Instrucciones para participar en el juego de la vida
Parte 1
La
matriz de la realidad
La matriz es el campo holográfico y metafísico a través del cual
experimentamos nuestra realidad física.
Se dice holográfico, porque es comparable con un holograma, creado por
medio de luz y donde cada parte
contiene la información de la totalidad.
Metafísico
porque es de naturaleza espiritual o mental y por lo tanto inmaterial.
El mecanismo por medio del
cual la matriz proyecta la realidad es parecido a un aparato de TV, el cual sintoniza en forma selectiva un canal
dentro de una amplia gama de frecuencias.
De acuerdo a la intensidad, la frecuencia de la luz y al nivel de conciencia, es decir, la
posición o el ángulo de la observación,
se crea una imagen 3D, con la particularidad que tiene una densidad física
(debido a la percepción de los sentidos y a la interpretación que hace el
cerebro de la misma), que la hace aparecer real.
Lo que percibimos como realidad física es
una proyección electromagnética proveniente de una fuente dimensional más alta
e inmaterial
Pero a diferencia de la
estación de televisión, que solamente transmite una serie limitada de
frecuencias hacia el entorno tridimensional, esta fuente multidimensional irradia todas las frecuencias hacia todas las
dimensiones.
Esta fuente original es la Conciencia Creadora ,
la mente de Dios, que se mueve manifestándose en múltiples niveles o planos de correspondencia.
La matriz que crea nuestro
universo físico es solo uno de esos niveles.
La matriz sirve para limitar
el ancho de banda y el número de dimensiones que percibimos con la finalidad de
crear un “programa” coherente y útil, que no solamente miramos, sino uno con el
que podemos interactuar, de acuerdo a nuestras posibilidades humanas. Nos
brinda un contexto físico y un marco tridimensional de referencia. Pero en
esencia es una proyección luminosa
que podemos tocar y sentir.
Creemos que es real porque no
consideramos que nosotros también somos una proyección luminosa
De ahí nuestra confusión.
La matriz coordina, regula y
mantiene en funcionamiento un espacio o escenario común por medio del cual
nosotros, como seres conscientes individuales o unidades de experiencia, participamos en el juego de la vida y
enfrentamos las consecuencias de nuestras propias acciones y decisiones.
Es la matriz la que
suministra un substrato físico a través del cual podemos aprender. La aparente solidez de la materia sirve de vehículo y
herramienta para que el espíritu pueda expresarse y hacer experiencia. Este es
el valor de la vida individual. Ninguna forma individual, ninguna forma de
conciencia, existe por si misma ni para si misma.
Con la finalidad de acelerar
el ritmo de nuestro progreso espiritual, la matriz conecta nuestras realidades
en una sola realidad consensual y aparentemente objetiva: nuestro conocido
mundo físico.
En las densidades superiores
(sutiles y no físicas), correspondientes al cuerpo mental y al espiritual, y
en aquellos estados que experimentamos durante el sueño o la proyección astral,
cada uno puede crear su propia realidad subjetiva, más allá de las
restricciones del espacio tiempo al que estamos habituados.
Sin esta matriz, la
naturaleza física “aparentemente” objetiva y la opacidad aparente de las formas
que percibimos y de los otros seres, serían inexistentes; y sin este marco de
referencia no habría objeto de percepción y no habría nada que experimentar.
Aquellos que sienten que
este mundo es una prisión están
justificados en su sentir, ya que somos todos parte de la misma cuadrilla
espiritual de individuos entrelazados unos con otros y confinados en un espacio
físico.
De hecho, somos prisioneros de nuestra
percepción física, ya que son los sentidos y nuestro nivel de conciencia los
que marcan los límites de nuestra realidad
El proceso de generación de
la materia física por parte de la matriz ocurre a nivel cuántico.
Una vez que la energía y la información provenientes de una dimensión superior son filtradas a
través de la matriz, surge vibrando en nuestro universo con la apariencia de
una partícula de luz, el conocido fotón
y el resto de las partículas (electrones, protones…), que formaran átomos y
toda la materia del universo físico.
De hecho todos los fotones
que forman el universo son fragmentos holográficos de la fuente original y por
eso contienen la información del Todo.
Así, de la fuente original,
de la única luz, se generan las múltiples versiones propias de dimensiones
inferiores que llamamos fotones.Siguiendo los planos de correspondencia, podemos
comprender que la materia física está formada por estos fotones, es decir, luz.
Nuestra naturaleza fundamental es
luminosa
La iluminación es aceptar nuestra
verdadera naturaleza
Cuando la luz no interactúa
con la conciencia del observador se
presenta como una onda difundida en el espacio, en estado de superposición,
como un océano de infinitas posibilidades no manifestadas. En este estado no
tiene sentido hablar de partículas o de velocidad de la luz, ya que la luz es
todo, no viaja, no hay separación, es unidad.
