viernes, 22 de agosto de 2014

El tiempo y nuestra doble naturaleza


-Todos tenemos un doble, aunque seamos uno. Tal como un iceberg, del que vemos una pequeña parte y el resto permanece oculta. Solo conocemos nuestra parte consciente, que es la que informan nuestros sentidos, pero somos seres multidimensionales, aunque solo percibamos la dimensión física. Una parte nuestra, la conocida, se mueve en un solo plano, la contraparte, mayormente desconocida e inconsciente, se mueve en múltiples planos o dimensiones.



-Nuestro doble no es el cuerpo astral o etérico (aunque los incluye). Es verdaderamente nuestro "yo", en otras dimensiones.

-Lo llamamos doble por comodidad, pero de hecho es nuestro ser esencial, expresión de la conciencia infinita y luminosa. Es nuestro cuerpo espiritual, el ser superior.

-Todo ocurre en el eterno ahora

-El tiempo no viaja ni transcurre, pero nuestra conciencia física se mueve lentamente y solo capta algunos fotogramas de la realidad que el cerebro hábilmente une, dando la apariencia de movimiento y continuidad, creando una línea de tiempo.

-La información no se mueve, ya existe, no puede ser creada ni destruida. Solo la conciencia se mueve, aparece y desaparece y por eso se dice que se mueve de a saltos o parpadeos. 

-El tiempo es una creación de la conciencia para evitar que todo ocurra en el mismo momento y así poder hacer experiencia, aprender y evolucionar.



-En el nivel físico nacemos, crecemos, envejecemos y morimos, pero esa es la realidad de nuestra parte material, que debe ser cambiada y renovada. Nuestro ser esencial, el doble invisible, no puede morir, porque es pura conciencia infinita. Pero para poder manifestarse y hacer experiencia en este plano elige una linea de tiempo. 

-Cada linea de tiempo tiene su propia realidad.

-Intercambiamos información con nuestro doble mediante aperturas entre los distintos tiempos. Estas "aperturas temporales" imperceptibles, son aceleradores del transcurso del tiempo que nos arrastran hacia otros espacios a velocidad prodigiosa.

-Nuestro "doble" es verdaderamente otro "yo", o mejor dicho es otro aspecto de nuestro verdadero ser. El cuerpo visible explora el espacio en una linea de tiempo. El otro, generalmente imperceptible, se mueve en múltiples dimensiones y explora otras lineas de tiempo.

-Podemos decir que el cuerpo espiritual informa a nuestro cuerpo físico. Toda partícula emite y recibe ondas. Todo organismo recibe informaciones del medio para vivir y evolucionar. El espacio y la forma son opuestos complementarios.

-El espacio es materia dispersa y la materia es espacio condensado. Lo único que se mueve en el universo es la mente.



-El presente actualiza futuros potenciales creados por el pasado. Nuestro presente es la actualización de un tiempo pasado y la potencialidad de un tiempo futuro. Al ahora contiene los tres tiempos. Un cambio de pensamiento en nuestro ahora modifica el pasado y la potencialidad del futuro, ya que en los niveles fundamentales la información viaja en todas las direcciones del tiempo y del espacio. Nuestro ser esencial se mueve en estos planos. En realidad la información no viaja ni se desplaza, lo que se mueve es la conciencia.

-Nuestro "doble" experimenta muy rápidamente nuestro futuro y puede viajar al pasado, por aperturas imperceptibles entre los tres tiempos, intercambios permanentes de información nos permiten elegir un futuro posible y cambiar un pasado determinado, actualizando un “presente” deseado.

-Es recuperando el principio vital de intercambio de información con nuestro doble espiritual durante nuestros sueños, que podemos conocer el objetivo o el sentido de nuestra vida y encontrar el equilibrio, la salud y la felicidad.

-Tenemos múltiples potencialidades en nuestro futuro. Se trata de escoger la mejor para beneficio nuestro y de todos los seres. Para poder procesar y utilizar esta información valiosa, debemos actualizar y fortalecer el vínculo con nuestro ser interior: el “doble” espiritual.

-Para esto necesitamos energía y un firme propósito, pero también alegría y creatividad.

-La fuerza creativa de nuestra vida surge de los planos no conscientes.

-Es importante prepararse para un "buen soñar" por la noche, para vivir bien durante el día, modificando nuestros pensamientos (siempre en positivo).



-Momentos antes de dormirnos podemos ponernos en contacto con nuestro "doble", exponerle nuestros problemas y pedirle que busque la mejor solución posible (de entre los posibles futuros). De ahí las frases: "lo consultaré con la almohada" o "la noche trae consejo".

-Debes tener total confianza en que tu "doble" espiritual, te lo va a resolver de la mejor manera posible (ya que tu doble eres tú en otra dimensión) y tener la "certeza" de que ya te lo resuelve. Hay que tener una actitud de total despreocupación y confianza.

