestras experiencias y enriquecen el almacén universal de experiencias.

El problema surge porque te identificas con tu ser individual y su memoria descartable. Por eso es difícil recordar quien eres en realidad y tienes dificultad para acceder al registro de tus experiencias pasadas (y futuras).

Ese apego a la imagen individual actúa como una barrera que le impide a la mente trascender sus límites y acceder a los niveles más profundos, inconscientes, donde se almacena la información fundamental y se encuentra tu verdadero poder.

Pero no cometas el error de creer que tu vida física no existe. Existe y no existe al mismo tiempo. Existe como en un sueño transitorio. Sueños con densidad física.

Observemos nuestro cuerpo físico. Tomemos como ejemplo a las células.

Las células son reprogramables

El destino de las células no depende exclusivamente de los genes, si no que también es el medio ambiente el que lo determina.

En esencia todo es información.

Crecemos con la idea que somos entidades individuales, cuando en realidad somos una gran comunidad, compuesta por 50 trillones de células (más o menos), cada una consciente y altamente capacitada para nutrirse, reproducirse, regenerarse, adaptarse y realizar intercambios con el medio externo e interno.

La célula es un microcosmos hecho a imagen y semejanza del Cosmos, (además de ser una auténtica farmacia natural). Si tomamos algunas células o un tejido del cuerpo y lo colocamos en un medio de cultivo desfavorable, las células sufren, enferman y si no se cambia la situación, mueren.

Pero si las sacamos de este medio y las colocamos en otro más favorable, comienzan a sanar inmediatamente. Esto está probado. El entorno influye en el medio interno, a su vez el entorno, es creado y moldeado por los pensamientos. Pero en esencia no hay adentro ni afuera. Los límites entre el “adentro” y el “afuera” son relativos.

¿Cuáles son los límites de nuestra persona? ¿La piel, la ropa, el campo electromagnético? Si en esencia hay una sola conciencia y estamos todos interconectados ¿Cual es el límite de un pensamiento o de un sentimiento? ¿Verdaderamente nos pertenecen nuestros pensamientos?

La conexión entre el medio interno y el externo se hace por medio de una retroalimentación. Información que viaja en ambas direcciones. Tomamos y damos al medio constantemente energía e información. Creamos al medio y el medio nos crea.

Las células y el medio extracelular forman una unidad funcional.Un reciclaje constante de partículas, átomos y moléculas. Cuerpo y espíritu en permanente transformación.

¿Qué parte de nuestro cuerpo podemos considerar verdaderamente propia? ¿Si cuerpo y mente en esencia son lo mismo: ¿Porqué nos identificamos con lo que ni siquiera nos pertenece verdaderamente?

No es que pertenezcamos a alguien más, simplemente es la comprobación de que lo que creemos tan sólido y real, es solo una ilusión, un error perceptual.

Nuestro verdadero ser es ilimitado

Esto solo puede aceptarse en un estado de equilibrio y normalidad. Desde el punto de vista ordinario del ser humano moderno y civilizado es impensable la vida sin los límites y adicciones de la materia (el mundo físico de los sentidos) y las obligaciones impuestas por otros.

Muchas personas pasan la totalidad de sus vidas, sin saberlo, en una prisión construida con la mente, son prisioneras de sus pensamientos y de sus límites.

Identificarse con la individualidad sin considerar la totalidad del ser, es tan ridículo como considerar a una hoja como algo separado del resto del árbol.

La realidad que percibimos es una proyección de nuestra mente

Con la mente podemos, además comunicar con cualquier órgano interno, con cualquier parte del cuerpo. Cada célula piensa y siente.

Los pensamientos modelan el medio interno.

Visto así, es sencillo, sin embargo, cambiar la programación a veces no lo es. Sobretodo porque desde niños estamos condicionados por la educación en la familia y en las escuelas, a creer más en lo que nos dicen que en lo que pensamos o sentimos. Somos educados para ser controlados más que para ser controladores o creadores. Por eso parece difícil poder controlar los pensamientos o crear una nueva manera de pensar.

La práctica de la meditación le permite a uno trascender los límites del pensamiento consciente y volverse íntimo consigo mismo, de está forma se descubre el ser universal, su naturaleza esencial, que entonces puede expresarse espontáneamente en la vida diaria.

La mente que se observa a si misma gana en energía e información

A esto se le llama: “expansión de la conciencia”

La mente tiene 2 aspectos. Uno consciente y otro subconsciente. Y aunque son parte de una totalidad, son diferentes.

El consciente es la parte visible y por lo tanto la más pequeña (como un iceberg). La parte consciente de la mente es con lo que pensamos, incluye nuestros deseos y anhelos, las aspiraciones. Es la actividad mental que aparentemente nos conecta con todo lo demás.

El subconsciente es como una máquina. Graba y reproduce. Si te acostumbras a un programa y lo repites suficientes veces queda grabado en el subconsciente y cuando tocas el “play” continúa reproduciendo esto el resto de tu vida, a menos que lo programes de nuevo.

Incluso a nivel cerebral, las neuronas forman redes dinámicas de intercomunicación que modulan la entrada y salida de información y pueden cambiar la configuración del hardware, esta capacidad del tejido nervioso es llamada neuroplasticidad.

Existe la creencia que dirigimos nuestras vidas con la mente consciente. Sin embargo la neurociencia hace ya tiempo que ha comprobado que esto no es así. La mente consciente como mucho funciona un 5% del día y generalmente solo un 1%.

Increíble, ¿no?

