lunes, 29 de marzo de 2010

La alimentación natural y equilibrada


Cada variedad de cereal, carne, verdura o fruta tiene sabor propio y sus nutrientes tienen afinidad por diferentes órganos. Por ejemplo, el sabor agrio tiene propensión por el Hígado, el amargo por el Corazón, el dulce por el Bazo, el picante por el Pulmón y el salado por el Riñón.
Siguiendo la relación que establece la teoría de los 5 movimientos, se puede hacer un clasificación bastante general de los alimentos, sus sabores y los órganos correspondientes:

Hígado
Sabor: agrio
Carne: equino
Grano: arveja, frijol pequeño
Verdura: puerro, espinaca
Fruto: ciruela, limón

Corazón
Sabor: amargo
Carne: cordero (ovino)
Grano: trigo
Verdura: ajo, endibia
Fruto: almendra

Bazo/estómago
Sabor: dulce
Carne: bovino (vaca, ternero, buey)
Grano: arroz común
Verdura: batata
Fruto: castaña de cajú, dátil

Pulmón
Sabor: picante
Carne: pollo
Grano: mijo
Verdura: rábano picante, cebollino, albahaca
Fruto: melocotón (durazno), clavo

Riñón
Sabor: salado
Carne: cerdo
Grano: soja
Verduras: algas, hojas de leguminosas
Fruto: castaña

Siguiendo estas 5 tendencias, según su temperatura (dada por sus características energéticas), los alimentos pueden ser:

-Calientes: canela, pimienta negra, jengibre, ginseng
-Templados: puerro, semillas de girasol, cebolla, leche de coco
-Neutros: col, champiñones (setas), cacahuetes (maní), higo
-Refrescantes: berenjenas, cítricos, brotes de soja, ensaladas, apio
-Fríos: sandía, melón, tomate, pera


Los alimentos refrescantes y fríos, como las verduras y las frutas tiene un carácter más yin, al igual que los salados (por su gran afinidad con el agua)
Mientras que los calientes, amargos, dulces y picantes tienen una tendencia yang.

El exceso de calor puede dañar la energía yin, por eso en verano y en trastornos de tipo yang como la fiebre o una insolación hay que refrescar e hidratar al cuerpo.

Una persona que sufre el calor y abre las ventanas, que padece de alergias, forúnculos, sofocos o estreñimiento, debería comer una dieta refrescante basada en vegetales como el apio, zanahoria, ensaladas y frutas frescas y evitar las carnes grasosas. los picantes y el alcohol que tienden a calentar y por ende a secar el cuerpo.

Lo importante es no caer en excesos, comprender el estado actual del cuerpo y sus necesidades y armonizarse con el entorno y consigo mismo.

Muchas personas en la actualidad sufren de trastornos emocionales, debido a desequilibrios energéticos en ciertos órganos internos, como el Hígado, Corazón o Riñón, que podrían ser simplemente curados con una dieta apropiada y ejercicios para equilibrar la energía vital.

Las plantas medicinales son una ayuda invalorable en el tratamiento de la mayoría de las afecciones ya que de acuerdo a sus características energéticas, se comportan como los alimentos, presentando afinidad por los diferentes órganos y meridianos de energía, con efectos variados en función de su naturaleza (calientes y tonificantes, frescas depurativas y tranquilizantes, astringentes, antiinflamatorias, digestivas, etc.)

En el I Ching, el libro de las mutaciones, se dice: “el hombre sabio sigue las estaciones”.
Se trata de un equilibrio dinámico. No es una tendencia intelectual o una moda.


El alimento, en definitiva, es alimento para el espíritu. ¿Para que comemos? ¿Qué es lo que alimentamos y a quién? Estas preguntas parecen obvias. Pero alimentar al cuerpo físico y alimentar al espíritu no es diferente. Por eso es fundamental comer moderadamente, sintiendo agradecimiento y dándole sentido a lo que estamos haciendo.
De esta manera se completa el círculo.

Cuerpo y espíritu en unidad.

martes, 23 de marzo de 2010

La cura por los alimentos


Como hemos visto, la forma que tenemos de adquirir energía (al igual que el resto de los seres vivos) es mediante la respiración y la alimentación.

Los alimentos no solo aportan nutrientes y calorías, poseen además cualidades energéticas que los hacen afines a los diferentes órganos y sistemas del cuerpo.
Esta cualidad se puede usar también para curar o equilibrar, es decir, pueden tonificar o nutrir donde hay un vacío o insuficiencia y dispersar o resfrescar donde hay exceso o plétora.

La anemia es un ejemplo de trastorno por insuficiencia en la sangre y la dieta apropiada debe nutrir, tonificar y aportar los elementos fundamentales para su formación (hierro, vitamina B12, ácido fólico, etc)
A diferencia, por ejemplo, de la hipertensión arterial o de ciertos reumatismos, como la gota, donde hay un exceso (hiper) que debe ser equilibrado con una dieta más bien refrescante (hay nutrir la energía yin y dispersar el exceso de yang) y depurativa.

La naturaleza de la energía presenta 2 polaridades, opuestas y complementarias. El yin y el yang.
Podemos clasificar a los alimentos según su tendencia energética en:

-alimentos Yin:
Tienen un efecto refrescante, hidratante y tranquilizador. Algunos ejemplos:
-frutas y verduras crudas
-lechuga y hojas verdes para ensalada
-algas
-arroz
-leche y yogur
-tofu (queso de soja)
-brotes de legumbres
-pescado crudo (sushi)
-miel, azucar, sal
-salsa de soja
-perejil, cilantro, curry

Los alimentos Yang se caracterizan por ser caloríficos y estimulantes. Por ejemplo:
-Frutas pasas y cocidas, verduras cocidas
-salsa de tomate
-palta (aguacate)
-lentejas
-avena, cebada, trigo
-manteca, nata (crema), queso
-frutos secos
-semillas
-carnes: cordero, vaca, buey, cerdo, pollo, pescado cocido
-chocolate, vainilla
-ajo, cebolla, pimienta negra, laurel, albahaca, tomillo, romero, salvia, clavo, jenjibre.