-Acepta el hecho que tus pensamientos pueden materializarse y afectarte y también a los otros (bien o mal). Hay que estar muy atentos a las señales que nos da la vida y saber escuchar los "avisos".

-La información proveniente de las "aperturas temporales" imperceptibles nos permiten mejorar nuestro presente. Son siempre tan rápidas que nos llegan bajo la forma de intuiciones, premoniciones y “corazonadas”.

-El dirigir nuestra vida es nuestra responsabilidad

-Da por hecho que lo mejor está por venir.

-Acepta a tu ser multidimensional y a tu naturaleza doble .

-Si exploras tu ser luminoso, tu parte ondulatoria, tus ser que existe más allá de la forma física y del pensamiento consciente, te volverás un maestro de tu tiempo y podrás controlar tu vida y modelar según necesidad el mundo físico.

 -Nuestro doble es un explorador o mensajero. Es nuestro ser superior. Está ahí para asegurarnos el mejor presente a cada instante. Está listo para darnos todas las informaciones necesarias en cuanto se lo pidamos. Puesto que "él" es "yo", está siempre dispuesto a crearnos el mejor porvenir.

-Cuando estamos seguros de recibir ayuda en todo momento y en todo lugar, esta confianza se vuelve la base de tu actividad ya que no es una confianza ciega, es confianza en si mismo. Te sentís siempre en tu casa, como el caracol.



-Nuestro cuerpo contiene toda la información, pero es mediante nuestro ser esencial que podemos tener acceso a ella. El ADN es un almacén de información y una antena que recibe y emite mensajes, conectada con los campos de energía ondulante, que son los dominios de nuestro ser espiritual.


-Todas nuestras células obedecen a la voluntad de este otro yo, que espera nuestro consentimiento para manifestarse. En otras palabras, tu ser espiritual, tu conciencia cósmica, tu parte ondulatoria y luminosa todo el tiempo quiere expresarse y rara vez es escuchada.

-Su benevolencia y sabiduría es incuestionable porque "él" es “vos", y siempre lo será puesto que tu conciencia personal emerge de tu conciencia infinita, pero como es imperceptible lo hemos olvidado. Es buscando y reencontrando el contacto con nuestro "ser luminoso" que podremos equilibrarnos, perder el miedo a morir y entender el objetivo de nuestra vida física.

-Si tienes miedo, si estás preocupado o te sientes frustrado, estás enviando esa información negativa al medio y modelando sin querer tu futuro al elegir siempre una misma linea de tiempo.

-Confía en el poder de tu inconsciente, ahí encontrarás la fuente de tu poder personal.


domingo, 17 de agosto de 2014

El desdoblamiento del tiempo



Todos tenemos una naturaleza doble

Por un lado un cuerpo físico de apariencia material, que se mueve en un mundo 3D, sujeto a las leyes físicas; y por el otro, un cuerpo de energía, que más que un cuerpo es una onda extendida en el espacio.
No están separados, ambos son complementarios, son dos aspectos de un mismo ser, y aunque normalmente solo somos conscientes y estamos atados a la parte física, esta es la materialización momentánea de nuestro ser espacial que se mueve vibrando en otras dimensiones.

Y por lo tanto vivimos en dos tiempos diferentes al mismo tiempo: un tiempo relativo, el de nuestra realidad ordinaria y un tiempo absoluto, el de nuestra realidad fundamental. Un segundo en un tiempo consciente son miles de millones de segundos en otro tiempo, que es imperceptible en nuestra realidad física y en el que podemos hacer cosas cuya experiencia pasamos luego al tiempo consciente. Todo esto, obviamente, sin enterarnos.

Nuestra parte ondulatoria contiene información de múltiples posibilidades y futuros potenciales y nuestra parte física actualiza solo una de ellas.

Es decir, tenemos una síntesis instantánea de un análisis que hemos realizado en otro tiempo aunque no tengamos conciencia de ello en nuestro plano ordinario.

Nuestra parte física vive en un mundo material, prisionera aparentemente de sus límites, pero nuestra parte no física vive en otros mundos con otro tiempo y otras realidades

Imaginemos dos mundos idénticos que transcurren a diferente velocidad, uno más lento y el otro infinitamente más rápido, de tal forma que el más rápido (imperceptible por tanto para el otro) puede aportar información anticipada al más lento. Así, el doble “físico” más lento se puede beneficiar de esta información aportada por el doble “espacial” y tomar el camino más adecuado para su supervivencia y evolución.

Y esto que parece descabellado, ha sido comprobado por la ciencia de acuerdo a investigaciones de Jean Pierre Garnier-Malet, entre otros  y publicado en la revista American Institute of  Physics de Nueva York, teoría validada por su comité científico publicándola en el 2006.

