El principio de polaridad encierra la verdad
de que todas las cosas manifestadas tienen "dos caras", "dos
aspectos", "dos polos"; un "par de opuestos", con
múltiples grados entre los dos extremos.
Por la comprensión de este principio podemos
trascender las contradicciones de nuestra vida.
La diferencia entre aspectos o cosas
aparentemente opuestas entre sí, no es más que una cuestión de grado. Sin
embargo "los pares de opuestos pueden reconciliarse", ya que son idénticos
en naturaleza, pero diferentes en grado, y esta reconciliación se efectúa
mediante un reconocimiento de este principio de Polaridad.
Este principio es válido para cualquier
creación o manifestación de la naturaleza.
El espíritu y la materia no son más que los dos polos de la misma
cosa, los planos intermedios son simplemente grados de vibración
Asimismo la Mente Infinita y las
mentes finitas solo varían en grado.
El calor y el frío son idénticos en
naturaleza, las diferencias se deben a una cuestión de grados.
Un termómetro muestra muchos grados de
temperatura, el extremo más se conoce como "frío" y el más alto como
"calor". Entre estos dos polos hay muchos grados de "calor
" o "frío".
El grado más alto es siempre el "más
cálido", mientras que el inferior es siempre el “más frío". No existe
una norma absoluta, todo es una cuestión de grado. No hay lugar en el
termómetro en donde termina el calor y empieza el frío. Es solo una cuestión de
vibraciones, más altas o más bajas.
Los propios términos "alto" y
"bajo", los cuales nos vemos obligados a usar, no son más que polos
de la misma cosa: los términos son relativos.
Veamos otro ejemplo de esta relatividad, con
los puntos cardinales.
Si viajas alrededor del mundo en dirección hacia
el Este, llegarás a un punto llamado Oeste en tu punto de partida, y si vas hacia
el Oeste, desde ese mismo punto, retornar a ese punto que será entonces el
Este. Viaja bastante lejos hacia el Norte, y te encontrarás viajando hacia el Sur,
o viceversa.
Como vemos, este principio que muestra la
relatividad de los opuestos, es aplicable a todas las cosas.
Luz y oscuridad son polos de la misma cosa,
con muchos grados entre ellos.
Con las escalas musicales es lo mismo. La
diferencia entre un Do y otro de una octava superior o inferior solo varía en
grado, pero sigue siendo la misma nota.
La radiación ultravioleta y la infrarroja son
lo mismo, solo que vibrando de manera diferente.
Grande y pequeño son relativos. También lo
son la agitación y la calma; el sonido y el silencio, duro y blando, todos
siguen la regla.
Del mismo modo positivo y negativo son los
dos polos de la misma cosa, con innumerables grados entre ellos.
Bueno y malo no son absolutos, lo llamamos bueno
es un extremo de la escala y el opuesto es malo, o un extremo bien y el otro
mal, de acuerdo con el uso de los términos.
Una cosa es "menos bueno" que la
cosa más elevada en la escala, pero esa cosa "menos bueno", a su vez,
es "más buena" que la siguiente cosa por debajo de ella, y así
sucesivamente, el "más o menos" está regulado por la posición en la
escala.
En esencia, las cosas no son ni buenas ni malas,
ni mejores o peores (podríamos ampliar la lista de opuestos casi hasta el
infinito), lo importante es realizar que lo que valoramos son las
consecuencias. Solo podemos medir el efecto y no la causa, (esto lo ampliaremos
más en el principio de causa y efecto).
Ilustremos un poco más con un ejemplo en el
plano mental. Lo que llamamos amor y odio son generalmente considerados como
cosas diferentes y opuestas entre sí, incluso hasta parecen irreconciliables.
Pero si aplicamos el principio de polaridad encontraremos
con que no hay tal cosa como amor absoluto u odio absoluto, no son algo fijo e
inmutable.
Los dos no son más que términos aplicados a
los dos polos de la misma cosa. Empezando en un punto alto de la escala
encontramos más amor o menos odio, si subimos el odio desaparece. Pero a medida
que descendemos en la escala (en la vibración), aumenta el sentimiento de odio
y el amor mengua.
Así realizamos que hay grados de amor y odio,
y hay un punto medio donde la diferencia entre gusto y disgusto pasa a ser tan
sutil que es difícil distinguir entre ellos. El coraje y el miedo están bajo la
misma regla.
Todo lo que percibes está hecho con pares de
opuestos. Dónde encuentras una cosa encuentras su opuesto.
