martes, 26 de noviembre de 2013

Errores fundamentales de la ciencia 3


Acerca de la materia

Otro error fundamental es considerar sólida a la materia, es decir, como algo concreto, una entidad con sustancia propia, poseedora de energía y otras cualidades intrínsecas.


Sin considerar la verdadera naturaleza de cualquier creación en el mundo físico, ni mucho menos a su Creador ni su método.

La confusión proviene de la ignorancia acerca de cual es la sustancia de la materia.

La materia, al igual que cualquier otro producto, expresa la idea y la intención de su creador. Es el resultado final de un proceso que comenzó de cero en la mente del creador.
(nota: se dice creador pero podría ser "creadora", de hecho, en muchas culturas es así. El principio creador no tiene sexo, es unidad).

Todo lo que existe, incluida la materia, es movimiento y todo lo que se mueve es electricidad, o sea, cargas en movimiento.



La materia eléctrica es simplemente un espejo que refleja cualidades que existen fuera de sí misma, simulando que esas cualidades están dentro de sí misma.

Ninguna partícula que forme cuerpos materiales se mueve por si sola. Es la conciencia la que causa el movimiento.

El universo material es una creación del espíritu.

La mente se extiende eléctricamente en los cuerpos. De esta forma los anima.



El poder de atracción y repulsión que la ciencia atribuye erróneamente a la materia, corresponde simplemente a los efectos de la electricidad realizando su único trabajo, el cual consiste en dividir un estado de equilibrio en dos condiciones opuestas y complementarias, que se separan extendiéndose para formar dos polos separados por un ecuador.

Sin desequilibrio no hay movimiento.

La fuerza que controla esta dinámica es el magnetismo.
La luz en reposo del magnetismo controla el movimiento de las dos luces eléctricamente condicionadas o polos, que son la materia y el espacio.
La naturaleza crea cuerpos polarizando una condición de equilibrio. La naturaleza destruye los cuerpo despolarizándolos. La naturaleza repite los cuerpos anulando su polaridad a través del intercambio entre sus condiciones opuestas. Todos los cuerpos se extienden infinitamente. (original de Walter Russell)

Las cargas separadas desde su punto cero de equilibrio van a tratar siempre de regresar a este.
El espacio y la materia (campos y partículas) van unidos en un sistema vivo. El avance de uno depende de la reacción del otro.
La materia representa el polo positivo (cargado) y el espacio el negativo (descargado), pero ambos alternan en forma cíclica sus polaridades.

La materia se disuelve en el espacio.
El espacio se condensa en la materia.

Carga, descarga y recarga, en ciclos sin fin.
Esta alternancia rítmica de polaridades representa el pulso y la respiración del universo y de cada creación.
Sin este vaivén cósmico entre opuestos complementarios no sería posible la vida.

Pero aunque la materia física y el espacio vacío parezcan diferentes, tal como lo informan nuestros sentidos ordinarios, los dos comparten la misma esencia y tienen el mismo potencial. La diferencia es que la materia guarda carga a mayor presión y en menor volumen, mientras que el espacio tiene su potencial diseminado en su mayor volumen pero a menor presión.

Todos los cuerpos son dos, no uno. Cada cuerpo creado en el universo tiene dos mitades, una visible y otra invisible. La parte invisible es miles de veces más grande que la visible. En realidad es un solo cuerpo que está dividido en dos condiciones opuestas, las cuales están obligadas a intercambiar continuamente sus polaridades en ciclos de aparición, desaparición y reaparición.

Esta dinámica es la que confunde nuestros sentidos creando la ilusión de solidez, de diferencias y de separación donde en realidad solo hay movimiento, y esta ilusión hace que nos identifiquemos con nuestro cuerpo visible y no con nuestra parte invisible, es decir, creemos en la materia pero no en el espacio que nos rodea. 
Damos por sentado que nuestros límites son los límites del cuerpo y que más allá de su superficie, no hay nada. 

Debemos considerar esto como un error de percepción. 

Los límites del cuerpo físico forman el ecuador que divide las dos polaridades o condiciones opuestas que forman la totalidad del ser. El ser visible es una materialización momentánea del ser invisible. Una proyección de dimensiones superiores.
El ser visible se mueve entre los límites de la realidad física 3D, pero la contraparte invisible es no localizada y multidimensional.


Las dos contrapartes: espacio y materia
La separación de cargas genera electricidad, movimiento y tensión.  La vuelta a cero del magnetismo es la relajación de esta tensión. El deseo de reposo.

La materia es vibración, o sea, movimiento.
El movimiento es cambio, o sea, apariencia,
La apariencia es ilusión porque no tiene sustancia propia.
La materia no posee sustancia propia.

Los sentidos del ser humano son engañados por las ilusiones de la apariencia, lo que hace que saque conclusiones equivocadas acerca de la sustancia de la materia y del mundo físico.

Lo que nuestros sentidos nos dicen que es “sólido” y real no es más que luz polarizada creando una imagen densa y persistente (por un rato).
Las formas aparentemente sólidas son un marco de referencia, son vehículos de experiencias. Hacen posible la manifestación de la conciencia, que no tiene forma y es no localizada.

La materia es luz condensada.