Es así como funciona el tiempo.

En cada instante presente tengo un tiempo imperceptible en el cual fabrico un futuro potencial, lo memorizo y en mi tiempo real lo realizo.

Tenemos la sensación de percibir un tiempo continuo. Sin embargo, tal como demuestran los diagnósticos por imágenes, en nuestro cerebro se imprimen solamente imágenes intermitentes. Entre dos instantes perceptibles siempre hay un instante imperceptible.

La conciencia se mueve de a saltos cuánticos

Aparición, desaparición y reaparición.

Nuestra realidad está compuesta de fotogramas. Como en el cine, que sólo vemos 24 imágenes por segundo y la número 25 no la vemos, es subliminal. En publicidad se ha utilizado ese tipo de imágenes para influir con éxito en nuestro comportamiento, lo que ha mostrado que la información subliminal es accesible a nuestra memoria.

El momento entre dos imágenes es el momento de mayor potencialidad.


El desdoblamiento del tiempo ha sido probado científicamente y la teoría ha dado justificaciones a escala de partículas y a escala del sistema solar.
El fenómeno del desdoblamiento del tiempo implica que vivimos un tiempo que llamamos “real”, en el nivel físico de la realidad y otro en el nivel cuántico fundamental, un tiempo imperceptible con varios estados potenciales: nuestro doble memoriza el mejor y se lo transmite al que vive en el tiempo físico.



Recuerdos del futuro

Podríamos decir que entre el yo consciente y el yo cuántico, más allá del nivel consciente, se da un intercambio de información que nos permite anticipar el presente a través de la memoria del futuro. En física se llama hiperincursión y está perfectamente demostrada.

Nuestro ser del futuro vive en este mismo momento y podemos comunicar con él

De hecho nos está enviando información constantemente de la misma forma que nuestro ser del presente se la envía a nuestro ser del pasado.
Y si comprendiéramos verdaderamente las implicaciones de esto, desaparecería en un clic de nuestra vida la culpa, el miedo y la preocupación.

En el nivel de la realidad fundamental, el pasado, el presente y el futuro coexisten.

Podemos enviar información a nuestro pasado y a nuestro futuro y así actualizar el presente que deseamos y necesitamos.

La física ha comprobado la dualidad onda partícula, de hecho es uno de los fundamentos de la mecánica cuántica y la física moderna.

Toda creación tiene un aspecto visible, perceptible y particular y una contraparte complementaria, invisible y extendida como una onda en el espacio

Somos a la vez una partícula de experiencia y una onda de posibilidades.

También se ha comprobado experimentalmente el entrelazamiento cuántico, que es la  propiedad en la cual dos partículas cuánticas comparten la misma existencia, es decir la misma información, incluso a pesar de estar separadas físicamente.

Es difícil asimilarlo, porque nuestros sentidos físicos nos informan de un universo material de partes separadas y de un tiempo que corre linealmente en una dirección.

Sabemos que si tenemos dos partículas desdobladas, ambas comparten la misma información al mismo tiempo,  lo que le sucede a una le sucede a la otra al instante, porque los intercambios de energía e información en los niveles fundamentales, utilizan velocidades superiores a la velocidad de la luz. 
De hecho podemos decir que en el nivel más esencial, el de la conciencia unificada, no hay separación, no hay movimiento, ni siquiera hay velocidad que medir.

Pero la conciencia creadora se manifiesta en múltiples niveles o planos de energía e información. Mundos dentro de mundos. Dimensiones plegadas dentro de otras. Nuestro universo 3D es el despliegue de múltiples dimensiones plegadas.

  
En nuestro plano de existencia física aparentamos ser materiales, pero como vimos existe la dualidad de la materia; es decir, una partícula es a la vez corpuscular (cuerpo) y ondulatoria (energía). Somos a la vez cuerpo y energía, capaces de ir a buscar información a velocidades ondulatorias (instantáneas).

Y la manera en que asimilamos esta información es durante el sueño paradoxal, que es el momento en que soñamos. Esta es la fase del sueño en la que los ojos se mueven rápidamente; por eso también se llama sueño REM (Rapid Eye Movement). Es el momento en el que estamos más relajados, aunque es relativamente fácil despertarnos, de ahí su nombre de paradójico o paradoxal.
Empieza aproximadamente una hora y media después de haberse dormido. Sus características son: respiración rápida y superficial, discreta aceleración del ritmo cardíaco, ensoñación: es el momento en el que registramos los sueños, y como todos lo hemos experimentado, algunos son muy vívidos.

Durante el sueño REM el trazado electroencefalográfico se asemeja al que registramos durante la vigilia. La supresión selectiva de esta fase termina provocando graves trastornos de conducta y agresividad.
Cuando estamos más profundamente dormidos y tenemos nuestra máxima actividad cerebral, se da el intercambio entre el cuerpo energético (ondulatorio) y el físico (corpuscular). Y es ese intercambio el que le permite arreglar el futuro que ha creado durante el día, lo que hace que al día siguiente la memoria esté transformada.

