Dr. Seiki Giacobone
Cada
vez que pensamos en la materia, deberíamos pensar en las ondas de pensamiento
que la crearon.
El
universo físico es una creación de la
Mente.
La
materia vibra, es movimiento. Pero la materia no tiene sustancia propia ni se
mueve por si misma. Lo único que se mueve es la mente.
La
sustancia de la materia es la mente.
La
densidad de la materia no es otra cosa que la acumulación de ondas de
pensamiento a diferentes presiones, generando gravedad y curvando el espacio.
Este es
un fenómeno eléctrico. Toda la materia está polarizada, o sea, está cargada.
El
universo físico esta hecho de luz polarizada, es decir luz (energía) dividida
en dos polos.
Igualmente
deberíamos considerar al tiempo como una acumulación de ondas de pensamiento.
Ondas
acumuladas durante innumerables ciclos en la formación de los cuerpos y del
mundo físico.
De la
misma forma que estas ondas de pensamiento le aportan a la materia su densidad,
forma, textura y otras dimensiones, también le añaden tiempo mediante la
prolongación de los intervalos de tiempo necesarios para repetir ese cuerpo.
Las
ondas de pensamiento acumulan tiempo, de la misma forma que acumulan masa.
Los
cuerpos materiales son simplemente ondas enrolladas. Energía empaquetada, por
un tiempo. Ese tiempo es también ondas empaquetadas.
Una
onda de pensamiento es extremadamente rápida, de hecho puede alcanzar una
velocidad de 300.000 km/seg., como la luz. De hecho el pensamiento es luz. Es
una onda que transporta información y energía.
Esta
velocidad lumínica es el límite máximo al que se puede viajar en este universo
físico. Más allá desaparece el tiempo y el espacio como lo conocemos.
A
medida que estas ondas de pensamiento se van acumulando en masas de materia,
van ralentizando su frecuencia, se hacen más densas y así prolongan su ciclo de
crecimiento y decrecimiento, aparición desaparición, en proporción a la masa de
ondas empaquetadas en ese cuerpo.
Este
concepto es difícil de asimilar porque desde pequeños nos acostumbramos a
percibir la materia y al mundo físico de una forma estática y fija, como si las
cosas se crearan y desaparecieran por si solas.
Es más
fácil si te hablan sobre ondas de naturaleza física: luz visible, sonido, olas,
etc., sin embargo el pensamiento es vibración, es movimiento, y todo lo que se
mueve lo hace en forma de onda, ondas que transportan información y energía, y estas ondas pueden acumularse generando
carga, densidad, masa y tiempo.
El
tiempo de vida de cualquier creación en la naturaleza está dado por la acumulación
de ondas de pensamiento en ese cuerpo.
Si aún
tienes dificultades para concebir lo que son las ondas de pensamiento o de luz,
piensa en algo que vibra, electricidad, energía, sonido, formas o colores, no
importa, lo que mejor imagines vale, porque esa imaginación es justamente ondas
de pensamiento.
El pensamiento es luz.
La luz es movimiento.
El movimiento es tiempo.
El pensamiento es tiempo y materia.
El tiempo y la materia están unidos, ambos
son luz.
Sin movimiento no hay tiempo.
Sin tiempo no hay materia, ni vida ni muerte.
A un
árbol puede llevarle muchos años completar un ciclo de vida-muerte, consumiendo
patrones de ondas de pensamiento acumuladas en su cuerpo, desplegándose desde
su semilla, madurando y volviendo a replegar el registro de estos patrones
nuevamente en ella.
Aparición,
desaparición y reaparición. Despliegue, repliegue, etc.
Los
ciclos de vida y muerte de los insectos pueden variar de minutos a meses. En
los animales puede ir de años a décadas, mientras que en los soles y galaxias,
la acumulación de ondas de pensamiento puede tomar miles de millones de años en
completar un ciclo de vida-muerte.
Cualquier
otro ciclo en la naturaleza que tenga una frecuencia de repetición sigue este
principio, se trate de las estaciones del año, la respiración, el sueño, el ciclo sexual, las
hormonas o la digestión.
