Cada
vez que pensamos en la materia, deberíamos pensar en las ondas de pensamiento
que la crearon.
El
universo físico es una creación de la mente.
La
materia vibra, es movimiento. Sin embargo la materia no tiene sustancia propia ni se
mueve por si misma.
La mente es lo único que se mueve.
La mente es lo único que se mueve.
La
sustancia de la materia es la mente.
La
densidad de la materia no es otra cosa que la acumulación de ondas de
pensamiento a diferentes presiones, generando carga, masa, gravedad y curvando el espacio-tiempo.
Este es
un fenómeno eléctrico. Toda la materia está polarizada, o sea, está cargada.
El
universo físico esta hecho de luz polarizada.
Igualmente
deberíamos considerar al tiempo como una acumulación de ondas de pensamiento.
Ondas
acumuladas durante innumerables ciclos en la formación de los cuerpos y del
mundo físico.
De la
misma forma que estas ondas de pensamiento le aportan a la materia su densidad,
forma, textura y otras dimensiones, también le añaden tiempo mediante la
prolongación de los intervalos de tiempo necesarios para repetir ese cuerpo, es decir, alargando su ciclo vital.
Las
ondas de pensamiento acumulan tiempo, de la misma forma que acumulan masa.
Los
cuerpos materiales son simplemente ondas enrolladas. Energía empaquetada durante un tiempo. La duración de ese intervalo de tiempo, corresponde también a ondas empaquetadas.
Una onda
de pensamiento es extremadamente rápida, de hecho puede alcanzar una velocidad
de 300.000 km/seg., como la luz. De hecho el pensamiento es luz. Es una onda que
transporta información y energía.
Esta
velocidad lumínica es el límite máximo al que se puede viajar en este universo
físico. Más allá desaparece el tiempo y el espacio como lo conocemos.
A
medida que estas ondas de pensamiento se van acumulando en masas de materia,
van ralentizando su frecuencia, se hacen más densas y así prolongan su ciclo de
crecimiento y decrecimiento, aparición desaparición, en proporción a la masa de
ondas empaquetadas en ese cuerpo.
Este
concepto es difícil de asimilar porque desde pequeños nos acostumbramos a
percibir la materia y al mundo físico de una forma estática y concreta, como si las
cosas se crearan y desaparecieran por si solas.
Es más
fácil si te hablan sobre ondas de naturaleza física: la luz visible, el sonido, las olas,
etc., sin embargo el pensamiento es vibración, es movimiento, y todo lo que se
mueve lo hace en forma de onda, ondas que transportan información y energía, ondas de luz. Estas ondas pueden acumularse generando
carga, densidad, masa y tiempo.
El
tiempo de vida de cualquier creación en la naturaleza está dado por la
acumulación de ondas de pensamiento en ese cuerpo.
Si aún
tienes dificultades para concebir lo que son las ondas de pensamiento o de luz,
piensa en algo que vibra: electricidad, energía, sonido, formas o colores, no
importa, lo que mejor imagines vale, porque esa imaginación es justamente ondas
de pensamiento.
El
pensamiento es luz.
La luz es
movimiento.
El
movimiento es tiempo.
El
pensamiento es tiempo y materia.
El
tiempo y la materia están unidos, ambos son luz.
Sin
movimiento no hay tiempo.
Sin
tiempo no hay materia ni existencia
A un
árbol puede llevarle muchos años completar un ciclo de existencia, consumiendo
patrones de ondas de pensamiento acumuladas en su cuerpo, desplegándose desde
su semilla, madurando y volviendo a replegar el registro de estos patrones
nuevamente en ella.
Aparición,
desaparición y reaparición. Despliegue, repliegue, etc.
Los
ciclos de vida y muerte de los insectos pueden variar de minutos a meses. En
los animales puede ir de años a décadas, mientras que en los soles y galaxias,
la acumulación de ondas de pensamiento puede tomar miles de millones de años en
completar un ciclo de vida-muerte.
Los
períodos de gestación también se prologan en relación a la acumulación de
patrones de ondas de pensamiento sobre otros patrones de onda, lo que produce
cuerpos complejos.
Los
patrones de ondas al acumularse generan entre si interferencias creando una
verdadera matriz holográfica. Un molde del cual surge la forma y vuelve a él.
La
duración de un cuerpo es el tiempo que le lleva desenvolver todos los patrones
de ondas acumuladas en él.
