miércoles, 23 de diciembre de 2009

El cerebro y la música


El universo vibra.
Sus componentes fundamentales vibran y de acuerdo a como lo hagan, este movimiento se transformará en conciencia, sonido, color, forma y cualquier objeto que podamos percibir.

La vibración es la causa de generación de todo tipo de ondas, como las sonoras.

Lo que percibimos e interpretamos como realidad no es otra cosa que la vibración registrada por los órganos sensoriales, traducida en lenguaje biológico e integrada en el cerebro, el cual elaborará una respuesta más o menos compleja.

El sonido humanamente audible consiste en ondas sonoras producidas por oscilaciones de la presión del aire, que son convertidas en ondas mecánicas en el oído humano y percibidas por el cerebro, como impulso nervioso (bioeléctrico).

La música es vibración y afecta al sistema nervioso de una forma profunda (y armoniosa).

La estructura física del cerebro produce patrones específicos de descargas eléctricas que crean el lenguaje común entre las neuronas. Se descubrió que esos patrones corresponden a los mismos patrones encontrados en la música. (Proceedings of the National Academy of Sciences, USA [1985] ).

En 1989, experimentos en los que algunos músicos realizaron pruebas mentales con música, indican que la música y otras destrezas creativas, como las matemáticas y el ajedrez, involucran patrones precisos de descargas eléctricas de millones de neuronas cerebrales (Leslie Brothers y Gordon Shaw, Models of Brain Function publicado por R. Cotteril, Cambridge: Cambridge University Press, 1989).

In 1991, Xiaodan Leng y Gordon Shaw propusieron que la música debía ser considerada como un “pre-lenguaje” y que el entrenamiento musical a una temprana edad podía ser útil para “ejercitar” el cerebro para adquirir funciones cognitivas superiores. (Concepts in Neurosciencie, Vol. 2, No. 2 [1991]).

Aquí reproduzco un artículo escrito por Sergio Giacobone, que es músico, practicante de zazen y chi kung y especializado en informática, el cual realiza un interesante trabajo con la musicoterapia.
Practicar música de forma habitual mejora las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial
La música es un creciente campo de investigación en la manera de entender los procesos mentales implicados en el comportamiento.
Una investigación reciente asegura que la práctica musical se asocia con la plasticidad estructural y funcional del cerebro que, a su vez, confirma que éste puede ser modelado a través de la experiencia. Por este motivo, cada vez más especialistas recomiendan una formación musical para mejorar las habilidades lectoras y de escritura, sobre todo, en niños con dislexia.
Durante la última década se ha generalizado la investigación con músicos profesionales para el estudio de la plasticidad del cerebro. El motivo parece claro: para lograr una gran velocidad en los dedos, un músico necesita un gran entrenamiento mental. Un estudio realizado hace varios años ya concluía que un buen pianista o violinista pueden llegar a practicar 7.500 horas antes de cumplir 18 años. Los trabajos elaborados con este grupo parecen verificar los beneficios que experimenta la fisiología cerebral cuando se aprende a tocar un instrumento.
Lutz Jäncke, profesor del Instituto Tecnológico de Zúrich (Suiza), ha recogido la mayor parte de los estudios realizados en la página web “Faculty of 1000″, donde más de 2.000 científicos relevantes opinan sobre la investigación científica principal.Mejorar la inteligenciaJäncke propone la música como terapia neuropsicológica, ya que mejora, sin duda, las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial (capacidad para percibir de forma detallada el mundo y formar imágenes mentales de los objetos).
Esta última es fundamental para los pensamientos de la vida cotidiana, desde solucionar problemas matemáticos complejos hasta envolver el almuerzo diario.Un estudio llevado a cabo con niños de seis años, a quienes se enseñó a tocar un instrumento durante 15 meses seguidos, demostró que, al final del entrenamiento musical, todos los menores experimentaron cambios en su anatomía cerebral.
Las áreas usadas para procesar la música resultaron ser mayores y más activas.
Publicado recientemente en la revista “Journal of Neuroscience”, es el primer estudio que se realiza sobre esta temática.
Las regiones afectadas empiezan a cambiar, incluso, a los pocos meses de iniciar el entrenamiento musical.
Otra investigación canadiense de la Universidad McMaster, elaborada en 2006, señalaba que los cambios se comienzan a detectar a partir de los cuatro meses de enseñanza.

Terapia musical
Las regiones del cerebro implicadas en el procesamiento de la música también son necesarias para otras tareas, como la memoria o habilidades del lenguaje. Por tanto, “si la música tiene una fuerte influencia en la plasticidad del cerebro, es posible que este mismo efecto pueda utilizarse para mejorar el rendimiento cognitivo”, asegura Jäncke. Por este motivo, propone aprender a tocar un instrumento como terapia neurocognitiva.
Uno de los estudios más importantes en este sentido lo realizó Teppo Sarkamo, neurólogo de la universidad de Helsinki, en 2008. En él, intentó examinar si escuchar música a diario aumentaba las probabilidades de recuperar las funciones neurocognitivas y del estado de ánimo tras un accidente cerebrovascular (ictus). Los resultados mostraron una mejora significativa en la recuperación de la memoria verbal y de la capacidad de atención. También hubo una mejora sustancial del estado de ánimo.
Según Jäncke, la música puede utilizarse como una herramienta no invasiva para terapias neurológicas. La formación musical, además, podría mejorar las habilidades lectoras y de escritura, más si se utiliza con niños disléxicos.

Puras ventajas
Además de los beneficios fisiológicos citados, la práctica de tocar mejora el estado anímico de los niños y su relación con los demás. Carolyn Phillips, directora ejecutiva de la Joven Sinfónica de Norwalk es autora de “Twelve Benefits of Music Education”, donde enumera las ventajas globales de la música.
En el terreno individual, tocar un instrumento convierte a quien lo hace en una persona metódica que cuida los detalles (de lo contrario, no suena bien), planifica bien las tareas y tiene mucha capacidad de atención. Esta conducta puede trasladarse a la labor propia del estudiante, a quien se exige calidad y resultados.
La música es un medio de expresión, y una consecuencia de ello es una buena autoestima. Enseña a los jóvenes a vencer el miedo y asumir riesgos, aporta seguridad y autoconfianza. Si se forma parte de una orquesta o grupo, la práctica mejora el trabajo en equipo (para lograr un objetivo único) y la disciplina: para que una orquesta suene bien, el conjunto debe trabajar en armonía.
Favorece el compromiso para aprender, asistir a los ensayos y practicar en casa.

Que dice la ciencia al respecto
Un reciente estudio ha comprobado que el ritmo musical, las melodías y la armonía musical estimulan varias áreas particulares del cerebro, lo cual sugiere que la música puede ser utilizada para ayudar en casos de problemas del habla y en varios tipos de problemas intelectuales vinculados a la vez con el cerebro y con los sonidos. Desde hace bastante tiempo los científicos están investigando de qué manera afectan la música y la armonía al desarrollo cerebral, especialmente en aquellas personas que estudian música y en las que se evidenciaron mayores interconexiones neuronales que en aquellas personas que son indiferentes a la música o que no estudian ningún instrumento musical.“Definitivamente existe una biología de la música”, expreso recientemente el Dr. Mark Tramo de la Escuela de Medicina de la universidad de Harvard. “La música es biológicamente una parte de la vida humana tanto como lo artístico en si mismo es parte de la pasión humana.”, agrego.
El Dr. Gottfried Schlaug del Centro medico Israelí de la ciudad de Boston ha reportado que el cerebelo es mas grande de lo normal en estudiantes masculinos de música clásica que en hombres que no estudian música.
El Dr. Schlaug ha utilizado equipos de resonancia magnética nuclear para comparar los cerebros de 32 instrumentistas clásicos diestros con los de otros 24 hombres también diestros que no tocaban ningún instrumento musical. El ha encontrado una diferencia del 5% en el volumen de sus cerebelos. “Encontrar evidencia como esta es muy importante. La estructura del cerebro parece adaptarse y predisponerse a la música. … Debe dejarse en claro que los músicos mencionados no han nacido con estas diferencias en comparación con las otras personas comparadas.”, aclaro en científico.

Una investigadora en neuropsiquiatría del Instituto de neurología McGill de Montreal, en Canadá, ha estudiado las respuestas emocionales a la música entre gente que ni estudia ni escucha habitualmente música. Los mapeos cerebrales mostraron que algunas partes definidas del cerebro responden especialmente a la música armónica pero no a los sonidos más brutos, vinculados a los ruidos fuertes e inarmónicos. Cuando, en el estudio mencionado, se pasaba de música placentera y armoniosa a música menos placentera y más ruidosa, las áreas mencionadas dejaban de mostrar actividad para pasar a mostrar actividad una área específica del cerebro llamada “parahipocampal Gyrus”; que es una región cerebral fuertemente asociada a la memoria, en la que, por ejemplo, se pueden observar grandes asimetrías en casos de esquizofrenia aguda.
En resumen, no caben dudas que la música puede ayudar a moldear adecuadamente nuestros cerebros.
Solo es cuestión de practicarla y disfrutarla.
http://musicoscuanticos.blogspot.com/

Si ponemos música en nuestra vida (y nuestros cerebros) cambiará la realidad que percibimos.

El tema es muy interesante y por supuesto dá para más, así que continuará.

domingo, 20 de diciembre de 2009

La conciencia original



La conciencia original es nuestra esencia espiritual.

Nuestro ser esencial, es conciencia pura.

La conciencia pura es potencialidad pura; es el campo de todas las posibilidades y de la creatividad infinita. Como es infinita e ilimitada, va más allá de los límites de nuestro pensamiento conciente, de nuestro ser ordinario, trascendiendo el tiempo y el espacio, abrazando todas las contradicciones, por lo tanto es felicidad pura.

La felicidad, el conocimiento, el amor y el silencio, son atributos de nuestro ser esencial. Lo que significa que cualquier búsqueda exterior de los mismos nos aleja y nos confunde. No puede haber intermediarios entre nosotros y nuestro ser esencial. Ni personas, ni dogmas, ni siquiera dioses. Ya que esta conciencia pura es en sí misma Dios o Buda, es el Espíritu Santo, es nuestra esencia universal.