El sueño no solo es reparador, es programador y creativo y si aprendes a controlarlos se vuelve fuente de sabiduría y clarividencia

El intercambio de información se realiza a través del agua del cuerpo. El agua dada sus propiedades se comporta como un cristal líquido, generando orden molecular y coherencia cuántica,  permitiendo el flujo instantáneo de información y la memoria.

Ese intercambio de información permanente entre nuestra parte física y la ondulatoria es el que crea el instinto de supervivencia y la intuición.

Nuestro pensamiento está continuamente afectando y siendo afectado por estos campos de información. De acuerdo a como pensamos modelamos el mundo físico, es decir nuestra realidad material.

El pensamiento tiene la potencialidad de elegir un futuro determinado

Por ejemplo, si piensas en una desgracia, ese potencial ya se inscribe en el futuro y puedes sufrirla o vos u otro.  Lo mismo ocurre si te preocupas por tu futuro, aunque no lo quieras estás creando lo que más temes porque estás seleccionando con tus pensamientos esa información y esa línea de tiempo.

Estamos siempre eligiendo un futuro potencial, inconscientemente, y luego por ignorancia creemos que las cosas ocurren por casualidad y que no tenemos capacidad para cambiarlas.
Nuestro cerebro es como un sonar o un radar, envía ondas y las recibe. A veces está procesando lo mismo una y otra vez, las mismas reverberaciones, como un rumiante y por eso la mayoría de las personas viven siempre la misma realidad y carecen de control sobre sus vidas.

El pensamiento, es electricidad, es una onda de energía que se mueve perturbando el espacio y los campos de información y de acuerdo a su intensidad y concentración, se materializa.

Por eso: "No pienses en hacer a los demás lo que no quisieras que te hagan a vos". O mejor, piensa en los demás como si fueras vos mismo, que de hecho, esencialmente es así.

No es una ley moral ni filosófica, es una ley física.

Visualiza un futuro positivo, dale forma con tus pensamientos y tu imaginación, y te estará esperando para que lo vivas plenamente.

Pero es imposible controlar el pensamiento con el pensamiento, porque se genera aún más pensamiento, no es una cuestión de voluntad.
Pero podemos aprender a dirigir los pensamientos, a calmarlos, a negarlos. Aprender a hacer pausas, silencios.

Es el no pensamiento el que controla al pensamiento. Nuestros pensamientos se modelan en los niveles no conscientes, de la misma manera que los silencios le dan forma, ritmo y armonía a la música y también a las palabras.

El verdadero poder está en el inconsciente

Podemos dejar que sea nuestro ser no consciente el que tome las riendas. Es decir, nuestro ser energético u ondulatorio, que es nuestra versión luminosa.

Por ejemplo, justo antes de quedarnos dormidos tenemos un minuto, y basta con que durante ese minuto controlemos la mente y nos enfoquemos: esa es la manera de conectar con esa parte energética, llamémosla el doble, para pedirle que solucione problemas o nos aporte información y claridad.

En ese momento es más fácil, porque ya vamos abandonando el mundo físico consciente para sumergirnos en el nivel inconsciente, el mundo paralelo de los sueños, donde habita nuestro ser esencial.

En ese momento hay que dejar totalmente las riendas al otro; las noches están para eso. La noche no sólo permite borrar potenciales no deseados, sino que también modela los pensamientos del día siguiente.



Tenemos un cuerpo muy bien hecho y muy práctico, que nos permite proyectarnos en el porvenir: ir a ver el futuro, arreglarlo y volver para vivirlo. Y es durante la noche cuando tenemos la capacidad de arreglar ese futuro que hemos construido durante el día.

Desarrollando esta capacidad, aumenta la intuición y la clarividencia. El cerebro se reforma, reestablece nuevas redes neuronales, para permitir procesar información ya no solo dependiente de los sentidos físicos y el pensamiento consciente, sino también de otras dimensiones, así podemos ser conscientes de información aportada por nuestro ser ondulatorio, nuestra parte luminosa extendida y vibrando en los campos de energía que rodean al cuerpo físico.

Por medio de la intuición podemos ver y anticipar los peligros antes de vivirlos, y así borrarlos.
La clarividencia permite percibir campos de energía y procesar información muchísimo más rápido que la visión ordinaria.

Podemos aprender a programar los sueños y a vivirlos con la misma intensidad que vivimos nuestra realidad ordinaria. De esta forma ampliamos nuestra existencia y la realidad física comienza a perder densidad y peso ganando en vibración y  posibilidades.

