Acerca de la materia
Otro
error fundamental es considerar sólida a la materia, es decir, como algo
concreto, una entidad con sustancia propia, poseedora de energía y otras cualidades
intrínsecas.
Sin
considerar la verdadera naturaleza de cualquier creación en el mundo físico, ni
mucho menos a su Creador ni su método.
La
confusión proviene de la ignorancia acerca de cual es la sustancia de la materia.
La
materia, al igual que cualquier otro producto, expresa la idea y la intención
de su creador. Es el resultado final de un proceso que comenzó de cero en la mente
del creador.
(nota: se dice creador pero podría ser "creadora", de hecho, en muchas culturas es así. El principio creador no tiene sexo, es unidad).
(nota: se dice creador pero podría ser "creadora", de hecho, en muchas culturas es así. El principio creador no tiene sexo, es unidad).
Todo lo
que existe, incluida la materia, es movimiento y todo lo que se mueve es
electricidad, o sea, cargas en movimiento.
La
materia eléctrica es simplemente un espejo que refleja cualidades que existen
fuera de sí misma, simulando que esas cualidades están dentro de sí misma.
Ninguna
partícula que forme cuerpos materiales se mueve por si sola. Es la conciencia la que
causa el movimiento.
El
universo material es una creación del espíritu.
El
poder de atracción y repulsión que la ciencia atribuye erróneamente a la
materia, corresponde simplemente a los efectos de la electricidad realizando su
único trabajo, el cual consiste en dividir un estado de equilibrio en dos
condiciones opuestas y complementarias, que se separan extendiéndose para
formar dos polos separados por un ecuador.
Sin desequilibrio no hay movimiento.
La
fuerza que controla esta dinámica es el magnetismo.
La luz
en reposo del magnetismo controla el movimiento de las dos luces eléctricamente
condicionadas o polos, que son la materia y el espacio.
Las
cargas separadas desde su punto cero de equilibrio van a tratar siempre de
regresar a este.
El espacio y la materia (campos y partículas) van unidos en un sistema vivo. El avance de uno depende de la reacción del otro.La materia representa el polo positivo (cargado) y el espacio el negativo (descargado), pero ambos alternan en forma cíclica sus polaridades.
La
materia se disuelve en el espacio.
El
espacio se condensa en la materia.
Esta alternancia rítmica de polaridades representa el pulso y la respiración del universo y de cada creación.
Sin este vaivén cósmico entre opuestos complementarios no sería posible la vida.
Pero aunque la materia física y el espacio vacío parezcan diferentes, tal como lo informan nuestros sentidos ordinarios, los dos comparten la misma esencia y tienen el mismo potencial. La diferencia
es que la materia guarda carga a mayor presión y en menor volumen, mientras que el espacio
tiene su potencial diseminado en su mayor volumen pero a menor presión.
Todos los cuerpos son dos, no uno. Cada cuerpo creado en el universo tiene dos mitades, una visible y otra invisible. La parte invisible es miles de veces más grande que la visible. En realidad es un solo cuerpo que está dividido en dos condiciones opuestas, las cuales están obligadas a intercambiar continuamente sus polaridades en ciclos de aparición, desaparición y reaparición.
Esta dinámica es la que confunde nuestros sentidos creando la ilusión de solidez, de diferencias y de separación donde en realidad solo hay movimiento, y esta ilusión hace que nos identifiquemos con nuestro cuerpo visible y no con nuestra parte invisible, es decir, creemos en la materia pero no en el espacio que nos rodea.
Damos por sentado que nuestros límites son los límites del cuerpo y que más allá de su superficie, no hay nada.
Debemos considerar esto como un error de percepción.
Los límites del cuerpo físico forman el ecuador que divide las dos polaridades o condiciones opuestas que forman la totalidad del ser. El ser visible es una materialización momentánea del ser invisible. Una proyección de dimensiones superiores.