Esto significa que en realidad tu vida está siendo dirigida por la mente subconsciente, y los programas primarios o básicos que se graban en este nivel los adquieres generalmente de otras personas y en épocas tempranas de la vida.

Ya en el estado fetal, en el útero, comenzamos a descargar programas, a adquirir conductas de nuestros padres, de manera que cuando nacemos, una buena parte de la personalidad ya está establecida y a los 2 años de edad, podría decirse que gran parte de la programación ya fue hecha... Y estos programas, de los que no somos conscientes, porque fueron instalados desde que éramos muy pequeños, van generando y controlando nuestro vida cotidiana.

Como ya vimos, hay una tendencia establecida a quitarnos el poder sobre nosotros mismos, por medio de la cultura, la educación, la religión, los medios de comunicación e incluso la medicina.

Entonces a la pregunta: ¿Porqué me pasa siempre esto?, ¿Porque no puedo ser feliz? ¿Por qué no tengo dinero, o salud? La respuesta es: ¡“Porque solo una pequeñita parte de tu mente consciente controla tu vida”!, dicho de otra forma; “solo el 5% de tu vida procede de lo que tu quieres” y el 95% restante son programas y conductas provenientes del subconsciente que han sido programadas previamente por otros. Y esto es lo que nos limita y modifica la percepción de lo que en verdad somos.

Lo que cambia el modo de percibir el entorno y a uno mismo es creer en el poder para solucionar algo, o cambiar aspectos de su vida, o mejorar, sentirse bien, encontrar una nueva forma de pensamiento u otras emociones e incluso…curarse.

Este cambio de mentalidad es lo que nos permitirá percibir y actuar desde la profundidad de nuestro ser. Nuestras células guardan el recuerdo y la información de la esencia misma del universo. Son el universo.

La respiración celular es la respiración del universo. La inteligencia celular es la inteligencia del universo.

En el inconsciente profundo se encuentra guardada toda la información.

El verdadero poder está en el inconsciente

Einstein decía. “Una decisión muy importante que deberás tomar en tu vida, es decidir si vives en un universo que te sustenta, te apoya y te ama o en un universo que no te sostiene, que te ignora y que te es hostil.”

Es evidente que no es lo mismo andar por la vida sintiéndose aislado y cortado del resto, como un individuo perdido, amenazado y sin muchas posibilidades, que sentirse íntegros y confiados, siempre y en cualquier parte en “casa” y sin conflictos con todo lo demás.

Abrir la mente, es abrir el corazón.

Eres parte de Todo, siempre lo fuiste y lo serás, abandona el miedo y el egoísmo y déjate llevar por la corriente cósmica, en una aventura de conocimiento y amor.

No le temas a las dificultades, lo verdadero es siempre difícil, pero los desafíos templarán tu espíritu, y fortalecerán tu cuerpo y tu mente.

Buen viaje!


jueves, 16 de noviembre de 2017

vida creativa



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lunes, 17 de febrero de 2014

Pensamiento creativo

Crear es producir o manifestar algo de la nada, pero también significa realizar algo partiendo de las propias capacidades.
Crear es imaginar.


Toda creación comienza con una idea

La idea es siempre la causa. La causa es inmóvil, es eterna.
El pensamiento es el efecto. El efecto es movimiento, es fugaz.

El universo es una creación espiritual

Cada cosa creada es un reflejo o una extensión de la mente que la creó.

Cada creación es un acto espiritual, cada cosa que se crea es una creación de la mente. La mente es lo único que hay. Es la causa original y la sustancia de todo lo que existe.

Cada creación manifiesta o refleja la idea o la imaginación del creador, y esto es válido para cualquier creación en el universo, ya sea un cuanto de energía, una célula, una canción, un ladrillo o una galaxia.

La mente no es el reflejo pero el reflejo es la mente

Un antiguo poema Zen dice:

“Cuando te miras en un espejo,
Forma y reflejo están frente a frente,
Tú no eres el reflejo,
Pero el reflejo es tú”.


Cualquier cosa creada contiene en su esencia la mente que le dio forma e impulso. La creación no es la idea, solo la expresa, existe únicamente como creación de la mente.

La mente que se mueve se conoce como pensamiento

Pensar por sí solo no es pensamiento creativo. 
Para poder crear, la mente debe actuar. Aplicar, mediante la energía, la idea o imaginación y plasmarla en el mundo físico.

Si la Mente Universal se hubiera limitado solo a imaginar, nuestro universo de forma y movimiento nunca hubiera existido. No hubiera sido creado. Estaría limitado solamente a la idea de sí mismo, a su imaginación, pero sin forma y vacío.

El universo creado es el resultado del pensamiento y de la acción equilibrada


El Creador del universo puede hacer sólo dos cosas: pensar y actuar

Para poder expresar su idea debe moverse, actuar, tiene que salir de la inercia y romper el equilibrio.

La esencia es equilibrio.
La manifestación es desequilibrio.
La idea es equilibrio.
La creación es desequilibrio.

El estado de equilibrio es inmóvil. Cero. Para poder manifestarse debe moverse, abandonar su punto de reposo, así comienza a oscilar.

Este movimiento corresponde a cargas o polos que se separan y vuelven a unirse, invirtiendo rítmicamente su polaridad, vibrando a velocidades cada vez más altas (de acuerdo a la intensidad del deseo y a la complejidad de la idea), lo que genera en la única sustancia del universo: la mente o conciencia, un aumento en su densidad, yendo desde el éter sutil hasta la materia sólida.