A mayor
acumulación de ondas de pensamiento, mayor será la duración o el tiempo
consumido por ese cuerpo para cumplir su ciclo de aparición y desaparición.
Cuantas
más ondas de pensamiento, es decir ondas de energía e información, almacene tu
cuerpo, más tiempo durará. En los seres humanos, la pérdida de esta carga está
relacionada con la forma de vida desequilibrada y las creencias de la persona.
La
alquimia espiritual provoca una inversión de este flujo descontrolado. Mediante
el control mental, la respiración y las posturas del cuerpo.
Cuando
el sistema está en equilibrio, el gasto energético es mínimo y el tiempo se ralentiza.
El momento presente
Cada
experiencia consciente, cada conciencia del ahora, es un momento único que se encadena
con el momento contiguo, formando un flujo de tiempo, o más
bien un collage de momentos organizados arbitrariamente cuya
continuidad es una ilusión creada por la mente, valiéndose de la memoria y la velocidad de proyección de las imágenes.
Esta cadena de pensamientos, que crea una verdadera corriente de conocimiento, está formada por información
"residual" en la memoria, programas subconscientes y otras
vibraciones que no registramos y ni siquiera nos pertenecen.
El
inconsciente colectivo entra en este paquete.
En
cualquier caso, nos percibimos conscientemente como una
continuidad y esta ilusión es obra del cerebro que traduce y gestiona los deseos de la mente.
La mente crea al tiempo.
El tiempo no existe por si mismo.
Tiempo y
existencia son uno.
Tiempo y
existencia son una ilusión.
Todos
experimentamos la “relatividad” del tiempo. Ante situaciones extremas o no
ordinarias, la noción del tiempo cambia.
Durante la meditación la percepción del tiempo varía. La postura estable y equilibrada, la inmovilidad y el no pensamiento, modifican la estructura de la realidad, es decir, la
geometría del espacio-tiempo. Esto permite que
la conciencia se expanda y cambie de dimensión al no toparse con los límites de la
percepción ordinaria ni del pensamiento consciente.
Cuanto
más rápido se mueve la conciencia, más lento pasa el tiempo.
Esta
ilusión se relaciona, como hemos visto, con la frecuencia de vibración y la
acumulación de las ondas de pensamiento.
Cuanta
más energía e información acumule un cuerpo, mayor será su vibración, más lenta será su degradación y
más rápida se moverá su conciencia.
La
velocidad mental, al igual que las otras habilidades cognitivas, depende
también de las conexiones neuronales y el estado del sistema físico, es decir,
el hardware cerebral.
Una
característica de la evolución humana, es la capacidad de modificar el hardware cerebral creando nuevas conexiones y
redes neuronales.
Las nuevas generaciones de humanos vienen con un sistema físico mejor adaptado y de mejor rendimiento, o sea, más inteligente y actualizado.
Lamentablemente, la educación en las escuelas y universidades está diseñada para (y por) modelos antiguos y menos eficientes.
Algunos individuos se adelantan a su tiempo y pueden tomar el camino de la genialidad...o la locura. La diferencia depende del contexto.
Las nuevas generaciones de humanos vienen con un sistema físico mejor adaptado y de mejor rendimiento, o sea, más inteligente y actualizado.
Lamentablemente, la educación en las escuelas y universidades está diseñada para (y por) modelos antiguos y menos eficientes.
Algunos individuos se adelantan a su tiempo y pueden tomar el camino de la genialidad...o la locura. La diferencia depende del contexto.
También
dada la plasticidad del cerebro,
con entrenamiento adecuado una persona puede cambiar su programación mental, aumentar el número de conexiones neuronales, mejorar el procesamiento de información y optimizar
el funcionamiento cerebral, lo que se traduce en una mayor inteligencia y
expansión de su conciencia.
Esto brinda un número mayor de posibilidades al gestionar el cerebro más cantidad de información simultáneamente.
Esto brinda un número mayor de posibilidades al gestionar el cerebro más cantidad de información simultáneamente.
Otra de las características extrañas de la
conciencia es la sincronía temporal de los estímulos
sensoriales.
Incluso los actos simples como caminar, involucran una
cantidad enorme de estímulos sensoriales (energía e información) que son
coordinados de manera compleja para darnos una sensación de percepción
unificada.