En otro tiempo (no tan lejano) el ser humano se alimentaba siguiendo ritmos naturales. Se comía mas carne, manteca y otros alimentos caloríficos en invierno y en verano más frutas y verduras refrescantes (que además abundan). Hoy en día con los supermercados y la fast-food, los ritmos se han alterado. Muchos comen carnes grasosas en verano y frutas en invierno, dañando la energía vital y produciéndose así todo tipo de enfermedades y trastornos.

Otro aspecto de la polaridad Yin-Yang es el equilibrio ácido-base.


¿Que es el pH?
La palabra pH es la abreviatura de "pondus Hydrogenium". Esto significa literalmente el peso del hidrógeno. El pH es un indicador del número de iones de hidrógeno. Tomó forma cuando se descubrió que el agua (H2O) estaba formada por protones (H+) e iones hidroxilo (OH-).


El pH es un indicador de la acidez de una sustancia.
Está determinado por el número de iónes libres de hidrógeno (H+) en una sustancia.
La acidez es una de las propiedades más importantes del agua. El agua disuelve casi todos los iones.
El pH sirve como un indicador que compara algunos de los iones más solubles en agua.
El resultado de una medición de pH viene determinado por una consideración entre el número de protones (iones H+) y el número de iones hidroxilo (OH-). Cuando el número de protones iguala al número de iones hidroxilo, el agua es neutra. Tendrá entonces un pH alrededor de 7. El pH del agua puede variar entre 0 y 14.
Cuando el pH de una sustancia es mayor de 7, es una sustancia alcalina o básica. Cuando el pH de una sustancia está por debajo de 7, es una sustancia ácida. Cuanto más se aleje el pH por encima o por debajo de 7, más básica o ácida será la solución. El pH es un factor logarítmico; cuando una solución se vuelve diez veces más ácida, el pH disminuirá en una unidad. Cuando una solución se vuelve cien veces más ácida, el pH disminuirá en dos unidades.

El pH es un factor muy importante, porque determinados procesos químicos solamente pueden tener lugar a un determinado pH. Por ejemplo, las reacciones del cloro solo tienen lugar cuando el pH tiene un valor de entre 6,5 y 8.
La sangre tiene un pH ligeramente alcalino, entre 7,35 y 7,45. Cualquier variación en uno o en otro sentido puede provocar trastornos que van desde alteraciones del ritmo cardíaco hasta acidosis y coma o convulsiones (alcalosis), e incluso la muerte, si no se corrije a tiempo.


El cuerpo posse varios mecanismos para mantener el equilibrio ácido-base y el pH de la sangre entre los valores normales. Los órganos principales que estan involucrados en esta función son los Pulmones y los Riñones. Por eso las insuficiencias renal o ventilatoria producen cuadros graves de acidosis metabólica o respiratoria.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, los alimentos yang son acidificantes, es decir tienden a acificar la sangre y los fluidos corporales.
Los alimentos yin son alcalinizantes.
Esto se refiere a sus efectos sobre el pH en el organismo y no a sus valores intrínsecos.
Por ejemplo, el limón es ácido por naturaleza, pero al ser metabolizado tiene un efecto alcalino.
Con respecto a la alimentación es posible provocar una alcalinización de la sangre ingiriendo en exceso productos lácteos y alcalinizantes durante períodos prolongados. Se le ha llamado: Síndrome de leche y alcalinos. Esta es una afección adquirida causada por altos niveles de calcio (hipercalcemia) y un cambio en el equilibrio ácido-básico del cuerpo hacia los álcalis o bases (alcalosis metabólica).
El síndrome de leche y alcalinos es causado por el consumo excesivo de leche (rica en calcio) y antiácidos solubles del tipo alcalino, especialmente el carbonato de calcio o bicarbonato de sodio (polvo para hornear) por un período de tiempo prolongado.
Con este síndrome, se pueden presentar depósitos de calcio (litiasis o cálculos) en riñones y otros tejidos. Esta afección empeora con el consumo de vitamina D, que frecuentemente se le agrega a la leche que se compra en el supermercado. Anteriormente, este síndrome a menudo era un efecto secundario del tratamiento de una úlcera péptica.
Pero esto es es muy raro.


Mas común es la tendencia a acidificar la sangre a causa de la incorrecta alimentación. Esto a la larga produce desmineralización de los huesos (osteoporosis), caries, cálculos renales, trastornos nerviosos, cansancio crónico, reumatismos, gota, etc.

He aquí una pequeña clasificación según los efectos en el organismo:

-alimentos acidificantes: carnes, huevo, cereales integrales, bebidas alcohólicas y gaseosas, frutos secos, azucar y miel.
-alimentos neutros: manteca, yogur, queso, sal, tofu, salsa de soja
-alimentos alcalinizantes: frutas y verduras frescas, legumbres, algas, ajo, café, mate y té

Los alimentos neutros como la manteca producen un efecto amortiguador o regulador, es decir disminuyen la acidez de los ácidos y la alcalinidad de los alcalinos.

Conociendo las propiedades acidificantes y alcalinizantes de los alimentos podemos mantener una dieta equilibrada y prevenir una multitud de trastornos. Y en el caso de que haya un desequilibrio, corregirlo más facilmente.

Continuará...

sábado, 20 de marzo de 2010

Los alimentos y la energía


La curación y el equilibrio por los alimentos


En qué consiste:
Durante siglos, los conocimientos de la naturaleza han estado limitados a la experiencia y a la percepción, no existía el conocimiento científico.

El pensamiento de la gente estaba encadenado a las creencias tradicionales y conservadoras, y la mentalidad del hombre no estaba tan libre de prejuicios.

Cualquiera que se apartara de lo tradicional era señalado como "traidor a la sociedad".

En el seno de esta comunidad vieja y conservadora, la "experiencia" acumulada era la fuente del saber y se consideraba el más valioso tesoro.

Los jóvenes respetaban a los mayores por su experiencia y sabiduría.

