Desde el momento en que somos concebidos, se pone en marcha el reloj biológico que va a determinar la duración de nuestra vida.
Nuestras células están programadas para envejecer y morir, esto es un hecho. Pero, ¿hay algo que podamos hacer para ralentizar este proceso? ¿Podemos influir en la manera de envejecer?
La medicina moderna, con su visión principalmente materialista, busca la causa y la cura para la vejez en los procesos genéticos y bioquímicos que ocurren a nivel celular, y fabricar en consecuencia medicamentos que neutralicen estos efectos (vitaminas, antioxidantes, celuloterapia, etc.), pero, ¿son realmente eficaces?.
Hay muchos factores que intervienen en la calidad y duración de una vida.
Los científicos investigan los
genes y el funcionamiento de la
célula en este proceso.
Los
cromosomas se encuentran en el
núcleo de la célula que flota en un mar de
citoplasma junto con otros
orgánulos encargados de mantener el balance y la función celular, todos ellos rodeados por una
membrana en la superficie a través de la cual las células envían y reciben información de otras células.
Durante la
división celular, los
cromosomas se condensan, se dividen en dos y el núcleo desaparece para dar paso a la migración de los cromosomas hacia dos nuevas células casi idénticas a la
célula madre. Son”casi” idénticas ya que la nueva célula tiene una pequeña pero significativa diferencia con su madre: sus cromosomas son mas cortos.
Normalmente los
cromosomas tienen un estrechamiento de
ADN en cada uno de sus extremos conocidos como
telómeros. Estas estructuras no llevan información genética pero ejercen su función como una especie de “reloj” cuya integridad conserva la capacidad celular para dividirse. Entre más divisiones celulares, los
telómeros son más cortos llegando un momento en que la célula pierde su capacidad de división.
Si el
telómero se mantuviera estable a pesar de las divisiones celulares múltiples la célula sería “inmortal”, como ocurre en las células cancerosas. Los científicos que trabajan en este campo postulan que el envejecimiento tiene su lado bueno ya que el acortamiento de los telómeros crearía una protección contra la “malignización”de las células.
Los
telómeros son reparados por una
enzima conocida como
telomerasa. Las telomerasas son activas durante el periodo embrionario para inactivarse en la célula adulta. En casos de células cancerosas o en estudios
in vitro de
inducción de telomerasas las células se vuelven inmortales lo que quiere decir que no tienen un límite en sus divisiones celulares.
La
mitocondria es la responsable de la respiración celular.
En el proceso de respiración celular se producen partículas conocidas como
radicales libres; en condiciones normales tanto la célula como la mitocondria son capaces de neutralizar estas sustancias utilizando diferentes mecanismos de regulación enzimática .
Si a pesar de los controles algún daño ocurre, la célula tiene mecanismos de reparación dependiendo de la estructura afectada, generalmente los radicales libres afectan
ácidos nucleicos, como el
ADN y otras sustancias las cuales son reparadas por la célula, solo en casos extremos las estructuras que no pueden ser reparadas son destruidas.
Cuando la célula envejece, la
mitocondria produce una mayor cantidad de radicales libres y los mecanismos de regulación son deficientes, los daños son más marcados y la reparación celular se hace más difícil. De nuevo, los más afectados son los encargados de transmitir la información genética de la célula (como el
ADN), o las estructuras reguladoras de la fisiología celular.
En este proceso llamado ”
oxidación celular”” la consecuencia final será que la célula envejece y en algunos casos muere.
La
muerte celular puede ocurrir de dos maneras, por
necrosis o de forma programada o “
apoptosis” (consultar el post del 13/ene/09).
El término apoptosis viene del
Griego y significa “caída de las hojas”, al activarse diferentes mecanismos intra y extra celulares, las células inician un proceso nuclear de fragmentación para luego englobar los orgánulos citoplasmáticos, la célula apoptótica es entonces
fagocitada por los
macrófagos.