Los científicos saben que todos los seres vivos están hechos de luz: las plantas la reciben del sol y la convierten en vida y sustancia, los animales comen estas plantas verdes y así incorporan luz, los seres humanos comemos estas plantas y animales y así el ciclo continúa.

La luz es la base fundamental de la vida. 
Estamos hechos de luz que ha sido compactada en materia viva. Además, los biólogos han descubierto que todas las células vivas emiten luz (biofotones) espontáneamente.

Se trata de una luminiscencia de origen biológico que se distingue de la radiación producida por las reacciones químicas y los mecanismos enzimáticos relacionados,  por presentar una magnitud o intensidad ultra-débil (del inglés, ultra-weak spontaneous photon emission, o a veces, de forma más simple, ultra-weak photon emission). 

El biofísico Fritz-Albert Popp identificó a esta radiación de biofotones mediante la intensidad de su emisión en la superficie de los tejidos vivientes, que es del orden de 10 a 1000 fotones por centímetro cuadrado y por segundo.

Sin esta radiación espontánea ultradébil no sería posible la vida.
La fuente de esta emisión de biofotones es el ADN en el interior de las células. 
Así comunican las células entre ellas y con el medio.



Este tipo de comunicación es responsable de la formación de tejidos y órganos,  porque las células utilizan esta forma de comunicación también para crear estas fuerzas que las atraerán entre sí o para decirse que es lo que tienen que hacer. 
La información se expresa de esta manera.

Dentro de una misma célula se tienen que producir cerca de 1000 reacciones químicas por segundo. Estas reacciones e incluso la información acerca del lugar y del momento exacto en que se han de producir, se llevan a cabo mediante unos pocos biofotones, que se encuentran en estado de coherencia, y como son coherentes pueden provocar mejores interferencias para transmitir una cantidad enorme de información.

Como se ve, con solo unos pocos biofotones se producen efectos cuánticos fundamentales para mantener y desarrollar la vida (superposición, superconductividad, procesamiento en paralelo de la información, etc).
Lo que produce esta luz natural es una radiación coherente. Y la radiación provoca que las interferencias en el espacio que existe entre las células sean mayores, las células utilizan las interferencias como una forma de comunicación. 

patrón de interferencia de ondas
La luz que emiten las diferentes células, interfieren y hacen que las interferencias sean mayores entre las ondas emitidas. Las amplitudes de los campos eléctricos provocan principalmente interferencias destructivas, así que la radiación entre los sistemas, en este caso las células, desaparece, mientras que por otro lado, la intensidad dentro de los sistemas es mayor porque se tiene que conservar la energía. Esta es la forma de comunicación entre las células. 
Todas las células se comunican con patrones ondulatorios específicos. 

Cada grupo celular, tejido u órgano presenta patrones específicos, si las células son idénticas, resuenan con una vibración determinada y se dice que tienen el mismo patrón de frecuencia o interferencia. Esta también es una forma de identificación entre las células: cancelar la luz entre ellas es la mejor manera que tienen para comunicarse porque crean algo así como un canal, o una zona de quietud, de modo que cuando aparece cualquier pequeña variación en el medio la perciben inmediatamente como una señal entre ellas. 

Esta es otra manifestación de nuestra naturaleza lumínica.

Cuanto mayor es el nivel de vibración de un cuerpo físico mayor será su luminiscencia, o sea, la luz que irradie.
El amor y la ausencia de miedo aumentan la frecuencia de vibración a nivel celular y del ADN, provocando una expansión del cuerpo de energía y de los campos de información.

El miedo hace lo opuesto: retrae, limita, desintegra y oscurece.
El miedo provoca pérdida de la bioluminiscencia, de la coherencia y del orden molecular.
El amor y el no miedo te acercan a la luz y a la vida, generando una realidad luminosa y llena de posibilidades.

El miedo te conecta con la oscuridad y la muerte, y la realidad que crea es sombría, poco feliz y sin posibilidades (excepto huir, esconderse o pelear). Gastando cantidades enormes de recursos (energéticos y físicos) para tratar de mantener la coherencia y el orden en el sistema.

La materia es simplemente el instrumento de los deseos de la mente. Es un espejo en el que se refleja el espíritu.


Hasta que no te deshagas de todos los conceptos que tienes sobre tu cuerpo físico y tu realidad material, gastarás inútilmente tu limitada y preciosa energía vital y tu tiempo en esta tierra, tratando de aferrarte a un espejismo (que puede resultar muy doloroso) y a falsas ideas sobre la salud, la felicidad y acerca de ti mismo.

Vivimos en un universo hecho de luz. La materia y todo lo que existe es luz. La luz brota en cada punto del espacio. Es un universo de abundancia. No hay escasez de materia, es una mentira consensuada y aceptada por todos.

Lo que abunda en nuestra sociedad moderna es el miedo y la falta de libertad en la mayoría de las personas.

Pero también abundan la información y las posibilidades. Vivimos en una época de expansión de la conciencia, la velocidad con la que se realizan los cambios es cada vez mayor.

Es suficiente con apagar el motor un rato y dirigir la mirada hacía tu propio ser y podrás ver de que estás hecho verdaderamente.

La luz que emana de este descubrimiento no solo te iluminará a ti sino también al universo entero.

continúa...



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