El mundo de los sueños se vuelve tan real como el mundo cotidiano y este se vuelve tan insustancial y lleno de potencialidades, como un sueño.

Un sueño dentro de otro sueño.

Y como todos sabemos, en los sueños no podemos morir…simplemente despertamos!



Continúa...

domingo, 10 de agosto de 2014

El viaje sin tiempo de la información


¿Somos simplemente espectadores?


La incesante actividad mental se manifiesta como un flujo de información secuencial que activa simultáneamente distintas partes del cerebro.
A este fenómeno orquestado se le llama colapsos o reducciones sincronizadas de la función de onda.
Esta onda es una vibración, una perturbación creada por el movimiento de la información, que incluye múltiples posibilidades y finalmente colapsa en una determinada.

Cada colapso de la onda de probabilidades en una partícula de conocimiento representa un evento consciente
Se estima que el cerebro, en promedio, gestiona unos 40 eventos o experiencias conscientes por segundo, e integra las diferentes señales creando la sensación de continuidad y coherencia.

El hemisferio cerebral izquierdo es el gran secuenciador. Su incesante actividad genera un flujo constante de actividad consciente que se corresponde con una química determinada y con una elevada actividad neuronal.



Sentimos o percibimos esta “corriente” de conocimiento como un pensamiento,  y respondemos conscientemente a estas percepciones o estímulos.

Nos “identificamos” con esta actividad electroquímica, que la mayoría de las veces se vuelve incoherente y desorganizada, precisamente por la falta de coherencia y de autocontrol.

El “diálogo interno” refuerza la idea y las conexiones neuronales, que configuran y modelan la parte física (hardware) y funcional (programas) del cerebro, esta capacidad plástica del cerebro está relacionada con la frecuencia y la intensidad de un determinado estímulo o señal: cuanto más fuerte y repetido es el estímulo más aumenta la fuerza sináptica (más proteínas, enzimas, moléculas y reacciones químicas) lo que produce un mayor impacto en el mundo físico. 

La conciencia crea y modela a la realidad material
 
La actividad mental establece los límites y la forma del “si mismo” o lo que conocemos por Yo.

Sabemos además que el nivel consciente representa apenas un pequeño porcentaje de la actividad total de la conciencia y que esta actividad emergente es el resultado de procesos o programaciones subconscientes. Solo llegan a la superficie los estímulos con suficiente energía que logran atravesar un determinado umbral por debajo del cual no se es consciente y por arriba si.

Cuando nos enteramos de algo, esto en realidad ya fue gestionado unas fracciones de segundo antes en los niveles subconscientes.

Por este motivo es importante filtrar con la atención y la negación, esta incesante actividad de la mente, ya que, y esto está demostrado por la ciencia, lo que consideramos como un “yo” real y sustancial o como un pensamiento propio y original, es simplemente una proyección y actualización momentánea de múltiples causas y factores entrelazados, más cercanos a un sueño que a algo “real”.

Una proyección de imágenes e ideas sin sustancia propia.



Es la naturaleza holográfica de la realidad.

Nos cuesta aceptar esta verdad porque nuestros sentidos informan lo contrario y porque no comprendemos bien de que están hechas las cosas.
Si asumimos que el mundo físico es una creación de algo que no es físico, podremos realizar que la esencia de la materia es una vibración sutil con diferentes grados de conciencia.

Lo que la ciencia ha descubierto al explorar los niveles más profundos de la realidad es que nuestro universo está estructurado en niveles o planos de creación conectados los unos con los otros.

Estos niveles o planos de creación, van desde las superficialmente diversas percepciones macroscópicas del día a día, es decir el nivel físico 3D más básico dependiente de la percepción de los sentidos, a los niveles más profundos: las moléculas, los átomos, las partículas elementales, el nivel cuántico, la luz hasta la pura conciencia unificada. Mundos dentro de mundos, dentro de otros mundos. 



Un solo universo estructurado en niveles de creación


Por esta razón la conciencia está creando el nivel físico Y este le sirve de vehículo, de espejo o herramienta para poder manifestarse.


La ilusión del control consciente

En consecuencia, la sensación subjetiva de control consciente de la conducta y de estos comportamientos, es una ilusión.

La mayor parte del tiempo la conducta de los seres humanos no son más que respuestas reflejas no conscientes

De acuerdo a investigaciones del neurólogo Benjamin Libet, si el acontecimiento ocurrido no dura más de medio segundo, el consciente humano simplemente lo ignora, porque no llega a procesarlo, es decir, el estímulo no tiene la suficiente energía como para atravesar el umbral crítico para que se manifieste un evento consciente.
Anteriormente ya se había demostrado que nuestro cerebro toma las decisiones casi 1 segundo antes de que las asumamos conscientemente.