En ese entonces, cuando a una persona le sucedía algo, lo primero y fundamental era su respuesta emocional hacia lo ocurrido. Esto es debido a que el pensamiento racional surgido del neocórtex no estaba aun desarrollado como en la actualidad y la reacción se expresaba sobretodo a partir del sistema límbico, ubicado mas profundamente en el cerebro.
Tales experiencias que fueron acumulando” sabiduría ", dieron paso al "conocimiento" y a la transmisión de esta información de maestro a discípulo.

La persona que poseía una práctica profunda y conocimientos, es decir, en esencia: energía e información, estaba capacitada para percibir y penetrar la verdadera naturaleza de todas las cosas, que incluye también la naturaleza humana.


Esta naturaleza humana fue ampliamente estudiada e investigada, en las viejas tradiciones.

La Medicina Tradicional China es uno de los artes más antiguos de sanación. En realidad, es una medicina preventiva.

Antiguamente, los monjes eran los encargados de la salud de la aldea. Visitaban a las familias en forma periódica y a través de diferentes técnicas mantenían la buena salud de los habitantes, quienes retribuían esos servicios a través del trueque.

El libro más antiguo de Medicina Tradicional China es el Huangdi Neijing (Canon de medicina interna), escrito en forma de diálogo entre el Emperador amarillo y su médico de cabecera. Ahí podemos encontrar las propiedades curativas de muchas hierbas y alimentos además de un análisis profundo de las causas de la enfermedad y métodos de prevención.


La dietética china, junto con la Acupuntura, la fitoterapia y el masaje forman parte de los pilares terapéuticos fundamentales de la Medicina China, hay que agregar también los ejercicios físicos orientados a la salud (chi kung, estiramientos, etc).

Con la acupuntura y el masaje movilizamos y regulamos la energía; con la fitoterapia y la dieta preservamos y nutrimos la esencia.

Si la nutrición es adecuada, la energía será abundante, los órganos estarán bien nutridos y el "Shen" (el espíritu) florecerá, así el sistema nervioso y nuestras emociones estarán en armonía.


Todas las tradiciones curativas de la antigüedad compartían la misma visión holística del ser humano relacionado con su entorno y con los ciclos de la naturaleza.


A partir del “método científico”, el ser humano se separó de su medio y comenzó a fragmentarse para su estudio y comprensión, y esta tendencia siguió desarrollándose hasta nuestros días, de manera que hoy encontramos, “súper” especialistas de estómago, de hormonas o de la mente humana, que no tienen ni idea de lo que pasa en el resto del cuerpo ni en su entorno.


Hipócrates afirmaba: “no hay enfermedades sino enfermos”, aunque hoy en día la tendencia de la medicina tecnificada y científica expresa lo contrario.
Pero los seres humanos y el entorno evolucionamos en forma paralela, estamos unidos, compartimos el mismo origen, la misma fuente, los mismos recursos. Todos formamos parte del mismo reciclado cósmico y cada uno expresa su realidad de una manera particular.


Los seres humanos somos el producto de fuerzas cósmicas y así debemos comprendernos.


La alimentación es esencial para lograr el equilibrio, la armonía y por tanto la salud integral.


La Medicina Tradicional China clasifica a los alimentos según diferentes criterios:


Según la energía intrínseca o naturaleza del alimento:
-Alimentos calientes y templados: tonifican, calientan, ascienden la energía vital, la movilizan, por ejemplo: carnes, mariscos.

-Alimentos neutros: estabilizan, armonizan, centran, por ejemplo: los cereales

-Alimentos frescos y fríos: refrescan, sedan, astringen, hidratan, por ej: frutas y vegetales.


Según su sabor:

Cada sabor tiene una característica energética diferente:
-Alimentos ácidos: astringen, contraen la energía hacia adentro. Actúan sobre el Hígado y la Vesícula Biliar (elemento Madera).

-Alimentos amargos: favorecen el drenaje y la evacuación, descienden y secan. Actúan sobre el Corazón y el Intestino Delgado (elemento Fuego).

-Alimentos salados: En cantidad moderada ablandan, lubrifican. Actúan sobre el Riñón y la Vejiga (elemento Agua).

-Alimentos dulces: ascienden la energía, tonifican, suavizan y lubrifican. Actúan sobre el Bazo, Páncreas y Estómago (elemento Tierra).
-Alimentos picantes: ascienden y favorecen la salida a la superficie de la energía, calientan, estimulan. Actúan sobre Pulmón e Intestino grueso (elemento Metal)


Según su color:
-Alimentos rojos: revitalizan.

-Alimentos amarillos: estabilizan, equilibran.

-Alimentos verdes: desintoxican, depuran.

-Alimentos negros: astringen, tonifican el "Jing" (esencia).

-Alimentos blancos: purifican.


Según la afinidad (tropismo) del meridiano de energía:
Cada alimento tiene un meridiano de impacto principal, por ejemplo: La pera por el meridiano del pulmón, las espinacas por el del hígado, la calabaza por el del Bazo, las castañas por el corazón, los azukis por el riñón.


Teniendo en cuenta todos estos criterios y según el diagnóstico de la persona se determinan los alimentos más convenientes para corregir los desequilibrios existentes.


Es importante seleccionar los alimentos que tonifiquen o dispersen la energía vital, de acuerdo a cada caso, así como las proporciones que determinen el bienestar físico y mental de la persona.

Estas proporciones varían de una persona a otra, pero básicamente una dietan equilibrada se compone de un 50% de cereales (arroz, maíz, avena, cebada, trigo, etc) un 20% de verduras, un 10% de legumbres y semillas, otro 10% de frutas y frutos secos y el resto serian productos de origen animal, preferiblemente pescado. El agua es un alimento indispensable y hay que beberla en cantidades suficientes de acuerdo a las necesidades y a la temperatura.


La forma de cocción también influye: de más fresco a caliente es: al vapor, hervido, frito, al horno y asado o a la plancha. Se puede comprender ya que la cantidad de calor (energía Yang) que absorbe el alimento es diferente en cada caso.


La ventaja es que esta no es una dieta fija sino que se adapta a las condiciones particulares de cada persona: constitución física, edad, época del año, donde vive, tipo de trabajo que realiza, tipo de patología que presenta, etc…No tiene en cuenta el aspecto cuantitativo (cantidad de alimento) o las calorías, sino el cualitativo (calidad energética del alimento).