Esto es lo que nos hace “hijos de dios”, que en esencia somos lo mismo que él, o sea, poseemos de manera innata la naturaleza divina. Curiosamente las religiones, los cultos, los “ismos”, se apoderan y manipulan desde siempre el espíritu en nombre de Dios, malinterpretando y deformando esta esencia, volviéndola estrecha y limitada, atada a reglas y supersticiones.

Estamos hechos de material cósmico, los componentes que forman nuestro cuerpo son de origen universal, los mismos que forman las estrellas, las galaxias y la Tierra misma.

Nuestra conciencia “individual” emerge de la conciencia universal. De ese mar inconciente de "potencialidad" infinita. Cuando somos concientes de este hecho, el universo se vuelve conciente de sí mismo, y en ese momento nos volvemos espejos que reflejamos esta verdad universal y el ser esencial se manifiesta, puro, libre de los condicionamientos impuestos por la genética, la educación, las costumbres o los propios límites, ya sean miedos o conformismos.

Cuando descubrimos nuestra naturaleza esencial y sabemos quién somos realmente, este solo conocimiento contiene la capacidad de transformar nuestra vida.

Es la auténtica alquimia espiritual, que convierte la ignorancia en sabiduría, el miedo en seguridad y coraje y el egoísmo en amor incondicional.

Cuanto más desarrollemos nuestra propia naturaleza, es decir, cuanto mas estemos en unidad con nuestro ser interior, con nuestra esencia, más cerca estaremos de ese campo de potencialidad pura y la vida se volverá mucho más creativa y positiva, para nosotros y los demás.

Nos hemos habituado a funcionar con la aprobación y la aceptación de los otros, a creer más en lo que nos dicen que en lo que sentimos profundamente, a tener más confianza en lo exterior que en lo interior. Y esto en la mayoría ha originado miedo, inseguridad, frustración e infelicidad. Buscando todo el tiempo un “tesoro” imaginario fuera de nosotros, pero el verdadero tesoro, la auténtica “joya” se encuentra desde siempre en el interior de cada uno, es el ser esencial del cual me refiero. Solo es cuestión de adoptar posturas y actitudes que permitan que nuestra esencia se manifieste, que podamos ser concientes de ese “inconciente”, cuidándola, desarrollándola, dejando que madure y se exprese, barriendo con los obstáculos y las ilusiones.

Para eso hay que trascender el pensamiento ordinario, dualista y contradictorio, y volver la mirada a nuestro ser, a la respiración, al silencio interior.

Como una puerta giratoria que nos permite cambiar de dimensión en un instante, inconcientemente y naturalmente.

jueves, 10 de diciembre de 2009

La resonancia mórfica, un nuevo enfoque en la biología


La “Resonancia Mórfica”, es una teoría muy interesante del biólogo Rupert Sheldrake y postula que cada especie tiene un «campo» de memoria propio.

Este campo estaría constituido por las formas y actitudes de todos los individuos pasados de dicha especie, y su influencia moldearía a todos sus individuos futuros:
«Cada especie animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen todos los miembros de la especie y a la cual conforman. Si un animal aprende un nuevo truco en un lugar (por ejemplo, una rata en Londres), les es más fácil aprender a las ratas en Madrid el mismo truco. A cuantas más ratas londinenses se les enseñe ese truco, canto más fácil y rápido les resultará a las ratas de Madrid aprenderlo.»

Ello permitiría explicar cómo adquieren los animales sus instintos, incluidas las complejísimas habilidades que muestran algunos animales desde pequeños.
También explicaría cómo se reproduce la forma de un organismo de generación en generación.

El código genético, es decir el ADN, sólo describe los aspectos menos sutiles de la herencia, pero no puede explicar por qué determinadas células de nuestro embrión se han diferenciado dando lugar a una oreja, un ojo, el dedo gordo del pie izquierdo, determinado tejido intestinal, etc. Según Sheldrake, adquiriríamos la forma que reconocemos como humana porque las formas de todos los miembros pasados de nuestra especie «resuenan» en nosotros, como ondas en un estanque, organizando la vía de nuestro crecimiento. A la vez, nosotros incorporamos nuestra forma a la memoria colectiva de la especie, engrosándola e incrementando así su influencia. Y al igual que las formas «resonarían» todo tipo de instintos y actitudes.
Estos hábitos de organización serían inherentes a toda la naturaleza. Por ejemplo, si elaboramos un nuevo compuesto químico, debería ser más fácil obtenerlo en otros laboratorios a medida que transcurre el tiempo, porque cuantas más veces haya cristalizado, mayor será su campo de resonancia mórfica. En realidad, hace décadas que los químicos reconocen este hecho.

La revista inglesa New Scientíst convocó en 1982 un concurso de experimentos para probar la hipótesis. El ganador fue un científico de Nottingham, que envió un poema tradicional turco junto con una versión desbaratada del mismo poema que seguía rimando —la resonancia mórfica tendría que hacer mucho más fácil, para quienes no sepan turco, aprender el poema verdadero—. La idea se puso en práctica con tres poemas enviados por un poeta japonés: uno era un poema conocido por miles de niños, los otros dos fueron especialmente compuestos con una estructura parecida al primero. En los experimentos, realizados en Gran Bretaña y Norteamérica, el 62% de los voluntarios encontraron más fácil de aprender el poema original (que no sabían cuál era). Si no existe la resonancia mórfica, la dificultad de aprender los poemas habría de ser la misma para los tres.
En 1986, el Tarrytown Group de Nueva York concedió los premios de otro concurso. El primer premio, de 10.000 dólares, se repartió entre dos pruebas similares. Un psicólogo de Yale enseñó a estudiantes que no sabían hebreo palabras hebreas de tres letras, la mitad reales y la otra mitad falsas. Los estudiantes, que no sabían de qué iba el experimento, encontraron más familiares las palabras verdaderas. Por su parte un psicólogo inglés escogió palabras persas verdaderas y otras con letras mezcladas, y pidió a ochenta estudiantes que las dibujaran tras observarlas unos segundos. Ni ellos ni los jueces conocían el propósito del experimento, pero el 75% de los jueces consideraron mejor reproducidas las palabras verdaderas que las mezcladas.
Se han realizado también detallados experimentos por televisión, que muestran que cuando millones de personas son informadas en un país, por ejemplo Inglaterra, de cuáles son las imágenes ocultas en un dibujo, a los grupos de control que hay en países lejanos se les hace mucho más fácil descubrirlas. Pese a lo sorprendente de estos resultados, Sheldrake todavía considera que para que la "comunidad científica" acepte una hipótesis tan radical, hacen falta pruebas más contundentes, y pasará todavía un tiempo.

Por otra parte, si la naturaleza evoluciona, ¿porqué no habrían de evolucionar también las leves de la naturaleza? ¿Por qué las leves que gobiernan el crecimiento de los naranjos tendrían que estar ahí antes de que existiesen los naranjos? En vez de leyes eternas e inmutables, las regularidades de la naturaleza podrían parecerse más a hábitos, que van modificándose lentamente con el tiempo. Digamos que el universo, considerado como un "organismo" tiene una "forma" de hacer las cosas, hábitos, que los puede ir modificando y adaptando a medida que evoluciona.

EL MISTERIO DE LA MENTE

Todos nosotros hemos crecido con la idea de que los recuerdos están almacenados en el cerebro. Usamos la palabra “cerebro” de manera intercambiable con “mente” o “memoria”. Aunque, como se está comprobando, el cerebro es más un sistema de sintonización que un dispositivo de almacenamiento de memoria.

Uno de los argumentos principales para la localización de la memoria en el cerebro es el hecho de que ciertos tipos de daño cerebral pueden conducir a una pérdida de memoria. Si el cerebro es dañado en un accidente de coche y alguien pierde la memoria, entonces la suposición obvia es que el tejido de la memoria ha debido ser destruido. Pero esto no es necesariamente así.

Si dañara tu aparato de TV para que fueras incapaz de recibir ciertos canales, o si hiciera enmudecer al aparato de TV mediante la destrucción de la parte relacionada con la producción de sonido a fin de que todavía pudieras recibir imágenes pero no sonido, esto no probaría que el sonido o las imágenes estaban almacenadas dentro del aparato de TV. Meramente demostraría que yo había afectado el sistema de sintonización para que tú no pudieras ya recibir la señal correcta. La pérdida de memoria por daño cerebral no prueba ya que la memoria esté almacenada dentro del cerebro. De hecho, la mayor parte de la memoria perdida es temporal: la amnesia que sigue a una conmoción, por ejemplo, es a menudo temporal. Esta recuperación de memoria es muy difícil de explicar en términos de teorías convencionales: si los recuerdos han sido destruidos porque el tejido de memoria ha sido destruido, no deberían regresar de nuevo; y sin embargo a menudo lo hacen.

Los experimentos sobre estimulación eléctrica del cerebro por Wilder Penfield y otros sugieren otro argumento a favor de la localización de la memoria en el interior del cerebro. Penfield estimuló los lóbulos temporales de los cerebros de pacientes epilépticos y encontró que algunos de estos estímulos podían provocar respuestas vívidas que los pacientes interpretaban como recuerdos de cosas que habían hecho en el pasado. Penfield supuso que, de hecho, estaba estimulando recuerdos que estaban almacenados en el córtex. Volviendo de nuevo a la analogía de la TV, si estimulara el circuito de sintonización de tu aparato de TV y saltara a otro canal, esto no probaría que la información estaba almacenada dentro del circuito de sintonización. Es interesante que, en su último libro, The Mistery of the Mind [El Misterio de la Mente], el propio Penfield abandonaba la idea de que los experimentos probaban que la memoria estaba dentro del cerebro. Y llegaba a la conclusión de que la memoria no estaba almacenada en absoluto en el córtex.

