Parte 1
UNA NUEVA VISIÓN
El diccionario define a la inteligencia (del latín intellegentĭa), como la "capacidad para entender o comprender" y también como la "capacidad de resolver problemas".
La célula entra dentro de esta definición.
Podemos considerar a la inteligencia como una propiedad fractal del universo: una naturaleza inteligente genera ecosistemas inteligentes,
que contienen poblaciones inteligentes, compuestas
por organismos inteligentes, formados por células inteligentes, que
contienen orgánulos inteligentes, constituidos por moléculas y partículas
inteligentes ... y así sucesivamente hasta la esencia misma.
Con lo cual podemos concluir que somos conscientes porque el
universo es consciente y el universo es consciente porque nosotros lo somos
también.
Somos el universo, no hay separación, no hay fragmentación.
Solo hay una Conciencia y cada creación (incluyéndonos) es una manifestación de
esta conciencia experimentándose a si misma subjetivamente.
La ciencia en la actualidad dedica sus esfuerzos a demostrar
que son las interacciones moleculares específicas o la información
genética las que determinan las funciones celulares tales como la división celular, el movimiento, la
diferenciación, el diseño de la matriz extracelular, la comunicación entre
células, etc.
Se considera convencionalmente de una manera determinante el
rol de los genes y del sustrato
físico (material) en la función celular. Como un mecanismo de relojería que se
ajusta a leyes físicas y biológicas inmutables.
Sin embargo, es obvio, que alguien le da cuerda al reloj.
Alguna inteligencia diseñó ese mecanismo.
El universo físico es una creación de la Mente
¿Pero, de donde saca los materiales la Mente o la Conciencia
creadora, es decir Dios, para crear su universo?
Veamos.
Como no puede existir nada fuera de esa Mente creadora, que
es la Conciencia única, la Fuente de donde surge toda la Creación, ni tampoco
esta Conciencia puede crear ni importar materiales fuera de si misma, ya que
“es” Todo y no puede existir nada fuera de ese “Todo”, podemos deducir que el
universo está hecho de conciencia misma y que todas las manifestaciones, son
expresiones y cristalizaciones momentáneas de esta única Conciencia.
Se ha demostrado claramente que las células son inteligentes
y establecen comunicación entre ellas de variadas formas.
Actualmente gracias al aporte de nuevas investigaciones y a
un cambio de mentalidad en una buena parte de la comunidad científica, se
describe un nuevo panorama, en el que se considera a la conciencia como
componente fundamental de la materia y directora de los cambios moleculares y
genéticos.
Este nivel de conciencia no solo les permite a las células
adaptarse y aprender, sino también comunicar e intercambiar información con el
medio.
El campo y la célula forman una unidad de
intercambio de energía e información que controla y modula la forma y la
actividad.
Un diálogo de
conciencias
Debemos comenzar aceptando el hecho de que los médicos no curan, en el sentido estricto del término, a ningún paciente.
Únicamente las células del cuerpo pueden curar al
cuerpo.
Sólo las células saben cómo cerrar las heridas,
curar infecciones o regenerar tejidos, solo ellas comprenden qué
hacer adaptándose si cambian las condiciones del medio y conocen la forma
de destruir patógenos y células mutantes.
Podemos afirmar que son las células las que curan y no los
médicos
Lo mejor que un médico puede hacer es ayudar: cerrando heridas, para evitar
hemorragias e infecciones, reparando tejidos, moviendo los
obstáculos del camino de las células, promoviendo la circulación de
energía y sangre con acupuntura, dieta, ejercicios, masajes e incluso
cirugía, suministrando materiales necesarios para las
células (medicamentos y nutrientes) y sobretodo:
abandonando los métodos invasivos y la lucha “armada” contra la
enfermedad, o sea, respetando su naturaleza.
Para esto hay que estar dispuesto al diálogo y permitir que
las células se expresen.
Muchas veces lo que se considera enfermedad es simplemente el resultado de una falta de comunicación
y entendimiento de lo que sucede en el cuerpo.
¿Podemos aprender a “comunicar” con las células?
Hay que dejar atrás la manera convencional de enfrentarnos a
la enfermedad.
