domingo, 24 de mayo de 2020

El misterio del tiempo

Dr. Seiki Giacobone


Cada vez que pensamos en la materia, deberíamos pensar en las ondas de pensamiento que la crearon.
El universo físico es una creación de la Mente.
La materia vibra, es movimiento. Pero la materia no tiene sustancia propia ni se mueve por si misma. Lo único que se mueve es la mente.

La sustancia de la materia es la mente.

La densidad de la materia no es otra cosa que la acumulación de ondas de pensamiento a diferentes presiones, generando gravedad y curvando el espacio.
Este es un fenómeno eléctrico. Toda la materia está polarizada, o sea, está cargada.

El universo físico esta hecho de luz polarizada, es decir luz (energía) dividida en dos polos.

Igualmente deberíamos considerar al tiempo como una acumulación de ondas de pensamiento.
Ondas acumuladas durante innumerables ciclos en la formación de los cuerpos y del mundo físico.

De la misma forma que estas ondas de pensamiento le aportan a la materia su densidad, forma, textura y otras dimensiones, también le añaden tiempo mediante la prolongación de los intervalos de tiempo necesarios para repetir ese cuerpo.

Las ondas de pensamiento acumulan tiempo, de la misma forma que acumulan masa.

Los cuerpos materiales son simplemente ondas enrolladas. Energía empaquetada, por un tiempo. Ese tiempo es también ondas empaquetadas.
Una onda de pensamiento es extremadamente rápida, de hecho puede alcanzar una velocidad de 300.000 km/seg., como la luz. De hecho el pensamiento es luz. Es una onda que transporta información y energía.
Esta velocidad lumínica es el límite máximo al que se puede viajar en este universo físico. Más allá desaparece el tiempo y el espacio como lo conocemos.

A medida que estas ondas de pensamiento se van acumulando en masas de materia, van ralentizando su frecuencia, se hacen más densas y así prolongan su ciclo de crecimiento y decrecimiento, aparición desaparición, en proporción a la masa de ondas empaquetadas en ese cuerpo.

Este concepto es difícil de asimilar porque desde pequeños nos acostumbramos a percibir la materia y al mundo físico de una forma estática y fija, como si las cosas se crearan y desaparecieran por si solas.

Es más fácil si te hablan sobre ondas de naturaleza física: luz visible, sonido, olas, etc., sin embargo el pensamiento es vibración, es movimiento, y todo lo que se mueve lo hace en forma de onda, ondas que transportan información y energía,  y estas ondas pueden acumularse generando carga, densidad, masa y tiempo.

El tiempo de vida de cualquier creación en la naturaleza está dado por la acumulación de ondas de pensamiento en ese cuerpo.

Si aún tienes dificultades para concebir lo que son las ondas de pensamiento o de luz, piensa en algo que vibra, electricidad, energía, sonido, formas o colores, no importa, lo que mejor imagines vale, porque esa imaginación es justamente ondas de pensamiento.

El pensamiento es luz.
La luz es movimiento.
El movimiento es tiempo.
El pensamiento es tiempo y materia.
El tiempo y la materia están unidos, ambos son luz.
Sin movimiento no hay tiempo.
Sin tiempo no hay materia, ni vida ni muerte.

A un árbol puede llevarle muchos años completar un ciclo de vida-muerte, consumiendo patrones de ondas de pensamiento acumuladas en su cuerpo, desplegándose desde su semilla, madurando y volviendo a replegar el registro de estos patrones nuevamente en ella.
Aparición, desaparición y reaparición. Despliegue, repliegue, etc.

Los ciclos de vida y muerte de los insectos pueden variar de minutos a meses. En los animales puede ir de años a décadas, mientras que en los soles y galaxias, la acumulación de ondas de pensamiento puede tomar miles de millones de años en completar un ciclo de vida-muerte.