Las sensaciones táctiles de los pies en contacto
con el piso viajan a través de las vías
nerviosas sensitivas en un recorrido bastante largo y lento, debido
a los tiempos de conducción y los retrasos sinápticos, a través
de las piernas y la médula espinal hasta el cerebro… pero
la información visual de ver a nuestros pies en contacto
con el piso llega a nuestro cerebro mucho más rápido a
través de los nervios ópticos.
Sin embargo, percibimos la información visual y
táctil como simultáneas.
La percepción de los sentidos es fragmentada y desincronizada.
Por ejemplo: vemos a nuestros pies golpear el piso y una fracción de segundo más tarde sentimos la presión del tacto, pero los recordamos como sincronizados, el cerebro genera una respuesta globalizada del suceso.
Por ejemplo: vemos a nuestros pies golpear el piso y una fracción de segundo más tarde sentimos la presión del tacto, pero los recordamos como sincronizados, el cerebro genera una respuesta globalizada del suceso.
Esto implica que nuestra visión de la
realidad es meramente una construcción, es decir, es un collage de imágenes densas y persistentes, que no deja de ser una ilusión.
Otra explicación es que la percepción rápida (como la visión) se retrasa para esperar
a la percepción lenta (tacto).
Lo que implica que estaríamos constantemente retrasados o "viviendo
en el pasado”. Y esto es algo inevitable si te mueves únicamente en los planos materiales.
Nuestra
conciencia va retrasada con respecto a la realidad.
El pensamiento consciente no sirve para penetrar la esencia de las cosas y de tu propio ser.
El pensamiento consciente no sirve para penetrar la esencia de las cosas y de tu propio ser.
Hay otro hecho. La evidencia experimental sugiere que
el cerebro refiere la información "hacia atrás en el
tiempo".
De hecho esta referencia hacia
atrás puede ser algo trivial, lo que nos permite vivir el
momento presente a pesar de los retrasos permanentes en nuestra
experiencia sensorial. Este mecanismo nos permite actuar, y
luego un poco más tarde decidir acerca de la acción.
La naturaleza garantiza la supervivencia...si la dejamos!.
La naturaleza garantiza la supervivencia...si la dejamos!.
En los niveles fundamentales el tiempo es incierto
y los eventos se pueden ejecutar en el sentido inverso.
De manera que la información puede
provenir también del futuro.
Un futuro que existe en este mismo instante, en este punto.
Un futuro que existe en este mismo instante, en este punto.
Hablamos
de presente, pasado, futuro, pero esencialmente no hay separación.
Cada punto
de la existencia contiene su pasado, su presente y su futuro.
Desde
este "aquí y ahora" podemos enviar y recibir información de todas las
direcciones del tiempo y el espacio.
Y de
hecho es lo que ocurre, aunque no seamos conscientes.
Cada punto de la existencia contiene la información de la totalidad.
Cada punto de la existencia contiene la información de la totalidad.
Puedes
modificar un recuerdo, purificarlo, embellecerlo o iluminarlo, y esta simple
acción iluminará tu presente.
De la
misma forma puedes enviar información al futuro, modelando sutilmente la
geometría del espacio-tiempo con un propósito o una intención, y al mismo tiempo
recibir información del futuro.
Seguramente tu ser de mañana estará recordando este hoy de la misma forma que tu ser de hoy recuerda su ayer.
Verdaderamente
está más cercano al mundo de la magia que a la ciencia.
Es
difícil comprender esto conscientemente ya que la experiencia consciente se
mueve hacia adelante en el tiempo, de pasado a futuro, y el pensamiento es especialista en hacer categorías y en darle forma a las cosas.
Pero en el mundo del espíritu todo
es posible. Es cuestión de probabilidades y tendencias.
La intención es determinante. La intención es el propósito focalizado. Es la conciencia enfocada en algo.
La intención es determinante. La intención es el propósito focalizado. Es la conciencia enfocada en algo.
En el microscópico mundo de las
partículas y átomos, la conciencia genera densidad de energía e información en cualquier punto y esto modifica
(curva y modela) la geometría del espacio-tiempo, es decir, el sustrato de la realidad.
Si
modificas la información en un punto, todo el universo se modifica respecto de
ese punto.
Ese punto
es tiempo y existencia.
Estamos
hechos de puntos. Nuestra existencia contiene una infinidad de puntos.
Sin
embargo un punto no tiene dimensiones, o sea, no tiene existencia física, ni
forma ni tiempo, y a su vez el punto contiene todas las formas y todos los
tiempos.
El tiempo
es ser.
El ser es
tiempo.
Fuera de
eso no hay nada.