Los
períodos de gestación también se prologan en relación a la acumulación de
patrones de ondas de pensamiento sobre otros patrones de onda, lo que produce
cuerpos complejos.
Los
patrones de ondas al acumularse generan entre si interferencias creando una
verdadera matriz holográfica. Un molde del cual surge la forma y vuelve a él.
El
mundo físico es una proyección de esta matriz de pensamiento.
La
duración e un cuerpo es el tiempo que le lleva desenvolver todos los patrones
de ondas acumuladas en él.
A mayor
acumulación de ondas de pensamiento, mayor será la duración o el tiempo
consumido por ese cuerpo para cumplir su ciclo de aparición y desaparición.
Cuantas
más ondas de pensamiento, es decir ondas de energía e información, almacene tu
cuerpo, más tiempo durará. En los seres humanos, la pérdida de esta carga está
relacionada con la forma de vida desequilibrada y las creencias de la persona.
La
alquimia espiritual provoca una inversión de este flujo descontrolado. Mediante
el control mental, la respiración y las posturas del cuerpo.
Cuando
el sistema está en equilibrio, el gasto energético es mínimo.
Se
trata de dejar de pensar en la materia como algo fijo e inerte y percibirla
como vibración y como un flujo de tiempo.
El momento presente
…o la conciencia del ahora.
Cada
experiencia consciente es un momento discreto (separado), que se encadena
con el momento contiguo, forman un flujo en el tiempo, o más
bien un collage de momentos organizados arbitrariamente, cuya
continuidad es una ilusión de la memoria.
Incluso
esta "cadena" de pensamientos que crea una verdadera corriente de conocimiento, esta formada por información
"residual" en la memoria, programas subconscientes y otras
vibraciones que no registramos y ni siquiera nos pertenecen.
El
inconsciente colectivo entra en este paquete.
En
cualquier caso, nos percibimos conscientemente como una
continuidad, un "flujo" de tiempo, y este aparente flujo
del tiempo además puede variar.
Tiempo y existencia son uno
Tiempo y existencia son una ilusión
Todos
experimentamos la “relatividad” del tiempo. Ante situaciones extremas o no
ordinarias, la noción del tiempo cambia.
Durante el
sueño la percepción del
tiempo varía. Al estar desconectados de los sentidos físicos se modifica drásticamente
la geometría del espacio-tiempo (en otras palabras, la realidad), permitiendo
que la conciencia se expanda y cambie de dimensión (o de universo) al no encontrar los
límites de la percepción ordinaria ni del pensamiento consciente.
Cuanto
más rápido se mueve la conciencia, más lento pasa el tiempo.
Esta
ilusión se relaciona, como hemos visto, con la frecuencia de vibración y la
acumulación de las ondas de pensamiento.
Cuanta
más energía e información acumule un cuerpo, más lenta será su degradación y
más rápida se moverá su conciencia.
La
velocidad mental, al igual que las otras habilidades cognitivas, depende
también de las conexiones neuronales y el estado del sistema físico, es decir,
el hardware cerebral.
Una
característica de la evolución humana, es la capacidad de modificar el hardware cerebral creando nuevas conexiones y
redes neuronales. Las nuevas generaciones de humanos vienen con un sistema
físico mejor adaptado y que rinde más, o sea, más inteligente. Algunos
individuos se adelantan a su tiempo y pueden tomar el camino de la
genialidad...o la locura, depende. La diferencia depende del contexto.
También
dada la plasticidad del cerebro,
con entrenamiento adecuado una persona puede cambiar su programación mental,
mejorar el procesador, aumentar el número de conexiones neuronales y optimizar
el funcionamiento cerebral, lo que se traduce en una mayor inteligencia y
expansión de su conciencia. Esto brinda un número mayor de posibilidades al
gestionar el cerebro más cantidad de información simultáneamente.
Otra de las características extrañas de la
conciencia es la sincronía temporal de estímulos
sensoriales.