Cualquier otro ciclo en la naturaleza que tenga una frecuencia de repetición sigue este principio, se trate de las estaciones del año,  la respiración, el sueño, el ciclo sexual, las hormonas o la digestión.

Los períodos de gestación también se prologan en relación a la acumulación de patrones de ondas de pensamiento sobre otros patrones de onda, lo que produce cuerpos complejos.

Los patrones de ondas al acumularse generan entre si interferencias creando una verdadera matriz holográfica. Un molde del cual surge la forma y vuelve a él.
El mundo físico es una proyección de esta matriz de pensamiento.


La duración e un cuerpo es el tiempo que le lleva desenvolver todos los patrones de ondas acumuladas en él.

A mayor acumulación de ondas de pensamiento, mayor será la duración o el tiempo consumido por ese cuerpo para cumplir su ciclo de aparición y desaparición.

Cuantas más ondas de pensamiento, es decir ondas de energía e información, almacene tu cuerpo, más tiempo durará. En los seres humanos, la pérdida de esta carga está relacionada con la forma de vida desequilibrada y las creencias de la persona.

La alquimia espiritual provoca una inversión de este flujo descontrolado. Mediante el control mental, la respiración y las posturas del cuerpo.
Cuando el sistema está en equilibrio, el gasto energético es mínimo.

Se trata de dejar de pensar en la materia como algo fijo e inerte y percibirla como vibración y como un flujo de tiempo.


El momento presente

…o la conciencia del ahora.

 Cada experiencia consciente es un momento discreto (separado), que se encadena con el momento contiguo, forman un flujo en el tiempo, o más bien un collage de momentos organizados arbitrariamente, cuya continuidad es una ilusión de la memoria
Incluso esta "cadena" de pensamientos que crea una verdadera corriente de conocimiento, esta formada por información "residual" en la memoria, programas subconscientes y otras vibraciones que no registramos y ni siquiera nos pertenecen.
El inconsciente colectivo entra en este paquete.

En cualquier caso, nos percibimos conscientemente como una continuidad, un "flujo" de tiempo, y este aparente flujo del tiempo además puede variar.

Tiempo y existencia son uno
Tiempo y existencia son una ilusión

Todos experimentamos la “relatividad” del tiempo. Ante situaciones extremas o no ordinarias, la noción del tiempo cambia.

Durante el sueño la percepción del tiempo varía. Al estar desconectados de los sentidos físicos se modifica drásticamente la geometría del espacio-tiempo (en otras palabras, la realidad), permitiendo que la conciencia se expanda y cambie de dimensión (o de universo) al no encontrar los límites de la percepción ordinaria ni del pensamiento consciente.

Cuanto más rápido se mueve la conciencia, más lento pasa el tiempo.
Esta ilusión se relaciona, como hemos visto, con la frecuencia de vibración y la acumulación de las ondas de pensamiento.
Cuanta más energía e información acumule un cuerpo, más lenta será su degradación y más rápida se moverá su conciencia.

La velocidad mental, al igual que las otras habilidades cognitivas, depende también de las conexiones neuronales y el estado del sistema físico, es decir, el hardware cerebral.

Una característica de la evolución humana, es la capacidad de modificar el hardware cerebral creando nuevas conexiones y redes neuronales. Las nuevas generaciones de humanos vienen con un sistema físico mejor adaptado y que rinde más, o sea, más inteligente. Algunos individuos se adelantan a su tiempo y pueden tomar el camino de la genialidad...o la locura, depende. La diferencia depende del contexto.

También dada la plasticidad del cerebro, con entrenamiento adecuado una persona puede cambiar su programación mental, mejorar el procesador, aumentar el número de conexiones neuronales y optimizar el funcionamiento cerebral, lo que se traduce en una mayor inteligencia y expansión de su conciencia. Esto brinda un número mayor de posibilidades al gestionar el cerebro más cantidad de información simultáneamente.

