A finales del siglo 19 y comienzos del 20 florecían la
ciencia y las artes, hubo una gran cantidad de genios como Planck, Tesla, Russell,
Keely, Cayce y el mismo Einstein, Heisenberg o Schroedinger entre otros físicos destacados.
Nikola Tesla |
Walter Russell |
En esa época había disponible una educación más amplia y profunda y menos trabas del sistema. La ciencia en sus albores no estaba sujeta
a intereses corporativos ni comprometida en el desarrollo tecnológico casi
exclusivamente como lo es hoy en día.
La gente realmente buscaba sobresalir, aprender y
experimentar. No había tanta prisa ni la multitud de estímulos superfluos que
hay actualmente. La sociedad no estaba organizada en función del consumo y la
acumulación de bienes. La confianza y la responsabilidad eran valores
fundamentales. Los individuos aprendían a aspirar a sus más grandes ideales,
desarrollando ideas y herramientas para alcanzar ese objetivo.
Y si bien la mentalidad en muchos aspectos era más estrecha
que hoy en día (la época victoriana, la moral, los valores tradicionales, la Iglesia , etc), en otros, se
gozaba de libertad de pensamiento e ideales.
La perseverancia en la realización de ideales y metas
elevadas lleva inevitablemente al logro y lo conduce a uno a un nuevo nivel de
conciencia
La aspiración última de un ser humano es la
auto-realización, es decir, el logro de la conciencia cósmica, la iluminación o
simplemente despertar del sueño ilusorio tejido por el propio intelecto o ego.
Estos estados superiores de la mente son lo que han mostrado
y enseñado todos los verdaderos maestros espirituales a lo largo de la
historia. Es por esto que el propósito o ideal superior es elevar a la
humanidad mediante la elevación de la persona.
Cada
persona puede tener acceso al más alto nivel de conciencia
Lamentablemente nos manejamos con los niveles más bajos de conciencia
en nuestra experiencia diaria, ya que resonamos constantemente con frecuencias
bajas y nocivas que desorganizan y paralizan nuestros sistemas fundamentales y distorsionan
nuestra percepción.
Controla el celular y las radiaciones nocivas |
¿Quieres saber lo que significa estar despierto o estar dormido? Ya tienes ese conocimiento. Es muy simple, se trata de aceptar lo que eres en verdad (lo que has sido y lo que siempre serás).
Y obviamente no hay nada que hacer para lograr esto, excepto
creer, porque ya tienes esa naturaleza. Ya eres eso.
Así que cualquier cosa que hagas o inventes para conocerte a
ti mismo, es un proceso que tiene solo un objetivo, hacerte creer lo que en
verdad ya sabes y permitirte manifestar lo que en esencia ya eres.
Los genios del pasado son considerados grandes a causa de
sus logros. Estos logros se realizaron debido a la habilidad de acceder a los
niveles más altos de su conciencia. Este “poder personal” o mayor capacidad de acceso
a la conciencia cósmica, puede ser aprendido y desarrollado por cualquiera que lo
desee suficientemente como para involucrarse con dedicación y persistencia.
Una vez que se trascienden los límites del nivel consciente,
es decir, del intelecto, el ego o yo individual; la conciencia se expande
naturalmente. “Expandirse” es una manera figurativa de expresarlo, más bien es
una unificación o resonancia de la vibración de los planos inferiores con los
superiores, desde el nivel físico hasta el éter sutil.
Este estado de unificación o resonancia genera una condición
de equilibrio y coherencia en el cuerpo y en los campos de energía, lo que permite un mayor acceso a información y
eficacia en el procesamiento de la misma.
En principio, no hay nada en
el mundo que el más grande genio pueda hacer que tú no puedas
Tienes la misma herencia y compartes la misma información,
además estás hecho de la misma sustancia y con el mismo molde.
Para que tu genio se manifieste, primero debes ser consciente
de ello, es decir, asumir que ya tienes esa capacidad y que solo debes
desarrollarla. Es una especie de fe, de confianza implícita en si mismo. Este
movimiento sutil y armonioso de la conciencia permite el acceso a información
contenida en el inconsciente y en los planos sutiles (registros akáshicos).
El impulso para este movimiento lo da la energía del corazón.
Por eso creer es fundamental. La intención o propósito es determinante.
El movimiento del corazón es doble, es una bomba, se expande
y se contrae; en una parte del ciclo se llena de energía (luz y sangre), se
organiza y autoreferencia. En la otra fase expulsa su contenido y se vacía para
nutrir y comunicar el cuerpo entero, su radiación expansiva afecta al éter
(campos, espacio) y por ende a los demás en virtud del entrelazamiento cuántico.
Si no te tomas en serio este asunto es porque aún no te has
descubierto a ti mismo ni percibes tu naturaleza.
La
vida es un viaje de conocimiento
La verdadera riqueza es el maravilloso descubrimiento de tu
Ser, el poder cósmico que se encuentra dentro de ti y el conocimiento
ilimitado, que sin saberlo tienes, y que nunca podrías adquirir ni por medio de
libros ni estudiando en universidades durante un millar de años. No es algo que
venga de afuera ni que se consiga con sudor y lágrimas. Eso un malentendido.
Ya eres un ser luminoso.
Ya eres un ser luminoso.