Incluso los actos simples como caminar, involucran una
cantidad enorme de estímulos sensoriales (energía e información) que son
coordinados de manera compleja para darnos una sensación de percepción
unificada.
Las sensaciones táctiles de los pies en contacto
con el piso viajan a través de las vías
nerviosas sensitivas en un recorrido bastante largo y lento, debido
a los tiempos de conducción y los retrasos sinápticos, a través
de las piernas y la médula espinal hasta el cerebro… pero
la información visual de ver a nuestros pies en contacto
con el piso llega a nuestro cerebro mucho más rápido a
través de los nervios ópticos.
Sin embargo, percibimos la información visual y
táctil como simultáneas.
Nuestra percepción consciente no es sincronizada (vemos
a nuestros pies golpear el piso y una fracción de segundo más
tarde los sentimos golpear el piso), pero los recordamos como
sincronizados, el cerebro hace una revisión globalizada del suceso.
Esto implica que nuestra visión de la
realidad es puramente una construcción, es decir, una ilusión.
Otra explicación es que las
percepciones rápidas (visión) se retrasan para esperar
a la percepción lenta (tacto).
Esto implica que estaríamos constantemente "viviendo
en el pasado”.
Nuestra
conciencia va retrasada con respecto a la realidad.
Hay otro hecho. La evidencia experimental sugiere que
el cerebro refiere la información "hacia atrás en el tiempo".
De hecho esta referencia hacia
atrás puede ser algo trivial, lo que nos permite vivir el
momento presente a pesar de los retrasos finitos en nuestra
experiencia sensorial. Este mecanismo nos permite actuar, y
luego un poco más tarde decidir acerca de la acción.
En los niveles fundamentales el tiempo es incierto
y los eventos se pueden ejecutar en el sentido inverso.
De manera que la información puede
provenir también del futuro.
Hablamos
de presente, pasado, futuro, pero esencialmente no hay separación.
Cada punto
de la existencia contiene su pasado, su presente y su futuro.
Desde
este "aquí y ahora" podemos enviar y recibir información de todas las
direcciones del tiempo y el espacio.
Y de
hecho es lo que ocurre, aunque no seamos conscientes.
Puedes modificar
un recuerdo, purificarlo, embellecerlo o iluminarlo, y esta simple acción iluminará
nuestro presente.
De la
misma forma puedes enviar información al futuro, modelando sutilmente la
geometría del espacio-tiempo con un propósito o una intención y al mismo tiempo
recibir información del futuro.
Seguramente
nuestro ser de mañana estará recordando este hoy de la misma forma que nuestro
ser de hoy recuerda ayer.
Verdaderamente
está más cercano a la magia que a la ciencia.
Es
difícil comprender esto conscientemente ya que la experiencia consciente se
mueve hacia adelante en el tiempo, de pasado a futuro y el pensamiento inevitablemente
tiende a hacer categorías y a darle forma a las cosas.
Pero en el mundo del espíritu todo
es posible. Es cuestión de probabilidades. La intención es determinante. La intención es el propósito focalizado. Es la
conciencia enfocada en algo.
En el microscópico mundo de las
partículas y átomos, la conciencia genera densidad de energía e información en cualquier punto y esto modifica
(curva y modela) la geometría del espacio-tiempo, es decir el sustrato de la realidad.
Si
modificas la información en un punto, todo el universo se modifica respecto de
ese punto.
Ese punto
es tiempo y existencia.
Estamos
hechos de puntos. Nuestra existencia contiene una infinidad de puntos.
Sin
embargo un punto no tiene dimensiones, o sea, no tiene existencia física, ni
forma ni tiempo, y a su vez el punto contiene todas las formas y todos los
tiempos.
El tiempo es ser
El ser es tiempo
Fuero de esto no hay nada
El
infinito se encuentra en tu interior. El océano de infinitas posibilidades es
tu mente más allá del pensamiento consciente.
Para
acceder a ese nivel debes entrar por el corazón y acumular poder personal con
método y disciplina, el resto se hace solo.
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