Otra de las características extrañas de la conciencia es la sincronía temporal de estímulos sensoriales.
Incluso los actos simples como caminar, involucran una cantidad enorme de estímulos sensoriales (energía e información) que son coordinados de manera compleja para darnos una sensación de percepción unificada.

Las sensaciones táctiles de los pies en contacto con el piso viajan a través de las vías nerviosas sensitivas en un recorrido bastante largo y lento, debido a los tiempos de conducción y los retrasos sinápticos, a través de las piernas y la médula espinal hasta el cerebro… pero la información visual de ver a nuestros pies en contacto con el piso llega a nuestro cerebro mucho más rápido a través de los nervios ópticos.
Sin embargo, percibimos la información visual y táctil como simultáneas.
Nuestra percepción consciente no es sincronizada (vemos a nuestros pies golpear el piso y una fracción de segundo más tarde los sentimos golpear el piso), pero los recordamos como sincronizados, el cerebro hace una revisión globalizada del suceso.

Esto implica que nuestra visión de la realidad es puramente una construcción, es decir, una ilusión.

Otra explicación es que las percepciones rápidas (visión) se retrasan para esperar a la percepción lenta (tacto).
Esto implica que estaríamos constantemente "viviendo en el pasado”.

Nuestra conciencia va retrasada con respecto a la realidad.

Hay otro hecho. La evidencia experimental sugiere que el cerebro refiere la información "hacia atrás en el tiempo".

De hecho esta referencia hacia atrás puede ser algo trivial, lo que nos permite vivir el momento presente a pesar de los retrasos finitos en nuestra experiencia sensorial. Este mecanismo nos permite actuar, y luego un poco más tarde decidir acerca de la acción.
En los niveles fundamentales el tiempo es incierto y los eventos se pueden ejecutar en el sentido inverso.
De manera que la información puede provenir también del futuro.

Hablamos de presente, pasado, futuro, pero esencialmente no hay separación.
Cada punto de la existencia contiene su pasado, su presente y su futuro.
Desde este "aquí y ahora" podemos enviar y recibir información de todas las direcciones del tiempo y el espacio.
Y de hecho es lo que ocurre, aunque no seamos conscientes.
Puedes modificar un recuerdo, purificarlo, embellecerlo o iluminarlo, y esta simple acción iluminará nuestro presente.

De la misma forma puedes enviar información al futuro, modelando sutilmente la geometría del espacio-tiempo con un propósito o una intención y al mismo tiempo recibir información del futuro.

Seguramente nuestro ser de mañana estará recordando este hoy de la misma forma que nuestro ser de hoy recuerda ayer.
Verdaderamente está más cercano a la magia que a la ciencia.


Es difícil comprender esto conscientemente ya que la experiencia consciente se mueve hacia adelante en el tiempo, de pasado a futuro y el pensamiento inevitablemente tiende a hacer categorías y a darle forma a las cosas.

Pero en el mundo del espíritu todo es posible. Es cuestión de probabilidades. La intención es determinante. La intención es el propósito focalizado. Es la conciencia enfocada en algo.

En el microscópico mundo de las partículas y átomos, la conciencia genera densidad de energía e información en cualquier punto y esto modifica (curva y modela) la geometría del espacio-tiempo, es decir el sustrato de la realidad.

Si modificas la información en un punto, todo el universo se modifica respecto de ese punto.
Ese punto es tiempo y existencia.
Estamos hechos de puntos. Nuestra existencia contiene una infinidad de puntos.
Sin embargo un punto no tiene dimensiones, o sea, no tiene existencia física, ni forma ni tiempo, y a su vez el punto contiene todas las formas y todos los tiempos.

El tiempo es ser
El ser es tiempo
Fuero de esto no hay nada

El infinito se encuentra en tu interior. El océano de infinitas posibilidades es tu mente más allá del pensamiento consciente.
Para acceder a ese nivel debes entrar por el corazón y acumular poder personal con método y disciplina, el resto se hace solo.


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