Ha habido muchos intentos de localizar trazas de memoria en el interior del cerebro, el más conocido de los cuales fue realizado por Kart Lashley, el gran neurofisiólogo americano. Entrenó ratas para que aprendieran trucos, después cortó pedazos de sus cerebros para determinar si las ratas todavía podían hacer trucos. Para su asombro, encontró que podía retirar más del cincuenta por ciento del cerebro –cualquier 50%– y no había virtualmente ningún efecto en la retención de este aprendizaje. Cuando retiró todo el cerebro, las ratas no podían realizar ya los trucos, así que concluyó que el cerebro era necesario de algún modo a la ejecución de la tarea, lo cual no es precisamente una conclusión muy sorprendente. Lo que fue sorprendente fue cuánto del cerebro podía suprimir sin afectar a la memoria.

Otros investigadores han encontrado resultados similares incluso con invertebrados como el pulpo. Esto condujo a un experimentador a especular con que la memoria estaba tanto en cualquier sitio como en ninguno en particular. El mismo Lashley concluyó que los recuerdos están almacenados de una manera distribuida por todo el cerebro, ya que no pudo encontrar las trazas de memoria que requería la teoría clásica. Su estudiante, Karl Pribram, extendió esta idea con la teoría holográfica del almacenamiento de memoria: la memoria es como una imagen holográfica, almacenada como un patrón de interferencia por todo el cerebro.

Lo que Lashley y Pribram (al menos en alguno de sus escritos) no parecen haber considerado es la posibilidad de que los recuerdos pueden no estar almacenados en el cerebro en absoluto. La idea de que no están almacenados en el interior del cerebro es más consistente con los datos disponibles que con las teorías convencionales o la teoría holográfica.

Han surgido muchas dificultades al tratar de localizar el almacenamiento de memoria en el cerebro; en parte porque el cerebro es mucho más dinámico de lo que previamente se pensaba. Si el cerebro está para servir como almacén de memoria, entonces el sistema de almacenamiento tendría que permanecer estable; sin embargo ahora se sabe que las células nerviosas funcionan mucho más rápidamente de lo que se pensaba previamente. Todas las sustancias químicas en las sinápsis y las estructuras nerviosas y moleculares están funcionando y cambiando todo el tiempo. Con un cerebro muy dinámico, es difícil ver como se almacenan los recuerdos.

Hay también un problema lógico, que varios filósofos han señalado, con las teorías convencionales de almacenamiento de memoria. Todas las teorías convencionales asumen que los recuerdos están de alguna forma codificados y localizados en una memoria almacenada en el cerebro. Cuando son necesarias son recuperadas por un sistema de recuperación. A esto se le llama modelo de codificación, almacenaje y recuperación.

No obstante, para que un sistema de recuperación recupere algo, debe saber lo que quiere recuperar; un sistema de recuperación de memoria debe saber lo que la memoria está buscando. Así debe ser posible reconocer el recuerdo que está intentando recuperar. A fin de reconocerlo, el propio sistema de recuperación debe tener algún tipo de memoria. Por lo tanto, el sistema de recuperación debe tener un sistema de sub-recuperación para recuperar sus recuerdos de su almacén. Esto conduce a una regresión infinita. Varios filósofos argumentan que éste es un fallo lógico fatal en cualquier teoría convencional sobre el almacenamiento de memoria. Sin embargo, en general, los teóricos de la memoria no están demasiado interesados en lo que dicen los filósofos, así que no se molestan en replicar a este argumento. Sin embargo, como argumento, es en verdad bastante poderoso.

Al considerar la teoría de la resonancia mórfica de la memoria, podríamos preguntar: si sintonizamos con nuestros propios recuerdos, entonces ¿por qué no sintonizamos también con los de otras personas? Probablemente lo hacemos, debido a que hay una memoria colectiva con la que todos nosotros estamos sintonizados, la cual conforma un trasfondo contra el cual se desarrolla nuestra experiencia y contra el cual se desarrollan nuestros recuerdos individuales. Este concepto es muy similar a la noción de memoria colectiva.

Jung pensaba en la memoria inconsciente como una memoria colectiva: la memoria colectiva de la humanidad. Pensaba que la gente estaría más sintonizada con miembros de su propia familia y raza y grupo social y cultural, pero que no obstante habría una resonancia de fondo de toda la humanidad: una experiencia común o promediada de cosas básicas que toda la gente experimenta (por ej: la conducta materna y varios patrones sociales y estructuras de experiencia y pensamiento). No sería tanto una memoria de personas particulares del pasado como un promedio de las formas básicas de las estructuras de memoria; estos son los arquetipos. La noción de Jung de inconsciente colectivo tiene extremadamente buen sentido en el contexto del enfoque general de esta nueva manera de ver la biología. La teoría de la resonancia mórfica conduce a una reafirmación radical del concepto junguiano de inconsciente colectivo.

Esto necesita ser reafirmado porque el contexto mecanicista corriente de la biología, la medicina y la psicología convencional niega que pueda haber una cosa tal como el inconsciente colectivo.

El concepto de una memoria colectiva de una raza o una especie ha sido excluido en general, incluso como posibilidad teórica. De acuerdo a la teoría convencional, no puedes tener ninguna herencia de características adquiridas; sólo puedes tener una herencia de mutaciones genéticas. Según las premisas de la biología convencional, no habría modo de que las experiencias y mitos de, por ejemplo, las tribus africanas, tuvieran alguna influencia en los sueños de alguien de descendencia no africana en Suiza; lo cual era el tipo de cosa que Jung pensaba que de hecho ocurría. Desde el punto de vista convencional, esto es bastante imposible, y es la razón por la que la mayoría de biólogos y otros expertos dentro de la corriente dominante de la ciencia no toman en serio la idea de inconsciente colectivo. Se la considera una idea rara y alternativa que puede tener algún valor poético como una especie de metáfora, pero que no tiene ninguna relevancia para la ciencia propiamente dicha, ya que es un concepto completamente insostenible desde el punto de vista de la biología normal.

El concepto de memoria colectiva de la teoria de la resonancia mórfica es muy similar a la idea junguiana de inconsciente colectivo. La diferencia principal es que la idea de Jung se aplicaba principalmente a la experiencia humana y a la memoria colectiva humana. Sin embargo hay un principio muy similar que opera en todo el universo, no sólo en los seres humanos. Si el tipo de cambio radical de paradigma sigue adelante dentro de la biología –si la hipótesis de resonancia mórfica es siquiera aproximadamente correcta– entonces la idea de Jung de inconsciente colectivo se convertiría en una idea dominante: los campos morfogenéticos y el concepto de inconsciente colectivo cambiarían completamente el contexto de la moderna psicología y de la ciencia en general.

Esto indica que también podríamos sintonizar con el inconsciente de otras personas, y ello nos acerca al inconsciente colectivo postulado. La sintonización por resonancia con la memoria reciente de otras personas puede igualmente dar explicación de fenómenos como la telepatía. Otro hecho curioso es que, si la resonancia mórfica facilita el aprendizaje, «en el presente siglo cada vez debería resultar más tácil aprender a ir en bicicleta, a conducir un automóvil, a tocar el piano o a utilizar una máquina de escribir, a causa de la resonancia mórfica acumulada de la gran cantidad de gente que ya ha adquirido estas habilidades».

La resonancia mórfica también tiene poderosas implicaciones: «De acuerdo a esta teoría nuestras ideas y actitudes pueden influir a distancia sobre otras personas, sin que ni ellas ni nosotros lo sepamos...

Verdaderamente la única solución a los problemas sociales (e individuales) es un cambio en nuestra manera de pensar y sentir... Si consideramos que nada podemos hacer y que no importan nuestros sentimientos y acciones, esta actitud puede extenderse e influir sobre otras personas... Pero si creemos en la posibilidad de una nueva manera de pensar, de sentir y experimentar la vida, nuestras acciones serán más positivas y creativas, y tendrán sentido completamente, y esta actitud se transmitirá inevitablemente a los demás».
Inconciente y naturalmente

lunes, 7 de diciembre de 2009

Contrato tácito de la gente que duerme


Este texto fue enviado por un anónimo a la radio “Ici et Maintenant” ("Aquí y ahora") de Francia, en relación con el “tristemente” conocido múltiple atentado del 11/9/01 en USA.

“Queridos amigos:
El 11 de setiembre se cumple un triste aniversario de una catástrofe altamente simbólica para toda la humanidad.
Sin importar nuestras creencias o nuestras ideas políticas, el sistema establecido en nuestro mundo libre se basa en la aprobación tácita de una especie de contrato con cada uno de nosotros. Aquí se detalla en líneas generales su contenido:

1) Acepto la competencia como la base de nuestro sistema, aunque soy consciente de que esta operación crea frustración e ira en la gran mayoría de los perdedores.

2) Estoy de acuerdo en ser humillado o explotado, siempre y cuando no se modifique la vida a la que estoy acostumbrado, aunque incluso eso signifique humillar o explotar a alguien que ocupa un lugar más bajo en la pirámide social.

3) Acepto la exclusión de los inadaptados, marginales y de los menores, porque creo que la gestión de la sociedad tiene sus límites.

4) Estoy de acuerdo en pagar a los bancos de mi salario para que ellos inviertan los ingresos obtenidos a su conveniencia, y además no deberán reintegrarme nada de sus enormes beneficios (que usarán para robar a otros países pobres, y a este mismo, lo que se acepta implícitamente). También acepto que me cobren una alta comisión por prestarme dinero que es, además, de otras personas.

5) Acepto que se congelen y se tiren toneladas de alimentos para mantener los precios del mercado o manipular la economía, en lugar de ofrecerlos a millones de personas que sufren y mueren de hambre cada día.

6) Estoy de acuerdo en que esté prohibido poner fin a su vida rápidamente, sin embargo, puedo tolerar que se haga lentamente, con la ingestión o inhalación de sustancias tóxicas permitidas por los gobiernos.

7) Acepto que se haga la guerra para mantener la paz…

8) Estoy de acuerdo en que se divida a la opinión pública mediante la creación de partidos políticos de izquierda y derecha que pasarán su tiempo peleándose, ya que esto me da la impresión de que hay “gobernabilidad”, y se están ocupando de mí. Acepto también toda clase de divisiones posibles, siempre que me permitan localizar un “enemigo” designado y focalizar mi enojo y frustración en él.