La
apoptosis es un proceso fisiológico y ocurre en todos los tejidos del cuerpo. Es una manera de mantener la forma y la función de los órganos así como de eliminar células defectuosas o malignas.
También en esta lista de
causales podemos incluir los hábitos de vida;
alimentación, estrés, exceso de trabajo, adicciones, tabaquismo, falta de ejercicios, etc.
Es evidente que la forma de vida condiciona la calidad de vida.
Sin embargo, como ya lo venimos observando, la explicación científica en lo que se refiere a la salud y la felicidad y en este caso a la longevidad, siempre es limitada ya que no toma en cuenta los pensamientos y las emociones.
La conciencia no entra en la ecuación. Y algo que es notable:
la edad biológica no concuerda siempre con la edad cronológica.
En la actualidad, aparentemente aumenta la
expectativa de vida, las cifras indican que ahora se vive "más" que antes, sin embargo, hoy en dia encontramos jovenes de 40 años ya "quemados" y padeciendo trastornos de personas de 60 ó 70 años (hipertensión, reumatismos, impotencia, envejecimiento precoz, etc.). También se ven personas de más de 70 u 80 años cuyos organismos se encuentran muy bien conservados y cuya edad biológica (de acuerdo a distintos marcadores como presión arterial, flexibilidad y tono muscular, hemograma, capacidad intelectual, libido, etc) es de 40 años o menos.
La visión de las antiguas tradiciones orientales como la
medicina china o la
ayurveda consideran al
ser humano como un producto de las fuerzas del cielo y de la tierra. Un agregado de elementos que cuando se encuentran en armonía reflejan salud y felicidad. El
taoísmo en China influyó de manera determinante en el pensamiento y en la cultura y por ende en la medicina.
He aquí una explicación de su comprensión de la naturaleza humana.
Todos los humanos nacemos en este mundo dotados con lo que podemos llamar
“los tres tesoros”, gracias a ellos podemos existir, funcionar, sentir y pensar.
Estos tesoros componen nuestra herencia natural, y el grado con el cual los protejamos y preservemos determinará el estado de nuestra salud y la duración de nuestras vidas.
Aquellos que malgastan y abusan de estos tesoros son pobres en salud y felicidad y sus vidas se acortan, mientras que aquellos que los cultivan y conservan disfrutan de la riqueza de la salud y la longevidad.
La
tradición Taoísta de China contiene el registro de investigación y experiencias más antiguo del mundo, abarcando un período más de 3.000 años. Desde tiempos ancestrales, la salud y la longevidad tuvieron un lugar preponderante entre los principales campos de interés estudiados por los adeptos al Taoísmo, quienes ven el organismo humano como un microcosmos, reflejo del propio universo, que posee sus propios ‘cielo’ y ‘tierra’ internos, sus propios ‘climas’ y ‘estaciones’, sus propias transformaciones cíclicas e intercambio natural de energías universales.
En la visión Taoísta, los
Tres Tesoros de los cuales depende la vida son la
esencia (jing), la
energía (chi), y el
espíritu (shen).
La Esencia se refiera al cuerpo físico, incluyendo todos los materiales básicos que lo constituyen, incluso los fluidos tales como hormonas, enzimas, neurotransmisores, humores y líquidos.
La Energía es la fuerza primordial de la vida la cual gracias a su impulso y estímulo recarga cada célula y tejido del cuerpo, dando vida y activando sus funciones. La energía mueve, calienta y protege.
El Espíritu, es la conciencia, la percepción clara y subjetiva y abarca todos los aspectos de la mente incluyendo el inconciente, el conocimiento, pensamientos, sentimientos, voluntad e intuición.
Estos
tres tesoros se presentan por separado para su comprensión pero en realidad son uno. Se intertransforman permanentemente, y esta es una verdad confirmada por la ciencia:
E=MC2 (
equivalencia entre masa y energía). Y como ya lo demuestra la
física cuántica el efecto de la conciencia (el observador) en la materia o de los pensamientos en el funcionamiento e integridad de la célula es innegable.