Es verdad que esta visión implica un tipo nuevo de conocimiento, pero que es accesible a todos. Esta forma de conectar al ser humano con su medio, con las estaciones y con su realidad personal, no solo es más eficaz, es mas espiritual y ecológica, ya que todos los niveles existenciales están implicados.

continuará...

martes, 16 de marzo de 2010

Los 8 aspectos de la salud y la longevidad


Desde la antigüedad la medicina tradicional china, con sus raíces taoístas y confusionistas ha investigado y documentado de manera detallada y profunda los métodos para mejorar perfeccionar los cuidados de la salud y alcanzar la longevidad.

Así gradualmente se fue formando una teoría sistemática, basada en la práctica y la experiencia de muchos sabios y maestros que a lo largo de miles de años dedicaron su energía y sus conocimientos a profundizar en la naturaleza de la vida , y podemos resumirlos en los siguientes ocho aspectos:


1º) Con respecto a los sentimientos.

La salud depende de la alegría de vivir.

Mantenernos alegres y contentos es una condición muy importante para vivir sanos y longevos. En su obra Registros de Mantenimiento de la Salud y la Longevidad, Tao Hongjing (456-536), famoso médico taoísta, propuso que el éxito para tener una buena salud "reside en librarse de los sentimientos excesivos de angustia, tristeza y pena, pues los que saben neutralizar sus sentimientos gozan de una vida longeva".

Podemos actualizar estas recomendaciones agregando la frustración y la preocupación a las que vive sometido, además, el ser humano moderno.
En la medicina china el rol de las emociones y los sentimientos es fundamental en el origen de la enfermedad.

2º)Abstenerse de deseos egoístas

Es importante buscar la armonía y la tranquilidad. Concentrarse en un solo pensamiento, dejando de lado los problemas y preocupaciones.

Para ello se requiere una moral alta, ser sincero y generoso. Encontrar las condiciones de equilibrio físico y psíquico. Según Sun Simiao (581-682), longevo y famoso médico de las dinastías Sui (581-618) y Tang (618-907), la causa por la que no se consigue la longevidad o se muere joven es "la falta de cuidados apropiados, las ambiciones y la búsqueda excesiva de fama y fortuna personales. Por lo tanto, los que saben conservar la salud no ansían cosas difíciles de alcanzar, no corren detrás de deseos inútiles ni intenciones abstractas, y no anhelan lo que no les pertenece, mientras que siempre hablan de la bondad en lugar de fijarse en el dinero y en la fortuna".

3º)Moderacion sexual.

El crecimiento y el desarrollo del cuerpo humano dependen de la energía vital depositada en el riñón. Si el riñón esta bien nutrido de dicha esencia, la vida se prolonga y aumenta la resistencia a las enfermedades.

Para conservar esta energía vital es importante controlar los deseos sexuales. Los abusos, no son convenientes, ya que así la energía vital se agota con facilidad y se perjudica la calidad y la duración de la vida.

Esta es una recomendación general, cada época de la vida (y del año), es diferente. También es diferente para el hombre que para la mujer. A los 60 años hay que preservarse más que a los 20 y en invierno más que en el verano, ya que la energía en el cuerpo es diferente.

Lo importante siempre es el equilibrio y el auto-control.

4º)Seguir las estaciones.

Es decir, adaptarse siempre a las cuatro estaciones del año. Los seres humanos somos parte de la naturaleza, por lo que el cómo adaptarse al cambio climático de las estaciones constituye algo básico en los cuidados de la salud.

Esto incluye la forma de alimentarse, por ejemplo: en invierno comer alimentos mas calientes y energéticos que nos protejan del frió y en verano alimentos más frescos e hidratantes, también se refiere a la forma de vestirse, las actividades que se realizan, etc.
Desde hace muchos siglos que la medicina oriental explica que para lograr la longevidad se han de eliminar los inconvenientes sobre los excesos climáticos, tales como el viento, el frío, el calor en verano, la sequedad, y la humedad. En la medicina tradicional china se las llama energías perversas, ya que cuando invaden el cuerpo solas o asociadas (frío-humedad, viento-frío, calor-sequedad, etc.) dañan la energía defensiva y pueden provocar enfermedad y pérdida de la vitalidad.


5º)El cuidado de la alimentación.

El bazo y el estómago constituyen la base de la energía vital adquirida después del nacimiento, y se les puede perjudicar mediante la irregularidad en las comidas, lo que provoca enfermedades y envejecimiento precoz.


Según el Neijing, la obra Medicina interna del emperador amarillo Huangdi, el yin -principio femenino en la naturaleza, opuesto (pero complementario) al yang, el principio masculino- se produce a partir de los cinco sabores: ácido, amargo, dulce, picante y salado.

Cuando se come en exceso, se perjudican el estómago y los intestinos.

Si se consume sal en exceso, se perjudica el corazón y la circulación de la sangre y el pulso tiende a cambiar, mientras que si se toman demasiados alimentos amargos, la piel se seca y el pelo se cae (se afectan los riñones).

Además, no hay que comer hasta sentirse muy lleno, es mejor consumir platos sencillos y simples, y siempre tibios. Los alimentos más digeribles y saludables son los ligeramente dulces y de sabor suave (como el sabor de los cereales: arroz, avena, maíz, cebada).

En cuanto a los métodos de comer, se aconseja que la comida se coma cocida y bien masticada (y salivada), y no se ingieran alimentos crudos. Es mejor no hablar durante las comidas, aplicar masajes suaves en la cara y el vientre tras cada comida, no consumir verduras crudas, granos crudos, comidas caducadas y malolientes, vegetales mal lavados, comidas excesivamente elaboradas ni de origen desconocido, productos enlatados o industrializados.

En resumen, elegir siempre alimentos frescos y naturales, preferentemente de la zona donde se vive, no abusar de la ingesta, y sobretodo, comer tranquilos y agradecidos.

6º)Practicar regularmente ejercicios físicos.

El cuerpo humano necesita para mantener la salud del movimiento y de los ejercicios constantes, los cuales permiten adquirir energía y vitalidad, y como consecuencia prolongar la vida. La naturaleza de la energía y los fluídos, es fluir. Si se estancan, degeneran.