La ciencia a medida que trata de comprender y evoluciona, cambia sus teorías y amplia sus descripciones acerca del universo: espuma cuántica, supercuerdas, partículas virtuales, quarks, fotones, electrones, átomos, moléculas, etc. Pero estas no son más que interpretaciones humanas relativas intentando demostrar leyes absolutas de la naturaleza. 

Estas descripciones son relativas porque solo describen el efecto, que se manifiesta como forma, color y movimiento, dentro de la estrecha banda de percepción que nuestros sentidos logran captar.



Esta falsa objetividad (léase: “ver para creer”), es la causa de tantos malos entendidos y errores de la ciencia y la cultura materialista.

Solo se puede comprender el universo creado si se comprenden las maneras de su creador, y el Creador solo hace dos cosas: pensar y actuar.

Por lo tanto un ser humano, siendo su conciencia una extensión de la mente del Creador, también puede hacer dos cosas: pensar y actuar

Su universo de cosas creadas, personas y situaciones es un desequilibrio en si mismo, es un reflejo del espíritu inmóvil, de su imaginación. Es el efecto.

La ignorancia de una persona consiste en desconocer su esencia eterna e inmóvil y su poder personal

Nuestro ser expresa una idea superior y por eso se dice que estamos siendo creados.
Basta con considerar que más del 95% de nuestra conciencia permanece oculta, no es consciente, nuestra pobre experiencia consciente que es el 5% restante, en el mejor de los casos, es simplemente emergente, es el resultado de procesos no conscientes. Es el efecto, es la reacción. Por eso es un error identificarse con esta actividad fugaz y relativa de la mente.

El poder personal significa pensar y actuar a la manera del universo

Y para esto hay que conocer sus maneras. Conocerse a si mismo, es conocer las maneras del universo y las leyes naturales, porque también somos una creación, somos la naturaleza y compartimos la misma y única esencia con todo lo creado.

Las creaciones de la naturaleza son infalibles porque nacen del equilibrio de poder entre sus dos principios creadores, o sea, pensamiento y acción. 



Las creaciones de los seres humanos son falibles y esto se debe a la falta de capacidad para equilibrar sus pensamiento con sus acciones. 




La naturaleza es absoluta

Las leyes de la naturaleza surgen del desequilibrio. Sin desequilibrio no hay movimiento ni forma.
Para poder manifestarse, el principio creador debe romper su equilibrio

Sin desequilibro no hay movimiento

Cada creación que se manifiesta en el universo existe (se forma) fiel a la idea original. 
Las aspiraciones y conceptos del ser humano rara vez pueden ser fieles a la idea original. 
Sus pensamientos y acciones rara vez se equilibran. 

Cuando una persona que concibe una gran idea puede equilibrar el poder de ese pensamiento con una serie igualmente equilibrada de acciones, que logren materializar esa idea, es considerado por todos los demás como un genio.

El éxito de esa persona radica en su capacidad relativa para plasmar de la forma más fiel una idea absoluta.

El pensamiento creativo es aquel que logra manifestar la idea original mediante la creación de una forma.

Cuanto mayor sea la capacidad de una persona para expresarse creativamente, manifestando los principios universales que fluyen a través de ella, mayor será su poder. 
La fuerza creadora universal, manifestada por medio de principios o leyes naturales, debe ser el modelo para el ser humano, su guía y su objetivo.

La información es energía
El conocimiento es poder
La creatividad es acción

El conocimiento de sí mismo no es poder, tampoco la capacidad de generar grandes pensamientos constituyen tu poder personal, porque pensar sin la acción no crea nada
Ninguna idea puede ser manifestada.
El pensador no ha demostrado su creatividad hasta que no ha actuado para que se manifieste la forma concebida en su imaginación.

Pensar sin imágenes de acción, es como tratar de anudarse los cordones del calzado solo con la mente, se parece más a la imaginación del tonto. 


Un soñador o un visionario que no actúa para dar forma a sus sueños y visiones no expresa su poder. Es impotente, a pesar de que su inspiración sea la más poderosa jamás concebida por una mente humana. Son ideas vacías. No le sirven para nada a los demás ni a si mismo, aunque su éxtasis interior le haga sentirse como un dios.

Por otra parte, y por la misma razón, la acción sin pensamiento no constituye poder

Solo a través de la acción no se crea nada

A través de la acción sin imaginación, las cosas creadas por otros no son más que repeticiones. Son acciones expresadas sobre los cimientos de las creaciones de otras personas.
Las personas que actúan sin pensar, no son los creadores, son la mano de obra
Los obreros son seguidores de líderes que crean. En cierto sentido, son como extensiones físicas de la mente de su líder. 

Desde este punto de vista podemos clasificar básicamente a los humanos en dos grupos:
Los que crean y los que siguen (a los que crean), o sea, los que piensan y lideran por un lado y la mano de obra por el otro.

Algunos son más dotados para pensar y otros para actuar, actualmente hay un tercer grupo en crecimiento aparente: los que no saben hacer nada excepto seguir y repetir.

Pero están aquellos que equilibran su mente con sus acciones y se liberan del yugo y las limitaciones impuestas por otros y por su propio ego.

Pensar es una actividad de la mente y actuar es dominio del cuerpo

La mente del sabio tiene como fuente de inspiración a la mente del Creador (la mente universal, la conciencia cósmica, Dios...), de la cual este universo creado debe su existencia y su saber. 

Para la mente del pensador no hay limitaciones porque la mente es infinita.

