Estamos experimentando en la actualidad una transformación profunda, un cambio dimensional
en la conciencia. Esta transformación afecta no solo a nuestro mundo sino
también a la vida en todos sus niveles.
Es un proceso que está obrando en nosotros ahora mismo, y
somos parte de él. No es algo que va a suceder en algún hipotético futuro.
Tampoco quiere decir que es el fin del mundo, el Apocalipsis o el Armagedón.
Estas son interpretaciones fatalistas que están apoyadas en el miedo y la
ignorancia, difundidas por las religiones dominantes y los sistemas esclavizantes.
Quizás sea el final de un mundo. De una forma de sociedad y abra paso a otra
más evolucionada.
Aunque si observamos el estado del mundo actual y la
historia de la humanidad en los últimos dos milenios parecería que el
Apocalipsis fue instalado hace mucho y que regularmente se actualiza…sin embargo,
aquí estamos. Y si de acuerdo a la ciencia actual, el universo físico se está
expandiendo, ¿Por qué no lo haría la conciencia?
Esta transformación que experimentamos, vista desde una
perspectiva más amplia, es parte de un ciclo que se ha ido desarrollando a
través de los últimos 200.000 años y que está culminando ahora. Estamos presenciando
sucesos que son indicativos de la culminación de ese ciclo.
Este proceso tiene implicaciones muy profundas para cada
persona y se manifiesta de forma diferente en cada uno. Algunas manifestaciones
son físicas y bien palpables, otras se corresponden con niveles más sutiles y menos
evidentes para la mayoría de la gente.
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