Ya en los siglos II y III AC, los médicos chinos pregonaban el fortalecimiento de la salud y la prevención de enfermedades mediante la práctica de ejercicios físicos, señalando que el movimiento y los ejercicios permiten asimilar la esencia obtenida de los alimentos y estimulan la circulación de la sangre y de la energía.

Se fortalece la respiración, con todo lo que ello implica a nivel fisiológico y mental.

De este modo se evitan las enfermedades.

Cabe aclarar, que los ejercicios deben ser acordes a la condición y a la edad de la persona y moderados. Es mejor practicar ½ hora todos los días, que 2 ó 3 hs extenuantes 1 vez por semana.

7º) Armonizarse con el carácter propio y cuidarse de acuerdo a la edad.

Esto significa que cada uno debe comprender sus debilidades y sus necesidades fundamentales, de acuerdo a la edad y a la época de la vida. Las recomendaciones no son iguales para un joven de 20 años que para un adulto de 70 años.
En general a partir de los 50 años se comienza a padecer la pérdida de la energía yang y sino se preserva la vitalidad, el decaimiento aumentará cada día, con lo cual se tiende a perder poco a poco la memoria, se vuelve uno perezoso y ya no se siente a gusto en diversos aspectos.

A medida que van disminuyendo la vista y el oído, las personas se molestan y se enfadan más fácilmente, a la vez que observan con lamento los asuntos no realizados y pierden toda esperanza.

Entonces aparece el enojo, la frustración o sino se deprimen y empeoran, y se entra así en un círculo vicioso.

El cuerpo físico esta en permanente cambio y transformación, con el paso del tiempo las funciones se van deteriorando y la capacidad de adaptación disminuye, y si se deja todo librado al azar, sin ocuparse del cuerpo y de la salud emocional y espiritual, la enfermedad y el sufrimiento se instalan en seguida.

En biología se dice. “la función hace al miembro”, esto significa que si movemos y activamos una parte del cuerpo, esta se desarrolla y se fortalece. Por eso la vida sedentaria mata. Siguiendo estas recomendaciones se puede vivir una vida completa, plena y morir de forma natural.

Tampoco hay que abusar de los medicamentos, sobretodo en la actualidad, que son muy fuertes y tienden a generar muchos efectos adversos. Tratar de curarse siempre por medios naturales, preservando la capacidad curativa del cuerpo y confiando en su inteligencia y en los mecanismos de adaptación que posee, los cuales son el producto de millones de años de evolución.


8º) Practicar meditación

Es fundamental para encontrar el equilibrio y la calma del cuerpo y el espíritu.
Trascender las ilusiones de la vida y penetrar en la raiz de la existencia.
Esto nos convierte en verdaderos seres humanos, completos y normales.

Nos permite expandir la conciencia y aumentar el potencial intelectual y creativo, mejorando la adaptación y la toma de decisiones.

La postura de meditación zen, zazen, es muy eficaz y natural.

Pero sino es posible practicarla, es suficiente con sentarse con la espalda y la cabeza derechas, respirando calmada y profundamente, dejando pasar los pensamientos, encontrando la serenidad y el silencio interior.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Dos seres


La mayor parte de la vida la pasamos en relación a nuestro exterior.

En realidad, como veremos luego, esto no es exacto ya que no hay un exterior separado de un interior, aunque tengamos esa percepción.
Como sea, desde niños vamos conformando una personalidad, el “ser social” que nos permitirá establecer relaciones con nuestros semejantes y el entorno.

Este ser social, que nos acompaña a lo largo de nuestras vidas, esta compuesto de un collage variado de información, obtenida por la percepción de los órganos de los sentidos, la educación, el condicionamiento, la vida social, la mente reactiva, el inconciente colectivo, etc.

Un verdadero “Frankenstein” adaptativo, que resulta nuestra tarjeta de presentación en el mundo.

Gracias a él, el “ser social”, nos reconocen los demás (y nosotros mismos), experimentamos el éxito o el fracaso, la aceptación o el rechazo, la suerte y la desgracia. Encontramos mejores oportunidades que otros, pareja, amigos, trabajo, objetos, lo que sea.

Nos viene en los genes, es parte de la herencia de nuestros antepasados cavernícolas.

Podría llamarlo ego o “yo”. Ahora por una cuestión de sentido espiritual y literario y para no caer en analogías psicológicas, prefiero llamarlo simplemente, ser social.

Es nuestra herramienta de adaptación.
Ha sido creado por la interacción del medio y por la percepción que cada uno tiene de sí mismo. Cada día se actualiza mediante los recuerdos, el discurso interior, la mirada de los otros, el espejo en el baño, la foto de graduación, las deudas y obligaciones , etc.
Y este programa que se repite como un disco y esta lleno de archivos e información fragmentada, desordenada e inconexa, que nunca ha sido purificado, desfragmentado ni “apagado”, nos da la sensación de que tiene existencia real y propia.

Pero, hasta que no pase por el ojo del observador, no tendrá identidad propia. El “ser social” seguirá vagando, sin raíces, tratando de integrarse con los retazos de información, recuerdos y la repetición cotidiana del viejo y conocido programa. Constantemente corriendo detrás o huyendo de las contradicciones que él mismo ha creado.

¿Cómo hacer para purificar la personalidad, el "ser social”?

Hay muchas técnicas, tradicionales y modernas, orientales, occidentales y mixtas. Y la mayoría fracasan. ¿Por qué?

Muy simple. La única manera de equilibrar la existencia y sanear la “personalidad” es tomando contacto con el “ser esencial”.
Nuestra auténtica naturaleza, pura y original, que se encuentra reprimida y a la espera de poder manifestarse.

Es interesante, ya que para que el ser esencial, la verdadera esencia de nuestra existencia se manifieste, no hay que hacer “nada”, mejor dicho, es más un “no hacer” que un “hacer” deliberado, visto que está ahí desde siempre, detrás de cada pensamiento, de cada palabra, de cada mirada, de cada acción.
Para expresarlo mejor debería decir “entre cada” pensamiento, en el silencio, en la no acción.