La mente del seguidor o repetidor está atada a su cuerpo, por lo tanto sus limitaciones son las limitaciones de los sentidos y de la realidad material a la cual está confinado. 
El seguidor o mano de obra, se resiste al cambio, porque solo está capacitado para repetir las cosas como son, no puede pensar ni actuar por si mismo.


El sabio no tiene miedo a nada, está por encima del miedo
El seguidor teme todo. Su objetividad engendra en él miedo a todo

La esencia eterna del ser humano, su centro inmóvil, es el reino de Dios, la luz quieta y silenciosa en torno a la cual emergen vibrando múltiples luces y campos de energía enroscados que usualmente llamamos "persona". 



No existe una expresión de poder allí, en absoluto, con excepción del poder expresado en la materia misma, hasta que esa persona “despierta” al conocimiento, es decir, comienza a pensar por si misma y a saber. A partir de ese momento puede expresar y desarrollar su poder personal y expandir su conciencia, sus habilidades y su capacidad de adaptación.

El único poder que tiene un ser humano está en su conocimiento. Y todo ello se expresa solamente por su pensamiento. Sin embargo, el trabajo debe ser realizado con el fin de expresar el poder.

La materialización en el plano físico es el resultado de la acción

Pero el poder que expresamos no está en el cuerpo. El poder que expresamos se encuentra en la raíz, en nuestra esencia sutil e invisible, en el punto cero, inmóvil y silencioso en nuestro interior, donde se origina la luz, el movimiento y todas las cosas. 

En ese punto de apoyo inmóvil está todo el poder. 



La acción que se extiende desde este estado de equilibrio, es la expresión del verdadero poder y es lo que llamamos Creación.




viernes, 24 de agosto de 2012

La cultura no te trata bien


La cultura y el lenguaje pueden ser la plataforma para una gran libertad y creatividad, pero el problema es que tienden a volverse trampas y la gente cae fácilmente en el engaño, no solo eso, todos participan en mayor o menor grado sustentando y retroalimentando ese fraude conocido como cultura.




Es suficiente con observar y reflexionar, ¿Qué clase de civilización es esta en la que 6 mil millones de personas tratan de autocomplacerse y satisfacer sus deseos luchando, compitiendo, ignorando, abriéndose paso a codazos e incluso machacando a los demás?

A primera vista no es una situación muy complaciente que digamos, y mucho menos satisfactoria. Al punto de poder afirmar que el paraíso creado por la moderna sociedad de consumo se parece más a una creación de algún demonio, que a fuerza de repetir e inculcar generación tras generación, cultura mediante, una sarta de valores absurdos, arbitrarios e injustos, en realidad genera insatisfacción, infelicidad, sufrimiento y aislamiento. 





Sin embargo si te detienes, paras un momento el motor, y te dedicas a observar y a percibir el mundo y como son las cosas en verdad, veras que todo es un gran engaño. Tenemos todo para vivir una vida sana y feliz, individual y colectivamente. Poseemos información, energía, avances tecnológicos, materia más que suficiente y recursos para satisfacer largamente nuestras necesidades fundamentales y permitirnos aprender, explorar, disfrutar y expandirnos como seres universales que somos.

El problema es que estamos liderados por los peores, los menos aptos, menos inteligentes, menos nobles, menos visionarios y menos solidarios de todos. 




Seres hambrientos con habilidad para la mentira y cero imaginación. 

También podemos preguntarnos, ¿Qué hacen ahí? ¿Quién los puso? ¿Quién les da poder y alimenta sus ambiciones desmedidas? 


La respuesta es muy simple: la misma sociedad. 

Somos nosotros que aceptamos implícitamente el fraude y no hacemos nada por impedirlo, no solo eso, contribuimos pagando, consumiendo, votando, prendiendo la TV y participando del show (consciente o inconscientemente), pero sobretodo creyendo en esta realidad creada para la aparente felicidad de unos pocos y la desdicha del resto.

Esta situación de desequilibrio (deshumanización) solo se mantiene a fuerza de alienación y engaños, acompañada de crisis económicas, guerras, explotaciones encubiertas, países endeudados, globalización, estandarización de la cultura, etc. Y obviamente con el consentimiento de la mayoría.

¿No es una locura?

La cultura no es tu amiga


La cultura está creada para lo conveniencia de otros y de variadas instituciones: iglesias, el sistema educativo, los gobiernos, compañías, el sistema financiero y recaudador de impuestos, etc.
Lo que usualmente se entiende por cultura, en realidad te rebaja, abusa, te insulta, te pone en un lugar desfavorecido siempre, a menos que seas el elegido: “winner por un día”, y al siguiente otra vez a remar y a competir, para posteriormente ser olvidado. 




Definitivamente, no somos bien tratados por la cultura.  

Crea personas adictas, temerosas, sumisas, consumidoras, fetichiza objetos, promulga innumerables formas de falsa felicidad y rinde culto a héroes y villanos de ficción que vemos a diario en los medios de comunicación. Otra herramienta de la cultura




Así que lo que usualmente aceptamos como cultura es “incultura”. No representa un cultivo de valores humanos sino lo opuesto.

La cultura globalizada y masificante atenta contra la biodiversidad de la especie humana, imponiendo formas de pensar y percibir el mundo.



Disfrazada bajo la forma de religiones redundantes y cultos patéticos, canaliza la búsqueda y realización espiritual, que es natural e instintiva en todos los seres humanos, en espiritualidades de consumo y baja dimensión. 

De hecho ninguna actividad humana parece escapar del dominio cultural. Las instituciones sociales, la educación, la tecnología, la medicina, la física y la biología, todas se ajustan a las modas y a los modelos impuestos, y las personas recurren a ellas buscando algo que de sentido a sus vidas. 