Solo cuando la conciencia
del observador se entremezcla, esta energía potencial desacelera y queda
confinada en un espacio físico creado para tal fin, y así aparece la forma, el
movimiento y la miríada de colores de nuestro universo holográfico.
La fuente original no solamente es un
proyector de la realidad física, sino también de la conciencia individual
En esencia la materia es conciencia, si bien a un nivel básico.
Así, se puede denominar conciencia de nivel básico al tipo de conciencia que
forma la materia inerte, para distinguirla de la conciencia individual que
solamente los seres vivos poseen. Pero es importante asimilar que todo es
conciencia, por eso podemos interactuar con todos los seres y cosas. Todo está
vivo a su manera.
El universo es vida y conciencia
Como seres conscientes,
filtramos nuestras percepciones del mundo físico cuando estamos despiertos y
creamos realidades virtuales cuando soñamos, de la misma forma en que la matriz
filtra la fuente original y crea nuestra realidad física.
Esto nos sugiere que la
matriz es una entidad consciente fundamental dentro de cuyo “sueño” vivimos y
soñamos. La matriz nos suministra el sueño, programa o juego, que nosotros
luego nos damos a la tarea de jugar. Lo podemos llamar el juego de la vida, o un sueño dentro de otro sueño.
Somos soñadores que estamos siendo
soñados
Somos el sueño del Creador
Al conectar nuestras
realidades dentro de la matriz, se obtiene como resultado un método de
aprendizaje novedoso y creativo, así, los planos superiores aprenden de los
inferiores y estos últimos tiene la posibilidad de evolucionar, pasar de nivel y continuar aprendiendo…y jugando, o soñando
(como prefieras).
Sin embargo nuestra matriz
no es la única. La realidad que estamos experimentando no es más que una entre
muchas, reflejando cada una de ellas
ligeras variaciones en lo referente a las reglas básicas y los objetivos del
programa.
Cuando completamos este
programa, al cabo de muchas vidas, pasamos a otro diferente.
Adicionalmente a la matriz
principal responsable de sustentar la estructura física de nuestro universo,
existen también otras matrices secundarias.
Estas matrices secundarias
se encuentran separadas unas de otras, y para su existencia dependen de la red
energética que es suministrada por acción de los campos electromagnéticos locales,
de la misma forma que un film necesita de una pantalla donde proyectarse, de
manera que sobre esta red energética se manifiestan o proyectan determinadas
realidades.
Si bien existe una gran
matriz que abarca la realidad física, hay también otras matrices o campos de energía menores que se
proyectan en diversos puntos del planeta, originados ya sea de manera
artificial por medio de tecnologías metafísicas, o bien a partir de la conciencia
colectiva de las seres que viven allí.
Las estructuras megalíticas antiguas
tales como las de Stonehenge o las pirámides son ejemplos de tecnología
metafísica utilizada para mantener o modificar la estructura de la red
energética local con la finalidad de facilitar , atenuar o amplificar los
cambios en el programa de la matriz que afecta al planeta entero.
Puesto que la matriz sirve
para filtrar la realidad y la
percepción que uno tiene de ella, al ingresar dentro de ciertas áreas que se
encuentran bajo fuerte influencia de una matriz secundaria, se opera una
alteración de la conciencia individual.
Estas zonas o centros de energía, funcionan como puertas dimensionales. Este no es un
diseño solamente humano, existe en todo el universo, en las estrellas, los
planetas y también en nuestro propio cuerpo. Los chakras, por ejemplo, son
centros energéticos que actúan como puertas dimensionales, puntos donde el
espíritu cambia su nivel de vibración y en consecuencia su plano de
correspondencia, afectando obviamente la realidad física.
El campo electromagnético de
la Tierra
funciona como una interfaz entre la
realidad física y las matrices secundarias a las que se encuentra conectada la
conciencia individual.
La conciencia conectada a un
cuerpo físico, está además conectada a una matriz. Al haber un cambio en la
matriz, ocurre también un cambio en la conciencia y en el cuerpo físico, y
recíprocamente, al haber un cambio en la conciencia, ocurre también un cambio
en la matriz.
Este es un punto crucial al
tratar de encontrar una solución para la siguiente cuestión.
En el pasado, la matriz de
este planeta funcionaba de manera autoregulada, o al menos, era regulada por
sus mismos usuarios, de manera natural, siguiendo al orden cósmico y las leyes
naturales. Recientemente, sin embargo, esta situación ha cambiado: ya que la matriz
natural de la Tierra
ha sido usurpada.
Continúa...
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