Cada uno de los
Tres Tesoros tiene dos aspectos fundamentales, conocidos en la terminología taoísta como
“prenatal” y
“postnatal” o “del cielo anterior“ y “del cielo posterior”.
El
aspecto prenatal son las cualidades puras que preceden al nacimiento e implantadas en el embrión fertilizado en el momento de la concepción, podemos incluir aquí los factores genéticos, la herencia, etc.
Los
aspectos postnatales son las manifestaciones temporales las cuales se desarrollan después del nacimiento, comenzando en el momento en el que se corta el cordón umbilical y el niño obtiene el primer aliento de aire.
A nivel prenatal, luego de la
fertilización, los
Tres Tesoros son una unidad indiferenciada e indivisible, y se separan después a medida que el embrión se va formando y sus células especializando y luego del nacimiento toman sus respectivos aspectos temporales, por eso se vuelven vulnerables de agotamiento y decadencia.
Uno de los propósitos primarios de la alquimia Taoísta es restaurar la unidad primordial y la pureza primordial de la esencia, la energía y el espíritu con el fin de prevenir la enfermedad y la degeneración del organismo humano, retardando el proceso de envejecimiento y prolongando la vida.
Se trata simplemente de aprender como emplear la mente para controlar la energía y por ende regular las transformaciones bioquímicas esenciales y el funcionamiento de los órganos vitales del cuerpo. La mayoría de las personas permiten pasivamente que los estímulos del entorno tanto emocionales como físicos gobiernen su esencia y su energía.
Consiste entonces en utilizar activamente la mente para controlar y dirigir la energía, así la energía pasa a controlar la esencia.
El pensamiento mueve la energía y esta mueve y organiza a la esencia (al cuerpo físico).
Dicho de otro modo, la mente dirige a la energía y esta conduce a la materia (sangre, células, etc.).
Como vemos el origen se encuentra en el espíritu, luego aparece la materia. Y como vimos en post anteriores, el poder del pensamiento positivo es "ilimitado".
Con práctica y reflexión seremos capaces de acceder a todo el potencial creativo de nuestra mente, podemos aprender como aplicar “el pensamiento sobre la materia” con el objeto de mantener la salud y logra la longevidad de nuestros cuerpos.
Esta verdadera alquimia interior revierte el constante proceso de debilitamiento y agotamiento de la esencia, y de la vitalidad ocasionado por la vida ordinaria en el mundo material (malos hábitos, stress, desequilibrios emocionales, etc.) y lo transforma en un proceso expansivo que preserva los Tres Tesoros y prolonga la vida.
Este es algo que todos podemos aprender y practicar, pero requiere una familiarización con los principios básicos de la naturaleza que gobiernan la vida humana y su entorno. Es una cuestión de voluntad y de disciplina para volverse maestro de su propia energía, de su propio cuerpo, y de sus pensamientos y por supuesto, convertirse en responsable de su propia vida.
Una verdadera reeducación. Un cambio de visión. Es el observador que se sitúa en un lugar más elevado, más universal. La condición normal y equilibrada del ser humano
Parece difícil pero es simplemente una cuestión de método.
La práctica de
zazen, tiene un impacto muy profundo en la
conciencia y en la
fisiología y su influencia es muy grande. También son eficaces las disciplinas como el
chi Kung, el
tai chi y el
yoga. La prueba está en que las personas que practican regularmente y de forma correcta cualquiera de estos métodos, no solo curan sus dolencias sino que mejoran la calidad de sus vidas y de su entorno.
Asi que a moverse, a respirar, a seguir aprendiendo y a disfrutar de cada momento. Y no olvidar el viejo proverbio: "una manzana por dia mantiene al médico alejado"!
Continuará…