Para
cuidar e incrementar la salud del cuerpo y de la mente hay tres principios
fundamentales:
El
primero de ellos es mantener una alimentación natural, fresca, equilibrada y
suficiente. El ser humano es omnívoro de manera que en su dieta debe incluir una
amplia variedad de nutrientes: carnes y cereales integrales, así como
vegetales, legumbres y frutas. La miel es un alimento excelente y reemplaza
ampliamente al azúcar refinado (que es nocivo para la salud).
El
segundo es mediante presiones y estiramientos, es decir masaje y ejercicios
adecuados, para mantener el cuerpo fuerte, flexible y relajado y eliminar
bloqueos, equilibrando la circulación de sangre y energía en todo el cuerpo.
Respirando correctamente de manera amplia y profunda.
El
tercero es la actitud mental.
La salud depende de la alegría
de vivir
Hay que
cultivar la mente (habilidades cognitivas) y las emociones positivas.
Reprogramarse
cotidianamente eliminando los programas mentales negativos y parásitos. Hay
muchas técnicas y disciplinas para este propósito algunas obviamente mejores y
más completas que otras, como el aikido o el chi kung y la meditación, o incluso yoga o la PNL (programación neurolingüística),
pero cada persona debe encontrar la que mejor le sirva.
En
definitiva se trata de encontrar la unidad del cuerpo y de la mente, de
plantearse preguntas fundamentales que permitan ampliar y profundizar la
experiencia de vivir y no solo gastar su precioso tiempo y energía trabajando,
consumiendo y corriendo detrás de objetos y personas.
El
conocimiento es la base, aporta luz, serenidad y autocontrol y genera una
influencia positiva en el entorno.
Salud y felicidad
son dos aspectos de una misma realidad
No
olvides que estás conectado a la conciencia de los otros de una manera
expansiva y entrelazada, somos hijos del cielo y de la tierra, es un hecho.
La
luz que nos da la vida, el aire que respiramos, el agua que bebemos, los
alimentos que consumimos, todo es interdependiente.
Tenemos
que estar agradecidos, que la vida por momentos sea difícil o que a veces
duela, no es un problema, todo tiene remedio, forma parte de nuestro
aprendizaje. El sufrimiento y el placer son dos extremos de una misma escala y
la clave está en el equilibrio.
El
problema es no saber quien eres ni lo que haces en esta, tu única vida, y
mientras no los sepas andarás a tientas, tratando de llenar ese vacío infinito,
que generalmente se transforma en miedo y ansiedad, con ilusiones y
pensamientos prestados, viviendo seguramente una vida que no es propia.
Una
identidad social completamente apartada del ser biológico.
Podemos
agregar un cuarto principio para mantener al salud de cuerpo y mente: vuelve a
tu esencia, conecta con tu ser biológico, con tu propio cuerpo, con tu propia
realidad.
Gira
180º la dirección de tu mirada y colócala en el centro de tu ser, en tu
interior, donde reina el equilibrio y la calma.
La
respiración tranquila y profunda te ayuda, colocando el espíritu en el punto bajo
el ombligo (en la zona llamada tantien), pero sobretodo llena de luz tu cuerpo
y tu vida…
…por
ahora es más que suficiente!.