Despierta
tu conciencia cósmica
La conciencia cósmica es un modo transpersonal de
conciencia, es decir, es la mente que trasciende los límites de la percepción
ordinaria basada en los sentidos y en la actividad de la corteza frontal.
Es la conciencia de la mente universal y la meta es volverse uno con ella.
Es la conciencia de la mente universal y la meta es volverse uno con ella.
La característica principal de la conciencia cósmica es la
conciencia de la vida y del orden en el universo.
Hay vida en cada cosa creada, en cada partícula, en el espacio, en el aire que respiras.
Todo está vivo porque todo es conciencia.
La sustancia del universo es la conciencia. El universo físico es vibración. Lo que vibra es el movimiento de la mente, que es luz y que utiliza la electricidad para cristalizarse (materializarse).
Hay vida en cada cosa creada, en cada partícula, en el espacio, en el aire que respiras.
Todo está vivo porque todo es conciencia.
La sustancia del universo es la conciencia. El universo físico es vibración. Lo que vibra es el movimiento de la mente, que es luz y que utiliza la electricidad para cristalizarse (materializarse).
Si comprendes esto es porque tu conciencia individual
comienza a resonar con la conciencia universal. No es que sea algo diferente, es
una cuestión de sintonía, como una antena que emite y recibe y que además puede
almacenar información y energía.
No se trata de un estado mental alterado, por el contrario,
es una condición superior del ser.
La conciencia cósmica lleva al equilibrio y al orden en el
sistema.
Este estado de coherencia aporta:
-Comprensión intuitiva. Clarividencia.
-Compasión y sentido moral.
-Ausencia del sentimiento de culpa y pecado. Autoconfianza.
-Iluminación intelectual y sabiduría (el estado de
coherencia permite el acceso a un mayor caudal de información, potenciando el
procesamiento de la misma)
-Sentido de inmortalidad, y comprensión profunda de la naturaleza
de la vida.
-Sin miedo al cambio ni a la muerte.
Este estado de conciencia es la siguiente etapa en la
evolución humana.
Cada partícula que forma tu cuerpo contiene la misma
información que todo el universo y puedes tener acceso a ella instantáneamente.
Es un proceso natural, es tu esencia divina.
Es suficiente con apagar un momento la radio cotidiana y
girar la mirada hacia tu propio ser, enderezar la espalda y trascender el ruido
y las influencias externas.
Cuesta asumir nuestra naturaleza cósmica porque estamos
domesticados o hipnotizados a creer otra cosa, a percibirnos de una manera
falsa y a renunciar a nuestro poder personal que nos permite crear nuestra propia
vida y sabiduría.
Si la mayoría de los seres humanos permanecen ignorantes del
poder de sus mentes se debe a la falta de pensamiento crítico y a estar
programados, por la educación y los medios de comunicación, a creer ciegamente
en la realidad creada por el sistema y a aceptar la mentira y las verdades ajenas.
Para desarrollar tu poder personal y expresar tu ser en plenitud necesitas que tu cuerpo y tu mente se unifiquen: es decir que los diferentes planos que componen tu ser vibren en armonía. En principio es muy simple, ya que comparten la misma esencia. El cuerpo y la mente son expresiones del mismo espíritu.
Pero en la práctica es difícil debido a la falta de una verdadera educación, a los malos hábitos, bloqueos y carencias, y a la cantidad de programas nocivos que son instalados desde la niñez, como el miedo, la falta de confianza en si mismo y el egoísmo.
Para volver al equilibrio y cultivar tu poder es necesaria una disciplina, ejecitarte constantemente, con alegría determinación. Encontrar un camino conveniente y seguirlo con corazón.
Esa es la clave.
De esta manera comenzarás a escuchar
en tu interior la voz de la conciencia que se expresa como conocimiento,
intuición, deseo de aprender y comunicar, propósito.
Este conocimiento es real, proviene directo de la fuente, no
es pensamiento cerebral reactivo, ni intelecto, es sabiduría intuitiva, es
acción y no reacción, es la conciencia pura y original, nuestra esencia inmóvil,
que busca manifestarse y aprender.
Reactiva
tu vínculo con el espíritu
Cuando estas demasiado ocupado con las cosas materiales y no
te queda tiempo para escuchar esa voz ni para unificarte en silencio con tu
espíritu, te encadenas a las emociones de tu cuerpo y a las demandas del mundo físico y te transformas en un prisionero de tus propios miedos y
prejuicios. Te vuelves adicto a tu forma de vida y a tu visión material de las
cosas y terminas esclavizado por ellas.
En el momento que calmas los pensamientos y cesas la
actividad de tu ego, empiezas a escuchar tu voz interior, en ese momento,
comienzas a ser libre de la esclavitud del cuerpo y de los programas mentales adictivos
y parásitos.
Tu
mente se vuelve cósmica
Luego esa información debe fluir, enriqueciendo nuestra vida
cotidiana y el entorno, es la fase de la experiencia, de la creatividad, del
movimiento expansivo y luminoso.
Así puede surgir el genio, y despertar otros genios, y
mutuamente, aprender y seguir evolucionando.
Esta es la naturaleza del genio, servir de vehículo para que
se exprese el espíritu de la manera más bella y creativa para beneficio de
todos.
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