¿Cómo hacer para salir de este embrollo “cultural” y participar de una forma libre e inteligente?

Con imaginación y creatividad.
Como decía Einstein: “En épocas de necesidad, la imaginación es más importante que el intelecto”.
Lo interesante es que buscando en el diccionario la definición de cultura, entre otras cosas dice: “Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar o cultivar su juicio crítico”.

Eres tu quien tiene siempre la última palabra, si te das cuenta de esto, serás menos susceptible a la contaminación cultural y a los mandatos externos.

La negación es una herramienta fundamental. La capacidad de veto. Podemos siempre decir que no. Podemos abstenernos de pensar como los demás, de actuar, de hablar, de participar, de consumir, de seguir a la manada, si no estamos de acuerdo. 

No tiene nada que ver con una actitud negativa, es más bien una actitud de equilibrio
Hay que aprender a filtrar la información que recibimos.

Incluso podemos aprender a controlar los pensamientos, cultivando la mente y también el silencio interior. Esto mejora y amplifica instantáneamente nuestra relación con el entorno, (el campo de energía e información del que somos parte).

Cuando despiertas del sueño y comprendes de que está hecha la realidad y el mundo que percibes, entonces puedes experimentar una gran libertad y compasión. 



La creatividad surge naturalmente de un espíritu libre y curioso.

Eres el centro de tu universo, el que a su vez forma parte de otros universos. Tu experiencia es particular. Tu observación es única.

La cultura, las palabras, el conocimiento son en realidad herramientas para liberarte, y lo primero es liberarse de ellas, de los prejuicios y conceptos que venimos arrastrando a lo largo de nuestra historia.


Tú eres el centro del mandala y no eres inferior a nadie ni a nada en absoluto.


El mensaje de la cultura es: cállate y continúa trabajando, esfuérzate para conseguir logros vanos y aceptar el modelo que te imponen, porque si eres tal cual eres y expresas lo que en verdad sientes, lo más probable es que fracases o te quedes solo. 









Triste panorama para alguien que sigue las reglas al pié de la letra. 






La salida (y la entrada) es hacia tu ser interior. En esa dirección todo se aclara porque en esencia somos luz y estamos conectados con todo. 



Por eso lo más importante es encontrar tu centro de equilibrio y tratar de mantenerlo, al pensar, al hablar y al actuar. 
Practicar meditación es la clave.

Confia en ti mismo y en tu propia naturaleza, que es cósmica.


Somos hijos del cielo y de la tierra, seres universales, viajando y dando vueltas por el espacio a la velocidad de la luz.

Antes que sentirte perdido y vacío hay que sentirse libre y seguro, responsable y creador de tu propia vida.


Como dice un proverbio zen: “vaya a donde vaya el caracol siempre está en su casa”...




...aunque a veces la comparta!


jueves, 28 de enero de 2010

El principio de incertidumbre



El principio de la incertidumbre se basa en el desapego.

Es la sabiduría de la incertidumbre la que permite liberarnos del pasado, de lo conocido, de la prisión de todos los viejos condicionamientos.
Y en nuestro deseo de ir hacia lo desconocido, al campo de todas las posibilidades, podemos entregarnos con confianza a la mente creativa, a nuestra ser esencial, que desde siempre ejecuta la danza del universo.

¿Que significa el desapego?: Significa que para adquirir cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a nuestro apego a ella. Esto no implica renunciar a la intención de cumplir nuestro deseo. No hace falta renunciar ni a la intención ni al deseo; renunciamos al interés por el resultado.
La energía que se desprende de este acto es enorme.

Podemos seguir concentrados en nuestra intención, pero libres del resultado, es la mejor forma de conseguir lo que deseamos.
Y la base de esto es la confianza incuestionable en el poder del verdadero yo.
El apego, en cambio, refleja temor e inseguridad, y la necesidad de sentir seguridad surge del desconocimiento del verdadero yo, de la verdadera esencia del ser.

Y en realidad no existe nada fuera de este "yo".

La fuente de la abundancia o de cualquier cosa en el mundo físico es el auténtico yo; es la conciencia que sabe cómo satisfacer cada necesidad. Todo lo demás es un símbolo o fenómenos surgidos de esta conciencia: los objetos, el auto, mi casa, el dinero, la tarjeta de crédito, ropa, viajes, etc..
Los símbolos son transitorios, impermanentes; llegan y se van. Buscarlos y conformarnos con estos es como creer que teniendo el mapa ya llegamos a destino. Es algo que produce insatisfacción, confusión, ansiedad y acaba por hacernos sentir vacíos y huecos por dentro, porque cambiamos el yo por los símbolos del yo. Un proverbio Zen dice: "obtener la raíz no es atrapar las ramas".
El apego es producto de la ignorancia, del desconocimiento de sí mismo. Nos vuelve esclavos, mendigos. Quejándonos siempre de nuestra infelicidad, o nuestra falta de recursos, proyectando miedo y falta de confianza.

El desapego por el resultado es sinónimo de abundancia, porque con él viene la libertad para crear, para dar, para aprender, para recibir.
Sólo cuando nos desprendemos de lo que estamos “agarrados” podemos tener libertad y felicidad.
Entonces, todo lo que necesitamos aparece espontáneamente y sin esfuerzo.

