No es
tu perro, no es alguien que conoces de hace mucho y te cae bien. No es tampoco
tu pareja, ni tu padre ni tu camarada de la juventud, mucho menos tu analista o
tu cura confesor.
Tu
único y verdadero amigo es tu corazón.
Tu
corazón nunca va a traicionarte, ni fallarte, si lo hace es el fin de ambos.
Tu corazón te nutre, te apoya, te da calor y
alegría.
Te
enseña lo que es el amor incondicional, trabaja todo el día y todos los días
para mantenerte vivo y no pide nada a cambio, como todo en la naturaleza.
Al
igual que el sol, que te da la vida y te ilumina, el corazón hace lo mismo, de
hecho son de la misma naturaleza: fuego.
El corazón es la morada del espíritu y el director de la orquesta, es tu verdadero
maestro y tienes que escucharlo, seguirlo, cuidarlo.
La
manera de escucharlo es mediante el silencio, apagando el dialogo interno,
calmando la mente, volviendo a tu ser interior.
Para
seguirlo, seguí su ritmo, su armonía. Su latido sigue el ritmo de la
naturaleza, su armonía es la música del cosmos y si la aprendes, conocerás los
secretos mismos del universo, porque tu corazón sabe lo que tus pensamientos
dispersos y confusos ni siquiera imaginan.
La
mejor forma de cuidarlo no es tomando aspirina (como te lo vende Bayer para
hacerte consumidor y enfermo potencial), tampoco es haciéndote chequeos médicos
o estudios sofisticados, porque todo eso ya sabemos como termina.
Lo que
tu corazón necesita es alegría, confianza y motivación.
Seguro
que es importante cuidar tu salud, hacer ejercicios, comer sano y natural, pero
lo primero es el espíritu, y el espíritu vive en el corazón.
El
corazón no solo es la sede de la compasión y la generosidad, es la fuente de la
intuición y las corazonadas.
Su
campo electromagnético es el más grande que genera tu cuerpo, y no solo modela
el espacio tiempo que te rodea sino que además esta influyendo (y siendo
influido) por los campos de energía de los seres que te rodean.
El
corazón genera coherencia molecular, en el agua de tu cuerpo, en el ADN y en todos
los procesos bioquímicos fundamentales de tu organismo. Esta propiedad es
esencial porque va a afectar la forma y la dinámica del ADN y su información
genética, y todas sus funciones se verán potenciadas (o disminuidas y
bloqueadas sino lo cuidas).
Ya ves
porque es tu verdadero amigo, porque en realidad eres tú mismo, por eso debes
volverte unidad con tu corazón, porque significa volver a casa, al palacio
celestial donde reina la paz, el amor, la música y la armonía.
Llenalo
de luz, de buenas vibraciones. Alimentalo con sentimientos positivos. Descarta
el miedo y la preocupación. Cultiva la alegría de vivir. Practica meditación,
es el mejor momento para estar en silencio y en equilibrio con tu corazón.
Si te
haces amigo de tu corazón conocerás el valor de la verdadera amistad y el
afecto por todos los seres.
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