Es la otra cara de la existencia.

Si lo comparamos con un iceberg, podría decirse que es la misma relación entre la parte visible y la parte invisible. El “ser social” representa apenas una parte de todo lo que en verdad somos. En la profundidad, mas allá del tiempo y el espacio, se encuentra el "ser esencial", enorme, invisible y pleno de potencialidad.
Cuanto más tomemos contacto con nuestra esencia, con el silencio y la calma del ser interior, el “ser social” encontrará sus raíces y su sentido. Se volverá la expresión, la herramienta del “ser esencial”.

El fin de la dualidad y la contradicción.

Así la personalidad estará purificada, libre de “virus” y softwares inútiles. Sin necesidad de decorarla porque ya brillará con luz propia y sin necesidad de mentir porque ya en sí misma expresará la verdad, “su” verdad.
En ese momento ya no habrá dos seres sino uno.

Por esta razón es importante integrarse (consigo mismo), tomar contacto con la propia esencia, dejar que esta se manifieste, se expanda, que el ser esencial tome el control.

Es el poder del inconciente, de la potencialidad pura. Energía e información ilimitadas, directo de la fuente.
A este lugar se accede en la calma y el silencio de la meditación (ver zazen).

Mente y cuerpo en unidad, concentrados en la respiración, abandonando las preocupaciones y los miedos inútiles

Es el momento en que uno se convierte en el creador de su propia vida, de su realidad.

De hecho es siempre así, solo que esta vez uno participa con la totalidad del ser.
Un fenómeno que genera en el universo una influencia enorme y positiva.

Dos seres que se vuelven uno

lunes, 8 de marzo de 2010

El espejo de la sabiduría


Así como los ojos necesitan un espejo para poder verse, los pensamientos necesitan también ver su propio reflejo. ¿Y quién es el que observa al pensamiento?

No es otro que el observador.
Desde siempre funcionamos identificándonos con lo que pensamos, de manera que asociamos a nuestro ser con la mera actividad incesante de una parte del cerebro.
El espejo de la mente conciente es el no-pensamiento.

Cuando meditamos podemos comprenderlo. El no-pensamiento es el espacio entre dos pensamientos.
Como el silencio y el sonido, juntos crean la música. El pensamiento y el no pensamiento son partes inseparables de la conciencia cósmica, de la mente del universo.
En el Zen se le llama el pensamiento absoluto, más allá del pensamiento, el pensamiento de Buda, de Dios.
Nuestra existencia puede verse reflejada en el espejo del no pensamiento, en el vacío de la mente, en la calma y el silencio de zazen.

Los pensamientos deben ser purificados, es decir, deben pasar por el ojo del observador. Esto permite cortar la secuencia infinita del discurso interior.

Nos identificamos con la existencia, porque la mente es existencia.

Nos miramos al espejo y creemos que esa imagen que se refleja es uno mismo. Pero es solo un reflejo.

La existencia incluye la no existencia.

Sin no existencia no habría existencia. Parece complicado porque siempre nos consideramos desde el punto de vista de la existencia.
Es como la forma y el vacío. Ya vimos como funciona la percepción de la realidad por los sentidos. El cerebro capta la forma y esa ilusión perceptual hace que creamos que eso que percibimos es fijo y con sustancia propia, porque no consideremos el vacío, solo observemos la forma.
Curiosamente lo que le da utilidad a la forma es el vacío.

¿Se imaginan si no hubiera espacio entre los dedos, o entre las piernas?

Si la música no tuviera silencios, sería ruido, o nada.

Entonces, el espacio entre dos pensamientos, eso que llamamos no pensamiento, es fundamental para la integridad de nuestra mente.

Si es solo vacío no hay existencia, pero si es solo existencia no tiene utilidad. Si es solo no pensamiento, es inconciente, no hay actividad, nos dormimos, desaparecemos. Pero solo pensamiento, es una abstracción sin utilidad, no llega muy lejos, ni es capaz de crear nada, y en muchos casos termina en locura Es el pensamiento discursivo que queda siempre enganchado en una secuencia imparable. Un ruido atroz, contaminante.

¿Cómo hacer para apagar la radio?

Querer no pensar es ya un pensamiento en si mismo. No sirve
Dejar la “mente en blanco”, es una ilusión, sigue siendo actividad de la mente. No sirve.

Es suficiente con sentarse en la postura correcta, equilibrada, con la espalda y la cabeza derechas, dejar que la mente se vaya calmando de su agitación cotidiana, la respiración se vuelva más lenta y profunda, al igual que el flujo de los pensamientos.

Las ondas cerebrales se ralentizan, ganan en amplitud y su ritmo se hace armónico, y como toda armonía, esta incluye los silencios, los espacios vacíos. El córtex frontal reposa y se activan zonas del cerebro profundo, sede del inconciente y que contienen la información ancestral.

Cuando se es conciente de estos espacios vacíos, cuando podemos percibirlos, en la calma y el silencio, en ese momento nuestra pequeña mente se vuelve la mente del universo. Se va más a allá de los límites del conciente. Es una expansión de la conciencia. Verdadera pureza. El ser esencial que se manifiesta en plenitud. Un verdadero tesoro.

Por esto es fundamental practicar meditación.

Regularmente sentarse en calma y silencio y permitir que se manifieste el ser esencial, la auténtica naturaleza.
Hay muchas formas de meditación, pero la postura de zazen, es muy eficaz.

No se trata de buscar condiciones especiales ni de convertirse en algo diferente, o en un modelo estereotipado de iluminación, sino de volver a la condición normal de equilibrio y armonía del cuerpo y de la conciencia Esto no solo permite la curación profunda y encontrar la felicidad en la vida, permitimos además que se exprese el espíritu que refleja todas las formas y no se queda con ninguna.

El espejo de la sabiduría

viernes, 5 de marzo de 2010

Una cuestión de mentalidad


Hemos visto como el estado de conciencia impacta en el cuerpo físico.

Los pensamientos y la materia son inseparables.