Sin este sentimiento de desapego somos prisioneros de las falsas necesidades, de los intereses triviales, corriendo a izquierda y derecha detrás de cualquier cosa que consideramos fundamental, agitando el espíritu y llevándolo a una dimensión mundana, carenciada, características distintivas de una existencia mediocre y una mentalidad estrecha.

Pero no hay que confundirse con la terminología. No se trata de volverse indiferentes, sin emociones ni sentimientos ni ideales ni proyectos de vida. Eso es absurdo. Y además enferma. Es mas bien una mentalidad, una manera de ver la vida y los problemas y desafíos que esta nos presenta.

Despertar a la verdadera conciencia es saber, es comprender con la totalidad de nuestra existencia que podemos ser todo lo que deseamos cada vez que lo deseamos y podemos tener todo lo que necesitamos, con un mínimo de esfuerzo.

Para afianzarnos en esta experiencia es necesario realizar la sabiduría de la incertidumbre.

En la incertidumbre se encuentra la llave para la creatividad.

La mayoría busca constantemente seguridad, y con el tiempo muchos descubren que esa búsqueda es en realidad algo efímero. Hasta el apego al dinero es una señal de inseguridad. Algunos dicen, “Ah! Si tuviera mucho dinero, sería tan feliz, ya no tendría problemas” pero luego ves a la gente que tiene dinero y en el fondo tampoco son felices y además también tienen problemas.

Quienes buscan la seguridad la persiguen durante toda la vida sin encontrarla jamás. La seguridad es evasiva y efímera porque no puede depender exclusivamente del dinero, de una ilusión, de una pareja o de un arma. El apego al dinero siempre creará inseguridad, no importa cuánto dinero se tenga. De hecho, algunas de las personas que más dinero tienen son las más inseguras.

La búsqueda de la seguridad es una ilusión.

¿Cómo hacer entonces para sentirse seguro?

La respuesta la encontramos en la sabiduría contenida en el principio de la incertidumbre.
Esto significa que la búsqueda de seguridad y de certeza es en realidad un apego a lo conocido. ¿Y qué es lo conocido? Lo conocido es el pasado. Lo conocido no es otra cosa que la prisión del condicionamiento anterior. Allí no hay evolución ni cambio. Y cuando no hay cambio ni evolución, aparecen el estancamiento, el desorden, el caos y el sufrimiento.

La incertidumbre, por otra parte, es el suelo fértil de la creatividad pura y de la libertad.

La incertidumbre es penetrar en lo desconocido en cada momento de nuestra existencia. Lo desconocido es el campo de todas las posibilidades, siempre fresco, siempre nuevo, siempre abierto a la creación de nuevas manifestaciones.
Sin la incertidumbre y sin lo desconocido, la vida es sólo una mera repetición de recuerdos gastados. Nos convertimos en víctimas del pasado, proyectando siempre el mismo film. día tras día, año tras año, podrá cambiar un poco el decorado y quizás algunos actores pero la trama es siempre la misma, y el final previsible.

No hay que tener miedo de adentrarse en lo desconocido, es la puerta que da acceso al campo infinito de todas las posibilidades.

La sabiduría de la incertidumbre, aporta el coraje y el desapego necesarios para cambiar nuestros viejos hábitos, la “programación” conocida.

Un recipiente que está siempre lleno nunca podrá llenarse de algo nuevo, y su contenido terminará por pudrirse. A menos que se vacíe con frecuencia y permita ser llenado de algo fresco nuevamente.
Esto aportará emoción, sorpresa, misterio en nuestra vida; experimentaremos la alegría de vivir: la magia, y el regocijo de nuestro propio espíritu.

Cada día podemos estar abiertos a lo que puede ocurrir en el campo de todas las posibilidades. Si nos sentimos inseguros, no es el camino correcto. No hay que darse por vencido. Un proverbio dice: 7 veces me caigo 8 me levanto.
Esta es una enseñanza de verdad.

El principio de la incertidumbre no implica dejar todo al azar, o “no me importa nada”, es mas bien una mentalidad, flexible y creativa, que se adapta siempre a lo nuevo sin rechazar ni juzgar de antemano.
En realidad no necesitamos tener una idea rígida y completa de lo que haremos en el futuro, porque si tenemos una idea establecida de lo que ha de suceder y nos aferramos rígidamente a ella, dejaremos afuera un enorme abanico de posibilidades.

Una de las características del campo de todas las posibilidades es la interdependencia infinita. Este campo puede orquestar una infinidad de sucesos espacio-temporales con el fin de producir el resultado esperado, inconcientemente.
Pero cuando hay inseguridad y apego, la intención queda atrapada en una forma de pensar rígida y se pierden la fluidez, la creatividad y la espontaneidad inherentes al campo de todas las posibilidades.

Cuando nos aferramos a algo, congelamos nuestro deseo, lo alejamos de esa fluidez y esa flexibilidad infinitas y lo encerramos dentro de un rígido marco que consideramos “seguro” pero que en realidad nos hace perder gran cantidad de oportunidades y además obstaculiza la creatividad.
Esto no implica no tener la intención de avanzar en una determinada dirección, es importante tener objetivos. Sin embargo, para llegar a un determinado punto puede haber muchos caminos y si nos cerramos en nuestras “certidumbres” quizás estemos yendo por el sendero más difícil y tal vez no lleguemos a destino nunca.

La incertidumbre nos permite cambiar de dirección, si es necesario, en cualquier momento; encontrar atajos, otros caminos, nuevos paisajes, nuevos ideales, nuevos puntos de vista.