El ser visible se mueve entre los límites de la realidad física 3D, pero la contraparte invisible es no localizada y multidimensional.
La
separación de cargas genera electricidad, movimiento y tensión. La vuelta a cero del magnetismo es la
relajación de esta tensión. El deseo de reposo.
Todos los cuerpos son dos, no uno. Cada cuerpo creado en el universo tiene dos mitades, una visible y otra invisible. La parte invisible es miles de veces más grande que la visible. En realidad es un solo cuerpo que está dividido en dos condiciones opuestas, las cuales están obligadas a intercambiar continuamente sus polaridades en ciclos de aparición, desaparición y reaparición.
Esta dinámica es la que confunde nuestros sentidos creando la ilusión de solidez, de diferencias y de separación donde en realidad solo hay movimiento, y esta ilusión hace que nos identifiquemos con nuestro cuerpo visible y no con nuestra parte invisible, es decir, creemos en la materia pero no en el espacio que nos rodea.
Damos por sentado que nuestros límites son los límites del cuerpo y que más allá de su superficie, no hay nada.
Debemos considerar esto como un error de percepción.
Los límites del cuerpo físico forman el ecuador que divide las dos polaridades o condiciones opuestas que forman la totalidad del ser. El ser visible es una materialización momentánea del ser invisible. Una proyección de dimensiones superiores.
El ser visible se mueve entre los límites de la realidad física 3D, pero la contraparte invisible es no localizada y multidimensional.
Las dos contrapartes: espacio y materia |
La materia es vibración, o sea, movimiento.
El movimiento es cambio, o sea, apariencia,
La apariencia es ilusión porque no tiene
sustancia propia.
La materia no posee sustancia propia.
Los
sentidos del ser humano son engañados por las ilusiones de la apariencia, lo
que hace que saque conclusiones equivocadas acerca de la sustancia de la
materia y del mundo físico.
Lo que
nuestros sentidos nos dicen que es “sólido” y real no es más que luz polarizada
creando una imagen densa y persistente (por un rato).
Las formas aparentemente sólidas son un marco de referencia, son vehículos de experiencias. Hacen posible la manifestación de la conciencia, que no tiene forma y es no localizada.
Las formas aparentemente sólidas son un marco de referencia, son vehículos de experiencias. Hacen posible la manifestación de la conciencia, que no tiene forma y es no localizada.
La materia es luz condensada.
Los científicos saben que todos los seres vivos están hechos
de luz: las plantas la reciben del sol y la convierten en vida y sustancia, los
animales comen estas plantas verdes y así incorporan luz, los seres humanos comemos estas plantas y animales y así el ciclo continúa.
La luz es la base fundamental de la vida.
Estamos hechos de luz que ha sido compactada en materia viva. Además, los biólogos han descubierto que todas las células vivas emiten luz (biofotones) espontáneamente.
Estamos hechos de luz que ha sido compactada en materia viva. Además, los biólogos han descubierto que todas las células vivas emiten luz (biofotones) espontáneamente.
Se trata de una luminiscencia de origen biológico que se
distingue de la radiación producida por las reacciones químicas y los mecanismos
enzimáticos relacionados, por presentar una
magnitud o intensidad ultra-débil (del inglés, ultra-weak
spontaneous photon emission, o a veces, de forma más simple, ultra-weak
photon emission).
El biofísico Fritz-Albert Popp identificó a esta radiación de biofotones mediante la intensidad de su emisión en la superficie de los tejidos vivientes, que es del orden de 10 a 1000 fotones por centímetro cuadrado y por segundo.
El biofísico Fritz-Albert Popp identificó a esta radiación de biofotones mediante la intensidad de su emisión en la superficie de los tejidos vivientes, que es del orden de 10 a 1000 fotones por centímetro cuadrado y por segundo.
Sin esta radiación espontánea ultradébil no sería posible la vida.
La fuente de esta emisión de biofotones es el ADN en el
interior de las células.