9) Estoy de acuerdo en que el poder de moldear la opinión pública esté en manos de especuladores no elegidos democráticamente y completamente libres de controlar a los gobiernos, porque estoy convencido de la buena utilización que ellos hacen de esto, además si sale en los “medios” debe ser verdad.

10) Acepto la idea de que la felicidad se reduce a la comodidad, el consumo, el sexo, y la libertad de poder satisfacer todos los deseos, porque eso es lo que la publicidad repite todo el día. Cuanto más infeliz me siento, más consumo: Así puedo cumplir mi papel en el sistema contribuyendo al buen funcionamiento de nuestra economía.

11) Estoy de acuerdo en que el valor de una persona se mida por el tamaño de su cuenta bancaria, y que se aprecie su utilidad en función de su productividad más bien que por su calidad y creatividad, y que se la excluya del sistema si no es productiva.

12) Estoy de acuerdo en que se pague generosamente a los jugadores de fútbol y a “gente del espectáculo”, y mucho menos a los maestros y a los médicos, encargados de la educación y la salud de las generaciones futuras.

13) Acepto que excluyamos (depositemos) a los “mayores” en lugar de beneficiarnos de sus experiencias y sabiduría, que como sabemos, en nuestra sociedad moderna y altamente evolucionada, eso no sirve de mucho.

14) Acepto que me presenten noticias negativas y aterradoras del mundo todos los días, así puedo apreciar lo normal de mi situación y la suerte que tengo de que a mi eso no me suceda. Sé que mantener el miedo en nuestra mente no sólo es normal sino que además puede ser beneficioso para nosotros.

15) Estoy de acuerdo en consumir alimentos tratados con hormonas, sustancias “químicas” y pesticidas sin que explícitamente me lo aclaren. Estoy de acuerdo en que los cultivos transgénicos se propaguen, permitiendo que los grandes monopolios (como el “pool” de siembra) se beneficien con patentes, jugosos dividendos y privilegios, manteniendo bajo su yugo a la agricultura mundial, y obviamente al pequeño y mediano productor.

16) Acepto que los bancos internacionales presten dinero a los países desfavorecidos (como Argentina) y que al no poder pagar los intereses usureros, no solo les de el derecho a intervenir en la política “interior” del país, sino además a quedarse con sus recursos.

17) Estoy de acuerdo en que las multinacionales no apliquen los avances sociales de los países “más desarrollados” en los países más pobres (como Argentina). Considerando que ya es “un regalo” que las personas puedan trabajar, aunque sea como esclavos, incluso está bien que se sirvan de las leyes existentes en estos países para que niños y mujeres trabajen en condiciones inhumanas y precarias. En nombre de los derechos del hombre y del ciudadano, no tenemos porque intervenir.

18) Estoy de acuerdo en que los políticos puedan ser gente de dudosa honradez e incluso corruptos. Que gocen de inmunidad, buena paga y de otros privilegios. Para el resto, está bien que no haya tolerancia ni privilegios.

19) Estoy de acuerdo en que las empresas farmacéuticas experimenten, especulen y vendan medicamentos, incluso si esto representa negociar con la salud de la población, y también que los fabricantes de alimentos vendan sus productos obsoletos o que usen sustancias cancerígenas que deberían estar prohibidas.

20) Acepto la búsqueda, a toda costa, del beneficio económico como el objetivo supremo de la humanidad, y la acumulación de riquezas como la realización de la vida humana.

21) Acepto la destrucción de los bosques, la virtual desaparición de los peces de los ríos y océanos. Acepto el aumento de la contaminación industrial y la propagación de venenos químicos y elementos radioactivos en la naturaleza. Acepto el uso de todo tipo de aditivos químicos en mi dieta porque estoy convencido de que si los ponen es por que son útiles y seguros, por otra parte, es lo que hacen “todos”.

22) Acepto esta situación, y admito que no puedo hacer nada para cambiarla o mejorarla.

23) Acepto ser tratado como ganado, porque de todas formas, creo que no valgo más que eso.

24) Estoy de acuerdo en no hacer preguntas, ignorar todo esto y no crear una oposición real, porque estoy muy ocupado con mi vida y mis preocupaciones. Acepto, incluso si no me lo piden, defender a muerte este contrato.

25) Por lo tanto, acepto, de plena conciencia, y por último, la triste matriz que ponen delante de mí, aunque esta me impida ver la realidad de las cosas. Sé que lo hacen por mi causa y la de todos, gracias.

Si estás en contra, todavía puedes poner en práctica los recursos de la amistad y el amor, la fraternidad y la responsabilidad compartida, pensar, diseñar, construir y ser atrevidos, sin miedo y sin dejarse abusar. Todo retraso nos acerca más a la nada”.

Escrito por la amistad en la Tierra el 11 de setiembre de 2003

Decidí publicar estas palabras en el blog como una forma de ayudar a despertarnos del sueño y la apatía en que se encuentra sumida la sociedad en general. Este no es un espacio político, no es necesario identificarse con esto, lo que es importante es despertar y contribuir a que los demás también lo hagan, ya que de una forma u otra estamos todos conectados.
De vez en cuando un “sacudón” no está mal.
Aquí va el link de un sitio interesante: http://www.zeitgeistmovie.com/

Saludos

sábado, 28 de noviembre de 2009

El arte de la Paz

O´Sensei Morihei Ueshiba

El arte de la paz comienza contigo. Trabaja sobre ti mismo sin descanso. Todos tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de cierta manera, un sendero conveniente para seguir. Estás aquí con el sólo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata. Alimenta la paz en tu propia vida y luego aplica el arte a todo lo que encuentres.

No son necesarios edificios, dinero, poder o prestigio para practicar el Arte de la Paz.

El cielo está exactamente allí donde te hallas y ese es el lugar para entrenarse. Todas las cosas, materiales y espirituales, surgen de una misma fuente y están relacionadas como si formaran una familia. El pasado, el presente y el futuro están contenidos en la fuerza de la vida. El universo emergió y se desarrollo desde una fuente única, y nosotros evolucionamos a través del proceso óptimo de unificación y armonización.

El Arte de la Paz es la medicina para un mundo enfermo. En el mundo existen el mal y el desorden porque la gente ha olvidado que todas las cosas emanan de una sola fuente. Regresa a esa fuente y deja atrás todo pensamiento autocentrado, todo deseo mezquino y toda ira. Aquellos que están poseídos por la nada lo poseen todo.

Si no te has unido a la verdadera vacuidad,
nunca comprenderás el
Arte de la Paz

El Arte de la Paz funciona en todas partes en la tierra, desde la vastedad del espacio hasta la más pequeña planta o el más pequeño animal. La fuerza de la vida lo penetra todo y su fortaleza es ilimitada. El Arte de la Paz nos permite percibir y recurrir a esa enorme reserva de energía universal.

Ocho fuerzas sostienen la creación:
Movimiento y quietud,
Solidificación y fluidez,
Extensión y contracción,
Unificación y división.

La vida es crecimiento. Si detenemos el crecimiento, técnica y espiritualmente, somos tan útiles como cadáveres.


El Arte de la Paz es la celebración del enlace del cielo, la tierra y la humanidad. Es todo lo verdadero, lo bueno y bello. Una y otra vez será necesario que te retires entre montañas profundas y valles ocultos para restablecer tu lazo con la fuente de vida. Inspira y déjate elevar a los confines del universo; espira y deja al cosmos regresar dentro de ti. Luego aspira toda la fecundidad y vitalidad de la tierra. Por último, combina el aliento del cielo y el aliento de la tierra con el tuyo propio, transformándote en el aliento mismo de la Vida.

Todos los principios del cielo y de la tierra están vivos dentro de ti. La vida misma es la verdad y esto nunca cambiará. Todo, en el cielo y en la tierra, respira. La respiración es el hilo que ata a la creación y la mantiene unida.

Considera el flujo y reflujo de la marea. Cuando las olas vienen a golpear la orilla, se alzan y caen provocando un sonido. Tu respiración debería seguir el mismo patrón, absorbiendo el universo entero en tu vientre con cada inhalación. Debes saber que todos tenemos acceso a cuatro tesoros: La energía del sol y la luna, la respiración del cielo, la respiración de la tierra y el flujo y reflujo de la marea.

Aquellos que practican el Arte de la Paz deben de proteger los dominios de la Madre Naturaleza, divino reflejo de la creación, y mantenerla bella y fresca.

Contempla las obras de este mundo, escucha las palabras del sabio y toma todo lo que es bueno como propio. Con esto como base, abre tu propia puerta a la verdad. No desprecies la verdad que está justo ante ti. Observa cómo fluye el agua en el arroyo de un valle, suave y libremente entre las rocas. Cada cosa - incluyendo ríos y montañas, plantas y árboles - debería ser tu maestro.

Crea cada día nuevamente vistiéndote con el cielo y la tierra, bañándote con sabiduría y amor colocándote en el corazón de la Madre Naturaleza.

No dejes de aprender de la voz pura del arroyo de montaña,
que fluye eternamente salpicando las rocas
.

La Paz se origina con el fluir de las cosas, su corazón es como el movimiento del viento y de las olas. El Camino es como las venas que hacen circular la sangre a través de nuestros cuerpos, siguiendo el curso natural de la fuerza de la vida. Si estás separado siquiera un poco de la esencia divina, estás alejado del Camino.

Tu corazón está lleno de semillas fértiles esperando brotar. Del mismo modo que una flor de loto surge del lodo para florecer en todo su esplendor, la interacción de la respiración cósmica hace florecer el espíritu para que dé fruto en este mundo. Estudia las enseñanzas del pino, del bambú y del pimpollo de ciruelo. El pino está siempre verde, firmemente enraizado y es venerable. El bambú es fuerte, resistente a inquebrantable. El pimpollo de ciruelo es vigoroso, perfumado y elegante.


