lunes, 5 de octubre de 2015

Crea el Orden Universal dentro de tu cuerpo

Enseñanza de O´Sensei Ueshiba


Aiki se refiere a las vibraciones del orden universal.
Esto se refiere al Universo en su totalidad, y no solamente a acciones pequeñas o limitadas. Creo que los educadores y las personas mayores deben practicar Budo. Esta es la forma de estudiar el Cielo y la Tierra, y está ligada al corazón del Universo.

Avanzamos junto con el Universo, y es con nuestra respiración que nos unimos el Universo en su totalidad.

Debemos, asimismo, desarrollar y reponer el Ki de nuestros espíritus.
Aiki es crear el Orden Universal dentro de nuestros propios cuerpos. Esto se logra mediante la unificación y la absorción por completo del Orden Universal dentro de nuestros cuerpos.
Entonces nos convertimos en uno con los corazones de las personas en todo el mundo. Llegamos a estar enlazados en armonía y unidad. Por supuesto, esto significa que ya no puede haber ninguna guerra, y que no se manifiesta ningún tipo de agresión.
Todo se convierte en una parte de la unión. Sin esto, la verdadera fuerza no puede ser realizada. Y, sin todo tu entrenamiento esto sería en vano.

Es aquí que el Aikido sirve como el Aiki del Cielo y de la Tierra, lo que ha unificado el Cielo y la Tierra antes de la época del emperador Jimmu. Aplicando la voz sin voz, es necesario organizar el Ki del espíritu. Es necesario activar el Ki que opera en el ámbito de Ame-no-Uki-Hashi (El puente flotante de los cielos). Lo mismo es cierto para los movimientos de la Tierra. Es aquí, en los ciclos y movimientos de los cielos, que encontramos primero la enseñanza básica.


En respuesta a la pregunta de dónde reside este centro, hay que responder que está dentro de uno mismo. Sin manifestar la verdadera fuerza que resulta de la aplicación de la totalidad de la sabiduría y sentido a disposición de uno, Aiki es verdaderamente difícil.

La belleza de esta gran Tierra
es el producto de su Creador
y reside unida bajo un mismo techo.

Ya existe un mundo verdaderamente hermoso y maravilloso. Como gente de esta tierra, debemos esforzarnos para construir un mundo de verdadera felicidad.
Un mundo así es un mundo sin conflictos y en paz. Es por ello que ponemos en práctica lo que se llama el Aikido. 

El Aikido es un método para revelar la razón de ser de toda la Creación.

Es suficiente con manifestar la gran familia del Universo, es decir el gran espíritu individual del mundo. Dicho de otra manera, es suficiente si el espíritu divino en forma y movimiento se manifiesta dentro de este mundo. Otra forma de describir esto es decir que debemos crear un mundo con el Espíritu y la Materia en armonía. No será para favorecer a uno sobre el otro, ya que ambos Espíritu y Materia son, de hecho, uno.


La ciencia material ha dado grandes pasos recientemente, mientras que la ciencia espiritual sigue estando muy poca desarrollada.
Este mundo tendrá paz cuando la ciencia material y la espiritual están armonizadas, y cuando el orden se restaure a la gente a través del ki del gran Universo.

Esto será difícil, o más bien imposible de realizar solo a través de la práctica física de las artes marciales y sin mantener nuestro Aikido en armonía con los movimientos del Universo. Lo que altera el equilibrio universal, de hecho, es cuando nos olvidamos de la fuente original, que crea sin cesar tanto al espíritu como a la materia. Conectándonos con la fuente original el Universo prospera y nuestro cuerpo-espíritu alcanza su plenitud.

Por esta razón, los que, practican las artes marciales nunca deben olvidar el espíritu original, y deben esforzarse por reconocer esto en todo momento. Debemos esforzarnos para cumplir con nuestros roles como personas nacidas en este mundo como una parte material y espiritual de este gran Todo. Nosotros debemos por lo tanto, recordar siempre que este Espíritu original es el gran padre del Universo.



El cuerpo físico, como una cristalización de la materia cósmica y de la esencia, se entrena en el camino de la vida humana para convertirse en uno con el Universo y para acumular su energía milagrosa ("el espíritu sutil").

Además, los seres humanos deben tener como objetivo principal de la vida, la gran ley del Cielo y de la Tierra, que se encuentra en el despliegue creativo del Universo, y también proteger y purificar este mundo.

En esta búsqueda, primero hay que transcender el espíritu ordinario, luego pulir y purificar la vitalidad del propio "nen" (sentimientos y pensamientos), y con un solo propósito perseguir la unificación de mente y cuerpo.
Progresar en la unificación de la mente y el cuerpo es la base de la cual nacen las técnicas (waza), en el pensamiento no hay límites para la generación de las técnicas.

La técnica debe estar en armonía con la verdad del Universo. En lo que concierne a esto es necesario tener pensamientos correctos.
Tener este tipo de pensamientos es necesario para que puedas entrenarte austeramente en el correcto Budo.



En este verdadero entrenamiento del Budo, no hay progreso si uno tiene pensamientos y sentimientos que estén vinculados con deseos egoístas. Este es el "Budo del Camino Torcido" y los resultados del mismo con seguridad retornaran llevando a la destrucción a aquellos que lo siguen.

No dejes que tus pensamientos se ocupen de cuestiones inmediatas de victoria o de derrota. Para el desarrollo de "ki" es necesario que tus pensamientos y sentimientos puedan mezclarse con el Universo.
Si no dejas que tu “nen” vaya más allá de tu cuerpo físico, nunca experimentarás el cambio de nivel mental ni la transformación de tu ser.
Si logras esto, entonces tus actividades mentales adquieren poder divino, y todas las cosas se vuelven claras y evidentes.
Por otra parte, cuando tus pensamientos se extienden entre lo físico y lo universal, tu cuerpo se convierte en uno con el Universo, y se pone de pie en el centro de la trascendencia de los asuntos humanos triviales.

Esta es la enseñanza más profunda del Budo.




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