Para obtener este resultado, Libet utilizó pacientes que se mantuvieron despiertos cuando eran sometidos a un episodio de neurocirugía. Les pidió que movieran uno de sus dedos mientras observaba como se registraba eléctricamente la actividad cerebral. De esta forma pudo comprobar que había casi medio segundo de retraso (0,500 ms) entre la decisión de mover el dedo y el momento presente. 

Otro experimento interesante lo realizó Kornhuber en 1976. Unos voluntarios permitieron que se registrasen las señales eléctricas en un punto de sus cabezas mediante EEG (electroencefalografía), y se les pedía que flexionaran varias veces, y repentinamente, el dedo índice de sus manos derechas a voluntad. 

La experiencia descubrió algo curioso: hay un aumento gradual del potencial eléctrico registrado por el cerebro durante casi 1 segundo antes de que el dedo sea flexionado. 


El proceso de decisión consciente necesita por lo menos 1 segundo para poder actuar

La conclusión de estos dos experimentos, es que el consciente no puede reaccionar a un estímulo o una agresión externa si la respuesta tiene que tener lugar en menos de 1 segundo.

Es decir, la información no llega al nivel consciente, así que no te enteras.

Esta manera de proceder de la conciencia se debe a que el cerebro al recibir un estímulo, a través de cualquiera de los cinco sentidos, lo registra en dos lugares: uno es en las amígdalas cerebrales y el otro en el neocórtex

La amígdala cerebral es una estructura con forma de almendra formada por neuronas localizada en la profundidad de los lóbulos temporales. Es la encargada de recibir las señales de peligro potencial y la que desencadena una reacción capaz de salvar la vida. Su papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales.

La amígdala es por lo tanto la primera región del cerebro en recibir un mensaje de peligro o agresión. Es muy rápida y en un instante nos indica si debemos atacar, huir o detenernos. 


La corteza (neocórtex) es la capa cerebral externa más nueva en la evolución. En esta delgada capa de neuronas se llevan a cabo funciones superiores como la planificación, el razonamiento y el lenguaje (especialmente en el lóbulo frontal), está más lejos que la amígdala y recibe los mensajes sensoriales más tarde, pero a diferencia de la amígdala, tiene mayor capacidad de evaluación y procesa mejor la información. Además, la corteza se comunica con la amígdala para evaluar el peligro antes de reaccionar.



Debido a la multiplicidad de conexiones la información viaja en todas las direcciones del espacio-tiempo y es procesada e integrada para dar un sentido de unificación y responder de manera eficaz. Esta es una característica holográfica de la conciencia y el cerebro es el editor que crea y proyecta este verdadero holograma, que es lo que llamamos realidad. Una realidad holográfica.

Como conclusión, de acuerdo a estas (y a otras) investigaciones, es imposible que el ser humano determine conscientemente sus propios actos.

Lo que se llama libre albedrío es en realidad la capacidad de veto que tiene la conciencia para bloquear o abortar un acto iniciado por el cerebro.
El problema, es que no podemos saber cuándo utilizamos esta capacidad de veto, por lo que nuestra experiencia subjetiva es siempre indeterminada.
Hay cantidad de programas que se están ejecutando por debajo del nivel consciente y ni nos enteramos, excepto cuando atraviesan el umbral crítico y se manifiestan como un pensamiento consciente. A continuación nos identificamos con esta actividad y creemos  que ese pensamiento es creación propia: “una idea original”.

El cerebro procesa miles de millones de bits por segundo y solo somos conscientes de unos 2000 (¡en el mejor de los casos!), que incluyen estímulos externos, internos e información residual y con esos nos arreglamos para crear la realidad cotidiana

Otras investigaciones, realizadas tanto con europeos como con indios yanomanis y boschimanos, han establecido a su vez que el presente dura aproximadamente tres segundos para todas las personas.

3 segundos es el lapso de tiempo que necesitamos para distinguir sucesivos estímulos sonoros o lumínicos, para guiñar un ojo o para cualquier movimiento corporal, y aunque una experiencia cualquiera nos parezca larga o corta, son sólo sensaciones y reverberaciones que no tienen que ver con nuestra conciencia del presente.

La mayoría de las personas necesitan por lo menos tres segundos para tener conciencia de un "momento" y a partir de ese período de tiempo, se va creando una realidad continua y el mundo se vuelve "real" para la conciencia humana.

Hay otro punto.  La mayor parte de esta programación subconsciente es instalada desde que el día que se nace, mediante la educación y la repetición de estímulos en el medio socio-cultural, la familia, la escuela y también, cada vez más, por los medios de comunicación e Internet. Estos programas subconscientes modelan y dirigen la actividad consciente (obviamente sin que nos demos cuenta de ello).