Mantén siempre tu mente tan luminosa y clara como el vasto cielo, el gran océano y el pico más alto, vacía de todo pensamiento. Mantén siempre tu cuerpo lleno de luz y calor. Llénate a ti mismo con le poder de la sabiduría y la iluminación. Tan pronto como te ocupas del “bien” y el “mal” de tus semejantes, creas una abertura en tu corazón por la que entra la malicia. Examinar, competir y criticar a otros te debilita y te derrota.

El Arte de la Paz no es fácil. Es una lucha hasta el fin, la matanza de los malos deseos y de la falsedad interior. En algunas ocasiones, la Voz de la Paz resuena como un trueno, sacudiendo a los seres humanos y sacándolos de su letargo. Clara como el cristal,
Para practicar adecuadamente el Arte de la Paz, debes calmar el espíritu y retornar a la fuente.
Eliminar toda malicia, egoísmo y deseo para limpiar el cuerpo y el espíritu.
Sentir eterna gratitud por los dones recibidos del universo, de tu familia, de la Madre Naturaleza y de tus semejantes.

El Arte de la Paz esta basado en cuatro Grandes Virtudes: Valor, Sabiduría, Amor y Amistad, simbolizadas por el Fuego, el Cielo, la Tierra y el Agua.
La esencia del Arte de la Paz es limpiar tu ser de malicia, armonizar con tu ambiente y despejar tu Camino de todos los obstáculos y barreras.

La única cura par el materialismo es la limpieza de los seis sentidos (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente). Si los sentidos están obstruidos, la percepción se enturbia. Cuanto más turbia la percepción, más se contaminan los sentidos. Esto crea desorden en el mundo y ese es el mal más grande. Refina tu corazón, libera los seis sentidos y déjalos funcionar sin obstrucciones, y tu cuerpo y alma enteros brillarán.

Toda vida es una manifestación del espíritu, la manifestación de amor. Y el Arte de la Paz es la forma más pura de ese principio. Un guerrero es responsable de detener toda discusión y toda lucha. El amor universal funciona de formas diversas; a cada manifestación se le debe permitir libre expresión. El Arte de la Paz es verdadera democracia.

Hay muchos caminos que llevan a la cima del Monte Fuji, pero hay una sola cumbre: el amor. La lealtad y la devoción hacen al valiente. La valentía conduce al espíritu de sacrificio. El espíritu de sacrificio genera confianza en el poder del amor.

La economía es la base de la sociedad. Cuando la economía es estable la sociedad se desarrolla. La economía ideal une lo espiritual y lo material, y las mejores mercancías con las cuales comerciar son la sinceridad y el amor.

El Arte de la Paz no se apoya en armas ni en la fuerza bruta para triunfar; en lugar de eso nos afinamos con el universo, mantenemos la paz en nuestros ámbitos, nutrimos la vida y evitamos la muerte y la destrucción. El verdadero significado de la palabra samurai es aquel que sirve y adhiere al poder del amor.

Ilumina el Camino de acuerdo a la luz interior.

El Camino de la Paz es extremadamente vasto; refleja el propósito de ambos mundos, el manifiesto y el oculto, el visible y el invisible.

Tu mente debería armonizar con el funcionamiento del universo; tu cuerpo, con el movimiento del universo; cuerpo y mente formando una unidad que se unifica con la actividad del universo.

Enseñanza de O´Sensei Ueshiba (1883-1969)

viernes, 20 de noviembre de 2009

conociendo nuestro cerebro




El Cerebro y la Corteza Cerebral

"Los hombres deberían saber que de ningún lado más que del cerebro provienen las alegrías, deleites, risas, bromas y pesares, tristezas, depresiones y lamentaciones. Y mediante esto, en un modo especial adquirimos la sabiduría y el conocimiento, y vemos y oímos y sabemos qué es lo malo y qué es lo bueno, qué es lo dulce y qué lo desagradable. Por el mismo órgano nos volvemos locos y delirantes, y nos asaltan miedos y terrores algunos por la noche y otros durante el día, y los sueños y los vagabundeos sin fin, y las preocupaciones que son nada adecuadas, y la ignorancia de las circunstancias del momento, la grosería y la falta de habilidades. Todas estas cosas le debemos al cerebro cuando no está sano…o cuando sufre cualquiera otra aflicción inusual o fuera de lo natural."
Hipócrates (De la Enfermedad Sagrada)

La corteza es la parte más nueva (evolutivamente) y la más grande del cerebro. Es por aquí donde emerge la percepción, la imaginación, el pensamiento, el juicio y la decisión.
Es ante todo una delgada capa de sustancia gris – normalmente de 6 neuronas de espesor – por encima de una amplia colección de vías (fibras) de sustancia blanca. La delgada capa está fuertemente plegada, si la extendieramos, ocuparía unos 2500 cm2. Esta capa incluye unos 10.000 millones de neuronas (algunos autores estiman el doble), con cerca de 50 trillones de sinapsis.
Las circunvoluciones (pliegues) tienen “crestas” que se llaman giros, y “valles” que se llaman surcos. Algunos surcos son bastante pronunciados y largos, y se usan como límites convenidos entre las cuatro áreas del cerebro llamados lóbulos.
La parte delantera más alejada se llama lóbulo frontal. Este ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie: este lóbulo es el responsable de los movimientos voluntarios y la planificación, tiene un rol importante en la personalidad y la inteligencia.

En la parte posterior del lóbulo frontal, a lo largo del surco que lo separa del lóbulo parietal, existe un área llamada córtex motor. En estudios con pacientes que estaba recibiendo cirugía en el cerebro, la estimulación de áreas del córtex motor con pequeñas descargas eléctricas causaba movimientos. Ha sido posible para los investigadores realizar un mapa de la corteza motora bastante preciso. Las partes más bajas de la córtex motor, cercanas a las sienes, controlan los músculos de la boca y la cara. Las partes de la córtex motor cercanas a la parte superior de la cabeza controlan las piernas y los pies.

Por debajo y detrás de los lóbulos frontales está el lóbulo parietal (que en latín significa “pared”). Este incluye un área llamada córtex somato sensorial, justo debajo del surco que separa este lóbulo del lóbulo frontal. De nuevo, los médicos estimularon los puntos de esta área encontrando que sus pacientes describían sensaciones como si los tocaran en varias partes de su cuerpo. Al igual que con la córtex motor, se puede trazar un mapa de la córtex somato sensorial, con la boca y la cara cercana a las sienes y las piernas y pies en la parte superior de la cabeza.

En los costados, por debajo de los parietales, encontramos el lóbulo temporal (uno en cada hemisferio obviamente). El área especial del lóbulo temporal es la córtex auditivo. Como su nombre lo indica, esta área está íntimamente conectada con los oídos y especializada en la audición. Se localiza cerca de las conexiones de este lóbulo con los lóbulos parietal y frontal.
En la parte trasera de la cabeza está el lóbulo occipital. Donde está la corteza visual, la cual recibe información desde los ojos y se especializa, por supuesto, en la visión (integración y comprensión).

Las áreas de los lóbulos que no están especializadas se llaman córtex de asociación. Además de conectar las cortezas sensorial y motora, este es también el lugar donde los procesos de pensamiento ocurren y muchas de nuestras memorias son finalmente almacenadas.

Los Hemisferios
Al mirar al cerebro desde arriba, advertimos que está dividido en dos mitades separadas por una línea o cisura longitudinal. Hay, de hecho, dos hemisferios, como si tuviésemos dos cerebros en nuestras cabezas en lugar de solo uno. Por supuesto, esas dos mitades están íntimamente unidas por un arco de materia blanca, que son fibras de conexión llamado cuerpo calloso.

Nuestros cerebros son dobles, y cada mitad tiene su propia forma de conocimiento, su propia manera de percibir la realidad externa. Cada hemisferio cerebral tiene un estilo de procesamiento de la información que recibe.
«El hemisferio izquierdo analiza en el tiempo, mientras que el derecho sintetiza en el espacio.» Por esto el pensamiento conciente, asociado a la palabra, al tiempo y a la individualidad en la actualidad emerge mayormente del lado izquierdo.
Hemisferio Izquierdo
El hemisferio izquierdo procesa la información analítica y secuencialmente, paso a paso, de forma lógica y lineal. El hemisferio izquierdo analiza, abstrae, cuenta, mide el tiempo, planea procedimientos paso a paso, verbaliza, Piensa en palabras y en números, es decir contiene la capacidad para las matemáticas, para leer y escribir.
La percepción y la generación verbales dependen del conocimiento del orden o secuencia en el que se producen los sonidos. Conoce el tiempo y su transcurso. Se guía por la lógica lineal y binaria (si-no, arriba-abajo, antes-después, más-menos, 1, 2, 3, 4 etc.).
Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento convergente, obteniendo nueva información al usar datos ya disponibles, formando nuevas ideas o datos convencionalmente aceptables.
Aprende de la parte al todo y absorbe rápidamente los detalles, hechos y reglas.
Analiza la información paso a paso.
Quiere entender los componentes uno por uno.

Hemisferio Derecho
El hemisferio derecho, por otra parte, parece especializado en la percepción global, sintetizando la información que le llega. Con él vemos las cosas en el espacio, y cómo se combinan las partes para formar el todo. Gracias al hemisferio derecho, entendemos las metáforas, soñamos y creamos nuevas combinaciones de ideas.
Es el experto en el proceso simultáneo o de proceso en paralelo; es decir, no pasa de una característica a otra, sino que busca pautas y gestaltes. Procesa la información de manera global, partiendo del todo para entender las distintas partes que componen ese todo. El hemisferio holístico es intuitivo en vez de lógico, piensa en imágenes, símbolos y sentimientos. Tiene capacidad imaginativa y fantástica, espacial y perceptiva.
Este hemisferio se interesa por las relaciones. Este método de procesar tiene plena eficiencia para la mayoría de las tareas visuales y espaciales y para reconocer melodías musicales, puesto que estas tareas requieren que la mente construya una sensación del todo al percibir una pauta en estímulos visuales y auditivos.
Con el modo de procesar la información usado por el hemisferio derecho, se producen llamaradas de intuición, momentos en los que «todo parece encajar» sin tener que explicar las cosas en un orden lógico. Cuando esto ocurre, uno suele exclamar espontáneamente «¡Ya lo tengo!» o «¡Ah, sí, ahora lo veo claro!» El ejemplo clásico de este tipo de exclamación es el ¡Eureka! (¡lo encontré!) atribuido a Arquímedes. Según la historia, Arquímedes experimentó una súbita iluminación mientras se bañaba, que le permitió formular su principio de usar el peso del agua desplazada para deducir el peso (específico) de un objeto sólido sumergido.
Este hemisferio emplea un estilo de pensamiento divergente, creando una variedad y cantidad de ideas nuevas, más allá de los patrones convencionales.
Aprende del todo a la parte. Para entender las partes necesita partir de la imagen global.
No analiza la información, la sintetiza. Es holístico y relacional, no le preocupan las partes en sí, sino saber como encajan y se relacionan unas partes con otras.