Ya vimos la relación existente entre las células de defensa del cuerpo y la bioquímica del cerebro, es decir, la manera en que la actividad cerebral influye de forma directa en el sistema inmunitario, mediante receptores para los neuropéptidos ubicados en la membrana celular. Pero veamos más ejemplos del efecto de la conciencia en el organismo.

En los años ´80 la revista Journal Science publicó un experimento realizado por científicos de la Universidad de Ohio. Se estudiaba el metabolismo del colesterol en un grupo control de conejos, a los que se les había dado una dieta rica en grasas y colesterol.

Como era de esperar, la mayoría de los desafortunados conejos incrementaron enormemente sus niveles de colesterol y lípidos en sangre desarrollando arterioesclerosis.

La sorpresa fue que un grupo de estos conejos no desarrollaba la enfermedad (o la incidencia de esta era mucho menor) y a pesar de la dieta, la colesterolemia (niveles de colesterol en sangre) era en la mayoría normal.

Los científicos estaban desconcertados y no podían atribuir esta diferencia entre los conejos a ninguna causa física o química.

Hasta que a alguien averiguó que el encargado de darles de comer a los conejos, en lugar de arrojarles la comida, los sacaba de la jaula, les hablaba, los acariciaba, les transmitía cariño. Como consecuencia de esta experiencia de amor, o dicho de manera “más científica”, a causa de esta nueva experiencia de energía e información los conejos metabolizaban el colesterol de una manera diferente y esto marcaba la diferencia entre la salud y la enfermedad.


La primera causa de muerte en nuestra sociedad es la enfermedad cardiovascular.

Actualmente el colesterol figura en la lista de enemigos públicos, por lo cual la “ciencia médica” y los laboratorios emprendieron la cruzada para neutralizar al enemigo con medicamentos, cada vez más potentes, y cuando no resultan, entonces hay técnicas quirúrgicas de lo más eficaces (no siempre!).
Hay cada vez más alimentos “Light”, bajos en calorías, en grasas, etc. (en Argentina hay una verdadera marea de estos productos).

A pesar de esto, la incidencia de la enfermedad y la mortalidad por esta causa no ha disminuido.
Así que aunque es importante lo que comemos, el estado de conciencia cuando comemos es también muy importante, es fundamental.

Este hecho todavía no es reconocido por la ciencia médica. De hecho el primer consejo médico ante un aumento de colesterol en sangre es la dieta hipograsa y el medicamento correspondiente, que dicho sea de paso, genera una cantidad enorme de efectos adversos (que luego serán tratados por otro medicamento).

Del estado de espíritu no se habla, cuando se sabe desde la antigüedad, incluso es lo que nos dice el sentido común. Si estás feliz y tranquilo, se pueden digerir todos los alimentos, nada cae mal, todo sigue una vía metabólica armoniosa y normal.
Incluso se ha comprobado que la capacidad de absorción y asimilación es diferente.

De manera que si no hay felicidad por más dieta que se haga, muchos nutrientes ni siquiera pasaran.

Se hicieron experiencias en bebés prematuros que eran estimulados regularmente con caricias y masajes, y se comprobó que maduraban y ganaban peso mucho más rápido que otro grupo de prematuros que solo recibían los cuidados médicos básicos.

Se puede explicar desde el punto de vista fisiológico, ya que la hormona del crecimiento, somatotropina, se libera cuando tocamos a alguien con cariño. Y esta hormona tiene incluso efectos antienvejecimiento (anti-age) ya que es una hormona anabólica que favorece la síntesis de proteínas, la división celular y la formación de tejidos.

Y no solo ocurre con esta hormona. Hay un torrente de sustancias curativas que se segregan como consecuencia del estímulo sensorial. Obviamente, se trata aquí del contacto cariñoso, positivo. Ya vimos lo que produce el estímulo amenazador o negativo.

En la medicina oriental el masaje es una parte fundamental en la terapia. Ayuda a movilizar el flujo de sangre y energía en las canales y tejidos, estimulando la capacidad curativa y defensiva del cuerpo, además del efecto sanador que tiene el contacto afectivo.
Verdaderamente el amor se transforma en sustancias curativas.

Y no solo me refiero al amor como un sentimiento ligado al sexo, a la pareja o a la familia, sino al amor como un sentimiento generoso, feliz, creativo, desapegado: El amor que por naturaleza, por empatía, podemos sentir por los demás, por lo que somos y por lo que hacemos.
La mayoría de los accidentes cardiovasculares fatales no se da en personas de alto riesgo, como fumadores, hipertensos, diabéticos u obesos por ejemplo, sino en personas que están insatisfechas con sus vidas, que detestan sus trabajos, que no son felices.

Es más, según estadísticas, el gran porcentaje de estas muertes ocurren el día lunes. Parece increíble. ¿Que diferencia podría haber entre un día u otro?, sobretodo a la hora de morir. Si es solo una idea. Sin embargo eso ocurre. Es un logro del ser humano, ninguna otra especie del planeta es capaz de esto.

Una idea hace la diferencia entre la vida y la muerte, entre la salud y la enfermedad.

Otra prueba del impacto de la conciencia en el mundo físico.

Incluso nuestra concepción del tiempo lineal, con un pasado, un presente y un futuro que se suceden, es una idea, una ilusión creada por el sistema nervioso.

Desde el punto de vista de la física, en el universo, el tiempo no es una medida lineal y sucesiva. El presente, el pasado y el futuro coexisten en el campo de la potencialidad pura. La experiencia del tiempo lineal es un mecanismo de la naturaleza para evitar que experimentemos todo a la vez, que en realidad es lo que ocurre.

Como sabemos, y todos lo comprobamos, el tiempo y el espacio son relativos. Si estamos felices o concentrados, el tiempo pasa de una manera; si estamos aburridos o sufriendo pasa de otra.

Hay personas que no tienen tiempo nunca, el tiempo no les alcanza. “No tengo tiempo…”

Lo curioso es que cuanto más corren detrás del reloj, menos tiempo tienen y como resultado viven de manera acelerada, su corazón acelerado, su metabolismo acelerado, la actividad del cerebro acelerada. Y esto, esta claro, acorta la vida.