Todo lo que existe tiene dos polos
Todo existe en relación a su opuesto
Y es
este hecho el que nos permite transmutar un estado mental en otro, siguiendo
las líneas de polarización.
Las
cosas que pertenecen a diferentes clases no pueden transmutarse entre si, pero
las cosas de la misma clase si se pueden cambiar, es decir, pueden cambiar su
polaridad.
Así, el
amor nunca se convierte en denso o sutil, rojo o violeta, sano o enfermo, pero
puede, y a menudo lo hace, convertirse en odio, y del mismo modo el odio puede
ser transformado en amor, cambiando su polaridad.
El
coraje puede ser transmutado en miedo, y al revés. Las cosas duras pueden
volverse blandas. Las cosas calientes se enfrían. Y así sucesivamente, la
transmutación puede siempre realizarse entre los diferentes grados de las cosas
de una misma clase.
Tomemos
el caso de alguien temeroso.
Al
elevar sus vibraciones mentales a lo largo de la línea (o la escala) del
miedo-valor, puede ser llenado con el más alto grado de coraje y valentía. Del
mismo modo, el perezoso puede cambiarse a sí mismo en una, persona activa y enérgica,
simplemente mediante la polarización en la línea de la calidad deseada.
La transmutación
no es la transformación de una cosa en otra cosa totalmente diferente en
naturaleza, simplemente no es más que un cambio de grado en las mismas cosas, y
esta es una diferencia muy importante. Diferencia la sabiduría del simple saber
intelectual.
Por ejemplo,
llevándolo al plano físico, es imposible cambiar el calor en agudeza,
sonoridad, altura, etc , pero el calor puede ser fácilmente transmutado en frío,
simplemente bajando las vibraciones. De la misma manera el odio y el amor son
mutuamente transmutables; también lo son el miedo y el coraje . Pero miedo no
puede ser transformado en amor, ni puede el coraje puede ser transmutado en odio
.
Los
estados mentales pertenecen a innumerables clases, cada clase tiene sus polos
opuestos, a lo largo de una línea o escala en la cual es posible la
transmutación.
Este es
el secreto de la alquimia interior.
De esta
forma podrás reconocer fácilmente que los estados mentales, así como los
fenómenos del plano físico, los dos polos pueden ser clasificados como positivo
y negativo, respectivamente.
Así, el
amor es positivo con respecto al odio; el coraje lo es para el miedo; actividad
e inactividad, etc, etc, y también te vas a dar cuenta que está relacionado con
el principio de vibración.
El polo
positivo es de un grado más alto que el negativo y fácilmente lo domina.
La
tendencia de la naturaleza es en la dirección de la actividad dominante del
polo positivo.
Un
pensamiento positivo es más potente que uno negativo, y si bien un pensamiento negativo puede generar caos,
desorden e infelicidad, el pensamiento positivo tiene un poder mucho mayor para
generar orden, armonía y felicidad. Es muy simple, es una cuestión de energía,
o sea, carga.
Este arte de la transmutación de un estado mental en otro, es
extensible, es decir, se puede utilizar para influir en la mente de los otros
Cuando se entiende que la inducción mental es
posible, es decir que los estados mentales pueden producirse por
"inducción" o resonancia, a los demás; entonces podemos ver
fácilmente cómo un cierto grado de vibración, o la polarización de un cierto
estado mental, puede ser comunicada a otra o a otras personas, y su polaridad
en lo que refiere a ese estado mental por lo tanto cambia.
Nos servimos de esta capacidad para curar o
equilibrar estados mentales o emocionales desequilibrados.
Por ejemplo, si una persona está triste,
deprimida y con miedo y queremos ayudarla, debemos primero elevar la frecuencia
de nuestros pensamientos, cosa que hacemos con nuestro entrenamiento y entonces
esta energía positiva, generará ciertamente un cambio en las vibraciones de la
mente de esa persona.
Esta es la razón por la que el coraje y la
motivación se contagian, y también el miedo y la apatía.
El conocimiento de este principio fundamental te capacitará para
entender mejor tus propios estados mentales y los de otras personas
Verá que estos estados son cuestiones de
grado, y de este modo podrás subir o bajar la vibración a voluntad, para
cambiarla polaridad de tus pensamientos, y por lo tanto ser dueño de tus
estados mentales, en vez de ser su siervo y esclavo.
Y mediante tu conocimiento y realización vas
a ser capaz de ayudar a los demás de manera inteligente, y por medio de los
métodos apropiados cambiar la polaridad cuando la desees.