"Mucho debo a la tierra en que crecí. Más aún a las Vidas que me nutrieron. Pero sobre todo a Allah, que me dio dos lados distintos en mi cabeza. Mucho reflexiono sobre el bien y la Verdad, en las fes que hay bajo el sol. Pero sobre todo pienso en Allah, que me dio dos lados en mi cabeza, no uno. Antes me quedaría sin camisa ni zapatos, sin amigos, tabaco o pan, que perder por un minuto los dos lados distintos de mi cabeza." Rudyard Kipling


El hemisferio izquierdo está relacionado con la parte derecha del cuerpo (normalmente), y el hemisferio derecho está relacionado con la parte izquierda del cuerpo. Esto es porque a nivel del tallo cerebral las fibras nerviosas se entrecruzan. Como vimos, es el hemisferio izquierdo el que normalmente se ocupa del lenguaje, y parece ser más apto para las matemáticas y la lógica. El hemisferio derecho tiene más que ver con cosas como la orientación espacial, el reconocimiento de caras, y la imagen corporal. También gobierna nuestra capacidad de apreciar el arte y la música.

Alguno de los trabajos más interesantes que se han hecho relacionados con los dos hemisferios lo realizó Roger Sperry. El trabajó con gente que habían sufrido una operación quirúrgica para controlar su epilepsia. Según la opinión de algunos neurocirujanos, en casos graves, la epilepsia severa podría ser casi eliminada seccionando el cuerpo calloso. El resultado: estos pacientes realmente tenían dos cerebros (o cortezas, para ser más exactos).
Por ejemplo, Sperry encontró que si ponía algo en la mano derecha de una de estas personas después de su operación, ellos podían decir lo que era. Pero si lo ponía en su mano izquierda, no podían hacerlo. Esto es fácil de comprender: La sensación de un objeto en la mano derecha va hasta el hemisferio izquierdo y, puesto que esta es la zona del lenguaje, la persona podía decir lo que era. La sensación de una cosa en la mano izquierda, sin embargo, iba hacia el hemisferio derecho, el cual no puede hablar mucho.

Los ojos están conectados a los hemisferios de una forma un poco complicada. La parte derecha de cada retina (la cual ve las cosas a la izquierda del punto de fijación) va hacia el hemisferio izquierdo. Lo que esto significa es que, si tienes a alguien con la mirada fija en un punto de fijación y le muestras brevemente algo a la izquierda, es el hemisferio derecho el que recibe la información. Si les muestras algo a la derecha, es el hemisferio izquierdo el que recibe la información.
Sperry proyectaba cosas en una pantalla y pedía a los pacientes bien que dijesen lo que habían visto o bien que cogiesen lo que habían visto con una mano u otra de una caja llena de cosas. Así, si el mostraba una pelota en la parte izquierda de la pantalla y un lápiz en la derecha, la persona podría decir “lápiz” (usando los centros del lenguaje del hemisferio izquierdo) pero coger una pelota de la caja con su mano izquierda (usando el hemisferio derecho).
Hay muchas anécdotas interesantes que vienen de su investigación. Por ejemplo, resulta que, aunque el hemisferio izquierdo tiene el lenguaje, es bastante malo para el dibujo. El hemisferio derecho, que controla la mano izquierda, podría dibujar bastante bien.
El hacía que los pacientes realizaran pequeños puzzles. Un hombre, intentando hacer el puzzle con su mano derecha, no podía evitar que su mano izquierda intentara ayudarle.
La mayoría de nosotros, por supuesto, tenemos un cuerpo calloso intacto, y las dos mitades de nuestros cerebros están en constante comunicación.

Uno de los hallazgos recientes más sorprendentes es el que las reacciones emocionales que se siguen de las lesiones de los lados derecho e izquierdo del cerebro, son diferentes. Las lesiones en la mayoría de las áreas del lado izquierdo van acompañadas de los sentimientos de pérdida que serían de esperar a resultas de un daño muy grave. El paciente está afectado por su incapacidad y a menudo se siente deprimido.
Pero la lesión en un área extensa del hemisferio derecho suele dejar al paciente sin preocupación alguna respecto a su estado. La emoción y el “estado de ánimo” se asocian frecuentemente a las estructuras del sistema límbico situadas más profundamente, pero en los últimos años se ha reconocido que la corteza cerebral, sobre todo el córtex del hemisferio derecho, contribuye también de un modo importante. Las lesiones producidas en el hemisferio derecho no sólo dan origen a reacciones emocionales impropias del estado del paciente, sino que dificultan también el reconocimiento de la emoción en los demás. Un paciente cuyo lado izquierdo del cerebro está dañado, tal vez no sea capaz de comprender una frase, pero en muchos casos aún puede reconocer el tono emocional con que se pronuncia. El paciente que tiene lesión en el hemisferio derecho, suele entender el significado de lo que se dice, pero a menudo es incapaz de reconocer si se dice con enojo o con buen humor.

El Lenguaje
Por lo tanto, el lenguaje es predominantemente una función del hemisferio izquierdo, aunque el hemisferio derecho tiene un poco de lenguaje también: tiene una buena comprensión de insultos y malas palabras. Por otra parte, si el hemisferio izquierdo esta dañado suficientemente temprano en la infancia, el hemisferio derecho se apodera de la función del lenguaje. Y parece que hay algunas personas que tienen el lenguaje en el lado derecho o incluso en ambos lados.
Es interesante considerar que los monos y gorilas parecen ser sensibles a llamadas de su propia especie en el hemisferio izquierdo: vuelven sus orejas derechas hacia el sonido. Incluso algunos pájaros cantores, como los canarios, tienen especialización hemisférica.
Una de las cosas que se descubrieron más tempranamente sobre el cerebro fueron los centros del lenguaje. Uno de ellos es llamado el área de Broca, por el médico que hizo el descubrimiento. Está localizada en la parte inferior del lóbulo frontal izquierdo. Un paciente que haya tenido un daño en esa área pierde la capacidad de hablar, lo que se llama afasia de expresión.
Otra área es el área de Wernicke, la cual está cercana al área de Broca pero en el lóbulo temporal, justo al lado del córtex auditivo. Aquí es donde entendemos el significado del lenguaje, y un daño en esta área te llevaría a una afasia de recepción, lo que significa que no serías capaz de entender lo que se te esté diciendo.
Ocasionalmente, alguien tiene un daño en las conexiones entre las áreas de Wernicke y Broca. Esto lleva a una afasia de conducción. Algunas personas con este problema pueden entender el lenguaje bastante bien, y pueden producirlo igualmente bien. Pero no pueden repetir algo que acaban de oir.
Otro área importante es el giro angular, justo por encima y debajo del área de Wernicke. Sirve como conexión entre los centros del lenguaje y el córtex visual. Si este área es dañada, la persona sufrirá de alexia (incapacidad para leer) y agrafia (incapacidad para escribir).

Como hemos visto en otras entradas del blog, el funcionamiento del cerebro es verdaderamente complejo, y a pesar de que podemos diferenciar distintas estructuras y zonas con funciones aparentemente opuestas, es un órgano que funciona como una unidad, y por supuesto interconectado con el resto del organismo.

Lo que antes se creía oculto y desconocido , tanto en su estructura como en su funcionamiento, como el papel del inconciente y de partes evolutivamente muy antiguas, hoy comenzamos a comprender que lo que consideramos como un pensamiento conciente, libre e independiente, es en general el resultado de procesos inconcientes profundos, previamente elaborados e integrados, algunos en regiones del cerebro que compartimos incluso con los reptiles.
El secreto está en el inconciente.
Este será el próximo tema.

lunes, 2 de noviembre de 2009

La conciencia



Podemos decir que el ser humano es fundamentalmente un ser conciente.

Para el ser humano, la realidad es sobre todo la conciencia que tiene de la misma. Igualmente, un ser humano es la conciencia que él tiene de sí mismo.
La conciencia es el conocimiento del entorno y del propio ser. Y el conocimiento es información.
La conciencia no es solo propia del homo sapiens, sino que es una propiedad que emerge de la vida misma.
Cada forma de vida tiene su grado de conciencia. Los árboles tienen conciencia, los animales tiene conciencia, una célula es la menor unidad biológica con conciencia. La tierra, considerada como un organismo, tiene su conciencia y finalmente, el universo mismo es conciencia. Sino no sería posible (ni lógico) que nuestra conciencia apareciera de la “nada”. De la misma manera que cada uno como “ser conciente” es producto de la multiplicación, desarrollo y expansión de una única célula original, el universo se inicio de la misma forma, a partir de un punto que en esencia contenía todo.
Así que de hecho hay una sola conciencia, aunque esta tome formas y grados diferentes en la naturaleza; y en el ser humano, como parte de ella que es, ocurre lo mismo. Aunque aparentemente este es el único que puede expandir y trascender su propia conciencia y su individualidad. Es el conocimiento de si mismo.

En la comunidad científica las opiniones son variadas. Para algunos la conciencia comienza en el 3er. mes de gestación, cuando ya hay un esbozo de cerebro (tubo neural), para otros incluso después del nacimiento, en los primeros meses de vida.
Las explicaciones convencionales representan a la conciencia como una propiedad emergente de las redes neuronales del cerebro, igual que una computadora. Las opiniones que prevalecen entre los científicos en este campo son que:
1) los patrones de actividades de la red neuronal se correlaciona con los estados mentales,
2) las oscilaciones sincrónicas de la red en el tálamo y la corteza cerebral temporal unen o enlazan a la información,
3) la conciencia surge como una nueva propiedad de la complejidad computacional entre las neuronas .