En términos biológicos nos volvemos más aptos, mejor adaptados al medio y con mayores oportunidades de evolucionar.
Así los problemas de nuestra vida se vuelven desafíos, posibilidades. Se puede estar atento y relajado al mismo tiempo.

Podemos hacer lo que hacemos por el solo hecho de hacerlo bien, lo mejor posible, incluso por los demás, sin depender del resultado, porque sabemos, íntimamente, que actuando de esta manera nunca nos vamos a equivocar.
Lo que denominamos comúnmente "buena suerte" no es otra cosa que la oportunidad que cae en un terreno ya preparado.
Aunque cueste creerlo, somos una ola surgida del océano universal de infinitas posibilidades y no hay manera de estar fuera de él.

Así que mejor flotar, nadar, y disfrutar de la experiencia, que es única.

lunes, 7 de septiembre de 2009

La creatividad en la vida cotidiana (continuación)


Ampliando más el tema.


Según la enciclopedia: "La creatividad, es la generación de nuevas ideas o conceptos, o de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales, se relaciona con la inventiva, el pensamiento original y divergente y la imaginación."

De hecho, muchos inventos e ideas geniales, incluso teorías científicas revolucionarias, comenzaron como producto de la imaginación y la inventiva. Tal es el caso de la teoría de la relatividad de Einstein y los inventos geniales de Leonardo da Vinci.

Tanto en el budismo como en el taoísmo, y la mayoría de las culturas tradicionales en Oriente, la creatividad es parte fundamental de la práctica espiritual, ya que se considera el resultado de una mente libre y abierta, o sea normal, y se vincula con la capacidad de autoconocimiento, observación, reflexión y cuestionamiento. Cualidades superiores en una persona.

El ser humano posee un alto grado de necesidad de socializar, que influye en su comportamiento, al grado que la mayoría, lo único que le importa es desempeñar correctamente su rol social.

Para lograr integrarse en la sociedad, sigue ciegamente las pautas y normas aprendidas desde la niñez, aceptando lo que es bueno y lo que es malo, según modelos preestablecidos y estereotipos que guían su conducta y modelan su personalidad, y por temor a ser rechazado o a fracasar el individuo no buscará nada fuera de esos patrones y mucho menos creará otros nuevos.

Algunas personas “pagan” el precio de su creatividad volviéndose “insociables”, otros expresan su capacidad creativa como un síntoma de su personalidad desequilibrada, de su sufrimiento, incluso de su “locura”. Hay muchos ejemplos de estos casos en la historia.


Pero la creatividad a la que hago referencia, es una capacidad inherente del ser humano que le sirve para adaptarse mejor y ampliar sus posibilidades. Y con “mejor” quiero decir, de manera más plena, más feliz, mas sana, incluso más “exitosa”.

La inventiva no se puede enseñar, aunque se puede aprender, rompiendo la vida rutinaria, es decir, rompiendo con hacer siempre lo mismo o, quizá, simplemente, con hacer más de lo mismo. Eso significa que el mismo individuo que está buscando la imaginación (o la idea creativa) es quien debe bucear en su propia mente y trabajar en sí mismo para desarrollar sus propias habilidades de pensamiento y personalidad.

Existen muchas formas de bloqueo para la creatividad y en principio, pueden deberse a varias circunstancias:
-Una especialización muy profunda, es decir, no saber hacer más que una cosa.

-Tener en cuenta solo el lado racional y lógico del pensamiento.

-Un enfoque superficial y estrecho de la vida.

-Falta de confianza y motivación.

-Comodidad.

-Miedo a hacer el ridículo o a equivocarse.

-Respeto excesivo por la autoridad.

-Aceptar las cosas y hechos como se les presentan sin considerar otras posibilidades.


Si bien la creatividad no se puede enseñar o aprender, si se pueden crear condiciones favorables para que esta se exprese y se desarrolle.

La práctica de la meditación como zazen profundiza el conocimiento de si mismo y favorece el equilibrio de los hemisferios cerebrales. De hecho, la “creatividad” brota naturalmente como un reflejo de la condición normal del individuo.

El estudio de las artes como la música, la pintura, la caligrafía y las artes plásticas en general, la expresión corporal o la danza, estimulan enormemente el talante creativo de un individuo, más aun si comienza de pequeño. Hay otras disciplinas relacionadas, como el Yoga o las artes marciales que favorecen el equilibrio psicofísico.

Estas actividades “no rutinarias”, amplían el campo de la conciencia y de la expresividad, formando nuevas asociaciones entre las neuronas e instalando programas personalizados y originales de conducta, esto ofrece a la persona una nueva comprensión de si mismo y de su entorno permitiéndole más posibilidades para ser sano y feliz, al generar pensamientos creativos.

La creatividad es la expresión del ser universal.

La conciencia es capaz de crear universos. La mente es en esencia libre.

Es importante asumir el lado creativo, como creaciones únicas e irrepetibles que cada uno es, con un tiempo y durabilidad limitada, para aprender y experimentar.

Se trata de una mentalidad.

He aquí el secreto: la creatividad es una cuestión “de mente”...

martes, 1 de septiembre de 2009

La creatividad en la vida cotidiana



Los niños cuanto más pequeños más creativos son, y a medida que van creciendo y recibiendo "educación" uniformadora posiblemente sean más productivos pero seguramente irán perdiendo toda su capacidad creativa.

Pero, ¿porque es importante la creatividad?

Es una pregunta interesante y la respuesta puede enfocarse desde varios lados.

Para empezar es una capacidad innata que todos poseemos.