Es difícil aceptar esto, por lo menos conscientemente. Pero consideremos el resto de la actividad fisiológica del cuerpo. ¿Acaso controlamos su temperatura, su medio interno y su pH o sus complejas reacciones químicas? ¿Alguna vez le dijimos al hígado lo que debe hacer o a cada célula la velocidad con que debe migrar o dividirse? ¿Podemos decidir la duración natural de nuestras vidas?  ¿Entonces, somos simples espectadores?

Esta constatación nos plantea las siguientes cuestiones: ¿Existe el libre albedrío? ¿Nuestras elecciones se deciden conscientemente? ¿Hay alguna posibilidad entonces de participar conscientemente o solo somos observadores?


El presente es inalcanzable para el cerebro
                                                                                            
Eso hasta el día que realizamos nuestra verdadera naturaleza y comprendemos que nunca hubo otro lugar más que aquí ni un tiempo fuera de este “ahora”. En ese momento empezamos a participar en la programación de la actividad mental y en el control de nuestras acciones

Es evidente que la vida nos atraviesa, nos crea, nos transforma. Estamos vivos porque el universo está vivo y es consciente, y cada uno es una manifestación de esta conciencia.

El autoconocimiento es una cualidad superior de la conciencia. Representa su aspecto evolucionado y equilibrado.

La mirada interior es propia del ser evolucionado


 

Es equilibrada por que le aporta al pensamiento consciente información proveniente de la profundidad del ser, información contenida en los estratos no conscientes, en cada célula, en cada partícula, que se complementa y armoniza con la información que proviene de otras partes del cerebro y del entorno.

Esta es la semilla de la sabiduría que va a generar un pensamiento absoluto, es decir ni relativo ni reactivo. Un tipo de pensamiento que lo envuelve todo e incluye a todos los seres y cosas.

A este estado de espíritu se lo conoce como la mente de Buda o conciencia cósmica.

La mirada interior dirige biofotones con información cuántica que afecta el sustrato  íntimo de la materia.


lunes, 4 de agosto de 2014

Puntos de luz en la creación


Cada uno es un punto en la Creación.
Un punto formado a su vez por una infinidad de puntos.

Cada cosa creada en el universo es un punto con su propio centro y un campo de onda que lo rodea. Cada partícula es un punto, cada átomo es un punto, cada molécula es un punto, cada célula es un punto, con su propio centro, su propio campo y su propia conciencia.

Tu propio cuerpo, formado por millones y millones de células, tiene su propio centro,  con sus campos de onda y su conciencia. Al mismo tiempo, tu cuerpo es un punto que forma parte de un cuerpo mayor que también tiene su conciencia.

 

El universo es un solo cuerpo, una sola conciencia, que manifiesta infinitos puntos e infinitas conciencias. La multiplicidad de formas y conciencias es simplemente la Mente del Creador manifestándose en diferentes niveles.

Cada punto de la creación contiene el deseo del Creador. Cada punto es un punto de deseo.

La Creación expresa deseo y contiene en cada punto centrado este deseo

Y cada uno, como una unidad individual de la Creación, es un punto de deseo en el punto cero de este universo de la Mente.

  
Hijos del deseo

Alrededor de ese punto central, que es tu alma, se crea un registro de tu deseo, que se expresa en tu cuerpo y en el campo de ondas que lo rodea, un campo de ondas hecho a tu medida, que expresa la intensidad de tu deseo en el silencio cero del universo inmutable.

Nuestro cuerpo, al igual que todo en la creación, tiene dos mitades: una visible, manifestada, y la otra invisible, no manifestada. La mitad visible, es el cuerpo físico, material y palpable. Es el polo positivo.
La otra mitad es una onda extendida en los campos de energía que rodean al cuerpo físico. Es inmaterial y no se percibe con los sentidos físicos. Es el polo negativo.
  
La medida de tu campo de onda es la medida de la intensidad de tu deseo

 

El molde o patrón del cuerpo que se crea en el interior del campo es un registro eléctrico de tus deseos.
Tu cuerpo es el registro de la suma total de los deseos que se han expresado en los millones de años de su evolución.

Nunca perderás este registro modelado que es tu cuerpo. Cada molécula de ADN (de los billones que posees) contiene toda la información desde el inicio de la vida.
Durante tu gestación en el útero expresas todos estos estadios evolutivos: desde un simple unicelular hasta un ser humano complejo.

  
Cada célula de tu cuerpo contiene toda la información desde el inicio de la vida

Aunque tu cuerpo se desintegre y pierdas conciencia de él por un tiempo, tu alma nunca perderá conciencia de él.
Tu mente ordinaria, atada a tu cuerpo y a tus sentidos físicos, pierde la conciencia del yo individual y su realidad cuando estos desaparecen, igual que durante el sueño. Pero tu alma lo recuerda todo.

El deseo en su conciencia lo recuerda.

El propósito de la experiencia de cada alma en la materialidad del mundo físico es que el Libro de Memorias se pueda abrir y que el alma pueda conocer su relación con su Creador.