Sin embargo, estos enfoques no parecen ser suficientes para explicar ciertas características enigmáticas de la conciencia, tales como:

• La naturaleza de la experiencia subjetiva, o nuestra "vida interior".
• La unión de las actividades del cerebro separadas o espacialmente distribuidas produciendo una visión unitaria y un sentido coherente de sí mismo o 'unidad';
• La transición de procesos subconcientes en conciencientes;
• No computabilidad, o la noción de que la conciencia implica un factor que no depende del azar ni de algoritmos, y que la conciencia no puede ser simulada (Penrose, 1989, 1994, 1997);
El libre albedrío.
• El flujo de tiempo subjetivo.

Las tecnologías de imágenes cerebrales muestran la localización anatómica de las actividades que parecen correlacionarse con la conciencia, pero que no pueden ser directamente responsables de la conciencia.
Penrose y Hameroff creen que la conciencia es el producto de la actividad en ciertas organelas de las neuronas llamadas microtúbulos.
Aquí ocurrirían fenómenos a nivel cuántico, como el entrelazamiento, la superposición de partículas y el colapso de la función de onda, en el que de un estado no-manifestado de múltiples posibilidades el pensamiento surge al colapsar el sistema en una de las tantas posibilidades, por la acción del “observador”. Pero, si el observador somos nosotros mismos, ¿de dónde surge? Aquí la ciencia queda muda.

Hay muchas teorías y ninguna comprobable, ya que todas tratan de “objetivar” y analizar según el método científico un complejo fenómeno subjetivo, una cualidad emergente del espíritu.


Pero el espíritu y la materia no son diferentes. La conciencia tiene una base orgánica, biológica. Depende también obviamente de la actividad celular.
La conciencia humana es el producto final de un complejo proceso o conjunto de procesos a nivel biológico, emocional, mental (conceptual) y espiritual.

El cerebro es el órgano fundamental, que recoge y traduce información creando pensamientos y emociones.
Nuestro sistema nervioso está primero en el “top ten” de la escala evolutiva. Por su actividad aparece la mente, que no solo crea una realidad sino que también crea mundos.

La conciencia es creadora de universos.

Si la conciencia que se tiene de la realidad no concuerda con lo que es la realidad, entonces hay un "error de percepción", también definido como ignorancia. Esta conciencia ilusoria impide a la vida humana adaptarse adecuadamente a la realidad en la que vive, teniendo comportamientos erróneos que adoptan formas de conflictos, desequilibrios y enfermedades, que traen egoísmo, dolor y sufrimiento.
Pero no se trata solamente de la adaptación al medio externo, ya que cuando se vive en una sociedad enferma, que despersonaliza y esclaviza, ¿Qué significa adaptarse?, hay que considerar además el entorno natural (las estaciones, el clima, la alimentación, la actividad física, etc.)
También debemos tener en cuenta el ser interior, la propia individualidad, es decir, adaptarse también a nuestro medio interno, a nuestra esencia, y lograr la armonía y el equilibrio entre los dos medios. Y cuando esto ocurre ya no hay dualidad ni contradicciones y el miedo y la duda desaparecen.
La base del error de percepción es una atención incorrecta. Por lo cual, corregir el error de percepción mediante un cultivo sistemático de la atención es fundamental.

Importancia de la atención
La atención en relación con la percepción funciona como filtro de los estímulos ambientales, decidiendo cuáles son los estímulos más relevantes y dándoles prioridad por medio de la concentración de la actividad psíquica sobre el objetivo, para un procesamiento más profundo de la información en la conciencia.

Por otro lado, la atención es entendida como el mecanismo que controla y regula los procesos cognitivos; desde el aprendizaje por condicionamiento hasta el razonamiento complejo.
Pero la atención no es solamente la capacidad mental para captar la mirada en uno o varios aspectos de la realidad y prescindir de los restantes, es la mente, que de forma clara y vívida, escoge uno de varios posibles objetos de pensamiento simultáneos. Su esencia está constituida por focalización, concentración y conciencia. Atención significa dejar ciertas cosas para tratar con efectividad otras.

Entonces, la conciencia es el producto final de un largo proceso cognitivo. En este proceso podemos distinguir tres fases:
1). Captación de la información. La información procedente del medio ambiente, y del medio interno, es captada por los órganos sensoriales y transportada a través del sistema nervioso hasta las zonas del cerebro dotadas de receptores específicos.
2). Procesamiento de la información. El cerebro procesa la información y genera la "imagen" o conciencia de la realidad.
3). Respuesta adaptativa (conducta). En el lóbulo frontal de la corteza cerebral, centro de la decisión conciente, surge la orden que a través del impulso nervioso llega hasta las zonas motoras generando una respuesta o conducta.

En las tres fases la función de la atención es fundamental, ya que el error de percepción puede darse en una o varias de estas fases del proceso de conocimiento.
Hay que aclarar además que al hablar de adaptación no me refiero a una conducta “rígida” y estereotipada, prefabricada o condicionada, ya que tanto el medio externo (el entorno) como el interno, cambian y se transforman todo el tiempo.
Efectivamente, una de las características de eso que llamamos “realidad” es la impermanencia y la falta de sustancia (vacío). Por eso la atención es la herramienta que nos permite adaptarnos convenientemente, de manera dinámica y creativa, y evolucionar.
La atención es una condición sine qua non de la conciencia.
Pueden buscar mas data sobre el tema en el archivo del blog.
En la próxima entrada veremos como mejorar la atención y expandir la conciencia.

domingo, 25 de octubre de 2009

Condiciones necesarias para la aparición de la vida


Desde el punto de vista de la ciencia la aparición de la vida en un planeta es debida a una propensión natural de la materia a organizarse en estructuras cada vez más complejas cuando se cumplen ciertas condiciones.

Estas condiciones son las de un equilibrio, una zona templada entre los extremos de demasiado calor y demasiado frío, demasiado masivo y demasiado liviano, entre lo muy lejano y lo muy cercano que se esté de la estrella.

Hay pues un espacio propicio para la vida en órbita alrededor de muchas estrellas, de ahí la alta probabilidad de que la vida pueda existir en muchos otros planetas en el universo.

Condición N º 1: La masa de la estrella.

Las estrellas gigantes tienen una esperanza de vida de menos de mil millones de años. Por lo tanto, mueren antes de que cualquier forma de vida inteligente haya tenido tiempo para desarrollarse. Del mismo modo, las estrellas con una masa 10 veces más pequeña que la del sol no pueden "encenderse" (es decir, para iniciar el proceso de la fusión termonuclear que hace la diferencia entre una estrella y un planeta). Una estrella mediana como el Sol es la más favorable.

Condición 2: La masa del planeta.

La masa del planeta determina la composición de la atmósfera. La gravedad selecciona los átomos que permanecen en el planeta, y aquellos que pueden escapar al espacio. Si el planeta es demasiado masivo, retiene íntegramente gases como el hidrógeno y el helio, lo que crea una atmósfera a base de metano o amoniaco, como en Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Si el planeta no es lo suficientemente masivo, se desprende gas de hidrógeno, pero también el gas más pesado (esencial para la vida) como el oxígeno y el agua, además, se evapora en el espacio. Estos planetas sin atmósfera están expuestos, por falta de protección, a la radiación solar ultravioleta y al bombardeo de meteoritos. En el sistema solar, Mercurio es un ejemplo de este tipo de planeta.

Condición N º 3: La distancia de la estrella.
La distancia de la estrella determina la cantidad de radiación solar recibida, y esto condiciona: -La temperatura, que determina la presencia o ausencia de agua líquida, esencial para el desarrollo de la vida.
-La luz disponible para las plantas.
-La cantidad recibida de radiaciones nocivas para la vida y la estabilidad del ADN (radiación ultravioleta, rayos gamma, etc.)

Si la Tierra hubiera estado un 4% mas cerca del sol su destino sería el de Venus: un horno. Si hubiera sido más del 1 ó 2%, su destino era el de Marte, un planeta de hielo.

La banda de espacio propicio para la vida alrededor de una estrella, como se ve es relativamente estrecha.

Condición Nº 4: La composición del planeta.
Agua, oxígeno, carbono, hierro, son elementos esenciales para la vida como la conocemos en la Tierra, es decir, basadas en la química del carbono y del agua. Pero no se excluye que otras formas de vida diferentes puedan desarrollarse a partir de otros elementos químicos como el silicio, o el metano.

La composición interna del planeta y su núcleo también determinará la presencia o ausencia de una magnetosfera, cuyo objetivo es proteger al planeta de la radiación dañina desde el espacio y el sol. En la Tierra, la magnetosfera es generada por el movimiento del hierro fundido en el corazón de nuestro planeta.

Condición Nº 5: Las leyes físicas de la materia y del universo.
Si los planetas y las estrellas pueden existir, es principalmente a través de las leyes físicas de nuestro universo, y la "combinación correcta" de sus componentes.

Por lo tanto, nuestro mundo no existiría si no hubiera habido originalmente un poco más de materia que de antimateria. El universo como lo conocemos, está hecho de material que quedó después de la aniquilación mutua de las masas de materia y antimateria en los primeros momentos del universo.

Del mismo modo, si la velocidad inicial de expansión del Universo era más débil, la fase de nucleosíntesis primordial habría durado más tiempo. Si hubiera durado unos pocos millones de años, en lugar de minutos, nuestro universo sería hoy enteramente compuesto de átomos pesados. Un mundo de metal, estable y estéril.

De manera general, las fuerzas físicas fundamentales de la naturaleza (gravedad, fuerza electromagnética y las fuerzas nucleares fuerte y débil) y las constantes universales (la velocidad de la luz, constante de Planck, la constante gravitacional ...) están perfectamente configuradas para permitir la aparición de la vida.