Los seres humanos somos creativos por naturaleza. De andar desnudos y viviendo en cuevas pasamos a convertirnos en la especie dominante, inventora, creadora de arte y cultura, capaz de modificar y moldear no solo el medio en el que vivimos sino a nosotros mismos.
La historia está llena de individuos creativos a los que se les denomina, genios, artistas, creadores, etc. y sin embargo parecen la excepción. Pero que han tenido o tienen de diferente con los demás. ¿Mas oportunidades?, ¿más inteligencia?, ¿una mejor educación?
Hay una gran variedad de casos y todos diferentes, pero con un denominador común: cada uno expresa algo único y diferente, original, una idea, una intuición, plena de imaginación, que es llevada adelante y desarrollada.

Entonces ¿no tenemos todos esa capacidad?... Pues sí.
La diferencia es que ciertos individuos logran desarrollarla y otros no.
Es un hecho que los niños son más creativos que los adultos, y lo son antes de recibir cualquier educación.

¿Pero que es lo que pasa luego de ese largo proceso educativo para que se malogre esta capacidad innata?

Está claro que los esquemas de enseñanza en las escuelas e instituciones educativas no favorecen el desarrollo de una manera libre de pensar, más bien coartan y aniquilan las ideas que difieren de la mayoría, sin embargo es durante la infancia cuando se consolida la capacidad creativa de una persona.

En la etapa preescolar, donde el niño todavía recibe educación por los 5 sentidos, mediante juegos, imágenes y canciones, aprende muy fácilmente ya que aún su mente está abierta y poco condicionada.

Pero cuando este niño pasa a la escuela primaria, a los 6 años, el abanico pedagógico se va cerrando poco a poco, a medida que va progresando en los distintos cursos se le pide mayor adaptación y se lo evalúa en función de unos objetivos generales que vienen marcados por las autoridades educativas pertinentes. El niño toma conciencia de que para tener éxito escolar no tiene que conocer la respuesta más creativa sino la respuesta correcta.


El pensamiento divergente e imaginativo, se ahoga aún más en la etapa secundaria marcada por el sistema de evaluaciones continuas. El alumno puede elegir entre itinerarios preestablecidos, como el humanístico o el científico, que lo van encausando, ya sin vuelta atrás, hacia conocimientos estandarizados y donde se valoran sobretodo las capacidades lingüísticas y de memoria, incluso la imaginación es reprimida.

Mientras que la creatividad consiste en hallar respuesta a los problemas que no se resuelven de manera convencional, el sistema educativo, refuerza y “machaca” hasta que el joven llega a la universidad, el conocimiento de la ya sabido.

En la etapa universitaria, continúa la absorción de contenidos y si bien se tolera un poco más ser diferente, se valora fundamentalmente la acumulación de conocimientos y se desprecia el conocimiento práctico.

¿Como hacer entonces para que este estudiante “domesticado”, se vuelva creativo y desarrolle ideas propias?

Es evidente que es más fácil manejar y conducir a una masa de gente que ya fue condicionada desde la más tierna edad que a individuos libres, creativos e inteligentes. Como a los pollitos, se les corta las alas y no van muy lejos.

A medida que pasa la vida, en la etapa adulta, aparentemente ya está todo “cocinado” y no hay vuelta atrás. Son tantos los condicionamientos y miedos instalados que al común de las personas le parece imposible crear una nueva realidad y cambiar el curso de sus vidas.
Por una parte existe como vemos la manipulación tendenciosa de la educación, y esto no es nuevo, pero por otra parte la civilización a partir del conocimiento científico y de una lógica más bien materialista, fue desarrollando más el hemisferio cerebral izquierdo, sede del pensamiento racional y analítico, y olvidando y atrofiando el lado derecho del cerebro que es el que está relacionado con la música y las artes, con la intuición y el pensamiento mágico, incluso con el silencio. Es decir, nuestro lado creador esta sometido por nuestro lado ejecutor.

De niños, no es problema, se permite, es parte de los juegos y del encanto de la infancia, pero de adultos no hay ni tiempo ni lugar para la creatividad. Muy simple, hay que producir y hay que pagar las cuentas.

Volviendo a la pregunta del principio, ¿Por qué entonces es importante la creatividad?

En primer lugar se puede decir que una persona tiene más oportunidades de ser feliz y de adaptarse mejor cuanto más creativa es. Esto significa que podrá utilizar los recursos de los que dispone, internos y externos, para resolver problemas y desafíos que la vida le presenta y hacerlo de una manera original y eficaz.

Cuando dejamos que nuestra esencia se manifieste, no hay manera de no ser creativos ya que cada uno es en sí mismo una creación “única” e irrepetible, y si bien desde un punto de vista biológico somos todos iguales, hay algo que cada uno puede y debe manifestar a su manera. Y esto en virtud del espíritu que nos anima y se manifiesta a través nuestro. Es la fuerza universal o energía vital, que origina todo a partir del vacío, del vacío creador y forma parte de la auténtica naturaleza de todos los seres.

Así que ya vemos que la creatividad no es algo “snob” o intelectual. Tiene que ver con la vida misma. Ser creativos es estar vivos. La vida misma es creatividad; lo contrario es estar muertos, significa seguir esquemas y órdenes convencionales, estereotipados, que más vale someten y no permiten manifestarse como el propio ser esencial lo pide.
Y esta tendencia cómoda y “masificadora”, que nos aleja de nuestra esencia, es la raíz de todo el sufrimiento e insatisfacción que padecemos.

Y entonces, ¿se puede mejorar e incrementar la capacidad creativa?

Ya lo veremos,

Continúa