La información no se pierde.

Cada punto de experiencia, cada bit de pensamiento, cada molécula de tu cuerpo emocional, dejan un registro impreso en la sustancia del espacio tiempo. A esta sustancia se le ha llamado tradicionalmente éter.

El éter de los antiguos es nuestro actual mundo cuántico, poblado con una multitud de entidades cuánticas conocidas y desconocidas. Es el nivel por sobre el mundo físico, el reino de las partículas que aparecen y desaparecen y se encuentran entrelazadas.

El éter no es una sustancia simple, pero está compuesto de las diversas entidades cuánticas (electrones, fotones, etc) y sus diversas combinaciones ahora comenzando a ser conocido por la ciencia convencional.


Por lo tanto, hay diversos tipos de éter que tiene una gran cantidad de características.
Hasta no hace mucho, la ciencia sostenía la idea de que "el éter no existe" porque no se puede medir, lo cual se demostró es una tontería. La electricidad no era mesurable hace algún tiempo. Las ondas de radio tampoco eran mesurables hace algún tiempo.

Que la ciencia excluya aquello que no pueda comprobar según sus cánones y modelos convencionales, no significa que eso no exista.

Hoy en día no utilizamos el término "éter", ya que se le ha dado una mala reputación. El nuevo término para la misma cosa es plasma, el cual presenta ciertamente muchas variedades o niveles de energía.


Esta sustancia que va desde la tenuidad extrema hasta la densidad de la materia, no es otra cosa que la sustancia de la mente, la vibración de la conciencia en diferentes niveles y planos de correspondencia, pero en esencia se trata de la misma cosa.


Para acceder a la información contenida en estos registros, es decir, para poder abrir el Libro de Memorias (también conocido como registros akáshicos), hace falta energía y dedicación. Acumular energía y concentrar la intención.

Sin estas condiciones solo navegaras en la superficie de tu nivel físico. Pero esta información no se encuentra en el plano material sino en la profundidad de tus niveles esenciales.

Es como una semilla que contiene toda la información para repetir un cuerpo, aunque busques dentro de ella con el  microscopio más potente no encontrarías ni el menor indicio de un cuerpo ¿Dónde se guarda el molde y los elementos para repetir un mismo cuerpo?
La información se guarda en el espacio, en los campos de onda que pertenecen a cada cuerpo. La semilla contiene la esencia y el material genético con las instrucciones para ensamblar ese cuerpo. Los elementos materiales los toma del medio.

No hay nada que se parezca a un cuerpo en el interior de la semilla. Las instrucciones para el ensamblado de las partes y la energía potencial, se encuentran en el ADN dentro de ella, pero sin la contraparte invisible, sin la información presente en los campos de energía que la rodean es imposible la forma y el crecimiento.

Hablamos de campos de energía e información, éter, plasma o simplemente de sustancia de la Mente pero también puedes llamarlo luz. Esta luz es el movimiento de la conciencia, su vibración. Y esta luz puede ser muy tenue y vibrar a altísima frecuencia o desacelerar y materializarse, es decir, densificarse al punto de presentarse sólida al tacto..

Todos los cuerpos están hechos de luz

Recuerda siempre que tu único cuerpo tiene dos mitades opuestas y complementarias, al igual que tu mente tiene dos polos opuestos que se alternan y balancean como un péndulo: pensamiento y no pensamiento. Uno genera y el otro controla. El pensamiento es electricidad, mueve y genera, produciendo trabajo y creación. El no pensamiento es magnetismo, controla, modela, dirige y permite la renovación.


La mitad física y visible de tu cuerpo es la que efectúa el "trabajo" de colectar experiencias, es el vehículo material del cual se sirve el espíritu para aprender y manifestarse, esta parte es la que  conocemos como vida. Es luz cristalizada que sigue las instrucciones de la conciencia.
Mientras que la otra mitad invisible y no manifestada, es el mar de potencialidad  infinita, la sustancia invisible de la Mente, conectada con el Todo.

Luego de un tiempo, debes dejar el cuerpo físico, tu conciencia individual se funde con los campos de energía, vuelve a la sustancia original volcando toda la experiencia colectada y permitiendo la renovación completa del cuerpo físico.

A esto le llamamos muerte, porque no tenemos en cuenta la naturaleza cíclica de la creación e ignoramos que cuando las condiciones sean propicias la semilla dará una nueva forma. La mitad física se manifestará nuevamente para expresar el deseo del Creador y permitir la experiencia y el registro de información.

La luz volverá a materializarse de acuerdo a la información contenida en dichos campos de onda.

Aparición y desaparición, puntos que se prenden, se apagan y se vuelven a prender, esa es nuestra naturaleza.

Somos puntos luminosos que titilan en la inmensidad del cosmos inmutable