Los científicos han calculado que si cambiamos un poco los valores de estas constantes, no habría aparecido la vida en el universo.
El astrofísico Trinh Xuan Thuan, lo resume así: "El universo se ha establecido muy especialmente para el surgimiento de la vida y la conciencia. El ajuste inicial es de un virtuosismo impresionante: se podría comparar a la habilidad de un arquero que acierta con éxito su flecha en el centro de un objeto cuadrado de 1 cm de lado alejado a 15 millones de años luz"...

Como vemos, la ciencia puede explicar algunas causas y condiciones que nos ayuden a comprender y a apreciar el fenómeno de la vida. Pero el origen y significado de la conciencia y del espíritu no podrán encontrarse nunca en un laboratorio, por más sofisticado y moderno que este sea.
Pero, ¿En que momento de la vida aparece la conciencia,... o ya estaba?
Continúa

lunes, 19 de octubre de 2009

como peces en el agua


El maestro le dice a su alumno: "El mundo en el que vives es solamente agua y peces, hay 12 peces y 12 mundos.

El alumno le responde: ..pero maestro... ¡solo hay un mundo!

El maestro replica: ¡Hay muchos mundos! el mundo que ves, el que veo yo...el que cada uno ve. El mundo en el que tu vives es misterioso, excitante, desconocido. El mío es viejo, familiar y tranquilo, nunca conocerás mi mundo...ni yo el tuyo.

¿Nunca? pregunta el joven.

¿Acaso puedes ver con mis ojos, pensar con mi cerebro o sentir con mi corazón?, dice el viejo.

Pero. ...maestro, usted es uno con la naturaleza, igual que yo.

Y el maestro le responde: Somos uno en verdad...pero no somos idénticos. Observa la cantidad de seres vivos que existen...y todos poseen mundos diferentes. Incluso uno mismo posee diferentes mundos, en la vida social, en la intimidad, mundos visibles y otros invisibles...
No te consideres el centro del universo! ..y no te digas soy sabio..soy recto...soy bello. Busca en cambio la sabiduría, la rectitud y la belleza, para honrarlas en todo lugar y en cada momento".

...COMO LOS PECES EN EL AGUA.

domingo, 4 de octubre de 2009

los tres cuerpos


El ser humano es un agregado de múltiples elementos, que se manifiestan de diferentes formas, expresando cada uno su naturaleza particular, aunque en realidad son manifestaciones que surgen de la misma fuente. Es decir, a pesar de los diferentes aspectos de la naturaleza humana: visibles e invisibles, físicos y espirituales, la esencia fundamental es una e indivisible.

El universo vibra, y nosotros obviamente también, ya que somos parte y expresión de él. Cada partícula de nuestro ser vibra de una manera determinada. Según sea su vibración se manifestará de una u otra manera, constituyendo diferentes planos o niveles de existencia.
Podemos, para comprendernos mejor, distinguir tres planos o cuerpos: El cuerpo físico, el cuerpo energético y el cuerpo espiritual.

El primero, el plano físico, que corresponde al nivel más básico. Es la materia. Lo que podemos ver, sentir y tocar a través de los sentidos. Se manifiesta en una realidad de cuatro dimensiones. tres para el espacio (arriba-abajo, atrás-adelante y los costados), donde solo puede moverse dentro de esos límites, y la cuarta que corresponde al tiempo.
Es la parte más limitada de nuestro ser, la que menos alcance tiene. Es la que degenera y envejece.
La que da forma y contiene al espíritu y permite que este pueda expresarse en este plano de la existencia. Es el vehículo. Nuestra parte carnal. Sin ella no existiríamos. Existimos en virtud de nuestro cuerpo físico, de nuestra forma material. Es el recipiente, el envase que guarda el precioso elixir de la vida. Un recipiente sin el cual no sería posible la vida. Pero el recipiente no es el elixir.
Y hablando de vida; lo que anima a este cuerpo físico, que un día se desintegrará devolviendo sus componentes fundamentales al universo (al cual pertenecen), lo que permite que este conglomerado de células y tejidos, de huesos y carne, sienta y experimente. Aquello que hace que este cuerpo que creemos propio pueda ser conciente de sí mismo, lo encontramos en los planos más sutiles e invisibles y es lo que podemos llamar, el cuerpo espiritual.

Aquí están incluidos los pensamientos, las emociones, las percepciones y todas las vibraciones sutiles, más o menos elevadas, incluso inconcientes, que forman parte de la totalidad de nuestro ser, de nuestra esencia original.

Aquí la cosa se pone más difícil. ¿Cómo hacer para hablar del espíritu sin limitarlo, sin encerrarlo en simples categorías relativas?. ¿Cómo hacer para hablar de la experiencia subjetiva?. No obstante haré un intento.

Desde hace siglos, la cultura occidental, influida por la religión y el espíritu científico, fue separando a las personas: por un lado el cuerpo físico, que pasó a pertenecer a la ciencia, ya que se puede cortar, pesar y medir. Se puede estudiar “objetivamente”.
La otra parte, la invisible, la que corresponde al espíritu, a la conciencia., la que incluye los atributos mas elevados de la persona, su lado “divino”, fue expropiado por la Iglesia, manipulándolo, limitándolo, para que encaje en un montón de dogmas, culpas y otras supersticiones, generando la creencia que para acceder a esta naturaleza universal, divina, hay que primero pasar por intermediarios.

En este contexto el ser humano “moderno y civilizado” se fue desarrollando. Por un lado el cuerpo, por otro el espíritu. No es raro, por esta razón, que fácilmente nos identifiquemos con nuestro lado físico y material, pensando que solo somos la imagen que refleja el espejo o solo este cuerpo que empezó a morir el día que nació.
Un claro error de percepción, debido a la ignorancia de creer que es más importante el envase que el contenido. Como el que guarda la botella, cuidándola todos los días y tira la preciosa bebida. O la persona que prefiere tener el auto “reluciente” pero no va a ninguna parte.

¿Pero acaso la conciencia es diferente del cuerpo?. Es una realidad científica que cada célula es conciente de sí misma. Sabe que hacer, sabe lo que necesita exactamente y también sabe cuando algo va mal. Este conglomerado de “pequeñas” conciencias forma nuestro cuerpo espiritual y el cerebro es el integrador, el que controla emociones y genera ideas. Pero, ¿Cuáles son los límites de este cuerpo espiritual?.

Para la medicina china, el cuerpo y el espíritu comparten un mismo origen y además se transforman mutuamente entre sí. Materia y espíritu en continuo cambio, gracias a la energía vital que forma el otro cuerpo, el cuerpo energético. Sin energía vital (Chi) no podríamos vivir. La vida es energía. La respiración es energía.
Esta energía además es la responsable del nacimiento, el crecimiento y la muerte, de que generemos calor, nos protege, estimula las funciones fisiológicas y sostiene al organismo, determina además la calidad de vida y la longevidad. La obtenemos del aire que respiramos y los alimentos que consumimos y otra parte ya nos viene de “fábrica” y corresponde a la energía propia de cada célula, contenida en su ADN (energía ancestral).
La energía es el puente que une el mundo visible con el invisible. La respiración conecta el cuerpo y a las emociones, modulando y purificando.
El cuerpo energético está en la base de las transformaciones entre el cuerpo físico y el espiritual.

Volviendo a la conciencia.
Antes de nacer, ¿Qué éramos? Todos nuestros componentes han surgido de la misma célula original fecundada, el huevo o cigoto, que se fue multiplicando, diferenciando y expandiendo. Al igual que el Big-bang.
De hecho hoy se sabe que los protones, neutrones y electrones que componen los átomos y moléculas que forman nuestras células, provienen de esa explosión original que creo al universo actual.
Y ahora la “gran pregunta”¿En que momento esa masa indiferenciada de células comienza a tener conciencia de si misma? ¿Acaso esta conciencia podría salir de la nada? y luego crear a un ser que a su vez creará toda una historia personal, hará hijos que a su vez tendrán su propia conciencia personal continuando así el encadenamiento de la existencia. Es un misterio.
Aquí, los científicos y los religiosos comienzan a especular. La ciencia va a estar siempre limitada para dar una respuesta ya que solo tiene en cuenta la parte ya manifestada, es decir, la que se puede observar “objetivamente”.
Pero sabemos ahora que el universo que podemos ver, es solo una pequeña parte de lo que verdaderamente existe, el resto permanece oculto, a los límites de nuestros sentidos físicos.
Es igual para todos los seres, la parte manifestada es solo una pequeña porción dentro de un mar infinito de posibilidades no manifestadas. Un pequeño cuerpo físico nadando en un océano de espiritualidad.

Cuerpo, energía y espíritu no son diferentes. Poseen la misma esencia y se transforman entre sí.
Las emociones afectan al cuerpo y si este enferma nuestro espíritu también. Si hay poca energía enfermamos y vivimos menos.

El pensamiento mueve la energía que a su vez mueve al cuerpo.
Primero está el deseo, que se vuelve una idea que pone en marcha el motor para que el vehículo se mueva, finalmente este se desplaza.
Para cada uno, el vehículo (cuerpo) y el conductor (espíritu) son lo mismo, están unidos
Por eso es importante como comemos, como respiramos y como pensamos.

La salud y la felicidad van juntas.

La enfermedad y el sufrimiento aparecen cuando el cuerpo (el vehículo) va para un lado y el espíritu (el conductor) va para el otro. Victima de las contradicciones y dualidades, porque el conductor no conoce el vehículo ni el camino y lo que es más grave, no sabe a donde quiere ir.

Esta verdad más que una teoría, representa una guía de vida, o más bien, de ruta.

Si nuestro mapa no sirve, entonces hay que tirarlo y fabricar uno nuevo que nos sirva y nos ayude a llegar a buen destino.

Cuando los tres cuerpos, que en realidad son uno, funcionan en armonía, nos sentimos en plenitud y se potencian nuestras posibilidades.

La vieja ignorancia y los malos hábitos son transformados por el autoconocimiento, a partir de un simple “click” en el espíritu. Una vuelta de llave.
A esto se le llama: “encender el motor del darse cuenta”.