La lucha cuerpo a cuerpo contra los “patógenos”,
tarde o temprano condena a las células.
Una nueva comprensión del universo y de las leyes que lo describen
trae aparejado cambios en la manera de interpretar no solo la salud y la
enfermedad, sino también nuestro rol como seres humanos viviendo en un entorno
inteligente.
El cuerpo, al igual que el universo, tiene su manera de
hacer las cosas, pero esto no significa que se corresponda con mecanismos fijos
y determinados ni que la enfermedad sea en verdad lo que pensamos. El cuerpo
tiene su propio lenguaje y en
general lo desconocemos.
Las células tienen su manera de adaptarse provocando cambios
que en general son considerados como nocivos, sobretodo si provocan trastornos,
imposibilidad o dolor.
Estos cambios son considerados como una enfermedad y los médicos, desconocedores de este lenguaje natural,
atacan a los síntomas y luchan contra estos, sin considerarlos como un factor
de equilibrio y un cartel indicador de lo que no está funcionando bien.
Así, sin darse cuenta, en la mayoría de los casos, esta
supresión de signos y síntomas trae más desequilibrios y debilita al cuerpo,
resultado: más enfermedad.
Todo está en perpetuo cambio y movimiento y nosotros, como
parte de un universo vivo y consciente, participamos inevitablemente de estas
transformaciones.
En los procesos curativos se debe tener paciencia y aceptar
los mecanismos del cuerpo, después de todo representan el resultado de millones
de años de evolución.
Más importante que anular los síntomas y llevar las cosas a
una “normalidad” arbitraria, protocolar y alejada de lo real, es escuchar al
cuerpo, sus mensajes y señales, acompañando inteligentemente los procesos.
Incluso si a veces las reacciones son exageradas o molestas.
Si las células están mal informadas, o reaccionan de
forma exagerada como en el shock anafiláctico, o
incluso atacando a su propio cuerpo en forma de alergias y enfermedades autoinmunes, somos absolutamente incapaces
de cambiar su manera de hacer.
Del mismo modo, estamos
bastante indefensos cuando el cuerpo fabrica células cancerosas e incluso
cuando favorece la construcción de nuevos capilares con el fin
de satisfacer la alta demanda de nutrientes y oxígeno de estas células
"mutantes”.
¿No sería un verdadero salto cualitativo
en la evolución de la medicina si aprendiéramos a pedirles a las
células del cáncer que detengan su crecimiento y la invasión, o persuadir
a las células del sistema de defensa para que se abstengan de hacer
anticuerpos auto-destructivos, o convencer a las células para que
reconstruyan tejidos y estructuras?
Ya que los construyeron antes,
cuando éramos embriones, ¿por qué no serían capaces de
hacerlo de nuevo? Las células madre
en nuestro cuerpo contienen esta información.
En los niveles fundamentales, materia y energía se
transforman sin cesar y la información
viaja en todas las direcciones del espacio-tiempo.
Solo hay que aprender a comunicar.
Es una transferencia de información.
En estos niveles la
creencia y la intención son fundamentales.
La conciencia tiene el poder de transformar la materia.
Lo interesante es que se trata de uno mismo. De su verdadera
naturaleza.
Como individuos somos la suma de todas las conciencias
celulares en una conciencia unificada y la suma de todas las conciencias
individuales forman una conciencia mayor aún.
Nuestro organismo es parte de un organismo superior y este a
su vez de otro. La conciencia se estructura en niveles de jerarquía al igual
que los organismos en biología, pero esencialmente no hay fisuras ni
separación: la conciencia es una, la misma conciencia que es el sustrato de
todo.
Nuestro diálogo interno es escuchado por cada célula.
Continuará...
1 comentario:
El cuerpo humano compuesto de células inteligentes, inteligentes por decir que saben resolver problemas como dice este artículo, por lo tanto con capacidad de autocurarse, y es ahí donde la mente tiene su participación dejarle al cuerpo autocurarse y hacer su trabajo, estando relajado, orientado en pensamientos positivos.. la psicoterapia, es una herramienta para ayudar al cuerpo a recuperar la salud en todos los sentidos
gracias por el artículo
saludos desde el df
Publicar un comentario