Otro dato: las especies que mas viven son las que van más lento, y que poseen un metabolismo más bajo, como la tortuga o el elefante y si ampliamos la lista en la naturaleza hay árboles que viven cientos de años.

Por consiguiente es fundamental amar lo que uno hace. Aprender a desarrollar este sentimiento y proyectarlo a los demás. Encontrar el propósito en la vida. Aprender. Disfrutar de la experiencia de estar vivos. Es una mentalidad. Una idea. Un sentimiento.

Cuando esto esta claro, ya no hay por que correr detrás del tiempo ni de los objetos. Podemos generar pensamientos que abarquen todo. La salud y la felicidad. El tiempo y el espacio. Volverse un maestro de su propia vida y ya no una víctima.

Es una cuestión de mentalidad.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Vivir y dejar morir

Nacimiento de estrellas

Desde el momento en que nacemos empezamos a morir. Es un hecho.
El ser humano desde sus orígenes se confronta a esta verdad existencial.

Nuestras células están programadas para morir, forman parte de la incesante danza universal de la vida y de la muerte.

No solo eso, nuestro cuerpo físico está muriendo y renaciendo a cada instante. Todo el tiempo hay células que mueren y son reemplazadas por otras nuevas.

Sin embargo, cuando vamos más allá del plano físico, nos vamos encontrando sucesivamente con componentes cada vez más durables. Ya vimos anteriormente, que las partículas elementales que forman átomos, moléculas, células y órganos, tienen miles de millones de años de antigüedad. Y si seguimos “pelando” la cáscara de la existencia, llegaremos al plano de la energía y la información, el campo de la potencialidad pura. Aquí no existe la muerte ni la pérdida, sino la transformación y el movimiento.

Desde el punto de vista del cuerpo físico y de la realidad “cotidiana” dejar de existir es difícil de asumir. La mente es existencia. Nuestra mente discursiva y conciente solo se identifica con la forma y la existencia. Se mueve siempre en el plano físico, creado según la percepción y los límites de los sentidos. Aunque forma y vacío, existencia y no existencia, sonido y silencio, son aspectos inseparables de una misma realidad.

El origen de la cuestión reside en considerar a la existencia como una entidad fija y permanente. Por esta causa la muerte, o mejor dicho, lo no-existencia, provoca sufrimiento (pena, dolor, miedo, pánico, etc.).
Es una cuestión de evolución y se relaciona con la educación, la cultura, los condicionamientos. Tiene que ver con la forma en como la sociedad considera a las personas y como las personas se consideran a si mismas y también como se relacionan con su entorno, con la naturaleza, con el cosmos y sobretodo consigo mismas.

Como hemos visto, la visión materialista, es incapaz de ofrecer respuestas y una verdadera educación. Aisla, individualiza, profundiza en aspectos ilusorios y egoístas del ser humano. Es la dimensión más básica. Solo considera el nivel físico (y material de la vida). Al estar el espíritu relegado a un segundo plano es muy difícil poder comprender la verdadera naturaleza de la existencia.

La vida y la muerte son inseparables, pero no son lo mismo. Como el día y la noche. Cada uno tiene su propia naturaleza. La noche no es solo la ausencia de luz. La noche es la noche y el día es el día, sucediéndose uno tras otro en un armonioso ciclo.

Al pensar en la muerte, generalmente se ve como una línea que termina y no como un ciclo. Consideramos el final de la existencia pero no el comienzo. ¿Y antes de nacer que pasaba?, ¿de donde salimos?.


Sabemos que la energía no puede ser creada ni destruida y que en esencia somos energía e información. Entonces, ¿que es lo que nace y que es lo muere en esencia? ¿Qué parte nuestra es la que nace y cual es la que muere? Ya que la energía se transforma, la información no se pierde y los componentes fundamentales del cuerpo se reciclan.

Creo que lo que llamamos muerte, no es otra cosa que la individualidad, la experiencia subjetiva pasajera, que vuelve a fundirse con la totalidad.

Como una ola que vuelve al mar luego de haber sobresalido de la superficie por un breve momento. En realidad nunca dejó de ser mar, solo fue la experiencia de la ola que hizo el mar.

Nuestra conciencia individual es la experiencia de la conciencia del universo, una experiencia única, el universo que puede verse a si mismo. La conciencia que se observa a si misma.

Las religiones han aportado mitos y supersticiones, aislando todavía más al individuo de su fuente original. Dividiéndolo, fragmentándolo. La ciencia materialista también contribuyó a esta separación.

Cuando solo se vive la existencia individual, cuando se considera solamente la experiencia en el mundo físico y la realidad limitada de los sentidos, entonces hay muerte, hay separación, hay miedo, dolor y curiosamente esto nos impide vivir plenamente, intensamente y experimentar cada momento de la vida como algo único.

También hay que considerar otro aspecto. Somos vividos. Es decir, la vida nos atraviesa, nos mantiene, nos nutre.

Es curioso, pero pasamos la mayor parte de la vida apegados a este cuerpo físico y sin embargo no sabemos como es en verdad ni como funciona, no controlamos el latido del corazón, ni la respiración, ni la miríada de procesos bioquímicos que se realizan en el interior a cada segundo, tampoco la temperatura, ni la digestión, ni la asimilación, ni la división celular, ni el nacimiento, el crecimiento o la muerte. De hecho, mucha gente pasa gran parte de sus vidas, fuera de sus cuerpos. Casi como fantasmas. ¿Quien se ocupa entonces de los aspectos fundamentales, de mantener la vida y la función? Quizás no somos lo que creemos, y haya mucho más por descubrir.

La mejor manera de trascender los límites de la existencia individual, es comprendiendo con la totalidad del ser nuestra verdadera naturaleza y dejar de identificarse con los aspectos efímeros y transitorios de la vida.
Realizar que esta experiencia es única y que lo importante es aquí y ahora.

Creo que si realizamos nuestra naturaleza universal, divina y eterna. Si observamos en nosotros el flujo ilimitado de energía e información que nos rodea y crea a cada instante, podemos asumir la impermanencia de la existencia. Asumir sin identificarse y comprender el ciclo de la vida y de la muerte.

El problema no es morir, el problema es estar muerto en vida.