Así comunican las células entre ellas y con el medio.
Así comunican las células entre ellas y con el medio.
Este tipo de comunicación es responsable de la
formación de tejidos y órganos, porque las células utilizan esta forma
de comunicación también para crear estas fuerzas que las atraerán entre sí
o para decirse que es lo que tienen que hacer.
La información se expresa de esta manera.
La información se expresa de esta manera.
Dentro de una misma célula se tienen que producir cerca de
1000 reacciones químicas por segundo. Estas reacciones e incluso la información acerca del lugar
y del momento exacto en que se han de producir, se llevan a
cabo mediante unos pocos biofotones, que se encuentran en estado de
coherencia, y como son coherentes pueden provocar mejores interferencias para
transmitir una cantidad enorme de información.
Como se ve, con solo unos pocos biofotones se producen
efectos cuánticos fundamentales para mantener y desarrollar la vida
(superposición, superconductividad, procesamiento en paralelo de la
información, etc).
Lo que produce esta luz natural es una radiación
coherente. Y la radiación provoca que las interferencias en el espacio que
existe entre las células sean mayores, las células utilizan las interferencias
como una forma de comunicación.
patrón de interferencia de ondas |
Todas las células se comunican con patrones ondulatorios específicos.
Cada grupo celular, tejido u órgano presenta patrones específicos, si
las células son idénticas, resuenan con una vibración determinada y se dice que tienen el mismo patrón de
frecuencia o interferencia. Esta también es una forma de identificación entre las células: cancelar la luz entre ellas es la mejor manera que tienen para
comunicarse porque crean algo así como un canal, o una zona de quietud, de modo que cuando aparece
cualquier pequeña variación en el medio la perciben inmediatamente como una señal entre
ellas.
Esta es otra manifestación de nuestra naturaleza lumínica.
Cuanto mayor es el nivel de vibración de un cuerpo físico
mayor será su luminiscencia, o sea, la luz que irradie.
El amor y la ausencia de miedo aumentan la frecuencia de
vibración a nivel celular y del ADN, provocando una expansión del cuerpo de
energía y de los campos de información.
El miedo hace lo opuesto: retrae, limita, desintegra y
oscurece.
El miedo provoca pérdida de la bioluminiscencia, de la
coherencia y del orden molecular.
El amor y el no miedo te acercan a la luz y a la vida,
generando una realidad luminosa y llena de posibilidades.
El miedo te conecta con la oscuridad y la muerte, y la
realidad que crea es sombría, poco feliz y sin posibilidades (excepto huir,
esconderse o pelear). Gastando cantidades enormes de recursos (energéticos y
físicos) para tratar de mantener la coherencia y el orden en el sistema.
La materia
es simplemente el instrumento de los deseos de la mente. Es un espejo en el que
se refleja el espíritu.
Hasta
que no te deshagas de todos los conceptos que tienes sobre tu cuerpo físico y
tu realidad material, gastarás inútilmente tu limitada y preciosa energía vital
y tu tiempo en esta tierra, tratando de aferrarte a un espejismo (que puede
resultar muy doloroso) y a falsas ideas sobre la salud, la felicidad y acerca
de ti mismo.
Vivimos
en un universo hecho de luz. La materia y todo lo que existe es luz. La luz
brota en cada punto del espacio. Es un universo de abundancia. No hay escasez
de materia, es una mentira consensuada y aceptada por todos.
Lo que
abunda en nuestra sociedad moderna es el miedo y la falta de libertad en la
mayoría de las personas.
Pero
también abundan la información y las posibilidades. Vivimos en una época de
expansión de la conciencia, la velocidad con la que se realizan los cambios es
cada vez mayor.
Es
suficiente con apagar el motor un rato y dirigir la mirada hacía tu propio ser y podrás ver de que estás
hecho verdaderamente.
La luz
que emana de este descubrimiento no solo te iluminará a ti sino también al
universo entero.
continúa...
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